Hostigamientos militares contra integrantes de CAVIDA

Siembra de coca, compra ilegal de tierras, desarraigo y suplantación de pobladores

“Sus príncipes eran león que ruge al desgarrar la presa; devoraban a la gente, arrebataban riquezas y objetos precisos.
Los nobles eran lobos que desgarraban la presa, derramando sangre y eliminando gente para enriquecerse.
Sus profetas eran embaucadores, que ofrecían falsas promesas y anunciaban mentiras. Diciendo: este es el futuro, cuando vida no había. Los terratenientes cometían atropellos y robos, explotaban al verdadero dueño y hacían empobrecidos” Ezequiel 22, 27 -29


RESUMEN

Mientras militares de la Brigada XVII continúan desarrollando sus estrategias de control y seguridad en Bocas de El Limón y la Nueva Zona Humanitaria en el Cacarica violando los derechos de los afrodescendientes y mestizos, los paramilitares desde La Balsa a su vez, desarrollan la estrategia de control militar, social , dentro del mismo Territorio Colectivo del Cacarica.

Tres habitantes del Cacarica, entre ellos un menor de edad y dos jóvenes, fueron retenidos por militares de la Brigada XVII, luego de acusarlos como milicianos. Durante las más de 24 horas que permanecieron privados de la libertad, custodiados por unidades militares y de ser permanentemente interrogados, los tres personas fueron dejadas en libertad, luego de firmar un documento de buen trato.

El hostigamiento a los habitantes de las Zonas Humanitarias continúan desarrollándose por parte de unidades militares de la Brigada XVII que continúan desconociendo la propuesta humanitaria de pobladores civiles asociados en CAVIDA. La actuación militar se focalizó de tiempo atrás contra los habitantes de Bocas de El Limón y de la Nueva Zona Humanitaria.

Mientras tanto, en el sur del Territorio del Cacarica se ha ido configurando una especie de tenaza o de encierro perimetral de los pobladores. Los “civiles” armados de la estrategia paramilitar continúan imponiendo la sustitución de habitantes, se desplaza a los moradores tradicionales de La Balsa, muchos de los cuales vivieron sometidos a los paramilitares desde 1.996 y se entrega las tierras en los últimos meses a nuevos habitantes provenientes de Córdoba y del Urabá Antioqueño. Los “nuevos pobladores” han expresado a sus legítimos dueños que las tierras nos las entregarán porque fueron donadas por Comandantes de las AUC y tienen que entenderse con ellos. Igualmente, se conoció que además de la deforestación de los pocos recursos forestales que aún quedan en esta zona del Cacarica, se inician procesos de canalización para la siembra de palma aceitera, proyecto de reconciliación con olvido y con impunidad.

Las amenazas territoriales están ligadas con los ejercicios de control y de pretensión de desestructuración de las comunidades, entre otros con la construcción de la carretera panamericana entre Colombia y Panamá, cuatro de cuyas propuestas atraviesan por el Cacarica. Se teme igualmente, que la siembra de coca que se ha implementado en el último período a espaldas de los Consejos Comunitarios, conocida por los militares de la Brigada XVII, la que se encuentra, en La Balsa y entre las Zonas Humanitarias, se convierta en un pretexto para la extinción de tierras.

A pesar de estas estructurales amenazas construidas con mentira, con impunidad, con fuerza y fuego, con judicializaciones y aislamientos, con la desestructuración de la Comisión Mixta de Verificación, el Derecho a la Vida y al Territorio continúa siendo afirmado por los integrantes de CAVIDA.

