Los ganaderos son la llave

Sin un compromiso vertical de los ganaderos para no apoyar ni tolerar ejércitos privados será imposible avanzar hacia la paz y la reconciliación.


El Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas sobre la tenencia y el uso de la tierra en Colombia trae una conclusión tan contundente como preocupante: todo pasa por los ganaderos. De ellos depende la reforma agraria, la modernización del país y el pago de una enorme deuda social con el campesinado. A esto se le agrega algo que ya sabíamos: ellos son promotores de primer orden de la violencia que azota al país y tienen que ser protagonistas de la reconciliación nacional.
La almendra del informe es la siguiente: los ganaderos tienen en sus manos 39 millones de hectáreas. En esa enorme porción del territorio nacional pastan cerca de veinticinco millones de reses. Pero el país solo requiere veinte millones de hectáreas en ganadería con una producción intensiva que sea capaz de abrigar cuarenta millones de reses. La recomendación es de una lógica demoledora: los ganaderos deben entregar, para la distribución entre los campesinos, 19 millones de hectáreas, y deben aplicarse a transformar sus tierras y a modernizar la cría y el engorde de ganado.

Señala el informe que una medida clave para lograr la transformación de la ganadería es gravar con altos impuestos el acaparamiento de la tierra y multar a los poseedores de fundos improductivos. Esto implica rescatar de manos de los municipios la definición del predial y trasladar esta función a instancias nacionales.

La conclusión que salió, en temas de violencia, del seguimiento y evaluación a las negociaciones entre los paramilitares y el gobierno nacional, no fue menos alarmante. Supimos con entera claridad que para defender esta desafiante concentración y este uso irracional de la tierra, los ganaderos apoyaron abiertamente la formación y expansión de las Autodefensas Unidas de Colombia. No fueron los únicos que apoyaron estas organizaciones, pero no hay duda de que fueron los más comprometidos.

La información que arrojó esa negociación deja claro el papel que desempeñó la Asociación de Ganaderos del Magdalena Medio en la formación del paramilitarismo. También el gran apoyo que les brindaron los ganaderos de Córdoba a la familia Castaño y a la conformación de las Autodefensas de Córdoba y Urabá. Lo mismo ocurrió en Cesar, en Magdalena, en Arauca, en Meta y en otros departamentos.

Un ejemplo indiscutible fue la carta que le enviaron 10.000 ganaderos del Bajo Cauca antioqueño al presidente Álvaro Uribe proclamando el apoyo económico y social a las autodefensas y la declaración de José Félix Lafaurie, presidente del gremio ganadero, a la revista Cambio reconociendo que en la dinámica del conflicto que vivió y vive el campo no solamente fueron los ganaderos los que constituyeron autodefensas. ¿Dónde están los arroceros, los floricultores, los palmeros? Conozco empresas nacionales y extranjeras que pagaron.

De aquí se deduce que sin un compromiso vertical de los ganaderos para no apoyar ni tolerar ejércitos privados será imposible avanzar hacia la paz y la reconciliación. Tan importante como la decisión de las guerrillas de dejar las armas y venir a la vida civil es un pacto con los ganaderos para desactivar todas las formas de violencia ilegal en las zonas donde tienen sus propiedades.

Me aterran estas dos conclusiones, porque no he visto ninguna voluntad de cambio de parte de los ganaderos. El mismo Lafaurie, persona respetable y bien informada, que ayer reconocía abiertamente la enorme contribución de los ganaderos con las autodefensas, ahora se enoja cuando se le menciona esta verdad de a puño. Reacciona también en forma negativa cuando se habla de redistribución de la tierra.

¿Qué hará el presidente Juan Manuel Santos con la conclusión del Informe del PNUD y con las verdades que salieron en la negociación con los paramilitares? ¿Será capaz de acometer una reforma integral en la que tenga un lugar central la redistribución de las tierras ganaderas y la modernización de la ganadería? ¿Podrá llevar a los ganaderos a un compromiso de paz en el momento en que también las guerrillas se sienten a la mesa de negociaciones? En realidad ahí está la mencionada llave de la paz.