Maderas del Darién Pizano S.A causa daño ambiental en Bajo Atrato

La impunidad penal en que se encuentran las operaciones extractivas de Maderas del Darién-Pizano S.A. que se desarrollan desde los 90 en el bajo Atrato contra comunidades negras y con graves daños ambientales irreparables, incluso, valiéndose y financiándose de estructuras paramilitares es la base para que sus actuaciones contra derecho se estén desarrollando hoy con total seguridad, de que nunca será su junta directiva, sus accionistas, sus operarios sancionados.


Hace pocos días, 18 familias de la comunidad de Santa Rosa de El Limón, consejo comunitario de Vigía de Curvaradó, y del consejo comunitario de Gengadó del territorio colectivo de Curvaradó, en carta dirigida al gobierno nacional, denunciaron que la empresa maderera exportadora a los Estados Unidos continúo con sus actuaciones ilegales.

Sin ningún tipo de consentimiento, ni siquiera de información Maderas del Darién – Pizano S.A., ingresó a los predios comunitarios canalizando ríos, desertizando, e inventariando especies que maderables en vía de extinción como el cativo, fase previa al arrasamiento con motosierras y remolcadores de territorios que son parte de la declarada Zona de Reserva Forestal desde 1957.

Canalización, jyp

Registro fotográfico 28 de septiembre de 2012

El ecocidio del presente

A pesar que desde hace más de 25 días las comunidades dejaron en conocimiento los abusos empresariales arbitrarios ninguna intervención se ha realizado para suspender los graves daños que está provocando Maderas del Darién-Pizano S.A sobre los derechos de las comunidades y los bosques primarios.

Durante este período, la inacción de las autoridades estatales ha posibilitado el avance paulatino de la destrucción.

El 26 de septiembre pasado en el caserío de Vigía de Curvaradó pobladores de Santa Rosa de El Limón denunciaron las afectaciones sociales y ambientales que la operación empresarial ilegal está generando modificando el cauce, el desvío y represamiento de los ríos y quebradas El Limón, El Indio, quebrada Agua Negra, Caño Clarito y Moja Culo, ante el ingeniero Saúl Buriticá , de Maderas del Darién Pizano S.A.

Este “profesional” de la maderera manifestó que no existía ningún tipo de contrato pero que contaban con el acuerdo verbal entre la empresa y habitantes de Vigía de Curvaradó para la explotación de 4000 árboles con la posibilidad de extenderse en nuevas áreas territoriales.

Agregó Buriticá que la empresa sacaría los 4.000 árboles “de donde fuera necesario“, pues en la parte baja no existen las especies que necesitan sustraer y manifestó que las motosierras y los operadores de las mismas ingresarían a partir del sábado 29 de septiembre. Pero las pretensiones superan los límites de los territorios colectivos, son las necesidades de la empresa. Por eso precisó el ingeniero que se había avanzado en el inventario en predios del consejo comunitario de Gengadó, territorio de Curvaradó, sin saber que pertenecía a otra cuenca.

Un día después, el jueves 27 de septiembre, integrantes del consejo comunitario de Santa Rosa de El Limón, junto a 4 ingenieros de la empresa Maderas del Darién – Pizano S.A. verificaron la afectación del caño Clarito que surte de agua a las comunidades de El Limón y Gengadó y que se encuentra con el río Aguas Negras, que desemboca en el Atrato. Este canal pretende con el encuentro de las aguas de los ríos Moja Culo, Aguas Negras y Caño Clarito posibilitar la navegabilidad de los remolcadores con la madera ya ilegalmente extraída para llevarla hasta el río Atrato.

Uno de los ingenieros de Maderas del Darién-Pizano S.A. manifestó que se comprometerían a tapar el canal. Para mostrar su responsabilidad socio ambiental ejemplificó, muy mal por supuesto, que antes lo habían hecho con otras comunidades como la de Cacarica. “Cuando hagamos el aprovechamiento como en La Balsa -en Cacarica-, allí también hicimos un caño así, pero luego del aprovechamiento, la empresa se fue y tapó dejando que el caño corriera por donde era. Ese canal hoy está lleno de rastrojo, quedó muerto ya“.

Como si fueran dueños sobre todas las vidas del territorio, ante el taponamiento por palizadas constatado sobre el río El Limón y frente a la reclamación comunitaria, uno de los operarios expresó: “eso está así para que entren los remolcadores a halar la madera”.

Más grave de lo que la empresa dejó ver

Un día después una Comisión independiente con observadores nacionales e internacionales y los afectados transitaron por tres de las 18 propiedades de los territorios colectivos que en pocas semanas han sido transformadas. La constatación de las escandalosas actuaciones empresariales han sido más devastadoras de lo que sus operarios permitieron observar.

La comisión constató que en los predios del integrante del consejo comunitario Jairo Bertel cerca de 70 hectáreas se encuentran inventariadas con marcas de color rojo y números consecutivos sobre Cativo, Combita Blanca o Bambú Jobo, Nuánamo y Caracolí.