SOLICITUDES

Dirigir sus comunicaciones al Vicepresidente de la República, FRANCISCO SANTOS, convocar con carácter urgente la subcomisión de protección de la Comisión Mixta de Verificación, actuar administrativamente a fin de que cese el despojo de tierras colectivas en el Territorio Colectivo del Cacarica y exigir a la Fuerza Pública respuesta frente a su actitud omisiva desde el 13 de mayo para actuar frente a las estructuras paramilitares de La Balsa y Río Sucio
Tel: 57-1-4442123 Fax 57-1-444 21 58 y 57-1- 565 76 82

E-mail: fsantos@presidencia.gov.co
cefranco@presidencia.gov.co
fibarra@presidencia.gov.co

Al Ministro de Agricultura CARLOS GUSTAVO CANO, intervenir inmediatamente a fin de evitar la continuidad de la expulsión de afrodescendientes y mestizos de sus territorios para la implementación de proyectos agroindustriales de modo ilegal
Tel 571-3341199 Ext 301 a 303
E-Mail ministro@minagricultura.gov.co

Al Procurador General de la Nación EDGARDO MAYA VILLAZON, actuar inmediatamente a fin de verificar, de constatar las actuaciones omisivas, cómplices de agentes estatales y en general servidores públicos con la situación de La Balsa, San José La Balsa, Bocachica.
Tel 57-1-3520066 ext 12502 Fax 57-1-352 00 66 ext 12504 (+57 1)342.97.23
E-Mail emaya @procuraduria.gov.co
reygon@procuraduria.gov.co

A la Defensor Nacional del Pueblo, VOLMAR PEREZ, actuar desde su mandato constitucional y en nombre del bien común y de los derechos de las minorías étnicas a fin de evitar la destrucción de los Territorios, y de las vidas de afrodescendientes, indígenas y mestizos que habitan en el Cacarica
Tel: 571- 640 04 91
E-mail: secretaria_privada@hotmail.com

Adjunto Hechos detallados y líneas de Interpretación.

HECHOS

* Miércoles 29 de septiembre hacia las 15:00 horas aproximadamente tres jóvenes del Cacarica, JOSE MANUEL MORENO de 21 años de edad, JOSE LUIS GASPAR, 20 años y FRANCISCO GASPAR, 11 años de edad que regresaban del poblado de Quebrada del Medio luego de cazar con escopeta fueron detenidos por los militares a pocos metros de Bocas de El Limón, lugar humanitario de CAVIDA.

Allí los militares, los requisaron, los acusaron de ser milicianos. Alguno de ellos se comunicó por el radio de comunicación, diciendo: “reseñe los nombres” (…) “uno de estos tiene cara de gonorrea”… (…) “estos son milicianos”. Los sometieron a un interrogatorio sobre la guerrilla: “díganos donde está la guerrilla? “ (…) “Trabajen con nosotros”(…) Ustedes debe ser del mismo grupo de milicianos que matamos en el Resguardo indígena”(…) Qué planes tiene la guerrilla” (…) “Nosotros sabemos que en esos Asentamientos hay milicianos de la guerrilla, Díganos sus nombres. Apoyen, colaboren, se recibe una platica y les va bien. Hablen”. (…) Nosotros sabemos que hay milicianos de esos terroristas, ya sabemos quiénes son. Ayuden y no pasa nada”.

En medio de las presiones, los jóvenes afirmaron su identidad como civiles, negaron las falsas acusaciones proferidas por los miembros de la Brigada XVII contra ellos y contra los integrantes de CAVIDA.

Luego de tres horas permanentes de interrogatorio, los dejaron allí, les dieron de comer y los mantuvieron bajo vigilancia permanente por unidades regulares que se les hicieron a lado y lado. Los militares les advirtieron: “Si se llegan a volar, saben lo qué pasa” (…) “ya tenemos sus datos” (…) No intenten nada que les va mal”

* Jueves 30 de septiembre, en medio de intimidaciones, de amenazas, de ofrecimientos y las falsas imputaciones, los jóvenes se negaron nuevamente a aceptar los ofrecimientos y los cargos

A las 17:30 horas aproximadamente, cuando decidieron dejarlos en libertad, los hicieron firmar una hoja con huella digital, donde se consigna que recibieron buen trato

Durante este mes, los militares han abordado a varios afrodescendientes del Cacarica expresándoles que existe una lista de más de 12 milicianos, que los van a coger, que todos ellos están en esas Zonas Humanitarias y ahí si se las van a ver, que las cosas no se han terminado y la región hay que asegurarla.

* Sábado 2 de octubre, promediando el medio día aterrizó un helicóptero en la cancha de fútbol en el interior del poblado del Limón, donde habitan miembros de las Comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad, CAVIDA.

