HILDEGARD FELDMANN

HILDEGARD FELDMANN viva en nuestra memoria

La muerte lleva a la resurrección: el sufrimiento, la destrucción y la humillación abren paso a la alegría, el triunfo y a la vida” Hildegard Feldmann

La vida de la misionera Hildegard Feldmann, iluminada por el mandato del amor y del servicio a los hermanos, devela una espiritualidad cristiana de compromiso y lectura del evangelio desde la vida comunitaria. La mujer misionera europea, de Suiza que llegó a Colombia en 1983, a Tumaco, ahí con la comunidad misionera de Belem acompaño el proceso de reconstrucción de la comunidad de Satinga, pueblo destruido por un desastre natural.

Su espíritu de libertad y vocación de servicio la llevó a recorrer otros pueblos, sedientos de ilusiones y esperanza ante insatisfacción de necesidades básicas, llegó al corregimiento de El Sandes, Guachavés, allí dedicó su misión con la Diócesis de Ipiales, Nariño.

La mujer delgada, sencilla, de gran carisma en el servicio de ver en el rostro de los pobres y sufridos, el rostro del Jesús liberador atendió la problemática de salud como enfermera en esta región como una verdadera pastoral para los enfermos, adicionalmente trabajaba por aportar otros elementos a la comunidad.

El 09 de agosto de 1990 en horas de la tarde una patrulla del Grupo Mecanizado Cabal No 3 del ejército de Colombia en una actividad contrainsurgente violando el DIH ingresó al caserío de El Sande disparando y buscando según ellos a las hermanas enfermeras que curaban a los guerrilleros de las Farc.

Cuando la misionera Hildegard se encontraba haciendo una visita a una mujer de avanzada edad que se encontraba enferma, al salir a mirar lo que le sucedía a un morador del caserío que se encontraba en la casa de la anciana, fue impactada por el disparo que le hizo un soldado a menos de dos metros de distancia en su pecho lo que produjo la muerte inmediata de la misionera. Los cuerpos de Hildegard y de dos personas mas que fueron asesinadas por los militares, fueron llevados obligadamente por pobladores de este lugar a la cancha de futbol. Durante tres días permanecieron los cuerpos sin ser sepultados por orden de los militares.

Este hecho ha quedado en la impunidad, altos mandos militares como el General Bonet Locarno, lo han justificado argumentando que fue un enfrentamiento contra guerrilleros de las Farc. Un hecho mas en nuestra historia colombiana que necesita esclarecerse, que salga de ese imperio de la impunidad y sane las heridas de un pueblo, de una sociedad que busca saber quienes son los responsables y cuál es el estado del proceso de investigación.

Hildegard vive en la memoria del pueblo de El Sandes, Satinga, Tumaco y Nariño,

Hildegard vive en las acciones de misioneras y misioneros de la vida que asumen el mandato del amor y de servicio a los demás, especialmente de los más necesitados y excluidos.

 

HILDEGARD FELDMANN EN LA MEMORIA

HILDEGARD FELDMANN SIN OLVIDO