Diversidad religiosa

Diversidad religiosa, valores y participación política en Colombia

Introducción

Al igual que otros países de América Latina, Colombia vive un acelerado proceso de transformación religiosa. Aunque a lo largo del siglo XX el país se caracterizó por su fidelidad a la tradición católica, en las últimas décadas la Iglesia católica ha experimentado una deserción masiva y constante de fieles que alimentan un nuevo paisaje religioso más plural. Esta trasformación ha tenido profundas repercusiones culturales y políticas que se pueden observar en todos los sectores sociales y en todas las regiones del país. Puesto que no hay cifras oficiales que den cuenta de este proceso, la caracterización de esta trasformación religiosa y social —desde una perspectiva cuantitativa— resulta una empresa compleja. El dato censal más reciente sobre la composición religiosa que hemos podido rastrear se remonta a 1938 (De Roux, 1983): en ese momento el 99% de los colombianos se identificaban como católicos.

Encuestas recientes, como las de Pew Research Center (2014), Cifras y Conceptos (2017) y Latinobarómetro (2018), han realizado indagaciones respecto de la diversidad religiosa y han producido cifras que describen el panorama actual en Colombia. Sin embargo, los datos que estas pesquisas ofrecen son generales para el nivel nacional y no permiten relacionar la diversidad religiosa con variables demográficas (como edad, sexo, nivel educativo), regionales o de identidad política.

Al respecto, las investigaciones de Beltrán (2012; 2013), en las que presenta los resultados de una encuesta realizada en 2010, constituyen las iniciativas que, con mayor detalle, han medido la diversidad religiosa en Colombia. No obstante, sólo presentan una cobertura geográfica restringida a las principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla), algunas ciudades intermedias (Bucaramanga, Barrancabermeja y Maicao) y la región rural del Urabá.

Considerando la importancia de proveer información que permita comprender el cambio religioso en los ámbitos nacional y territorial, así como su relación con variables demográficas y preferencias políticas electorales, la presente investigación busca subsanar el vacío de información señalado previamente. Para este propósito, se presentan aquí los resultados de la Encuesta Nacional de Diversidad Religiosa (en adelante ENDR 2019) que se llevó a cabo en el segundo semestre de 2019 y consultó la opinión de 11.034 ciudadanos y ciudadanas colombianos mayores de 18 años, de todos los estratos socioeconómicos y de todos los departamentos del país.1 Gracias a esta encuesta podemos ofrecer aquí datos sobre el estado actual de la diversidad religiosa en cada región de Colombia y mostrar relaciones entre las creencias religiosas, las variables demográficas, las posiciones morales y las preferencias políticas de la población colombiana.

Durante el proceso de recolección de datos se presentaron algunas dificultades. Entre éstas se destacan las relacionadas con la coyuntura política —en la medida en que la encuesta incluyó preguntas sobre identidad política y comportamiento electoral— y con el proceso de recolección de la información —el cual coincidió con las elecciones regionales, municipales y locales de 2019, y, como es frecuente en Colombia, estuvo marcado por una fuerte polarización de la ciudadanía—; adicionalmente, un buen número de los consultados se negaron a responder la encuesta argumentando que esta tenía intereses políticos proselitistas. Por otro lado, en algunas regiones con presencia de grupos armados irregulares, algunas personas se negaron a responder la encuesta argumentando razones de seguridad, ya que consideraban riesgoso expresar públicamente sus posiciones políticas. También, para garantizar la seguridad de los encuestadores, así como por limitaciones presupuestales, la encuesta se aplicó principalmente en zonas urbanas,2 especialmente en las capitales de los departamentos.

Por otro lado, son inevitables ciertas dificultades cuando se intenta medir el cambio religioso por medio de una encuesta que se basa en la autoidentificación religiosa de los/as ciudadanos/as. En este sentido es importante precisar que, para los/as encuestados/as, su identidad religiosa depende de sus propias creencias y de las definiciones que usan de manera corriente en la vida cotidiana. Estas definiciones no siempre coinciden con las definiciones teóricas que hacen los estudiosos de la religión. Por ejemplo, desde un punto de vista teórico, un ateo es aquel que no cree en Dios o que está convencido de que Dios no existe. Sin embargo, en la ENDR 2019, alrededor del 40% de quienes se identificaron como ateos prefirieron definir su posición frente a la creencia en Dios por medio del enunciado: “la existencia de Dios no es asunto importante para mí”. Sólo la mitad de los ateos afirmó “estar convencido de que Dios no existe”.