Con el aterrizaje ingresaron al lugar humanitario decenas de soldados adscritos a la Brigada XVII, los que contaron con autorización para su acceso de dos profesores del municipio de Río Sucio, que no pertenecen a la Comunidad del Cacarica ni son miembros de los Consejos Comunitarios.

En horas de la tarde, tres jóvenes que se dirigían del lugar de la nueva “Zona Humanitaria” a Bocas del Limón, antigua Zona Humanitaria de “Esperanza en Dios”, los militares les expresaron: “ allí están los sapos que vienen a informarse son sapos de la Coordinación y los sapos de Justicia y Paz”.

A pesar de la exigencia de los integrantes de CAVIDA de respetar el lugar humanitario y de exigir las órdenes judiciales para ingresar a la zona Humanitaria, lugar exclusivo de la población civil propiedad de las familias asociadas en CAVIDA, los militares permanecieron durante tres horas.

Por lo menos 5 viviendas fueron afectadas por el aterrizaje del helicóptero.

* Domingo 3 de octubre, efectivos regulares de la Brigada XVII vestidos de civil ingresaron a lugar de habitación de los pobladores del Cacarica en El Limón, verificando los daños causados.

* Lunes 18 de octubre, entre las 11:15 horas y las 11:45 un grupo de seis militares ingresaron a la nueva Zona Humanitaria, saltando por la Malla de la Vida, cerca que visibiliza el lugar como propiedad comunitaria dentro del Territorio Colectivo, lugar exclusivo de la población civil, sin presentar ningún tipo de orden judicial. Los afrodescendientes de CAVIDA exigieron a los militares abandonar el lugar humanitario, explicando los principios de la Comunidad de CAVIDA, el Derecho Internacional en el que se sustenta su experiencia.

Los militares se vieron obligados a salir del lugar.

* Martes 19 de Octubre en horas de la mañana un grupo de los miembros de los Consejos Comunitarios asociados en CAVIDA que se dirigen hacia Bocas del Limón encontraron un letrero en la finca de propiedad de un afrodescendiente del Cacarica, en donde los militares acampan en el que se lee: “ Combatimos por la libertad de la patria. Muerte a guerrilla. Atentamente Delfos” con una calavera pintada y los números 3-3_3 y otro con la expresión: “Entréguese Milicia. Contraguerrilla DELFOS. 04/10/18”

* Miércoles noviembre 3 habitantes de la Zona Humanitaria “Nueva Vida” observaron la presencia de un grupo de militares de la Brigada XVII. Cuando las personas se dirigían hacia las fincas de trabajo familiar, algunos militares se molestaron con los integrantes de CAVIDA.

* Jueves 4 de Noviembre, alrededor de las 14:00 horas varios grupos de militares adscritos a la Brigada XVII se dispersaron en el entorno de la Zona Humanitaria “Nueva Vida”. Dos de ellos expresaron a una religiosa de la iglesia católica que se encontraban perdidos, solicitaron la venta de alimentos

La acompañante les explicó las razones por las cuales no podían estar en la Zona Humanitaria, los principios de la comunidad y la razón de ser de estos lugares.

Aproximadamente, cinco minutos después se acercaron otros dos militares, uno de ellos sin armamento quien se identificó como el Teniente JIMÉNEZ, quién solicitó comida, “no venimos a hacer ningún daño” expresó, y agregó: “ Si no podemos entrar a la Zona Humanitaria, háganos llegar algo de comida”.

Nuevamente se les explicó los principios de la Comunidad de CAVIDA, en ese momento se acercó un grupo de nueve soldados y uno de ellos expresó que ya sabían cual era el camino hacia Bocas de El Limón. Entonces el Teniente expresó: “vámonos, y ojalá no tengamos que prestarles ningún servicio a ustedes”.

Simultáneamente, otros tres militares se encontraron con integrantes de CAVIDA y acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, quiénes expresaron que estaban buscando camino hacia Bocas de El Limón.

A menos de dos horas a pie de la Zona Humanitaria “Nueva Vida” se encuentra la Base paramilitar de La Balsa, lugar al que desde hace 7 años no ha accedido la Brigada XVII.

* Lunes 15 de noviembre, pobladores del Cacarica informaron que en el territorio colectivo , aproximadamente a unos dos kilómetros y medio de las zonas humanitarias, se han iniciado siembras de hoja de coca, hasta el lugar ha llegado integrantes de las Fuerzas Militares.

* Lunes 6 de diciembre, nuestra Comisión de Justicia y Paz recibió la información según la cual en el punto conocido como La Balsa y San José La Balsa se encuentran fosas comunes, en los antiguos campamentos de la empresa Maderas del Darién, otra en San José de Balsa y una tercera en el punto conocido como La Coquera.

En uno de los tres lugares, se encuentran los restos de EDWIN SALAZAR, integrante de CAVIDA, desaparecido, el 21 de abril del 2001 en el sitio conocido como Tumaradó donde se encuentra un retén paramilitar sobre el río Atrato. De allí fue trasladado hacia La Balsa, donde de acuerdo con la versión fue torturado por “civiles” armados de la estrategia paramilitar.

Uno de las víctimas de los paramilitares expresó que en La Balsa continúan las amenazas de muerte, las intimidaciones y la tortura. Muchas familias se han visto obligadas a abandonar el caserío pues se ha hecho insostenible seguir soportando la presión paramilitar, entre ellos el caso de CARLOS MARTINEZ, asesinado. Muchos de estos casos fueron denunciados ante instancias de control del Estado en Apartadó

Las tierras que han sido abandonadas en el último trimestre han sido entregadas por los paramilitares a nuevas familias que son traídas de Córdoba y Urabá Antioqueño, las que afirman a sus legítimos propietarios integrantes de los Consejos Comunitarios que “no las van a devolver, por que fueron entregadas para el progreso, por el Comando de la Autodefensa Unidas de Colombia. Si hay algún problema, entiéndase con el Mando”. A quiénes exigen sus tierras, los paramilitares los han amenazado o les han ofrecido 200 mil pesos por hectárea, ( U.S $ 87 ), aunque la venta es ilegal porque pertenecen al Territorio Colectivo del Cacarica.

Víctimas de desplazamiento forzado reciente y de amenazas de los paramilitares en esta zona del Territorio Colectivo del Cacarica, expresaron que “quien no está en la zona es porque no le interesa la tierra, la tierra no es de quién la abandona”

Al tiempo, el proceso de explotación forestal de la poca reserva que existe está por finalizar, de modo ilegal, logrando acabar con la flora, la fauna de La Balsa, San José La Balsa. Simultáneamente se fortalece la extensión ganadera y la siembra de coca, y se implementa proyectos asociativos con los “nuevos habitantes” del Territorio Colectivo del Cacarica

Los paramilitares expresaron que: “esta tierra es de nosotros porque los demás salieron dándole espacio a la guerrilla. Nosotros merecemos esta tierra porque si sabemos como afrontar la guerra” (…) “no vamos a devolver las tierras, vamos a dar bonificaciones a quienes eran los dueños” (…) “nosotros hemos liberado estas tierras y son nuestras” (…) “el que no quiera vender, nosotros cuadramos con él” (…) Estamos más de 1.000 hombres, las tierras son del progreso, de la paz y las tierras van a ser sembradas con palma. Las empresas van a canalizar, la tierra queda apta para que no haya tanta humedad y queda lista para el mejor negocio, la mejor alternativa”


LINEAS DE INTERPRETACIÓN

Las operaciones psicológicas, de control y de represión continúan dirigidas contra los pobladores de los Consejos Comunitarios asociados en CAVIDA. Desde el 13 de mayo de 2003 hasta el día de hoy han sido evidentes los objetivos de la estrategia militar debilitar, bloquear, perseguir el proceso de los afrodescendientes que afirman integralmente sus derechos a la Vida y al Territorio.

