Violaciones de Derechos Humanos, Infracciones al Derecho Humanitario a comunidades afrodescendientes del Jiguamiandó y Curvaradó

Nuevamente nuestra Constancia Histórica y Censura Moral en su despacho ante la serie de violaciones de derechos humanos que se han cometido contra los pobladores afrodescendientes del río Jiguamiandó y 9 comunidades de Curvaradó y las infracciones al Derecho Humanitario.


Bogotá, D.C Abril 27 de 2004

Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación

Doctor
WOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ciudad


Ref: Violaciones de Derechos Humanos, Infracciones al Derecho Humanitario a comunidades afrodescendientes del Jiguamiandó y Curvaradó

Reciba un respetuoso saludo.

Nuevamente nuestra Constancia Histórica y Censura Moral en su despacho ante la serie de violaciones de derechos humanos que se han cometido contra los pobladores afrodescendientes del río Jiguamiandó y 9 comunidades de Curvaradó y las infracciones al Derecho Humanitario.

Todo esto ha ocurrido a pesar de la construcción de lugares humanitarios, donde habitan y tratan de sembrar alimentos para su sobrevivencia, lugares en las que se niega la presencia de actores armados y donde las comunidades desarrollan mecanismos preventivos no violentos.

Los afrodescendientes y mestizos quiénes se han visto obligados a desplazarse en siete ocasiones desde 1.997, buscando refugio en la selva, han sido desalojados de sus tierras, en las que se han implementado las siembras de palma aceitera. Esta situación ha sido coincidente con una significativa presencia de la fuerza pública y de grupos de paramilitares en Mutatá, Belén de Bajirá, Pavarandó y Carmen del Darién.

Las comunidades durante los últimos años han sido sitiadas en desarrollo de estrategia militares de tipo paramilitar que bajo el pretexto de persecución a la guerrilla de las FARC EP produjeron nuevos desplazamientos, asesinatos, desapariciones forzosas, las omisiones y las complicidades de la fuerzas militares han sido evidentes. Se han presentado confrontaciones militares que han puesto en riesgo la vida e integridad personal y han obligado a desplazamientos temporales.

El pasado 16 y 17 de febrero se desarrolló en la Cuenca del Curvaradó una Comisión de Observación y Verificación de la siembra de palma aceitera como seguimiento a las medidas provisionales resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA a favor de las comunidades, desde marzo del 2003.

Ha pasado un año desde la resolución de las medidas provisionales sin que estas hayan sido respondidas integralmente por el Estado colombiano en materia de Justicia, de Prevención y de las propuestas humanitarias de las comunidades afrodescendientes. Las comunidades afrodescendientes y mestizas han desarrollado propuestas de resistencia civil no violenta afirmando integralmente sus derechos a la Vida y al Territorio, desligándose de los actores militares y afirmando propuestas propias de vida
Ahora en un nuevo momento en desarrollo de la política de “seguridad democrática” se han cometido abusos de autoridad, violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Humanitario

Dejamos Constancia en su despacho los hechos sucedidos, con la única razón de que quede en la memoria lo que pudo ser evitado y no fue evitado al desconocer las medidas Resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos; de lo que se percibe, se deduce o infiere que va a suceder y sobre lo que aún es posible esperar una actuación.

º Lunes 8 de marzo, hacia las 14:30 en horas se conocieron versiones fragmentarias según las cuales se produjeron incursiones de tipo paramilitar a la cuenca del río Jiguamiandó obligando al desplazamiento de los afrodescendientes de las comunidades de Nueva Esperanza y Pueblo Nuevo.

Hacia las 17:30 horas luego de haber cotejado y corroborado algunas informaciones, nuestra Comisión Justicia y Paz informó al gobierno nacional sobre las primeras versiones existentes solicitando la activación de la Alerta Temprana.

º Martes 9 de marzo, en horas de la noche, se conocieron las primeras informaciones oficiales por parte de nuestra Comisión Justicia y Paz, según las cuales desde el miércoles 3 de marzo y hasta el sábado 6 de marzo se vienen desarrollando operaciones militares del Batallón Voltígeros, adscrito a la Brigada XVII sobre el río Jiguamiandó.

En la operación regular se presentaron enfrentamientos con la guerrilla de las FARC EP en los puntos conocidos como Caño Seco y Santafé de Churima.

Según la fuente, todos los pobladores afrodescendientes de la s comunidades de Puerto Lleras, Nuevas Esperanza y Pueblo Nuevo se encuentran desplazados. Se desconocen otras afecciones sobre los pobladores, si existen o no víctimas entre los pobladores.

º El jueves 12 de febrero se produjo en la comunidad de Nueva Esperanza la incursión de “civiles” armados de la estrategia paramilitar, la 18va actuación contra los pobladores afrodescendientes en el último año que ha obligado a su movilidad permanente dentro del territorio. Desde octubre de 1.996 este es el séptimo desplazamiento masivo.

Posteriormente el domingo 29 de febrero hacia las 12:00 horas y durante una hora aproximadamente, 30 “civiles” armados uniformados de la estrategia paramilitar rodearon la comunidad de Pueblo Nuevo, se dirigen a dos afrodescendientes a quienes amarran y amenazan.

Los paramilitares se dirigieron a toda la comunidad: “Los hemos estado vigilando durante los últimos 15 días… nosotros queremos que ustedes trabajen con nosotros, nosotros les pagamos bien si trabajan con nosotros en los cultivos de la palma… ustedes saben cómo es con nosotros”. Luego de arengar e intimidar a la población, los paramilitares se retiran de Pueblo Nuevo.

º Sábado 28 de febrero, desde tempranas horas de la mañana hasta la noche sobrevolaron 5 helicópteros militares entre la cuenca del Jiguamiandó y Murindó.

En el caserío de Bartolo, cerca de Murindó, un exmiliciano apodado “EL CUCHO” que ahora está vinculado al programa de reinserción de la Presidencia de la República. El exguerrillero preguntó por la nueva representante legal del Consejo Comunitario de la cuenca del Curvaradó, indicando que debía ser capturada, lo mismo que a miembros del Consejo Comunitario de la Cuenca del Jiguamiandó pues “así se acaba ese proceso”.

º Domingo 29 de febrero, entre las 7:00 y 8:00 horas, 4 helicópteros militares sobrevolaron sobre el lugar humanitario de Pueblo Nuevo, aproximándose a escasos metros de las viviendas.

A la 13:40 horas se escucharon 4 disparos en la margen derecho aguas abajo del río Jiguamiandó en avanzada militar.

Una hora y diez minutos después,14:50 horas, ingresaron al lugar humanitario de Pueblo Nuevo, más de 32 hombres armados, vestidos de camuflado, con armas largas en una operación militar combinada. Los paramilitares se repartieron en tres grupos dentro del caserío controlando el movimiento de toda la población. Seis se ubicaron en la parte baja del caserío, 20 en la parte alta, 6 retuvieron a dos afrodescendientes del Consejo Comunitario.

Simultáneamente, los 4 helicópteros de las Fuerzas Militares, volvieron a sobrevolar sobre el lugar humanitario, ametrallando en los alrededores del lugar de habitación de la población civil, obedeciendo la orden impartida por uno de los mandos del operativo desde tierra. Luego de las descargas de metralla, los militares que se transportan en los helicópteros se retiraron.

Entre tanto, los seis civiles “armados” de la estrategia de tipo paramilitar, algunos portando insignias de las “AUC”, botas de uso privativo de las fuerzas militares, otros con insignias de la Brigada XVII retuvieron a dos afrodescendientes ordenándoles tenderse al piso. Uno de los dos campesinos que se dirigían a su siembra de arroz, al desobedecer la orden fue golpeado fuertemente en la cara y en la espalda.

El poblador exigió respeto al que se encontraba identificado como miembro de la Brigada XVII, diciéndole: “¿por qué nos maltratan si son del Ejército Nacional?” El militar respondió: “no los estamos maltratando, lo estamos deteniendo”. Segundos después ordenó a los otros 5 armados cesar en la golpiza.

Posteriormente, todos los participantes en la actuación militar irregular obligaron a los pobladores trasladarse a la parte de arriba del caserío, entre ellos el apodado “Palizada”, quién el año pasado participó en las incursiones a Puerto Lleras. Al iniciar la reunión uno de los mandos preguntó: “¿Qué ONG está con ustedes?” (…)”Yo estuve por acá en el 2001 y el año pasado en Puerto Lleras, aquí están los de la comunidad de Puerto Lleras, no se escondan que yo los conozco. ¿ustedes esperaban gente?, aquí estamos”. Los afrodescendientes respondieron “con tanto helicóptero, si esperábamos gente, no sabíamos quiénes, los del ejército”. El armado de la estrategia militar encubierta manifiesta: “sí, la visita que esperaban éramos nosotros”(…)”si nos hacen un solo disparo matamos a dos que les tenemos”. “Palizada” se dirigió de nuevo a la comunidad: “levante la mano el que es guerrillero, miliciano o colaborador. El que es guerrillero o miliciano lo matamos aquí de una vez, aquí lo dejamos. Al que es colaborador le damos una planizada. Salgan al ruedo, les perdonamos la vida y si no salen a las buenas llamo a mi perrito para que los saque, el que saque el perrito es guerrillero o miliciano, y a ese yo no se la perdono”.

Se presentó enseguida un exguerrillero del las FARC-EP que se acogió al programa de reinserción en diciembre del 2003 apodado “Cara de papa”, quién habla regularmente por la emisora de las Fuerzas Militares “Colombia Mía” que emite desde la Brigada XVII con sede en Carepa en las frecuencias F.M 95.3 Mhz y A.M 1600 Khz. El apodado “Cara de papa” quien a través de la radio oficial invita a los guerrilleros a desertar y acogerse al mismo programa gubernamental manifestó: “yo pasé por aquí, hace tiempo”, señalando a un afrodescendiente, quién le respondió: “yo sí lo vi a usted hace mucho tiempo, con ustedes pasa que cuando están de un lado con el arma lo obligan a uno y cuando están del otro lado lo señalan a uno de colaborador”. Se escuchó por radio la orden de dejarlo quieto.

Desde otro punto más arriba, a través de un radio de comunicación se escuchó: “pregunte a los civiles de quién es este rancho, el de un guerrillero, de milicianos?” La comunidad explicó que todos los lugares de residencia son de la población civil, las acusaciones son falsas, la casa no es de la guerrilla es de una afrodescendiente de 68 años de edad. Los armados procedieron a destruir ollas, platos, la cama, regaron la ropa y robaron 6 gallinas.

Por radio se escuchó nuevamente una orden al paramilitar apodado “Palizada”: “que tal está la gente, écheles un politicazo y salga enseguida”. El “civil” armado de la estrategia de tipo paramilitar expresó: “trabajen para que progresen, devuélvanse para el antiguo caserío, ese si era grande y bonito, allá nosotros les garantizamos seguridad, nosotros lo tenemos controlado, avancen hacia Pavarandó, por allá si está el desarrollo, ustedes saben que se está haciendo allá. Este territorio lo queremos pero con campesinos, a nosotros no nos interesa ahora desplazarlos, lo que pasó en el 2001 y el que mató al niño en Puerto Lleras era un bruto. Nosotros venimos es a ganarnos a los campesinos. Acostúmbrense a vernos, nosotros vamos a seguir por aquí, por aquí volvemos”

Entre tanto, otro grupo de paramilitares saqueó algunas viviendas, sustrajo refrescos, correas, ropa interior, crema dental, y escribió con carbón vegetal 10 casas del lugar humanitario con los textos: “AUC”, “FUERZAS ESPECIALES”, “BLOQUE ELMER CARDENAS ACCU”, “BEC ACCU PABARANDO JHONNKI” “DUENDE, EL SICARIO, BRUJITA” “BLOQUE ELMER CARDENAS ALIAS EL DUENDE, EL SAGAZ, EL SINSO AUC, LLEGO EL SABAS, FRENTE PABARANDO” “BEC ACCU” “AUCC” “BLOQUE ELMER CARDENAS ESTA EN LA ZONA OPERANDO ÑERO” “BLOQUE ELMER CARDENAS GUERRILLA YEGO TU PAPI”, “AUCC ÑERO”

A las 15:25 horas se retiraron del lugar los participantes de la operación militar irregular.

º Lunes 01 de marzo, hacia las 14:00 horas en la margen derecha del río Jiguamiandó aguas abajo, a la altura del lugar donde se ubicaron los integrantes de Nueva Esperanza, tres hombres armados participantes de la actuación militar irregular gritaron a un campesino que se encontraba en la otra orilla les entregara un bote. El afrodescendiente se negó a hacerlo y avisó a todos los demás habitantes de la presencia armada, simultáneamente a menos de 500 metros, una mujer del Consejo Comunitario visibilizaba la presencia de armados que le gritaban desde la otra orilla del río que no corriera.

En pocos segundos, las familias de Nueva Esperanza iniciaron una estampida general algunas hacia Pueblo Nuevo, y al lugar conocido como La Pemada, sitios donde buscaron refugio. Los armados, vestidos de camuflado de la estrategia militar gritaron desde la otra orilla: “no corran, no vamos a matar a nadie”.

20 minutos después de haber desocupado el poblado cuando éste se encontraba controlado por los participantes de la operación militar irregular, hubo una presencia de milicias de la guerrilla de las FARC EP produciéndose un contacto armado de pocos minutos.

Durante la tarde y la noche los efectivos militares de la actuación irregular ocuparon el caserío.

º Miércoles 3 de marzo, a primera hora de la mañana se constató en Nueva Esperanza las secuelas de la actuación militar en el caserío de esta comunidad. Destrucción de los tanques de almacenamiento de agua donados por una entidad humanitaria internacional, el saqueo de alimentos y artículos de aseo adquiridos para el consumo de las familias, el robo de radios AM y FM y de los medicamentos donados por Médicos del Mundo Francia, la destrucción de películas infantiles y de formación en salud donadas por la solidaridad internacional, el derramamiento de 17 galones de gasolina para la movilización de la comunidad, la afección de un motor 40 entregado por la Red de Solidaridad Social, la destrucción de los símbolos de la comunidad que los distingue como población civil, la destrucción de los vestidos de los pobladores.

Igualmente, se encontraron restos de bolsas de alimentos con un registro en su empaque que los identifica como de uso y propiedad del Ejército Nacional, a pesar del intento de destrucción de las mismas, algunas no lograron consumirse en la hoguera prendida por los efectivos militares. En las bolsas se lee: “ELB LA HUERTA DE ORIENTE FOMEQUE CUND. IND C/BIANA PARA EL EJERCITO NAL RESIAE05M24493 GOULASH”.

En el caserío los participantes de la estrategia militar encubierta dejaron propaganda del programa gubernamental de reinserción en la que se lee: “LA ARMADA ESTA A LA OFENSIVA!!! ACÓJASE YA AL PROGRAMA DE DESMOVILIZACION DEL GOBIERNO DEL PRESIDENTE URIBE ¡¡ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE!! ENTREGUE LAS ARMAS A LA PATRIA ACOJASE AL PROGRAMA DE ATENCION HUMANITARIA AL DESMOVILIZADO DEL GOBIERNO NACIONAL Y DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. LLAME GRATIS YA AL 01-8000-911-001 O AL CELULAR 154. OPORTUNIDADES: SOLUCION DE SU SITUACIÓN JURIDICA, AYUDA ECONÓMICA, CAPACITACIÓN PARA TRABAJAR, ATENCIÓN EN SALUD Y FUTURO. PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA – MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL.

A eso de las 10:00 horas, nuevamente los pocos pobladores que se encontraban cerca a la Comunidad de Nueva Esperanza al observar la presencia de los mismos efectivos militares por el camino que conduce al sitio conocido como Pemadas huyeron dando aviso a sus vecinos.

Una de las 4 viviendas ubicadas en la orilla fue parcialmente destruida al ser incendiada, los enseres, las cobijas, las ollas y vajillas fueron destruidas con machetes y 7 gallinas propiedad de los campesinos fueron consumidas.

Horas después se produjo un nuevo contacto armado entre las unidades militares de la actuación irregular y miembros de la guerrilla de las FARC EP al promediar el camino hacia Caño Seco.

º Miércoles 7 de marzo, a las 14:00 horas campesinos, de la cuenca del Jiguamiandó que se dirigieron del punto conocido como La Grande sobre el río Atrato a los lugares humanitarios con los medicamentos donados por Médicos del Mundo Francia, fueron requisados en un puesto de control de la Infantería de Marina en las Bocas del Jiguamiandó.

Al terminar de requisar los medicamentos y verificar la correspondiente factura, uno de los armados expresó: “¿No le da miedo que se la quiten los paras?”.

Desde las 7:00 horas se empezaron a escuchar en los lugares humanitarios del Jiguamiandó el sonido de maquinaria pesada y motosierra, del margen derecho del río aguas abajo. De acuerdo con los cálculos iniciales a menos de 2 kilómetros del caserío donde habitaron la totalidad de los integrantes del Consejo Comunitario de Nueva Esperanza.

º Lunes 29 de marzo, entre las 8:30 y 9:00 horas de acuerdo con testimonios de los pobladores, unidades militares del ejército nacional ingresaron desde Bajirá por la margen izquierda del río Jiguamiandó aguas abajo por el sitio conocido como La Pemada.

En el lugar retuvieron a varios pobladores, a uno de ellos los efectivos regulares lo llevaron donde un armado a quien nombraban “mi Capitán”. Este militar solicitó una manila e inmediatamente amarró al campesino, de un lado un militar halaba y del otro, otro militar, con un palo lo presionaba. Entre tanto, un efectivo regular le apuntaba con el fusil. El campesino del Consejo Comunitario expresó: “Mátenme si me van a matar, pero no me hagan oprobios”, pero los militares le gritaban: “diga, hable, cante dónde está la guerrilla, dónde están los milicianos, diga a dónde está la guerrilla?.” El poblador expresó: “Sí, ustedes saben que hay guerrilla, pero no están aquí, ellos están en la montaña, búsquenlos allá” Los militares entonces continuaron golpeando al campesino, diciéndose: ”déle con la rula en la mano, este no quiere decir nada, dele hasta que cante”. Al poblador lo tuvieron así más o menos media hora.

El capitán manifestó: “como no quiere cantar ahí va a quedar, ahí tengo la pala y la barra para que abra la tierra, su tumba y enterrarte aquí mismo”. Posteriormente ante la negativa del campesino de abrir la tierra, le empezaron a ofrecer dinero: “si usted nos dice la verdad le damos plata, aquí cargamos plata para dar, denos información.” El integrante del Consejo Comunitario indicó: “yo no tengo nada que decir, no tengo nada más que hablarles que por aquí no hay guerrilla, que la guerrilla está más allá en la montaña, yo no tengo nada que vender solo mis productos”

Luego lo llevaron en medio de ellos por los rastrojos hasta el pie del punto conocido como La Loma del Lobo, luego de caminar una hora y media, en ese lugar, el Capitán expresó: “agradece que diste con nosotros, a mi no me tengas miedo que yo no soy malo. Teneles miedo a los que vienen detrás que esos si vienen a mochar cabezas”. Le entregó un paquete de papeles que invitan a la deserción y a la colaboración para acabar con los terroristas.

Hacia las 11:40 horas, otro campesino fue detenido por cinco militares luego de dispararle, diciéndole: “¡H.P. no corras que somos del ejército!”. Los uniformados lo arrojaron al suelo, lo golpearon con punta pies en las piernas, la cabeza y el estómago, cuatro se le montaron encima de la parte frontal del cuerpo y otro, le colocó dos cuchillos en el cuello, amenazándolo: “te lo vamos a correr, no crea que es mentira, tiene que cantar”. Yo le dije: “pues hágale, no soy cantante, no soy nada, soy un poblador civil que lo único que hace es trabajar la tierra para alimentar la familia, hágale que ustedes pueden”. Uno de los uniformados expresó: “Nosotros podemos, estamos en el poder, usted cree que es mentira, tenemos la autorización para hacerlo”. De acuerdo con el testimonio de la víctima varios de los militares se reunieron en torno a él, aproximadamente 80, quienes gritaron: “ah! Este es el que andábamos buscando”.

Al poblador del Consejo Comunitario, lo obligaron a pararse. Entonces dos militares, uno de ellos afrodescendiente, le colocaron una bolsa de color azul oscuro, con partes negras y verdes en la cabeza la que iban apretando con una cuerda. El campesino al sentirse asfixiado empezó a forcejear con ellos, rompiendo la bolsa. Los militares volvieron a patearlo, diciéndole que hablará de la guerrilla. El poblador les expresó: “yo no soy guerrillero, ni auxiliar de guerrilla. No soy nada de lo que ustedes quieren que yo diga que soy. La guerrilla no está aquí. Si quieren mátenme pero yo no tengo nada que decir. No se nada y si quieren sigan con sus torturas”. Los militares le expresaron: “usted tiene que hablar primero, tiene que decirnos dónde está la guerrilla y dónde están los milicianos. Si usted no canta tiene que irse con nosotros”. Entonces les dijo: “me voy con ustedes, pero después de hablar con mi mujer y con mis hijos. Yo me voy pero ellos tienen que saber que ustedes me llevan”. Los militares me le dijeron: “nadie puede saber de su vida, así es que usted no va a hablar con nadie”.

En este lugar lo tuvieron como una hora y media. A eso de las 12:00 horas lo obligaron a servirles de guía, uno que le decían el “Cabo” le ordenó: “nos vamos pero usted se va adelante abriendo el camino, si la guerrilla nos ataca el primero que se muere es usted”. Durante el recorrido los militares expresaron: “Usted no va a vivir más, no piense en su familia que no la va a volver a ver”. A eso de las 15:00 horas llegaron al punto La Loma del Lobo.

Allí se encontraron con otro grupo de militares, quiénes volvieron a interrogarlo delante de un poblador que también había sido detenido. El campesino nuevamente les expresó: “si no me creen mátenme que no tengo nada más que decir, si ustedes creen que trabajar es un delito entonces mátenme y no me molesten más”.

A eso de las 16:00 horas lo dejaron ir, advirtiéndole “váyase, cuando encuentre guerrilla viene a avisarnos”. El campesino respondió: “yo no tengo nada que avisar, ni que cantar, los de esta guerra son ustedes y los otros, yo no me meto con actores armados, soy poblador civil y asumo mis derechos”.

º Martes 30 de marzo, a eso de la 1:00 hora, unidades regulares del Ejército Nacional detuvieron a cuatro afrodescendientes quienes se encontraban en el río Jiguamiandó pescando, los pobladores se encontraban a menos de 5 minutos del caserío de Pueblo Nuevo.

Los militares a los campesinos les quitaron los alimentos y las linternas. Allí permanecieron hasta las 6:00 horas cuando se dirigieron al lugar humanitario, los más de 100 efectivos militares, perfectamente identificados, ingresaron a las 7:00 horas al caserío ordenándoles a los afrodescendientes concentrarse en la parte alta. Allí preguntaron por los líderes, luego de presentarse como miembros del Batallón Vélez del Ejército Nacional.

Desde esa hora y hasta el comienzo de la tarde los militares preguntaron a los afrodescendientes acerca de “¿Cómo hacen para la salud?, ¿Cómo hacen para la educación?, ¿Cómo hacen para alimentarse?, ¿Por qué no se van de aquí?, en otros lados está el progreso, Qué hacen aquí arriesgando la vida?, ¿Cómo hacen para distinguir militares, paras y guerrilla? ¿En qué se dan cuenta?, ¿Por qué se agrupan apenas nos ven? algunos de los militares le recomendaron a la gente irse a la ciudad, estar en el progreso, aquí hay mucha miseria”.

A los integrantes del Consejo Comunitario les expresaron: “a la población vamos a respetarlos, no tengan miedo, en las otras comunidades nos han recibido a plomo”. Mientras la comunidad se encontraba concentrada escuchando a algunos efectivos militares, otros saquearon bienes de supervivencia y utensilios.

Dentro del operativo militar se encontraban dos informantes, uno apodado “Terapia”, promotor de salud de la población de Bartolo y otro apodado el “papa”.

Alas 14:00 horas, los militares salieron del caserío hacia la parte alta y permanecieron en cercanías del caserío hasta el sábado 3 de abril.

º Miércoles 31 de marzo entre las 7:45 y 8:15, aproximadamente, pobladores del sitio conocido como La Pemada, que salieron a cosechar, regresaron asustados luego de observar a la distancia la presencia de un grupo de hombres vestidos de camuflado, con armas largas y cortas. Los campesinos se ubicaron en una de las casas de la comunidad, observaron pasar a dos milicianos vestidos de camuflado y con armas cortas y largas, más atrás un grupo de 50 hombre armados empezaron a disparar durante 15 minutos, lanzando tres morteros. Los militares gritaron a las seis familias, 40 personas civiles, que allí se encontraban: ¡Tírense al suelo que ustedes los tienen aquí!”

En medio del tiroteo un militar expresó: “un niño está muerto”, dejaron de disparar. PASTORA VIDAL, madre del menor RICARDO GUARAONA de 3 años de edad, fue a buscar a su hijo que se encontraba tirado en el suelo sin vida. Su madre lo levantó y regresó al sitio. Cuando los niños lloraron, los militares ordenaron que solo una mujer se levantara a servirles comida, lo pobladores se manifestaron contra la exigencia de los efectivos regulares que se identificaron como miembros de la Brigada XVII.

Entre tanto, otro grupo de ellos requisó los bolsos de todas las personas que se encontraban allí, anotaron los nombres de los niños y adultos con su respectiva cédula y censaron a los pobladores. Posteriormente, separaron los niños a un lado y las niñas a otro, de acuerdo a la edad de cada uno, tomaron nota de cada uno de ellos. Luego preguntaron por las cabezas de familia y la cantidad de hijos y de hijas que tenían y registran y comparan toda esta información. Durante todo el tiempo obligaron a los pobladores a permanecer en silencio.

