El enquistamiento neoparamilitar en Bijao

Pago de mano de obra y materiales para la construcción de una escuela son algunas de las iniciativas de control social territorial de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, Cacarica.

Luego de la presencia militar del Batallón Selva 54 en Bijao, los ilegales de las AGC, mantienen sus operaciones en ese caserío con dos hombres vestidos de civil.

Suelen estar consumiendo alcohol y habitando en tres propiedades de los afrocolombianos.

Días antes del ingreso de los militares, los neoparamilitares contrataron el corte de madera para la nueva sede escolar de primaria y aportaron galones de gasolina.

Desde el lunes 27 de febrero se inició el corte de madera y su acopio en varios lugares para la sede escolar.

Al tiempo los paramilitares diseñaron la propuesta de canalización de un río.

Con la presencia del batallón 54 en Bijao, los neoparamilitares con armas largas vestidos de camuflado se ubicaron unos en Batatilla y otros se dirigieron hacia Unguía.

Los narcoparamilitares que permanecen vestidos de civil en Bijao mantienen dos embarcaciones en el lugar, y han ido involucrando a jóvenes y niños para les informen de las operaciones de los militares. A estos mismos jóvenes y niños los han enviado a la Zona Humanitaria, ahora Aldea de Paz, para saber qué están haciendo los líderes y que acciones están promoviendo los integrantes de CAVIDA.

El temor a identificar a los neoparamilitares por parte de la población es evidente por el control que ejercen y la fragmentación que lograron en la comunidad negra.

La militarización ha generado zozobra en la población por el temor a algún contacto armado y el desconocimiento de las normas humanitarias.

Bogotá, D.C., marzo 7 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz