Abogado mexicano era el espía de Piedad Córdoba

Vino a estudiar a Colombia y luego se convirtió en ‘agente’ estrella del DAS.

Quince minutos duró la misión de espionaje que montó el DAS para conseguir la factura de los gastos de hospedaje de la ex senadora Piedad Córdoba en México.

Por esa operación -que se coordinó desde Bogotá en octubre del 2007- se pagaron 20 millones de pesos. Consistió en un par de llamadas internacionales que les hizo a varios amigos Julio Villavicencio Meléndez, un abogado mexicano que hacía una maestría en la Escuela Superior de Guerra. Les dijo que fueran al Hotel Sevilla Palace, en el Distrito Federal, pidieran la factura y se la hicieran llegar a su correo.

La copia del papel fue exhibida meses después en el Congreso por la ex senadora Nancy Patricia Gutiérrez en un debate que le hizo a su colega Piedad Córdoba. Ese documento es ahora la prueba reina de la Corte Suprema de Justicia para llamar a juicio a la ex congresista por tráfico de influencias.

Así fue la primera misión de este abogado, de 28 años, tras llegar a Colombia en junio del 2007 para especializarse en temas de Seguridad y de Defensa Nacional, y que terminó como espía del DAS.

Fabio Duarte Traslaviña, coordinador de operaciones de la agencia de seguridad, lo reclutó cuatro meses después de llegar al país, dijo Villavicencio a los apoderados de Piedad Córdoba, que lo entrevistaron en el país azteca.

En adelante, combinó sus actividades académicas en Bogotá con misiones de espionaje en México, Ecuador, Argentina y Uruguay. Y aunque la ex senadora Córdoba fue siempre su principal objetivo, el interés del DAS se amplió a miembros de otras delegaciones como la de venezolanos y ecuatorianos.

En los dos años que estuvo al servicio del DAS, el mexicano estuvo detrás del aspirante a la alcaldía de Bogotá Gustavo Petro y el director del semanario Voz, Carlos Lozano. A cambio, recibió más de 120 millones de pesos.

A Córdoba la siguió en México en dos ocasiones. La última fue en marzo del 2008, pero no terminó esa misión. El interés del DAS cambió y le pidieron que se concentrara en otro objetivo: Lucía Morett, una de las sobrevivientes del bombardeo al campamento de ‘Raúl Reyes’, en Sucumbíos (Ecuador).

Según las instrucciones, debía identificar a posibles miembros de las Farc entre quienes apoyaban a Morett en México. Villavicencio llegó a tener una relación directa con la joven.

Su última misión fue en mayo del 2009 y consistió en seguir al catedrático Miguel Ángel Beltrán, a quien las autoridades colombianas identificaron como ‘Jaime Cienfuegos’, del frente internacional de las Farc, y quien aparecía en los correos del PC de ‘Raúl Reyes’. Su labor permitió su captura y deportación de México a Colombia.

Villavicencio recibió la orden de dar aviso inmediato a Bogotá en el momento en que Beltrán arribara a la Universidad Autónoma de México. Así se puso en marcha una operación conjunta de las autoridades colombianas y mexicanas para su captura.

“En el DAS me dijeron que fue uno de los más grandes trofeos que conseguí”, dijo Villavicencio. Sin embargo, Beltrán terminó libre dos años después por falta de pruebas.

Los reportes

Por cada operación, Julio Villavicencio recibía un documento con el sello de ‘secreto’. Para tener el dinero, debía firmarlo y estampar la huella de su pulgar derecho y devolverlo. Cuatro agentes fueron sus contactos durante el tiempo que sirvió al DAS. A ellos les entregaba los informes de las misiones.

gerjim@eltiempo.com