El padre del niño asesinado, RICARDO GUARAONA VIDAL, se encontraba junto con otros tres pobladores, aproximadamente a 20 minutos del lugar de los hechos, cuando cesó el tiroteo, este se dirigió rápidamente a su casa, fue detenido por un militar que le expresó: “tírese al piso este H.P. guerrillero donde tiene el fusil?”. El poblador expresó, “el único fusil que tengo es las manos para trabajar”. El regular lo amenazó: “Si no se queda quieto lo mato”

Diez minutos después le dio la orden de levantarse a menos de cien metros, otro soldado, expresó: “este hp. guerrillero dónde estaba para matarlo”. RICARDO respondió “soy campesino, si me quiere matar hágalo”. Otro militar agregó: “Ah! este perro es guerrillero, está bueno para matarlo ya!”, con la punta del fusil le tiró un golpe fuerte en el cuello. Luego de insistir en que es campesino, y al preguntarle que si tiene un hijo, este responde que uno de tres años, el militar manifestó: “como que a ese fue al que asesinaron”. Minutos después encontró a su hijo RICARDO GUARAONA muerto.

A eso de las 10:30 horas los militares lo presentaron a alguno que llamaron por su cargo el Teniente, quién expresó: “ya la embarramos, matamos a su hijo, pero que vamos a hacer”. El campesino exigió al militar dejar velar al hijo, pero el Teniente se negó rotundamente. “No hay permiso para que salga nadie de aquí”. Agregó el militar “cálmese, cálmese” (…) “si usted quiere, yo hago venir un helicóptero para recogerlos”.

A todos los pobladores los tuvieron bajo control hasta las 15:00 horas sentados o acostados sin dejarlos mover.

Posteriormente, los militares llevaron a los familiares del menor de edad a un lugar donde era posible el aterrizaje del helicóptero militar. Luego de caminar durante 30 minutos con los familiares del menor, instalaron el equipo de comunicación y llamaron a la Brigada XVII.

A las 16:20 aproximadamente aterrizó un helicóptero del que se bajaron dos delegados de Fiscalía y un médico, le tomaron varias fotografías al niño, lo midieron, luego les tomaron una fotografía a su madre y padre.

Mientras continuaron con el levantamiento del cadáver entre las 16:30 y 17:00 horas, según versiones de pobladores se escucharon los helicópteros ametrallando sobre La loma junto a Santafé de Churima, durante 20 minutos.

A las 18:00 horas regresó un helicóptero, subieron a los padres y al menor de edad al aparato aéreo.

A las 21:00 horas aproximadamente, los familiares de RICARDO llegaron a la sede la Brigada XVII en Carepa, en helicóptero. Allí uno de los militares les mostró dos cadáveres y les preguntó, si los conocían, el efectivo regular les expresó que: “a esos los trajeron de allá, en el otro helicóptero, los mataron esta mañana en un enfrentamiento allá en Caño Seco”.

Momentos más tarde trasladaron los restos sin vida del niño RICARDO y los otros dos al hospital, a los familiares los dejaron en una residencia.

º Jueves 1 de abril, el niño fue velado en una sala costeada al parecer por la Brigada XVII. Mientras eran transportados uno de los militares aseveró: “a ustedes los campesinos les gusta tapar mucho” (…) “esos acompañantes nacionales y de otros países son unos corruptos, ellos no acompañan a la población civil sino a la guerrilla”.

De acuerdo con algunos testimonios, antes de las exequias, un oficial del ejército tomó la denuncia del asesinato, este mismo militar le planteó a la familia que fueran a denunciar el caso a la Personería, a la Defensoría a ver que hacían, si no se hace la denuncia en los próximos días, “a usted el niño no se lo pagan”. El padre de RICARDO expresó: “Ustedes nos acusan de guerrilleros, no lo somos, nos dejan así, ahora qué hacemos?” entonces, el efectivo regular les entregó $ 100.000 (U.S. $ 40) agregándole: “nosotros hasta ahí llegamos. No se preocupe por el ejército, ellos ya saben y no le va a pasar nada”

º Viernes 2 de abril se realizó el sepelio del niño.

º Lunes 5 de Abril, a las 9:00 horas, tres personas de la comunidad que salieron de lugar humanitario de “Nueva Esperanza” fueron retenidos por unidades militares durante algún tiempo.

º Martes 6 de Abril, a las 11:20 horas, ocho militares ingresaron al espacio humanitario de “Nueva Esperanza” con insignias del Batallón Voltígeros. En el lugar el Capitán RUIZ dialogó con un sacerdote de la iglesia católica de nuestra Comisión Justicia y Paz, quién a nombre de la comunidad solicitó el respeto al espacio humanitario.

10 minutos después, un segundo grupo de 60 militares con insignias del Batallón Vélez y Voltígeros adscritos a la Brigada XVII ingresaron al espacio humanitario llevando consigo 22 reses y 14 bestias. Este grupo de militares permaneció en el lugar hasta las 13:00 horas.

A las 15:00 horas un tercer grupo de militares ingresó al espacio humanitario permaneciendo hasta las 8:15 horas.

Durante este tiempo, los militares entraron a las casas de los pobladores civiles solicitando ollas, y la venta de víveres.

En horas de la noche, luego de salir del espacio humanitario los militares acordonaron el poblado de “Nueva Esperanza”.

º Jueves 8 de abril de 2004, en el lugar humanitario de “Nueva Esperanza” la pobladora CLARA LUCIA GONZALES, madre de varios menores de edad, fue detenida por ocho militares del Batallón Voltígeros señalada por un informante de nombre VICTOR TALAIGUA que se encuentra dentro del operativo militar, quién la acusa de conocer el sitio donde se encuentra un fusil. La campesina desmintió al informante. A menos de 20 metros de distancia dos militares detuvieron a otro poblador civil, HORACIO NUÑEZ LOPEZ, acusado por un informante, el campesino desmintió las acusaciones. Los militares lo dejaron en libertad.

Uno de los militares al observar que los misioneros acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, fueron testigos de la actuación institucional con los pobladores civiles, se dirigió a ellos afirmando: “mire, esta señora es compañera de uno de los bandidos y sabe dónde tiene encaletado el fusil”. El que la señala es el señor que esta ahí – mostrando al informante – quien era de los mismos, me la tengo que llevar a la fiscalía. Al preguntársele si existía orden de captura, expresó: “cuando hay testigos, la obligación es llevarlos e investigarlos, en un plazo de 36 horas se entrega a la fiscalía. “¿diga usted que hay que hacer entonces?” A los que respondieron los acompañantes “obrar en justicia y con justicia”. Al final dejaron libre a la mujer.

Los militares antes de retirarse del espacio humanitario mataron dos marranos de la comunidad, argumentando “son de los bandoleros, la comunidad mire a ver si los consume o no”.

º Sábado 10 de abril hacia las 9:00 horas, dos militares se acercaron al lugar humanitario entregando a los misioneros acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, una bolsa que, según expresaron, encontraron por el camino. “Somos el Ejército Nacional, no hay razón para tener miedo, no soy el diablo”, expresó el efectivo regular mientras desembolsó el paquete en el que se encontraba un censo de la comunidad de “Nueva Esperanza” y dos cédulas de ciudadanía. Después de esto se marchó.

El censo corresponde a los pobladores del espacio humanitario de “Nueva Esperanza” elaborado por un poblador y que fue sustraído por los militares. Los documentos de identidad de ELIDA ROSA TORRES DE MEJIA y ERIBERTO MEJIA TORRES, son de dos pobladores asesinados en una incursión paramilitar ocurrida en la comunidad de Buenavista, Curvaradó, en el año 2001.

° Martes 19 de abril a las 14:45 se escucharon 5 disparos en las afueras del lugar humanitario donde se encuentra la comunidad de “Nueva Esperanza”, espacio perfectamente identificable con símbolos de la comunidad.

Minutos después tres milicianos de las FARC-EP, ingresaron unos 10 metros adentro de la Zona Humanitaria por el espacio donde se colocará la puerta de la zona humanitaria que se encuentra en construcción. Al ser observados por varios miembros del Consejo Comunitario y uno de los acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, se les exigió salir del espacio exclusivo de la población civil. Los milicianos expresaron que necesitaban hablar con la comunidad, proposición a la que se negaron todos.

Posteriormente campesinos del Consejo Comunitario, acompañantes pastorales, un delegado de la comunidad internacional y miembros de nuestra Comisión Justicia y Paz, exigieron el respeto debido al lugar humanitario y el abandono del lugar.

Los milicianos de la guerrilla insistieron en reunirse con la comunidad, solicitud que fue rechazada de plano por todas y todos los allí presentes, pues el lugar es espacio exclusivo de la población civil. Se les exigió nuevamente abandonar el lugar, los milicianos expresaron que habían asesinado a JOSE LUIS CALAIGUA por que era un informante y que tenían pruebas suficientes.

Los presentes rechazaron el hecho y expresaron la gravedad de lo sucedido con este integrante de las familias de Curvaradó y con el proceso comunitario. “Vamos a seguir haciendo lo mismo, a él no lo sacamos de aquí, respetamos a la población civil siempre y cuando sean así población civil y no cómo pasó ahora”, expresaron los milicianos.

Los acompañantes reiteraron la gravedad del hecho, y ratificaron el respeto a la población exigiendo además poder recoger los restos mortales de JOSE LUIS para darle sepultura.

Un grupo de la comunidad y de los acompañantes se trasladaron al lugar en donde se encontraba el cuerpo sin vida de JOSE LUIS, a unos 150 metros del espacio humanitario.

Durante toda la noche, los miembros del Consejo Comunitario de “Nueva Esperanza” convocaron a una Vigilia religiosa.

° Miércoles 20 de abril, JOSE LUIS fue sepultado luego de una celebración religiosa

JOSE LUIS llevaba cerca de 15 días habitando en el espacio humanitario de “Nueva Esperanza”

Nuestra expresión de Censura Moral ante los signos evidentes de la erosión del Estado de Derecho, la negación del derecho a la existencia, reflejado en las prácticas omisivas del Estado que están posibilitando la destrucción de la vida y de la existencia de los afrodescendientes.

Nuestra Censura Moral ante la inacción del aparato judicial que pretende sostener las razones de la impunidad en la ausencia de testimonios, cuando los victimarios se encuentran en las esquinas, en los lugares públicos de municipios, de corregimientos.

Nuestra Censura moral ante la ausencia de investigaciones prontas, eficaces que comprendan la sistemática actuación que se ha desatado desde 1.996 en esta zona bajo el pretexto de la persecución a la guerrilla de las FARC EP, presencia militar que sigue en la zona, y frente a la cual las comunidades han exigido cuando han ingresado a sus los lugares humanitarios o se encuentran en sus alrededores, o cuando los han encontrado, respeto a su proyecto de vida, y al ejercicio legítimo del principio de distinción. Los hechos de hoy constatan que la impunidad en que se encuentran los más de 100 crímenes cometidos contra los afrodescendientes, los más de 5 desplazamientos forzosos desde 1.996 han sido aliciente, aval, legitimidad de la ilegalidad para que hoy sigan siendo blanco y objeto de graves violaciones de derecho humanos.

Existe la impunidad no es una ficción más, es una realidad. Por eso no es posible acceder a la justicia, los actores, los artífices, las estructuras que nacieron, que se extendieron, que se consolidaron como parte de una estrategia criminal, solamente lo han podido hacer porque han contado con apoyos de sectores de poder, pero se hizo eficaz gracias a la inacción del deber de investigar, de sancionar y de reparar, que hoy encuentra nuevos alicientes en la reciente preclusión en la investigación del General Rito Alejo del Río y en los proyectos de ley que se discuten en el congreso.

Nuestra Censura Moral ante la ausencia de actuaciones prontas y eficaces que eviten la destrucción y la imposición de proyectos agroindustriales de modo ilegal y violento a los afrodescendientes con intervenciones urgentes, indepedientes y eficaces.

Nuestra Constancia Histórica de lo que hemos evidenciado en los últimos dos meses como una modificación sustancial en estrategias militares contrainsurgentes, de operaciones irregulares con participación de agentes estatales a operaciones regulares. Los excesos, los saqueos de bienes de supervivencia, los abusos, los tratos crueles, las torturas, el asesinato de un niño RICARDO GUARAONA, los “informantes” se sostienen como mecanismo de estigmatización, de señalamientos, de búsqueda de aparente información y como sistema de control poblacional que posibilite la privatización de los territorios para proyectos agroindustriales que se visualizan sobre territorios reconocidos como colectivos.

Nuestra Constancia Histórica y Censura Moral por el irrespeto a los lugares humanitarios de “Pueblo Nuevo” y “Nueva Esperanza”, expresión del desconocimiento al legal y legítimo ejercicio del principio de distinción, de oídos sordos a la Resolución de las medidas provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

La presencia de la guerrilla de las FARC EP, frente a la cual las comunidades han afirmando el principio de distinción, de diferenciación y han afirmando integralmente sus Derechos en la Guerra, se ha convertido en un medio para acusar a la población civil como cómplice. Ese uso argumentativo y justificativo desde la óptica militar institucional de sus actuaciones armadas y psicológicas, muchas de ellas excesivas, abusivas, con comisión de violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario.

Hoy se sigue observando como se brinda una protección especial y de seguridad, a los proyectos agroindustriales con presencias de estrategias paramilitares y regulares, entra tanto las comunidades continúan siendo blanco de violaciones de derechos humanos e infracciones de Derecho Humanitario bajo el pretexto de persecución a la guerrilla de las FARC EP.

Nuestra Constancia y Censura Moral ante el asesinato de JOSE LUIS CALAIGUA. Una grave infracción al Derecho Humanitario han cometido los milicianos de la guerrilla de las FARC EP. La ejecución extrajudicial ha sido un atentado contra la vida, repudiable y cuestionable desde el Derecho Humanitario, el Derecho en la guerra y la ética. No existe ninguna razón moral que justifique este atentado a la vida, a la integridad personal de un poblador. La paranoia militar convierte a pobladores civiles en blanco militar, se niega el principio de distinción.

Ahora vendrán nuevas operaciones militares, las operaciones psicológicas, las judicializaciones -injustas- de campesinos afrodescendientes y mestizos-, que han tenido la gracia o el infortunio de haber crecido de haber nacido en un territorio de mucha riqueza y biodiversidad.

Nuestra Constancia para que se actúe con urgencia y se eviten daños irreparables a la vida, a la existencia de esta comunidad asumiendo integralmente la Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, adoptando medidas preventivas de tipo civil; adoptando las medidas administrativas que la situación exige, por la omisión, la complicidad, que es COMISION POR OMISIÓN de estructuras estatales con estructuras de tipo paramilitar.

La propuesta de afirmación integral de sus derechos a la vida y al territorio, concretada en el deslinderamiento de los modelos y estrategias de guerra militar estatal – paraestatal y de la guerrilla, continúa siendo costosa en términos de vidas humanas, de nuevos desplazamientos forzosos, en aniquilación y destrucción de su identidad socio cultural. La propuesta de afirmación sobre sus derechos territoriales continúa siendo desconocida mientras se fortalecen con silencios institucionales la siembras agroindustriales. La crisis humanitaria en materia de alimentación, de salud, de educación es absolutamente inhumana.

Nuestra Constancia, a fin de que se evite la destrucción, el aniquilamiento de la vida integral y del derecho a la existencia de estas comunidades.

De toda consideración,


COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