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Uribazo reelección y protección de angustias

La adopción de la reforma a la constitución para propiciar la reelección de Uribe, fue una desviación del uso del poder, como lo muestra los favores y las prebendas prometidas a YIDIS MEDINA por su voto, tal como lo señala el fallo de la CSJ, fundamento de hecho que hace innegable el desconocimiento de los principios del Estado de derecho. Que el fallo de la CSJ sea una decisión con implicaciones políticas e incluso que expresa intereses políticos, no hay duda, es difícil definir los límites entre una u otra esfera la esfera política, jurídica y también la ética. No se puede dejar a un lado el fondo del asunto jurídico y la dimensión ética del problema cuando se juzga el uso de las relaciones de poder para beneficio propio, cuando los medios empleados están referidos a la corrupción para lograr la reelección. Eso es a lo que el fallo se refiere coloca como una cuestión contra derecho los cimientos torcidos de la reelección. Ese acto para sostener un tipo de ejercicio de poder de “Estado comunitario” no se puede desligar de de las pretensiones de los nuevos sectores que quieren ser parte reconocida del establecimiento, los narcoparamilitares, que se expresó en la idea de la “refundación de la patria”, propósito de toma del poder del Estado nación que se planificó desde el 2001. Ampliación y extensión del poder mafioso consolidado en el norte de Colombia en la década de los 90.


Si este es el trasfondo, de poco vale la formalidad del Estado de Derecho, la tan mentada división de poderes, pues se trata de consolidar ese modelo de Estado que aparece bajo el nombre de “Seguridad Democrática” y “Estado Comunitario”, que se consolida hoy en el proyecto de la “Recuperación Social del Territorio como consolidación de la seguridad democrática” y que se proyecta hacia el 2019.

Bajo este propósito coinciden la subjetividad de Uribe, la encarnación de ese proyecto en su persona y los intereses del establecimiento. Lógicas de ejercicio de poder que supone la cooptación de la “independencia” relativa existente en las cortes y que poco a poco iba lograrse en la próxima renovación de los magistrados de la CSJ y la que ya viene ocurriendo en la Corte o a través de las iniciativas que plantearía la comisión de notables para la reforma política y judicial. El problema radica en que la fuerza de los acontecimientos, el destape del proyecto paraestatal ha ido minando al ejecutivo y la salida que se ofrece es el control total ya de todos los poderes y la prolongación del mandato, de ahí la convocatoria al referendo. Además, no existe dentro del establecimiento que pueda asegurar la conclusión de ese proceso de transacción del poder criminal mafioso paramilitar con el poder tradicional, también corrupto pero beneficiario de la violencia política, hay un vacío de continuidad.

La iniciativa al referendo de la semana pasada se sustenta en la subjetividad de Uribe, su estilo de ejercicio de poder, su microgerencia. Su exposición mediática no es para la discusión pública es para la seducción y el consentimiento, no se trata de pensar si hay o no Estado de Derecho, si existe o no, o si hay un acto en Derecho o en justicia, si no de hacer experimentar que hay un ejercicio de poder, así sea este autoritario, que es justo y es por el bien de la patria.

La reacción de Uribe no es de extrañar, es la misma de siempre con distintos contenidos en momentos en que está contra la pared. La técnica del gato es su estilo, tapar y tapar, y salir parado. Su discurso nocturno del pasado jueves 26 de junio no se refiere al fondo del asunto planteado por la CSJ, el cuestionamiento al modo como fue aprobada la reelección. Su discurso transfiere la responsabilidad a los jueces cuya decisión según Uribe es parte “terrorismo agónico”. Sobre los magistrados teje mantos de duda. Para él son inoperantes en la actividad investigativa por sus vínculos con traficantes de drogas-paramilitares y los “terroristas de las FARC”. Para sustentar su afirmación procede a la judicialización creando chivos expiatorios instaurando dos denuncias penales contra la CSJ a través del Ministro de Protección Social y del Alto Comisionado de Paz –de pacificación-.

Esta ha sido su técnica que le ha dado créditos y que le ha permitido salir librado de uno y otro escándalo. Combina mensaje cortos, juego de palabras, reiteración de ideas, palabras claves y una puesta en escena “performance”. Sus mensajes simulan claridad pero son sofismas para salir del atolladero, son enigmáticos pero proyectan sus verdaderas pretensiones. Así sucedió cuando su Ministra de Relaciones Exteriores renunció o con el paramilitar Tasmania o con la llamada “interceptada” de La Mechuda o con el primer director de DAS o cuando se le ha cuestionado por lo que hay lado del Ubérrimo – La prueba es Córdoba- o por la finca “La Guacharacas” o “La Mundial” o el Grupo de los Apóstoles

Si el uribismo está en el corazón de muchos colombianos, es entre otras cosas, por su pragmatismo discursivo, por la simulación de oportunidades a los pobres a través de programas como familias en Acción, su “performance” preferido para los empobrecidos, la acción caritativa. Su éxito se consolida en otros sectores por habilitar la posibilidad de transporte por carreteras para los de medios ingresos, de paso beneficiando a los empresarios del transporte; por la protección de los beneficios que propicia para el sector empresarial; por asegurar condiciones, con muy pocos límites, para la inversión extranjera. Y por supuesto por la imagología creada en la que cuenta con los nuevos teóricos que hablan de un prohombre, de una seguridad de fantasía, de un acabamiento del paramilitarismo, de una derrota casi total o a punto de la guerrilla, de una oposición política sin propuestas, sin relación con la gente, que se asocia al terrorismo.

Apelar al “pueblo”, al que experimenta o tiene la sensación de seguridad, así tenga hambre, desempleo, se haya quedado sin tierra, viva el desplazamiento o la reingeniería paramilitar de las “Águilas Negras” o la experiencia de la persistencia del conflicto armado, es la fórmula para consolidar el modelo de Estado en construcción en los últimos 6 años y es la salida del atolladero. Se evita él múltiples investigaciones, y asegura la continuidad del proyecto político, y asegura, sin decirlo, la convocatoria vía mecanismo de participación a su segunda reelección.

Hoy el movimiento de un selecto grupo de ciudadanos, que existe detrás de la recolección de firmas para la convocatoria a un referendo para la segunda reelección de Uribe desde el 2010 queda subordinado a esta convocatoria de referendo, que en realidad es un plebiscito populista que se identifica él como Estado Comunitario (policiaco-militar-autoritario de progreso). No solo se salta un fallo judicial, protege a sus leales servidores, se protege a él, si no que da un nuevo mensaje respecto a la segunda reelección hacia el 2014, sin decirlo. Los dos referendos en realidad en lo práctico sería uno solo, el que Uribe ha presentado como camino que evitaría la actuación en Derecho pero más allá, así lo nieguen permitiría su nueva reelección.

Esa ha sido la construcción del Estado colombiano cimentado en el desarrollo de un proyecto militar parainstitucional y mafioso. En los últimos 20 años, los significativos espacios de poder institucional en lo local, lo regional, lo nacional, en lo ejecutivo, lo legislativo y lo judicial han sido tomados ampliamente, con honrosas excepciones. Luego del exterminio se combina la corrupción, se pasa o se obvian decisiones judiciales en contra, se presiona y se logra el traslado de los pocos que juzgan en derecho, todo se compra y todo se vende, hasta la conciencia. Y así, con la técnica del gato, y la apelación por la fuerza y por la seducción, a la participación “popular” heredada de la Constitución de 1991 se consolida el modelo de Estado llamado de SEGURIDAD DEMOCRATICA Y ESTADO COMUNITARIO. Ese modelo experimentado en lo local es el Modelo de Estado Nación. Ese que refrenda la protección de los intereses de los sectores tradicionales de la economía, al que se suman los intereses económicos de los paramilitares asociados a las tierras para agronegocios, la salud, la construcción, la gasolina y el petróleo, entre otros, en donde se han lavado dineros del tráfico de drogas.

Es posible que la presión internacional, la inseguridad política para determinados sectores económicos privados mundiales se conviertan en factores que internamente lleven a que las expresiones democráticas se junten, más allá del antiuribismo, en la expresión de lo alternativo entendido como una iniciativa convincente, creíble de democracia política, democracia Económica y de sujetos colectivos frente a la “seguridad y el Estado democrático en construcción.

Adjunto caricaturas de Vladdo en Revista Semana 29 de junio de 2008
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=113149
Caricatura de Osuna en El Espectador, edición domingo 29 de junio de 2008
http://www.elespectador.com/opinion/caricaturista/osuna/imagen-alvarito-musolini

Pronunciamiento de la Coordinación Colombia Europa

http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=113149

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Alvarito Musolini

Por: Elespectador.com

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NO SE PUEDE ELUDIR LA ACCIÓN DE LA JUSTICIA CON UN PLEBISCITO EN LAS URNAS

Los ataques del Presidente Álvaro Uribe Vélez a la Corte Suprema de Justicia y su decisión de convocar al Congreso de la República para que tramite con la mayor celeridad un proyecto que autorice nuevamente su reelección, constituyen una afrenta a la democracia, un desprecio por las reglas que regulan el Estado de derecho y un claro abuso de poder.

Estas decisiones buscan impedir que actúen los controles constitucionales para aclarar la validez del acto legislativo que dio origen a la reelección, y que a su vez pretenden obstaculizar los procedimientos judiciales que deben enjuiciar los hechos delictivos que estuvieron detrás de su cuestionada aprobación, son hechos supremamente graves, que quebrantan el orden jurídico y se desvían de las reglas básicas en una democracia.

La Corte Suprema de Justicia ha comprobado la comisión de hechos delictivos originados en dádivas del Ejecutivo, que torcieron la voluntad de quienes dieron los votos decisivos para la aprobación de la reforma constitucional que permitió la reelección. Por ello ha instado a la Fiscalía para que investigue a todos los ministros y colaboradores del Presidente involucrados en estos hechos y a la Corte Constitucional para que re-examine la validez del acto legislativo aprobado con estos procederes. Esto no puede ser motivo para que el Presidente de la República calumnie públicamente y ataque a la Corte Suprema de Justicia de abusar de su poder y de aplicar justicia selectiva y parcializada y a sus magistrados de prestarse a la trampa del terrorismo, argumento este último con el que se ha atacado desde el inicio de este gobierno a los defensores de derechos humanos, a quienes ejercen la oposición política, y a quienes les ha tocado ejercer funciones judiciales y de control que no coinciden con los criterios e intereses del señor Presidente.

La oposición del Presidente de la República a la aprobación de una reforma política, que hubiera depurado a un Congreso altamente cuestionado por la vinculación de un porcentaje importante de sus miembros, mayoritariamente de los partidos que apoyaron la reelección del Presidente, con grupos paramilitares que ejercieron terror sobre los ciudadanos para imponer su elección, no puede ahora ser utilizada con ventaja por el Presidente para ordenarle al Congreso y a sus mayorías cuestionadas, que le aprueben los actos que lo conduzcan a una nueva reelección. Ello constituye una burla a los procedimientos judiciales y constitucionales y vulnera la regla de la democracia.

La Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos condena los ataques del Presidente de la República al orden jurídico y a los procedimientos democráticos. Rechaza sus ataques a la Corte Suprema de Justicia, y exige el respeto del Presidente a sus magistrados, y acatamiento estricto a sus decisiones y procedimientos judiciales, sin importar el rango ni la autoridad de quienes hayan vulnerado con sus actuaciones ilícitas la expresión de la soberanía popular expresada en la intangibilidad del orden constitucional. Pedimos a la Fiscalía continuar con las investigaciones para enjuiciar a todos los responsables de estos delitos y exigimos que se continúe el procedimiento de control constitucional sobre la validez del cuestionado acto legislativo de la reelección.

La Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos llama también al Congreso de la República a no continuar desinstitucionalizando más las precarias bases de nuestra democracia aceptando este tipo de presiones del Ejecutivo y le solicita que se niegue a dar trámite a un procedimiento de reforma que lo que pretende es desconocer la integridad de la magistratura y la legitimidad de las actuaciones y decisiones de la Justicia. En un Estado de Derecho no les está permitido al Congreso ni a las autoridades oponer acciones plebiscitarias en las urnas cada vez que las decisiones judiciales los afecten. Las medidas propuestas por el Presidente de la República atropellan la autonomía e independencia de la Justicia y vulneran la operatividad del principio de la división de poderes, garantía básica para el respeto y restablecimiento de los derechos humanos y libertades fundamentales en cualquier democracia.

Bogotá, 27 de junio de 2008

MESA EJECUTIVA DE LA COORDINACIÓN COLOMBIA-EUROPA-ESTADOS UNIDOS

La Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos es una coalición de 199 organizaciones colombianas que trabajan en la promoción, divulgación y defensa de los Derechos