Torturados y asesinados el 21 de febrero de 2005

Luis Eduardo Guerra Guerra y Bellanira Areiza Guzman,
Deiner Andrés Guerra de 11 años,
Alfonso Bolívar Tuberquia Graciano,
Sandra Milena Muñoz Pozo,
Santiago Tuberquia Muñoz de 2 años,
Natalia Andrea Tuberquia Muñoz de 6 años

“El lunes 21 de febrero militares de la Birgada XI del ejército torturaron y asesinaron Luis Eduardo Guerra Guerra, de 35 años de edad, líder de la comunidad y miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, desde los inicios del proceso. A su compañera Bellarina Areiza Guzman de 17 años, a quien hace tan sólo unos días se había unido, a su hijo DEINER ANDRES GUERRA de 11 años y quien había sido herido el 11 de agosto de 2004 con una granada dejada por el ejército. A ALFONSO BOLIVAR TUBERQUIA GRACIANO de30 años líder de Mulatos y miembro del Consejo de Paz de las zona humanitaria de Mulatos. A su compañera SANDRA MILENA MUÑOZ POZO de 24 años y a sus hijos SANTIAGO TUBERQUIA MUÑOZ de 2 años y a NATALIA ANDREA TUBERQUIA MUÑOZ de 6 años.

LUIS EDUARDO GUERRA había salido el sábado 19 de febrero de su casa en San José hacia su finca en la vereda Mulatos (queda a unas 7 horas de San José) con el fin de recoger cacao; sus planes eran regresar el lunes 21. Pero ese lunes 21 hacia las 11 a.m. fueron detenidos en el rio Mulatos por miembros de la Brigada XI (once) del ejército. Luis Eduardo iba de salida hacia San José con su compañera BELLANIRA, su hijo DEINER y otro joven, medio hermano de Luis Eduardo. El ejército los amenazó y les dijo que iban a llevárselos para asesinarlos. Al escuchar esto, el medio hermano de LUIS EDUARDO logró correr. Pero LUIS EDUARDO, BELLANIRA y DEINER fueron llevados desde ese sitio de la vereda Mulatos hasta La Resbalosa, la vereda siguiente. Allí los llevan a la casa del señor ALFONSO BOLIVAR.

El martes 22 el medio hermano de LUIS EDUARDO, quien había logrado huir del ejército, va a buscarlos y en la casa de ALFONSO BOLIVAR encuentra sangre y sigue su rastro hasta encontrar, cerca de la casa, una fosa con los cadáveres despedazados totalmente. Este terrible hallazgo fue hecho por el joven y otras personas de la vereda Mulatos que habían salido a buscar a los desaparecidos”.

Habitantes de San José de Apartadó LUIS EDUARDO GUERRA, campesino, gestor de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Hombre recto, honesto, coherente de vida y de palabras. La forma como fue asesinado, junto con los menores edad y los adultos, refleja la ausencia absoluta de respeto al cuerpo humano, la negación absoluta del respeto a los mínimos de la dignidad humana por parte de los agentes del Estado.

La actuación de sus victimarios refleja la degeneración absoluta de la guerra estatal, una guerra que no se ha dirigido contra los armados sino contra campesinos inermes, que han cometido a los ojos de la institucionalidad “el delito” de pensar, de construir, de afirmar alternativas a la guerra.

Sus victimarios destruyen la vida humana con técnicas criminales bañadas de sevicia, de barbarie. Gestores de juegos orgiásticos de sangre. Reflejan la obsesión compulsiva, los impulsos irracionales. Las prácticas proscritas por la conciencia de la humanidad, que se asemejan a la de los campos de concentración en Alemania o de las experiencias de las dictaduras del cono sur reactualizadas. La capacidad de mentir no entierra la memoria.

Desde el martirologio en San José de Apartadó, habla la memoria viva, habla la vida, habla el derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación integral.

Desde los lugares en que encontraron los restos grita la vida, exclama la esperanza de los sueños de paz con dignidad.

Bogotá, D.C., 27 de febrero de 2005
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz