SIN OLVIDO a la Memoria de José Eduardo Umaña Mendoza

SIN OLVIDO

A 26 años del asesinato del maestro y defensor de Derechos Humanos José Eduardo Umaña Mendoza, evocamos su memoria como pascua y mensaje del triunfo de la vida sobre la muerte.

Pensador, intelectual, docente, que siguiendo la huella de su padre el maestro Eduardo Umaña Luna, un crítico del sistema social, político, económico vigente, por su injusticia e inequidad, ubicó su pensamiento en la militancia por la defensa de los Derechos Humanos en Colombia a partir la declaración de Argel o declaración de los Derechos de los Pueblos. Un postulado abordado junto a su padre.

Su sensibilidad por la situación de los sectores populares, su indeclinable postura crítica a un sistema político de injusticia, de exclusión, de estigmatización y de represión en Colombia lo llevó a involucrarse y a asumir desde el quehacer jurídico como abogado, la defensa de un sin número de ciudadanos colombianos a los que el consideró víctimas del aparato represivo de la impunidad del sistema político, económico y judicial de este país.

José Eduardo Umaña Mendoza en este contexto de afrenta a la vida y dignidad de colombianas y colombianos inició como defensor de Derechos Humanos en la década de los años 70 el espinoso camino en la búsqueda de verdad, justicia, libertad, en procesos judiciales de activistas sociales, campesinos, estudiantes, sindicalistas, desaparecidos, prisioneros políticos y de conciencia.

En su trayectoria como defensor de Derechos Humanos, aportó en el surgimiento de varias expresiones organizativas para la defensa de los Derechos Humanos. En la década de los 80 Junto a otras personas comprometidas con la defensa de la vida fundó la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos. Se destaca su participación en el Tribunal Permanente de los Pueblos en calidad de acusador del Estado colombiano por la responsabilidad en crímenes de Lesa humanidad y violación sistemática de Derechos Humanos.

También actuó como juez en el marco del Tribunal Permanente de los Pueblos. Participó como miembro del Comité Internacional Contra la Tortura. Ofreció conferencias en diferentes escenarios nacionales e internacionales, en espacios académicos, institucionales y en escenarios populares, en los que afirmó más su coherencia y consecuencia con lo que el mismo denominaría las causas populares.

A 26 años de arrebatar la ilusión y la esperanza de personas que miraron en el maestro José Eduardo Umaña una persona ética e integra, le recordamos como el paradigma del deber ser del abogado.

Su labor puede considerarse como quijotesca porque además de enfrentarse a un sistema de justicia altamente injusto y mantenedor de impunidad; también se encontró con una sociedad altamente indiferente.

Su análisis profundo sobre las causas estructurales que han generado esas desigualdades, esas marginalidades, los espirales de la violencia en Colombia evidencian su integridad e integralidad como defensor de Derechos Humanos y promulgador del humanismo social.

En Eduardo Umaña se puede comprender el ejercicio del derecho solo como una herramienta jurídica, lo que permite su buen desarrollo es el fortalecimiento organizativo de los movimientos y comunidades.

“Ellos mismos, decía él, son los mejores defensores, la gente, el pueblo es quién debe organizarse, quién debe defenderse, nosotros somos técnicos, pero ellos son realmente los jugadores, a ellos uno se les debe. El aparato de justicia está hecho para los de arriba sus normas son para defender a los privilegiados. Los luchadores populares, los desaparecidos, los asesinados y sus familiares recorren el camino hasta llegar a encontrarse nuevamente con la impunidad, el rostro de hierro estará siempre custodiado, pero si no hacemos lo necesario, si no asumimos la defensa, no podemos defender y demostrar que ese aparato de la “injusticia” es un aparato de guerra, de destrucción de los pobres, por eso es necesario defender o si no mejor renunciar”. Comisión de Justicia y Paz, Memoria 2004

A 25 de conmemoración de honrar su memoria y su vida, el accionar y pensamiento humanista de José Eduardo Umaña Mendoza tienen toda su vigencia en el actual contexto político colombiano:

Su sensibilidad por la situación política.

Indeclinable postura crítica a un sistema político de injusticia, de exclusión social y económica, de estigmatización.

Verdad, justicia, libertad ejercicio solidario desde la defensa de los Derechos Humanos.

Los Derechos de los Pueblos ruta a seguir para el verdadero cumplimiento de lo estipulado en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Humanización del conflicto y la búsqueda de una paz.

Denuncia a la agresiva intervención de las políticas internas por el orden mundial.

Todo pueblo tiene derecho a existir, todo pueblo tiene derecho al respeto de su identidad nacional y cultural.

Todo pueblo tiene derecho a conservar en paz su territorio y de regresar allí en caso de expulsión.

A 25 años de su partida celebramos la pascua y la vida de “el luchador en soledad por el nuevo humanismo social y una nueva sociedad”.

Eduardo Umaña Mendoza vivo en la memoria de los pueblos de Colombia.

Eduardo Umaña Mendoza vivo en la memoria de las comunidades que trabajan por la construcción de la Paz.

Eduardo Umaña Mendoza vivo en nuestra memoria.

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