Humanos del Mundo No a la Palma ni a la Coca

Desde el Bajo Atrato, en el Departamento del Chocó, las Comunidades afrodescendientes en Resistencia Civil del Jiguamiandó, Curvaradó y el Cacarica, entre el espejismo de la pacificación paramilitar y la militarización regular de la Brigada XVII, entre la apropiación ilegal y por la fuerza de caseríos y poblados para la siembra de palma y de coca, entre el reflujo de la guerrilla de las FARC, en medio de la extensión ganadera, y de la privatización territorial, una invitación a la solidaridad.


A los Humanos del Mundo 216 convocatoria para lograr un diálogo con la Banca Internacional y las Corporaciones Privadas a fin de dejar Constancia de un progreso y un desarrollo fundados en el fuego, en la muerte, en la mentira y en la impunidad. Una invitación a la presencia humanitaria internacional permanente en la región ante la avalancha de destrucción que se prevé, una exigencia de cese a la siembra de palma y de coca. Una invitación a conocer el Plan de Calidad de Vida de los afrodescedientes. Una invitación a la Verdad, a la Justicia y a la Reparación Integral.

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HUMANOS DEL MUNDO 216

SI A LA VIDA, SI AL TERRITORIO
CESE LA PALMA Y A LA COCA
Solicitamos apoyo a Reunión con la Junta del Banco Mundial y del FMI

Las comunidades de los consejos comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó y del Cacarica que estamos en proceso de resistencia civil somos testigos y seguimos siendo víctimas de unos propósitos que destruyen la dignidad de nuestros pueblos, que desconocen los derechos humanos y los derechos de toda la humanidad.

Mientras el Estado colombiano no responde con prontitud, con transparencia a la exigencias de Verdad, de Justicia y de Reparación Integral ni a la protección a nuestras Vida y a nuestros Territorios, los paramilitares continúan en una nueva etapa pretendiendo destruir nuestros Proyectos de Vida con armas de fuego y las armas de sus proyectos.

Nosotras y nosotros desde el Bajo Atrato afectados directa e indirectamente por los planes de gasoducto entre la República Bolivariana de Venezuela y de Colombia, vemos con sorpresa, como en la gran discusión que hoy existe, nosotras y nosotros víctimas de violaciones sistemáticas de derechos humanos somos desconocidos, la pregunta por el gasoducto debe ser cual ha sido las vidas asesinadas, torturadas, desaparecidas, y desplazadas para asegurar eso proyectos y la miseria de muchos en Colombia, porque nosotros somos afectados por ese proyecto debido a las políticas de nuestro país. Muchos se preocupan por las perdidas económicas no por las vidas humanas

Pero esa negación a nuestra existencia de pueblos desde La Guajirá hasta el Chocó, por donde se construirá el gasoducto viene con los modelos de de seguridad que han pretendido negar nuestros derechos. Hoy esa políticas se llama de seguridad “democrática”.

Las familias de los Consejos Comunitarios en el Cacarica que formamos parte de CAVIDA hemos visto como desde hace un año y seis meses, la Comisión de Verificación no se ha realizado. El Gobierno Nacional a través de su política de “seguridad” desconoce los mecanismos de diálogo construidos en 8 años, se quiere evitar costos políticos ante las graves actuaciones de la fuerza pública en nuestro Territorio. Por su silencio, y tolerancia con las actuaciones paramilitares en La Balsa se está haciendo un proyecto de desarrollo con coca, con palma, con marihuana, con ganadería.

Todo esa mezcla de seguridad y de apropiación de veredas, se realiza en nuestra comunidad, en el Salaquí, en el Truandó y en el Jiguamiandó, ahora se conoce los proyectos de carretera panamericana y de conexión eléctrica, todos los proyectos se empiezan sin nuestra consulta sin garantías para la vida y la integridad personal, la libre discusión sin mentiras y sin presión armada, es lo mismo que hicieron con la destrucción de nuestros cativales

Los proyectos de llamado progreso que presentaron los paramilitares en las incursiones a Nueva Vida y Esperanza en Dios, la coca y la palma, en el 2001, hoy se han ido haciendo una realidad con el silencio de la Brigada XVII, que ha caminado las fincas donde hay coca, donde se dice, que han expresado a los campesinos e indígenas, que tranquilos, que no hay problema

Hemos visto como la Sentencia de la Corte que fallo en Derecho a nuestro favor ha sido desconocida y ha permitido la imposición con mentira y con la fuerza irregular de representaciones legales de algunos consejos comunitarios acordes con los intereses de empresas privadas. Hoy se deforesta nuestro territorio a través de otros, se siembra palma y marihuana y el Gobierno Nacional no se reùne con nosotros, los militares en vez de perseguir a los paramilitares que están a menos de dos horas a pie de las Zonas Humanitarias, a menos de 20 minutos en las embarcaciones que tienen, nos hostiga, nos intimida y mantiene una vigilancia permanente sobre nosotros los de CAVIDA. Ya ni el Defensor Comunitario aparece, mientras las siembras de hoja de coca crecen y crecen. Y los efectivos regulares ahí en el norte, y ellos pasan y pasan, y le dicen a los sembradores “tranquilos”, negociantes que no son de aquí de nuestro Territorio y al sur los paramilitares avanzan en su propuesta social.

