Ahora con Amnistía Internacional… ¿quién seguirá?

No es nuevo. Es parte del ritual. El nuevo pronunciamiento público del Presidente ÁLVARO URIBE VELEZ a Amnistía Internacional en el escenario mediático es la pretensión de la deslegitimación de quién cuestiona política, ética o desde el Derecho las políticas de “seguridad democrática”. El pronunciamiento público al mismo tiempo es el mecanismo del fortalecimiento del imaginario mediático – colectivo de la bondad encarnada ante la maldad de terroristas internacionales y nacionales, que están en viviendo en quién disiente, cuestiona, crítica o devela la perversión de las políticas en materia de derechos humanos, de derecho humanitario y de paz o en el campo legislativo o constitucional.


No es nuevo sucedió en Costa Rica ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sucedió luego en Colombia el 10 de septiembre. Fue con las comunidades indígenas en el Cauca, en diciembre pasado. Se retroalimento hace menos de 20 días en Apartadó. Se posicionó nuevamente ayer. Es en apariencia frente a unos pero es en realidad frente a todos. No hay diferencias o jerarquías de distinción. Es a todos pero se usa de la “distinción pública” para diferenciar, para fraccionar o para dividir. No es que haya unos menos malos o perversos. Todos somos perversos, dañinos, los distintos, los disidentes, los artistas, los articulistas – no olvidamos los exiliados -, como Fernando Garavito -, los libre pensadores, o simplemente, los que pretendemos preservar los principios del Estado Social de Derecho, los que diferenciamos en sana crítica la razón de ser del Estado de la sinrazón del Estado. Este es el momento de los internacionales. Vendrán nuevos focos de atención y de interés, la pretensión es la misma.

Sustraemos, las palabras del Presidente URIBE, que hoy se encuentran en www.ElEspectador.com referidas a su pronunciamiento ayer 16 de junio en la Escuela de Policía General Santander.
. “¿Saben qué me da tristeza? Que a esta hora no he escuchado pronunciamiento alguno de Amnistía Internacional. Me duele que ayer degollaron 34 campesinos de la Patria y Amnistía Internacional guarde silencio”.

“Amnistía Internacional, la misma que abusa de su buen nombre para acusar a la Fuerza Pública colombiana, para ir a maltratarla con la maledicencia, a maltratarla con la calumnia. Amnistía Internacional, la que a esta hora no se ha pronunciado y que recorre las oficinas oficiales de los gobiernos europeos pidiendo que se condene al Estado de Colombia, que porque es terrorista” La masacre de 34 campesinos, no es más que “puro y mezquino terrorismo”.

“Qué tristeza, como degollaron a nuestros campesinos. ¿Qué es eso? ¿Eso es de la vieja guerrilla ideológica? ¿Es eso de la guerrilla idealista? ¿Es eso de la guerrilla que quiso que se le considerara organización política? ¡No! Eso es del puro mezquino terrorismo. Nos duele profundamente”.

“Las organizaciones no gubernamentales (ONG) de derechos humanos no pueden tener sesgos políticos, porque estos deben estar por encima de “cualquier apreciación política “y también deben diferenciar bien quién es el terrorista”.

“un acto de autoridad como violatorio de los derechos humanos, cuando el acto de autoridad lo cumple un gobierno al cual no son afectas ideológicamente. Y tampoco puede guardar silencio cuando el hecho terrorista lo comete una organización terrorista con la cual la respectiva ONG parecería tener coincidencias ideológicas”.

“Por guardar apariencias y formalismos, él como Presidente de la República, no puede quedarse callado ante estos hechos. Dijo que por salvar apariencias, durante décadas, “hemos dejado que el terrorismo maltrate a los colombianos”.

“Por guardar unas reglas de cortesía hipócritas y no tener el valor de denunciar a Amnistía Internacional, hemos permitido que legitimen al terrorismo internacionalmente. No. Con este Gobierno no es eso”.
… el Presidente recordó a Amnistía Internacional que a pesar de las circunstancias que afronta la Patria y a diferencia de otros países, en los que han sacado a las ONG porque “simplemente van a hacer bulla”, en Colombia “ni siquiera las hemos echado, ni hemos pensado echarlas” y “aquí seguirán gozando de todas las libertades, pero el Presidente de la República tiene que hacer todas las denuncias”.

Pidió también a esta organización que escoja con quién se queda: con los que degollaron a los 34 campesinos de La Gabarra o con los terroristas que han asesinado a policías y soldados, causaron el luto a las familias, o con las instituciones colombianas.

El Presidente reiteró que su compromiso como Primer Mandatario es el de defender las instituciones, al pueblo campesino, a los policías y soldados y a sus familias enlutadas.

También el de derrotar el terrorismo, de la mano de la Constitución y de la Ley, sin servilismos y “sin limitar las libertades democráticas, daremos el debate aun ante Amnistía Internacional, por poderosa que aparente ser”.

“¡¿Ajá, nos van a seguir trabajando con ese cuento?! Recorren las oficinas europeas como ratones de biblioteca, transmitiendo chismes en voz baja, desacreditando las instituciones colombianas, pidiéndoles a los gobiernos que no apoyen a Colombia, que porque Colombia tiene un Estado terrorista, como lo han hecho en las últimas semanas.

Bogotá, D.C. junio 17 de 2004

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz