5-0 Miércoles Santo, Patria Boba

Humberto de La Calle Lombana el constitucionalista con espíritu neoliberal, denegado del nadaísmo, pero liberal para aceptar unos derechos, el más abierto de los negociadores para escuchar y construir consensos eventualmente reflejados en una nueva Constitución o algún tipo de pacto político. Frank Pearl y Fabio Villegas el pensamiento de la democracia entendida como ejercicio de poder de los ricos. Sergio Jaramillo el filósofo civil de las estrategias militares, expresión de los civilistas convertidos en militares.

Y lo más sorprendente y cuestionable o lo más astuto para contener la ira uribista y reflejar el país en que se acuñó la Doctrina de Seguridad Nacional que ha creado ese país de miedo y de negación, la presencia de Jorge Enrique Mora Rangel. El temido ex general, de dudosa hoja de vida en “defensa de la democracia” del que se dice implicado en asesinatos como los de Eduardo Umaña Mendoza, Jaime Garzón, uno de los mentores y protectores de prohombres de las fuerzas armadas. Hilando más delgado, no era de extrañar eso es lo emblemático de nuestra democracia en armas, hombres oscuros.

El de tantos soles en realidad le acompaña a Santos desde tiempo atrás. En el primer 7 de agosto en el Puente de Boyacá estaba a su espalda. Desde ACORE, Mora Rangel, integrante de esta mal recordada asociación para las víctimas de crímenes de Estado, presionó a Santos por la sentencia en contra de Plazas Vega en la que se responsabilizó por tres desapariciones forzadas en la contra toma del Palacio de Justicia… y Santos, claro, lo escuchó. No podrá olvidarse como usando el padre nuestro, del Monseñor Rubiano, pidió perdón a los militares y no a los familiares de las víctimas.

Y claro no era de extrañar tal expresión de arrodillamiento verbal, pues los amigos de Mora Rangel son célebres como él, por sus contactos con La Terraza de “Don Berna”, y siguen Rito Alejo del Río, Harold Bedoya, Mario Montoya, Jaime Humberto Uscatequi, entre otros. Definitivamente no podría existir mejor hombre emblemático del terror para asegurar la impunidad en el escenario de las negociaciones.

Y en la alineación no podía dejar de estar el mejor policía del mundo, Oscar Naranjo. Desde México seriamente cuestionado. Desde allí, dicen porque aquí hay mucho miedo. Desde allá han dado a conocer detalles de su vida policial no tan santa. Basados en documentos le ha mostrado en vínculos con paramilitares, con traficantes de drogas del norte del Valle y en su participación privilegiada en contrataciones en la policía de Colombia, algo de eso, en “el General Serrucho”, se dice.

Ya algunas atrevidas manifestaron que esa representación de Santos en las conversaciones con las FARC refleja lo que es nuestro establecimiento, la plutocracia, la militarización del civil y la narcoparamilitarización de la fuerza pública. Así es, el sector empresarial que no conoce el barro ni la exclusión, la fuerza pública que mezcla el rostro hipócrita de la bondad con la del terror criminal.

Santos apuesta duro. Ya no solamente asegura la impunidad para dos de los integrantes de la Fuerza Pública. Logra la impunidad social para dos hombres que quedarán como los hombres de la paz. Así que es posible asegurar con Santos que el país ha quedado en las mejores manos para lograr una salida a un conflicto armado que está en las últimas, no por qué no existan alientos para más años de bombas y de balas, es que sus costos son altos, su eficacia cuestionada y ya podemos pasar a que la guerra sea una costumbre más de nuestra identidad.

Lo cierto es que con ese establecimiento, de ese tamaño será la paz. Ahí está la selección Colombia de la Paz, hoy 5 de septiembre como en 1993, en aquel domingo 5 de septiembre. Hoy miércoles nuevamente la Patria Boba!!!. Así somos, así creemos, los buenos borregos lógicos colombianos. Igual, que más tenemos cansados de tanta guerra militar, aceptamos la guerra del hambre, de la salud y de la exclusión. La tierrita no da para más.

Así vamos de septiembre en septiembre en esta Patria Boba