Este medio forestal y otros ecosistemas que serán arrasados por la cuestionada maderera serán transportados por el canal que se está construyendo por el río El Indio . Paralelamente a la canalización de este río, dos retroexcavadoras remueven la tierra derribando árboles, desviando el cauce natural de los ríos y desertizando en las coordenadas N 7° 9´28´´ W 76° 49´0´.

Canalización, jyp

En esta misma área colectiva han trochado y marcado las mismas especies de árboles[1] que son de interés de la empresa, como dicen sus empleados.

TROCHASLIMÓN,JYP

Aprovechando la condición que da el ejercicio de la arbitrariedad, la empresa maderera amplia sus operaciones desde Vigía de Curvaradó hasta el territorio de Curvaradó ubicada en la quebrada Aguas Negras en límites con la comunidad de Gengadó.

Las operaciones sobre el río Indio están afectando los espacios habitados tradicionalmente por la familia Bertel, la familia Cortés, la familia Ibarguen y Peña por la suspensión del curso del río El Indio y su represamiento artificial[2]

Como expertos invasores en la desembocadura del río El Indio al río Limón instalaron una casa flotante en la que pernoctan los trabajadores de la empresa Maderas del Darién-Pizano S.A[3]

El pasado sigue vigente

Maderas del Darién-Pizano S.A., continúa arrasando los bosques del Bajo Atrato Chocoano, amparado en la más absoluta impunidad.

Luego de la operación “Génesis” comandada por Rito Alejo del Río con estrategias paramilitares la empresa se instaló en el caserío La Balsa en Cacarica. De estos predios colectivos la compañía explotó irracional y mecanizadamente el cativo, en el mismo lugar en que se concentró una base paramilitar.

Los ex mandos paramilitares como Fredy Rendón Herrera, conocido como “El Alemán” y Salvatore Mancuso han confesado que parte de los recursos con los que se garantizaba la operación paramilitar en el bajo y medio Atrato provenía de Maderas del Darién Pizano S.A.

En Cacarica la maderera exterminó buena parte del cativo existente, lo mismo ocurrió en la quebrada de Montería en Curvaradó. Su historia de destrucción ambiental, de afecciones al tejido social aparecen consignadas en los fallos de tutela que la Corte Constitucional emitió en favor de los derechos de la comunidad Embera del Bajo Atrato, como también de las comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad del Cacarica que se resistieron a la impunidad en que esta empresa sostiene su negocio con fachada de legalidad, amparada en las omisiones de Codechó, de las autoridades ambientales y la policía nacional y las fuerzas militares.

En 2000 la intervención de Greenpeace de España y de Ecologistas en Acción logró demostrar que la empresa no merecía tener el sello FSC entregado por Smartwood, el que certifica que la operación de Maderas del Darién-Piano S.A. se ajusta a los diez principios de producción limpia. Hasta hoy en su sitio web la compañía continúa exhibiendo el sello mientras el arrasamiento de selvas nativas del chocó sigue avanzando.

La Procuraduría General de la Nación eN 2003 destituyó e inhabilitó para ejercer cargos públicos al director de Codechocó y a otros funcionarios de la época por su complicidad con la empresa Maderas del Darien-pizano S.A., en la explotación ilegal de madera en los territorios colectivos del Cacarica, mediante el mecanismo de procesos sancionatorios que, al recibir dinero por parte de la compañía, la habilitaba para la movilización de madera obtenida de manera ilegal[4].

En 2007 Greenpeace así mostró su decepción por el modo como Smartwood venía manejando el certificado: Pero todo esto no ha sido suficiente. El pasado 17 de julio de 2007 Smartwood comunicó a las organizaciones reclamantes su intención de otorgar de nuevo el sello FSC a las plantaciones de Pizano S.A. Según Smartwood no hay pruebas de que los hechos denunciados “se ejecuten en el presente o pasado reciente”. Esta afirmación deja claro que ni Smartwood ni la empresa niegan que los hechos ocurrieran en un pasado “no reciente”, en 2005 por ejemplo, cuando la empresa disponía todavía del sello FSC y Smartwood hacía oídos sordos a las quejas de la sociedad civil[5].

En el mismo año, el Tribunal Permanente de los Pueblos en la sesión de juzgamiento a empresas que han atentado contra la biodiversidad declaró probada la acusación elevada por un grupo significativo de comunidades del bajo Atrato contra Maderas del Darién-Pizano S.A.[6]

Un año después, esta instancia ética condenó a ésta como a otras compañías similares por su participación en graves violaciones a los derechos humanos, fraude a accionistas y consumidores, degradación del medio ambiente y vulneración de los derechos colectivos a la tierra[7]

A pesar de las evidencias, de las constantes constancias históricas y censuras éticas, del soporte probatorio aportado por la propia Procuraduría General de la Nación del momento, del fallo del Tribunal Permanente de los Pueblos, de los informes de Greenpeace y Ecologistas en Acción, no se conoce avance alguno en las investigaciones de tipo penal por parte de la Fiscalía General de la Nación por los delitos ambientales, desplazamiento forzado, concierto para delinquir, financiación del terrorismo en los que ha incurrido esta compañía maderera.

¿Saber o no saber?

Ha sido conocida que integrantes de la Junta Directiva de Pizano S.A durante el gobierno de Uribe formaron parte del sector empresarial de impulso del Plan Colombia. Este vínculo generó dividendos publicitarios y la implementación de proyectos de asociación para la paz.

A través del operador Inversión para el Desarrollo Sostenible, MIDAS, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Maderas del Darién Pizano S.A. ejecutó un proyecto de asociación con 400 personas del Bajo Atrato para introducir el tema del desarrollo forestal en la zona.

Dice en una prestigiosa revista del sector, “En 2006 después de un riguroso análisis de su perfil, Maderas del Darién S.A. empresa orientada por Pizano S.A., fue seleccionada como la entidad privada encargada de ejecutarlo y de recuperar la vocación forestal en esta región, gracias a que anteriormente –y por cerca de 50 años– ésta última ha desarrollado planes similares en otras regiones del país”.

¿Podría la agencia de los Estados Unidos desconocer lo serios cuestionamientos a esta compañía? Aunque existieran dudas, la sola participación de miembros de la compañía en los programas de Plan Colombia aseguraría recursos de los ciudadanos de ese país para una empresa responsable de la violencia en la región.

Pero también difícilmente podría desconocerse lo que sucedía en el Bajo Atrato después de la operación “Génesis” o de que el bloque Elmer Cárdena hubiera participado a través de algunas de sus estructuras en la desmovilización del gobierno de Uribe. Una sola googleada muestra un conjunto de artículos en los que se ha detallado profundizado y demostrado hasta la saciedad las actuaciones contra la legalidad de la empresa. Incluso, un artículo de la reconocida revista Semana al abordar el tema de la financiación de los paramilitares en el bajo Atrato señala que empresas madereras.

¿Cuál, si no está compañía?

Para Jaime Ospina, en ese momento gerente del componente Forestal del programa MIDAS, el Proyecto de Maderas del Darién, “no tiene precedentes en la historia de los territorios colectivos que reglamenta la Ley 70, pues en el se aplica el modelo de establecimiento de plantaciones forestales con un claro objetivo comercial, con la participación de la empresa privada y los territorios colectivos” http://www.revista-mm.com/ediciones/rev63/forestal_plantaciones.pdf

Por supuesto, quién no podría coincidir con el doctor Ospina. No existen antecedentes de tanta perversidad por parte de una empresa que continúa con su simulación de sello ambiental a la vista de todos, como una gran carta de presentación, arrasando sin ley, a nombre del progreso, en realidad de su acumulación de capital, o tal vez, sí Chiquita Brands.

Las situaciones de hoy evidencian que la impunidad jurídica ha posibilitado el asentamiento de unas prácticas empresariales, que usan de la legalidad, de la imagen para cumplir sus propósitos sin que estas sean conformes al derecho de los habitantes del Chocó.

Los ciudadanos del mundo y de los Estados Unidos tienen hoy la oportunidad de reclamar con su no consumo productos de esta empresa; maderera que con el privilegio de la impunidad jurídica continúa acumulando riqueza, destruyendo ecosistemas, vidas y cosmovisiones comunitarias. Empresa que como se ve ha gozado del beneplácito y el silencios de diversos gobiernos.

De acuerdo con un reporte del diario El Tiempo, Pizano S.A. es uno de las 60 empresas del reconocido empresario Luis Carlos Sarmiento Ángulo, uno de los hombres más ricos del mundo. http://www.eltiempo.com/economia/empresas/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8470344.html

El Citibank en 2008 vendiô al grupo Sarmiento Angulo su participación en Pizano S.A. Para muchos queda la pregunta desde la perspectiva de la ética empresarial como el afamado grupo Sarmiento Angulo adquirió esa cuestionada empresa.

Por eso, tan trágicas y terribles historias del Atrato manchadas con sangre, con mentira, con ilegalidad, no saben si es mejor saber o no saber.

Bogotá, D.C. septiembre 30 de 2012

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz


[1] A las coordenadas N 7° 9´47´´ W 76° 48´59´´. La ubicación
de la quebrada Aguas Negras corresponde a las trocha No 14 (horizontal) en las coordenadas: N 7° 9´49´´ W 76° 49´0. Los daños a la quebrada Aguas Negras continúan en el punto N 10′ 10″ W 76° 48´55´´

[2] A la altura de las coordenadas N 7° 8´42´´ W 76° 49´28´´

[3] En las coordenadas N 7° 7´38´´ W 76° 51´3

[4] Ver https://www.justiciaypazcolombia.com/Un-rayo-de-luz-en-la-larga-noche Obtenida 041012

[5] Ver http://www.wrm.org.uy/boletin/123/Colombia.html Obtenida 031012

[6] Ver https://www.justiciaypazcolombia.com/ENTRE-LA-BIODIVERSIDAD-LA Obtenida 41012 y http://www.surimages.com/reportajes/070200TPPbioCC.htm Obtenida 41012

[7] Ver http://www.adital.com.br/site/noticia_imp.asp?cod=34247&lang=ES Obtenida 041012