Otro problema de la autoidentificación religiosa se presentó en el caso de los evangélicos y pentecostales, pues en Colombia, la gran mayoría no se identifican como tales. De hecho, por razones históricas, tanto la identidad evangélica como la pentecostal se asocian con estigmas que desacreditan a sus portadores.3 Por esta razón, la gran mayoría de evangélicos y pentecostales colombianos se identifican simplemente como cristianos y no precisan la corriente del cristianismo con la que se identifican. Por esta misma razón es muy difícil distinguir con precisión a los evangélicos de los evangélicos pentecostales. Así, en aras de la rigurosidad y para evitar imprecisiones, fue necesario formular preguntas de validación para recategorizar a aquellos que se identificaron sólo como cristianos. Particularmente, se les preguntó a cuál iglesia o denominación pertenecen.

Si bien se puede afirmar que en Colombia el movimiento evangélico y pentecostal hace parte del protestantismo, la inmensa mayoría de los evangélicos y pentecostales no se reconocen como protestantes.

De hecho, la identidad protestante también carga con estigmas desacreditadores desde tiempos de la Colonia y, por lo general, quienes se identifican como protestantes hacen parte de alguna de las denominaciones protestantes históricas, como las Iglesias presbiteriana, luterana y menonita, todas ellas muy pequeñas en términos demográficos. Por otro lado, en Colombia, las denominaciones y asociaciones protestantes no reconocen a los adventistas como protestantes. Por esta razón, en la presentación de los resultados hemos decidido diferenciar a los adventistas de los demás protestantes. Por último, en la presentación de los datos se mantienen diferenciados los testigos de Jehová, pues no hacen parte de ninguna de las grandes corrientes del cristianismo.

Dicho esto, algunos términos y expresiones que se usan a lo largo del texto deben ser definidos para evitar equívocos:

  • El término ‘cristianos’ se usa para agrupar a los fieles de todas las corrientes y denominaciones, incluidos católicos, protestantes, evangélicos, pentecostales, adventistas y testigos de Jehová.
  • La expresión ‘diversidad protestante’ se usa para agrupar a protestantes, evangélicos, pentecostales y
  • Las expresiones ‘minorías cristianas’ y ‘cristianos no católicos’ se usan para agrupar a protestantes, evangélicos, pentecostales, adventistas y testigos de Jehová.

Este documento presenta los resultados de la ENDR 2019 bajo la forma de una infografía enriquecida con breves textos aclaratorios. Además, al final de cada capítulo se incluyeron unas breves conclusiones en las que se resaltan y analizan algunos de los hallazgos que consideramos más llamativos. El libro se organiza alrededor de cinco capítulos: el primero ofrece un panorama general de la diversidad religiosa en Colombia.

El segundo capítulo se concentra en las creencias de los colombianos; en este, aunque predomina la descripción de las creencias religiosas, se presentan también datos sobre algunas creencias que pueden ser denominadas como seculares. Por ejemplo, se intenta observar si la confianza en la teoría de la evolución de Darwin ha desplazado en alguna medida a la creencia en el relato judeocristiano de la creación.

El tercer capítulo se ocupa de las prácticas religiosas de los colombianos; si bien la mayor parte de la información en este apartado se relaciona con prácticas religiosas cristianas, también se indagó por prácticas provenientes de otras tradiciones religiosas, como por ejemplo la práctica de yoga y de meditación trascendental.

El cuarto capítulo presenta algunas de las posiciones éticas y morales de los colombianos, especialmente aquellas que se relacionan con asuntos de primer orden en la agenda pública, por ejemplo, el reconocimiento de la igualdad de las mujeres y de los derechos la población LGBTIQ,4 la legalización de la eutanasia voluntaria y la despenalización del aborto.

El quinto capítulo está dividido en dos partes. La primera muestra algunas percepciones de los/as ciudadanos/ as en asuntos en los que es evidente la relación entre religión y política. Por ejemplo, las percepciones sobre el poder de las instituciones religiosas o los beneficios que estas reciben del Estado. La segunda parte se dedica a dar cuenta del comportamiento electoral de los colombianos y sus preferencias políticas. Para medir este último aspecto, se incluyeron preguntas relacionadas con el comportamiento electoral en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2018 y en el plebiscito por la paz de 2016.

En cada capítulo se presentan los datos relativos a las identidades religiosas de los/as ciudadanos/as, así como respecto de las principales variables demográficas (sexo, edad, nivel educativo), socioeconómicas y regionales.

La ENDR 2019 fue posible gracias a la financiación y el apoyo de Act Iglesia Sueca, World Vision, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y la Universidad Nacional de Colombia, a quienes reiteramos nuestra gratitud por su compromiso con este proyecto.

Beltran & Larotta_Diversidad Religiosa valores y participación política en Colombia