No más hidroeléctricas

Dice el proverbio popular que ‘cuando el río suena, piedras lleva’. Y nos referimos a los cada vez más fuertes rumores sobre la construcción de nuevas hidroeléctricas en el río Magdalena y en jurisdicción del departamento del Huila, ese despropósito ambiental que parece ser una prioridad del Gobierno y que en forma soterrada sigue avanzando como una política de Estado.

En las últimas horas el profesor Míller Dussán Calderón, defensor de derechos humanos e investigador de la ONG Plataforma Sur de Organizaciones Sociales, aseguró que son nueve hidroeléctricas más, aparte de Betania y El Quimbo, las que se tienen proyectadas construir en el departamento del Huila.

Y lo sustenta con un video que está colgado en la red, donde un ingeniero experto, conferencista de la IV Semana de la Ciencia y la Tecnología ‘Huidrosfera’, realizada en el Centro de Convenciones de Neiva el pasado 4 de octubre, así lo asegura.

En el video el especialista muestra, en un mapa del Huila, la ubicación de los nueve proyectos nuevos, los que dice, generarán, cada uno, más de 100 megavatios de energía.

Las nuevas hidroeléctricas quedarán –así lo aseguró- en jurisdicción de las poblaciones de Isnos, Guarapo, Chillurco, Oporapa y Pericongo, en el sur del Huila; y Páez, Aránzazu, La Plata y Paicol en el occidente del departamento.

Es decir, que con Betania y El Quimbo el Huila quedaría con once hidroeléctricas y con todos los problemas ambientales que esto acarreará para la región.

No nos alcanzamos a imaginar el impacto ambiental que puede tener la construcción de nueve ‘quimbos’ más. ¿Cuántas tierras fértiles serán inundadas? ¿Cuántas familias serán desplazadas de sus parcelas? ¿Cuántos campesinos quedarán sin trabajo?

Todo es grave y dañino para el Huila, imaginemos el espejo de agua que quedará en el Departamento y el cambio climático que tendremos que soportar.

El experto fue un poco más allá y se refirió a la “privatización” del río Magdalena. “El Plan incluye, entre otras, la navegabilidad, la adecuación de tierras (expropiación), la generación de energía, la recreación social y el saneamiento ambiental, en síntesis, la privatización del río Magdalena en el marco de los tratados de libre comercio”.

Como vemos el panorama es sombrío. El Huila no puede permitir semejante adefesio y no se trata de que nos opongamos al desarrollo, simplemente el Departamento no tiene por qué aportar todo el daño ecológico para generar la energía de todo el país.

Defendamos el río. Este debe ser un compromiso de nuestra dirigencia política y de nuestros académicos. Sigamos el ejemplo del profesor Míller Dussán.

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