No destapar el Darién en Colombia

Súmate a la protección socio ambiental de los habitantes y de los territorios de Cacarica y el Darién ante la decisión del gobierno colombiano de culminar en el 2014 un trazado carreteable de 62 kilometros.


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En el polémico trazado se encuentra la cuenca del río Cacarica, en el bajo Atrato, al noroccidente de Colombia, en el departamento del Chocó limítrofe con Panamá. Justo en este punto confluye la biodiversidad de Norteamérica, Centroamérica y Suramérica. En términos ecológicos forma parte de la ecoregión de Bosques Húmedos Chocó-Darién, una de las más ricas en especies de zonas de tierras bajas en el mundo. La excepcional abundancia y endemismo incluye plantas, aves, anfibios y mariposas.

Precisamente en el denominado Tapón del Darién está planificada la construcción del trayecto Palo de Letras- Cacarica- Lomas Aisladas (62 kms.), y el puente Cacarica, sobre el río Atrato. Estas obras atravesarán el Parque Nacional Los Katios, declarado en 1994 Patrimonio Natural Mundial por la UNESCO.

Las leyes y normativas nacionales e internacionales son desconocidas por los impulsores del proyecto de la Transversal de las Américas: los habitantes de la zona del río Cacarica, numerosas comunidades indígenas, afrocolombianos y mestizos, que dependen fuertemente de los ecosistemas y legítimos habitantes del territorio, ni siquiera han sido oficialmente informados ni consultados.
Comunidades locales como las de Autodeterminación Vida y Dignidad- CAVIDA, se oponen a este tramo de la carretera y manifiestan su “preocupación por el desarrollo del megaproyecto Transversal de las Américas, el cual amenaza nuestra supervivencia en nuestro territorio tradicional y pone en riesgo la persistencia de la alta diversidad biológica que lo habita. Tenemos derecho a trabajar en lo que es nuestro, a vivir en lo que nos pertenece”.

Al otro lado de la frontera, la opinión pública y sucesivos gobiernos panameños se han opuesto a la obra, por temor a que el conflicto colombiano traspase sus fronteras ingresando a Panamá, así como por la intención de proteger los recursos ambientales.

En menos de cuatro años se estará construyendo la Transversal de las Américas (desde Paraguachón, en la frontera con Venezuela, hasta Palo de Letras, en la frontera con Panamá), que tendrá un impacto sin precedentes sobre los habitantes de la zona y el medio ambiente. El proyecto se enmarca en la Iniciativa de Integración de la Infraestructura de Sudamérica IIRSA y el Plan Mesoamérica (anteriormente denominado Plan Puebla Panamá). En este sentido, ministerios de planificación e infraestructura de la región, altos funcionarios de los bancos multilaterales, empresarios financieros, firmas de ingeniería, proveedores de maquinaria, equipos y servicios, ya están planificando cómo repartirse el jugoso pastel.

El presidente colombiano asegura que “desde el punto de vista ambiental me preocupa muchísimo no tener manera de que toda la gente sensibilizada del cuidado ambiental acceda a esos tesoros”. Pero los documentos que habilitan el proyecto no preveen el “cuidado ambiental”. En su lugar, hablan de “los tratados comerciales y la globalización demandan infraestructuras de transporte (carreteras) con óptimas especificaciones técnicas, que provean corredores seguros y confiables que reduzcan los costos de operación y por ende el precio final de los productos, estimulan la inversión y aumentan la competitividad del país”. Ver DeVer Transversal de las Américas

La construcción de una carretera y un acceso más directo a los tesoros naturales será sin duda alguna sinónimo de destrucción, ya que se facilita la explotación indiscriminada de los recursos naturales y la implementación de agronegocios. Y es por eso, por lo que se denuncia desde el lugar que la ambiciosa mirada de sectores empresariales que se han beneficiado del paramilitarismo están puestas en la Transversal de las Américas. Las comunidades negras e indígenas Embera nunca han sido consultadas por este y otros proyectos.

Desde CAVIDA y el Resguardo Indígena Joun Poobur denuncian que “en el bajo Atrato chocoano somos vistos por los desplazadores como un obstáculo para realizar ‘sus’ proyectos que solo benefician a los que están detrás de la implementación de megaproyectos económicos y proyectos industriales como el de la palma aceitera,el banano y la explotación irracional de los recursos maderables”. Uno de los responsables del desplazamiento forzoso, a quién se le ha negado la visa de ingreso a los Estados Unidos y hoy se encuentra procesado por crímenes cometidos en Cacarica es el general Rito Alejo del Río Rojas, quién a través de su defensa afirmó que en desarrollo de la operaciòn militar de febrero de 1997, el entonces gobernador Âlvaro Uribe Vélez, siempre estuvó al tanto. Es justo Uribe hoy quien da impulso a la obras de infraestructura carreteable. En la subregión de Cacarica, los paramilitares instauraron empresas privadas para desarrollar agronegocios, luego de haber desarrollado operaciones extractivas del katio, especie forestal en vìas de extinción, protegiendo a la empresa Maderas del Darién Pizano S.A certificada a través del sello FSC

Antecedentes en la zona, más detalles de la y vídeo del Parque Nacional los Katíos.