AGC sin respuesta de Estado a sus anchas en Cacarica

El lunes 5 de junio, a eso de las 9:00 a.m., un grupo inicialmente de tres neoparamilitares vestidos de civil pertenecientes a las AGC ingresaron a la Eco-Aldea de Paz de Nueva Esperanza en Dios, antes Zona Humanitaria.

Los neoparamilitares entre ellos alias “William”, “Newton” y “Juan” se presentaron los dos primeros como políticos y el último como el financiero.

Los hombres pasaron casa por casa para realizar una reunión con los pobladores que a esa hora se encontraban en el lugar humanitario y ambiental.

Los hombres reconocieron el error de haber ingresado tan violentamente el pasado 12 de febrero a la entonces Zona humanitaria de Nueva Esperanza en Dios, donde 8 hombres pertenecientes a las AGC portando armas largas y cortas irrumpieron agresivamente y con amenaza, ocasionando afecciones a la población civil.

El llamado “William” sostuvo que conocían de los movimientos de los líderes y lideresas de CAVIDA, y que ellos eran quienes efectuaban las denuncias. En tal sentido señaló explícitamente a los reconocidos lideres Bernardo Vivas y a Jesús Evelio Palacios, Jerónimo Pérez. Su mensaje cuestionador de los líderes se interpretó como como una alusión más amplia y compromete a los líderes y lideresas Rosalba Córdoba, Edwin Orejuela, Henry Angulo, Magnolio Orejuela, Nelson Quinto, Pascual Ávila y Jerónimo Pérez.

Afirmaron que una cosa era la posición de los líderes y otras las de las comunidades como se demostraba con el hecho de que ellos tenían puntos (informantes) en la casi totalidad de los caseríos del territorio colectivo.

En la pronosticada visita ante la ausencia de respuesta eficaz del Estado agregaron que en el territorio Colectivo de Cacarica venían adelantando algunos proyectos de desarrollo y que los invitaban a sumarse. Aseguraron que sabían de la existencia de un plan de las Fuerzas Militares contra ellos. Sin embargo, mostraron sus conexiones con estructuras estatales al ejemplificar cómo las denuncias, los dichos de algunos líderes ante unidades militares eran por ellos conocidas.

Mencionaron con precisión los contenidos de las conversaciones de las unidades militares adscritas al batallón de selva N° 54, con los líderes comunitarios dela Eco-Aldea de Paz de Nueva Esperanza en Dios, y en la comunidad El Limón, meses atrás.

Indicaron además, el cambio de mando político en la zona. El cual, desde esta semana dejaría de estar a cargo de “William” y pasaría a “Newton”, debido al ascenso dentro de la estructura neoparamilitar del primero.

En horas de la tarde, a eso de las 3:00 p.m., del lunes 5 de junio ingresaron a la Zona Humanitaria de Nueva Vida, cinco paramilitares que se movilizaban en un motor 40 y vestían prendas de civil.

Los armados llegaron luego de estar en la Eco-Aldea Nueva Esperanza en Dios.

Ver informe: ACG convoca de carácter obligatorio a comunidad de Nueva Esperanza a una reunión

Dentro de los irregulares se encontraba alias “Newton”, quien se identificó como ex concejal del municipio de Unguía, y reemplazo político del llamado “William”. Este neoparamilitar habita desde el 10 de enero en la comunidad de Bijao, Territorio Colectivo de Cacarica, primero de camuflado y desde el 24 de febrero de civil en medio de la militarización oficial. El llamado “William” anunció que se irá en estos días. Otro armado se identificó como “Juan” el encargado de finanzas, nacido en Domingodó.

Los otro dos neoparamilitares los llamados puntos, campaneros y guías, han sido reclutados durante estos meses.

En la reunión manifestaron que pagaban entre 800 mil y hasta 3 millones de pesos y venían “ a mitigar el daño que hicimos hace 20 años con los militares” (…). “Hoy es diferente no matamos ni obedecemos al Estado. No somos paramilitares. Mitigamos con proyectos comunitarios y sociales.”

Aseguraron además de saber quiénes son los líderes y las personas de la comunidad que denuncian, pero insistieron que venían a apoyar con proyectos. Insinuaron tener una red de informantes entre los regulares por eso tenían conocimiento de la “Operación Agamenón 2”.

Los AGC manifestaron a la comunidad que necesitaba guías para ubicarse en varias áreas estratégicas para impedir que el ELN llegara hasta el territorio. Aseguraron que unidades del ELN venían del Truandó a Salaquí, Salaquí a Cacarica.

Los neoparamilitares insinuaron que la información de ubicación y avanzada del ELN fue aportada por unidades regulares.

Reiteraron tener control en varias comunidades, puntos estratégicos y guías; por tanto, necesitaban guías de la Zona Humanitaria.

Los AGC indicaron que tenían ocho frentes con cerca de 120 hombres cada uno.

Ante la reacción directa de los pobladores que les exigieron respeto a la Zona Humanitaria tres de los AGC entraron en contradicciones, y molestias entre ellos.

Una vez terminó la reunión buscaron alojarse dentro de las casas de los afrocolombianos, ante la negativa de la gente, se quedaron forzadamente en dos viviendas.

A pesar que el gobierno manifestó que los militares llegarían ayer miércoles hasta el momento ninguna presencia institucional se ha dado.

Los cinco armados se fueron a las cuatro de la tarde del miércoles, desconociendo la exigencia de retirarse del lugar y la comunidad a la espera de la reacción ante la activación de la alerta temprana.

Muchas operaciones de las AGC se realizan con la tolerancia y complicidad de estructuras estatales e institucionales.

Las comunidades negras de Cacarica desde 2005 padecen la ocupación neoparamilitar siendo infructuosa la militarización.

El control social territorial continúa fragmentando a las comunidades y las formas de seducción en la técnica de reclutamiento de jóvenes y de niños.

Bogotá, D.C., junio 8 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz