Neoliberalismo en Ciudad Juárez

Por internet he leído denuncias contra el neoliberalismo al aplicarse este en Ciudad Juárez: El sueño de la industrialización neoliberal se transformó en pesadilla. Ciudad Juárez se convirtió en el centro en donde el feminicidio es algo que sucede todos los días. En el 2001 se encontraron los restos de ocho mujeres.


Guatemala

No se investiga ni juzga a sus asesinos. La Corte Interamericana de Derechos Humano ha condenado a México por “indiferencia” ante las mujeres que han sido violadas y asesinadas. Jóvenes de clase humilde que trabajan en las maquiladoras.

El 31 de enero del 2010 marcó un hito en la historia de la guerra entre traficantes en Juárez: 15 estudiantes fueron asesinados en una fiesta que tenía lugar al sur de la ciudad. Las conclusiones nefastas: “estaban metidos en algo”.
Sin embargo, la población, que había guardado silencio, aterrorizada por el agravamiento de la violencia, esta vez reaccionó.

El mismo presidente Calderón y su ministro del Interior, Gómez-Mont, llegaron a Juárez. Fueron recibidos con manifestaciones de protesta en las que se les acusó de ser responsables política y judicialmente de la catástrofe juarense.
La solución del presidente fue militarizar el territorio valiéndose del Ejército mexicano, a pesar de que a este se le ha acusado de estar involucrado en el narcotráfico. Cuarenta y cinco mil soldados fueron desplegados en todo el país.
También ofreció unos pocos millones de pesos que se invertirán en el lugar.
Los grandes medios internacionales evitan ensañarse con este país, por ser fiel aliado de Estados Unidos. El diario El País, en Madrid, a menudo exalta los triunfos de Calderón en su combate al narcotráfico.

Se acusa al Ejército y a la Policía Federal no solo de tomar partido en la guerra, sino de llevar actos criminales como los secuestros y el pago de “protecciones” o “cuotas”. Parece que el país ha entrado en una ola criminal que cada vez se agranda más; cuatro mil 600 cadáveres contó Juárez desde inicios del 2008, cuando comenzó la guerra entre narcos por el control de la ciudad entre los carteles de Juárez y de Sinaloa, mientras el Ejército jugaba por su propio partido.

El periodista de El Universal Ignacio Alvarado cuenta que el 65 por ciento de la población es menor de 25 años, hijos o nietos de obreras de maquiladoras. Para medio millón de jóvenes el sistema neoliberal no ofrece nada, ni educación, ni salud, ni trabajo.

Tales jóvenes son captados por los carteles y, al mismo tiempo, perseguidos por el Ejército, que los secuestra, tortura y mata. Ante tal contexto, el sistema judicial va más allá de la impunidad. Apenas si hay 150 expedientes judiciales abiertos.

Otro testigo declara que “en el 2008, el 80 por ciento de los muertos fue asesinado por la tropa de ocupación (el Ejército). Los organismos de derechos humanos comprobaron la responsabilidad de los militares por lo menos en cinco casos de desapariciones de personas y hay cientos de denuncias por crímenes cometidos por uniformados… no hay guerra entre narcos en la cual el Estado llega a restaurar el orden, sino una masacre cometida por el Ejército enviado para sustituir un cartel por otro más controlable”. La acusación más seria es que el Estado “está involucrado en la violencia”.

La mayoría de autos particulares no tiene placas, pero sí vidrios polarizados, lo que contribuye a acrecentar la sensación de inseguridad.
Se resalta la falta de un sistema educativo: “Desde los setenta, Ciudad Juárez multiplicó por cinco su población. En estas cuatro décadas no se abrió ni siquiera una escuela preparatoria. La preparatoria es el sistema escolar mexicano que equivale al liceo y da acceso a la universidad.
¿Cómo solucionar los problemas de Juárez y cómo evitar que el azote de la criminalidad no cunda en otros países subdesarrollados?

VENTANA SOBRE LOS CICLOS
La gente, hecha de maiz, hace el maiz. La gente, creada de la carne y los colores del maiz, cava una cuna para el maiz y lo cubre de buena tierra y lo limpia de malas hierbas y lo riega y le habla palabras que lo quieren. Y cuando el maiz esta crecido, la gente de maiz lo muele sobre la piedra y lo alza y lo aplaude y lo acuesta al amor del fuego y se lo come, para que en la gente de maiz siga el maiz caminando sin morir sobre la tierra. Eduardo Galeano