El temor a un ejercicio democrático de los Derechos como lo han afirmado en los últimos 7 años, los Consejos Comunitarios del Cacarica asociados en CAVIDA, con propuestas alternativas frente a los Planes de Ordenamiento Territorial excluyentes, a las deforestaciones ilegales y extractivas industriales como las de Maderas del Darién, a la paramilitarización social y la militarización del Territorio, a las ideas de un progreso sustentado en la mentira, en la imposición armada de la Palma, a la impunidad en Crímenes de Lesa Humanidad ha planteado profundos cuestionamientos a un ejercicio del poder que destruye Territorios, que destruye identidades culturales y que destruye vidas humanas. Sus victimarios, los de la guerra militar y los de la guerra judicial, la guerra económica y la guerra mediática, carecen de cualquier postulado ético como especie humana en su acción, cuentan con el poder para pervertir para destruir nunca con la dignidad de los afrodescendientes, de los mestizos que cuentan con ella, como su único bastión.

Los hostigamientos, las amenazas, los señalamientos, los hostigamientos, los ofrecimientos permanentes de recursos económicos, el engaño continúan siendo los mecanismos que pretenden confundir y resquebrajar la postura de las familias que se niegan a ser parte de estrategias de seguridad antidemocráticas, que niegan el principio de identidad como población civil, el derecho a asociarse para defender los Territorios ancestrales ante intereses privados. Las operaciones militares continúan concentrándose en el Norte contra los habitantes de CAVIDA que habitan en Bocas de El Limón y la “Nueva Zona Humanitaria” , y muy esporádicamente frente a los afrodescendientes de “Nueva Vida”. Desde ellas se anuncian nuevas judicializaciones, el mecanismo del control y del desprestigio y de la destrucción moral con asociaciones falsas a la siembra de coca o el tráfico de drogas, que justificarán extinciones.

Simultáneamente, las omisiones de la Brigada XVII, eso sí contra estructuras armadas encubiertas son evidentes, como ocurre con el desarrollo de la estrategia paramilitar en La Balsa, dentro del Territorio Colectivo del Cacarica. Allí a menos de dos horas a pie de la Zona Humanitaria de “Nueva Vida”,donde se continúan violando los derechos de la población. Punta de lanza de la nueva etapa de desmovilización que posibilitará la imposición de un modelo de sociedad, de asociación y de inserción productiva dentro de la palma aceitera.

Las estructuras encubiertas de tipo paramilitar están asegurando el encerramiento de los pobladores de los Consejos Comunitarios del Cacarica en lo militar, en lo político y lo social desde el sur del Territorio Colectivo. No simplemente es el copamiento de los territorios o el intento de cooptación de los Consejos Comunitarios se trata de la sustitución de pobladores, de legítimos habitantes de Territorios Colectivos por pobladores que individualizan la propiedad. Se trata de controlar progresando. En el mediano plazo, se legitimarán y legalizarán las tierras que declararan baldías. Sus legítimos dueños las abandonaron y gracias a las reformas que se encuentran en estudio en el INCODER, en los que se limitaran los derechos consagrados en la Ley 70, se avalarán nuevos mecanismos de posesión, de asociación, de usufructo.

Avanza la deforestación ilegal que se ha propiciado con canales artificiales los que han causado un gran impacto ambiental, y la planeación de la extensión de la siembra de palma aceitera y de coca. Mojones de esta siembra ya se encuentran ubicados en el interior del Cacarica entre las dos Zonas Humanitarias, allí han llegado efectivos de la Brigada XVII sin que hayan actuado. La actitud de ceguera institucional es signo de una voluntad, de una decisión política que propiciará nuevos mecanismos de expropiación de los derechos de los afrodescendientes.

Mucho se sigue comprendiendo hoy del Plan Puebla Panamá, del obsesivo interés por abrir el Tapón del Darién. De los seis proyectos de carretera Panamericana entre Colombia y Panamá, cuatro atraviesan el Territorio Colectivo del Cacarica, ellas y ellos, ni las comunidades indígenas han sido consultados, porque ellos no son nada en la lógica del mercado, del progreso, de la ganancia. Se comprende mucho más, el porque es necesario secar la tierra, porque la Palma es parte del circuito de la viabilidad del progreso, teñido de mentira, de sangre, de fuego en los cimientos de la impunidad y del silencio. El Estado existente es de Hecho, no existe el Derecho.

Bogotá, D.C diciembre 7 de 2004
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