¿Paz? ¿De qué hablamos?

Por Catalina Ruiz-Navarro

El domingo 20, un grupo de artistas encapuchados entraron a la Catedral de Bogotá mientras oficiaban la misa, para leer un manifiesto. Según dijo en Twitter una de las integrantes del colectivo, Simona Simo, se llaman Red de Artistas en Resistencia (RAR). Simona también hizo parte de la Primera Línea durante el Paro Nacional y, dicen los medios, es “simpatizante del Pacto Histórico”, lo cual sirvió para una serie de volteretas discursivas que terminaron con que Fico culpara a Petro del performance: “esto es lo que hacen tus simpatizantes”, le dijo. En su manifiesto las artistas decían: “¿Paz? ¿De qué paz hablamos? Cuando olvidamos amarnos los unos a los otros. Cuando bendicen fusiles y coronan a la virgen sobre tanquetas, indiferentes a la sangre, los ojos y las vidas arrebatadas. Vidas como las de aquellas que mueren en la clandestinidad de una clínica sin nombre, o en las paredes de un baño, en medio de un barrio donde ni dios se asoma. De aquellas presas por decidir abortar contra viento y marea”. Es decir, el manifiesto tenía un mensaje político que señala directamente a las malas prácticas del catolicismo y una crítica a la religión cristiana: que por más que predique fe, esperanza y caridad, se ha aliado con los poderes opresores del status quo (el machismo, el clasismo, el racismo), lo cual, a decir verdad, es una críticia bastante válida.

¿Tenían que hacerlo durante la misa? ¿No era posible hacerlo en al calle frente a la iglesia? Bueno, la verdad es que si lo hubieran hecho en la acera ni siquiera estaríamos hablando del performance, habría sido una protesta más que alguien hace en medio de los transeuntes. Para la efectividad de este performance, en términos artísticos y simbólicos, el lugar indicado para hacerlo era una iglesia durante la misa, y si lo vemos como protesta esto también era lo más incómodo y disruptor. ¿Importa que sea performance o protesta? ¿Debe ser una cosa o la otra o puede ser las dos a la vez? Históricamente el arte ha tenido una relación simbiótica con la protesta social, el buen arte suele tener un comentario crítico que conecta emocionalmente con las personas, y la buena protesta también.

¿Qué pasa con el derecho a la libertad de culto de les feligreses? Se supone que el dios católico es bastante portátil y se le puede rezar de forma íntima desde cualquier lugar. Claro, el espacio de la iglesia es algo más, es un lugar de comunidad, de recogimiento, y por eso las iglesias tienen una función social. Pero las performistas no le hicieron daño a ninguna persona, ni a la estructura de la iglesia, ni tampoco lograron detener la misa porque las sacaron rápidamente, así que no parece que haya derechos vulnerados.

Finalmente quiero detenerme en la acusación de Fico a Petro: ¿Qué tienen en comun quienes protestan así con los simpatizantes de Petro? ¿Protestan los simpatizantes de Fico? Y si es así, ¿cómo protestan? Lo que Fico está diciendo es que los seguidores de Petro “protestan mal”, “con violencia”, “retando al orden social” y quizás es cierto, lo más probable es que las personas que voten por Petro estén en desacuerdo con o directamente oprimidas por el status quo que está representado en Duque, en el uribismo, las clases políticas tradicionales y la clase alta con poder. Si alguna de estas personas está en desacuerdo, es probable que no tenga que salir a la calle a ahacer aspavientos porque tiene línea directa con algún ministerio. Los ricos no necesitan la protesta, para expresar su descontento, mejor unos whiskys en el club. Esas personas que están contentas con el status quo, y que por lo tanto no tienen necesidad alguna de protestar, ¿votarán por Fico? Petro no ha hecho los méritos para recibir el crédito de esta protesta, si algo, Fico le hizo un favor al conectarlo con el mensaje de este performance, que representa a muchas personas en Colombia y que tendría que estar protegido por la libertad de expresión.

Fuente:

https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/catalina-ruiz-navarro/paz-de-que-hablamos/

 

Imagen: Marcha por el cumplimiento del acuerdo de paz en Bogotá.AP

Disponible en: https://www.elmundo.es/internacional/2021/08/29/612a34d3fdddff2fa08b45f0.html