Desde el 13 de mayo del 2003 en el Cacarica se ha dado un cambio acelerado en contra de nuestro proyecto de vida y el derecho a vivir en nuestro Territorio con dignidad. Nosotros rechazamos la presencia militar dentro de la población civil, por eso afirmamos nuestras Zonas Humanitaria como Territorio de Vida para no ser involucrados en su guerra. Nosotros rechazamos sus propuestas de desarrollo basadas en la impunidad de más de 85 crímenes de nuestras familias.

Proyectos de desarrollo que bajo la apariencia de participación y de evitar daños ecológicos, están destruyendo la biodiversidad y el planeta, rechazamos ese progreso que niega la identidad cultural y la vida nuestra y de la humanidad.

La política que llevan los militares el 13 de mayo es de inseguridad dirigida contra la población civil y a favor de un desarrollo que destruye la biodiversidad y la humanidad. Cuando tenemos la posibilidad de escuchar noticias que el gobierno nacional está captando recursos para la de erradicación de cultivos ilícitos a través de fumigaciones, destruyen en apariencia la coca y los cultivos de pan coger, pero aquí en el Bajo Atrato, desde el 13 de mayo se vieron nacer, crecer y crecer siembras de coca y de marihuana, y los semilleros de palma en la base paramilitar de La Balsa, son ya cerca de 100 hectáreas otros calculan que son 700, lo cierto es que se está inundado nuestra tierra de coca y no por nosotros los de CAVIDA.

Pero el plan parece que es con eso, justificar la destrucción de nuestra vida y de nuestro Territorio. Los del negocio no son del Cacarica, no son de CAVIDA, pero a nosotros son los que nos quieren aniquilar y callar, un nuevo proceso judicial se ha montado contra coordinadores de CAVIDA, cinco de la Zona Humanitaria de Nueva Vida, para el 19 hemos sido citados.

La política de “seguridad” ha sido destrucción de la vida de los niñas y los niños, recientemente en el mes de noviembre cuando tres niños iban a cortar caña y plátano tres militares les preguntan que buscan, los niños expresan que buscan y los militares les dicen piérdanse sino quieren que los levantemos a patadas, antes ofrecieron además plata para que la niñas se fueran a dormir con ellos, antes ofrecieron plata para destruir la Zona Humanitaria. Han retenido a jóvenes, les han ofrecido dinero y ser informantes.

La política de “seguridad” ha destruido fincas familiares, han usado las casas, han arrasado con la caña, han dañado muchas hectáreas de frutos, destruyeron una siembra nacional e internacional de indígenas, mestizos y afros de América, de Sudáfrica.

Las familias de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó por estas políticas de “seguridad” hemos visto a diferencia del Cacarica, que la siembra ilegal de palma aceitera se ha incrementado sin coca, hasta el momento, en cerca de 18 mil hectáreas según cálculos de expertos.

La política de “seguridad” ha matado a un menor como víctima asesinado el año pasado, a su padre se le ha obligado al cofinamiento, sitiado por orden de la policía, en la incursión militar las cédulas de incursiones paramilitares fueron entregadas por los militares. Se ha presionado a nuestros habitantes para que sembremos palma, y a otros se les ha comprado a la fuerza, a la ilegalidad o se les ha obligado a declarar contra los integrantes de los Consejos Comunitarios como auxiliadores o miembros de las guerrillas.

Hemos sido testigos de más de cinco incursiones paramilitares en el último tiempo, amenazando, y obligando a que debemos sembrar palma, mientras los paramilitares se mueven con toda tranquilidad en Mutatá, Barranquillita, Belén de Bajirá, al lado de policías o militares, y se ven formas de protección armada de siembras ilegales de Palma en nuestro Territorio. Hemos visto operativos con encapuchados que mienten, que dicen mentiras solamente para librarse de sus responsabilidades

Hemos visto como desde hace más de 8 meses el Estado Colombiano se ha negado a la realización de reuniones de la Comisión Mixta de Seguimiento, mientras que los abusos policiales, la siembra de palma y los controles de nuestro Territorio se implementan rápidamente. Ya muchos de nuestros poblados no existen, por qué están sembrados de palma, las posibilidades de nuestro retorno no existen.

Hemos escuchado la destrucción de nuestros bosques, cada vez más cerca, de nuestras zonas humanitarias, la falsificación de papeles de propiedad, hemos escuchado el apoyo a mentiras de que existen títulos de propiedad individual sobre muchas de nuestras tierras, falsedad de falsedades.

Sitiados por el hambre, por la falta de educación y de salud han llegado por el Río Atrato grandes caravanas de militares ofreciendo los servicios que debe ofrecer un civil, y ese mecanismos de la necesidad se usa para imponer un modo de sociedad excluyente, sin dignidad en silencio, sin calidad de vida. Más de 110 asesinatos y todo en la impunidad.

Hemos exigido al Estado colombiano en cabeza de la Ministra del Medio Ambiente y el Ministro de Agricultura cese la siembra de palma aceitera ilegal, por mentiras y por fuerza en nuestro Territorio.

Hemos visto como la desmovilización es llena de confusiones, niega nuestro Derecho a la Verdad, a la Justicia y a la Reparación.

Aquí en el Bajo Atrato operan las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que unas vez son eso ACCU y AUC y otras veces son Bloque Elmer Cárdenas, pero viven y habitan con radios, con armas cortas en Chigorodó, Apartadó, Turbo, Riosucio, Tumaradó, La Balsa, Mutatá, Belén de Bajirá.

Hoy nosotras y nosotros familias de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó y familias de los Consejos Comunitarios asociados en CAVIDA, afirmamos nuestro Derecho a la Vida y al Territorio para construir vida con dignidad.

* Nosotros nos negamos a un desarrollo y a un progreso basado en la impunidad, en el uso del terror, la mentira, la fuerza y la destrucción de los territorios.

* Nosotras solicitamos a los países internacionales, a los organismos de crédito internacional a conocer como se usa el fuego, el látigo y la mentira para asegurar los territorios desalojando a sus habitantes.

* Nosotros solicitamos ser escuchados por los miembros de la Junta del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y seamos reconocidos como sujetos con derechos, con iniciativas sobre nuestras vidas y en el respeto debido al territorio.

* Nosotras, hacemos un llamado a la conciencia de la humanidad, a los gobernantes del Grupo de los 24 a no prestar una ayuda internacional que premia la destrucción de vida humanas y la destrucción de los territorios.

* Nosotras y nosotros hacemos un llamado a los Humanos del Mundo a apoyar las reuniones con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional como una Constancia a quiénes están decidiendo sobre nuestras vidas y los territorios en que habitamos ancestralmente

* Nosotros y nosotras invitamos a los Humanos del Mundo a iniciar urgente presencia en nuestros Territorios, debido al vacío de presencia internacional, a conocer nuestros Proyectos de Vida y nuestros planes de Calidad de Vida para ser ejecutados en los próximos 3 años para superar el hambre, preservar el medio ambiente, afirmar la etnoeducación , la etnosalud y el desarrollo alternativo para el bien de la humanidad

* Nosotras y Nosotros invitamos a participar en la Comisión Etica de la Verdad que sesionará en el 2006, como alternativa en el Derecho a la Memoria, a la Verdad y a la Justicia

* Nosotros y nosotras invitamos a los Humanos del Mundo a enviar comunicaciones al Presidente ALVARO URIBE VELEZ para que cese la siembra ilegal de palma y de coca en nuestros Territorios, a adoptar las medidas cautelares de la Comisión Interamericana con el Cacarica y las Medidas Provisionales de la Corte con el Jiguamiandó y Curvaradó.

* Nuestro territorio es nuestro y de la humanidad toda que cree en la vida. Queremos vida digna y territorio para nosotros y la humanidad a una tierra que Dios nos entregó.

* Nuestro Territorios son para los empobrecidos y los excluidos, la humanidad toda. Nuestro territorio no es para la concentración de territorios, ni para la exportación de hoja de coca procesada, ni para agroindustrias hechas con sangre y con fuego

* Nuestros Territorios son para la libertad y la paz y democracia con Verdad, Justicia y Reparación la nuestra para el desarrollo en humanidad, para todas y todos.

Agradecemos a todas y a todos

Consejos Comunitarios asociados en Comunidades Autodeterminación, Vida, Dignidad del Cacarica, CAVIDA

Consejo Mayor del Jiguamiandó y familias del Curvaradó y Consejo Mayor.

Bajo Atrato, Enero 17 de 2005

Bogotá, D.C Enero 19 de 2005

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz