Nuevos Movimientos Surgen en el Alto Ariari

Al pie de los Andes al sur de Bogotá, Colombia, los campesinos de la región del Alto Ariari, en el departamento del Meta, han vivido más de dos décadas de violencia estatal. A través de campañas de asesinatos selectivos, tortura y amenazas, el ejército colombiano y sus aliados, los grupos paramilitares, han pretendido debilitar los poderosos movimientos sociales que existían en la zona. El ejemplo más aberrante fue el exterminio del partido político de izquierda Unión Patriótica entre 1985 y 1996; apenas en el Alto Ariari, cientos de militantes de base y funcionarios elegidos fueron vilmente asesinados (1). Frente a esta represión, justificada por el Estado colombiano como parte de la guerra contra los grupos guerrilleros de izquierda, los campesinos del Ariari se han negado a abandonar su tierra y han seguido en su lucha para defender sus derechos. En julio de 2009, representantes de las Juntas de Acción Comunal de 12 veredas formaron la Asociación Campesina del Alto Ariari (Acari), para retomar el legado de lucha de la Unión Patriótica y resistir la violencia y abandono estatal.


Acari se conformó como respuesta a la más reciente oleada de represión, a partir de 2002, en la que varios miles de campesinos fueron obligados a abandonar su tierra. Entre 2003 y 2004, más de 100 campesinos fueron asesinados en el Alto Ariari (2). Ya para el año 2004, el “Bloque Centauros” de los paramilitares con el apoyo del ejército colombiano había transformado veredas llenas de vida en auténticas ciudades fantasma. Aunque unos pocos campesinos resistieron la arremetida paramilitar y se quedaron en sus fincas, la mayoría tuvo que unirse a los casi cuatro millones de personas que han sufrido el desplazamiento interno en Colombia.

Acari busca que los campesinos del Alto Ariari retomen el control sobre sus vidas, y para ello la organización pretende hacer un trabajo organizativo con los campesinos del Alto Ariari de forma que puedan quedarse en sus tierras, así como impulsar proyectos productivos que respondan a la falta de inversión social en la zona. Acari tomará como ejemplo las organizaciones indígenas y las otras organizaciones campesinas en Colombia, y colaborará con organizaciones regionales como Sintragrim (Sindicato Independiente de Trabajadores Agrícolas del Meta), organizaciones nacionales como Fensuagro y redes internacionales como Vía Campesina.

Como los fundadores de Acari son personas que han vivido en carne propia la problemática de la región, ellas son las más indicadas para proponer soluciones. Pedro*, presidente de Acari y líder de la Coordinación Nacional de Desplazados (CND) fue uno de los campesinos a quien le tocó salir desplazado del Alto Ariari. Encontró casa en un barrio marginal en la periferia de la ciudad cercana de Villavicencio. Según Pedro, “Allí no hay empleo, no hay salud, no hay agua potable. Hay compañeros enseñados a labrar la tierra encerrados en un cuarto de cuatro por cuatro.” Algunos de los desplazados siguen viviendo en Villavicencio, organizándose para exigir que el Estado asuma su responsabilidad por su desplazamiento y que garantice la seguridad que necesitan para poder volver a sus casas. Los desplazados “necesitamos estar con la mano empuñada a protestar por los derechos”, dice Pedro, en vez de “extendida para pedir limosnas.”

Otros campesinos del Alto Ariari han decidido regresar, incluso sin ninguna protección o apoyo del Estado colombiano. Algunas familias empezaron a volver a sus fincas en 2005. Pero lo que por fin hizo posible que más familias regresaran fue el regreso colectivo de veintisiete familias desplazadas en 2006. Con el apoyo de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, estas familias compraron una pequeña finca en el corazón del Alto Ariari y allí hicieron su asentamiento, al que llamaron la Comunidad Civil de Vida y Paz (Civipaz). Declarando Civipaz como una “zona humanitaria” donde no se permitía la entrada de ningún grupo armado—ni ejército, ni paramilitares, ni guerrilla—los campesinos lograron enfrentar a los grupos que los habían echado de su tierra. El ejemplo de Civipaz abrió el camino para que cientos de familias, entre ellos los fundadores de Acari, regresaran a sus veredas.

Las condiciones que enfrentaron una vez regresaron a sus fincas no fueron alentadoras. Muchas familias descubrieron que en su ausencia los paramilitares habían saqueado o quemado sus casas, o que habían robado su ganado. Aunque los paramilitares que tenían presencia en el Alto Ariari pasaron por un proceso de supuesta desmovilización poco después de la creación de Civipaz, los campesinos temían que el Estado volviera a poner en marcha las estructuras paramilitares cuando le hicieran falta, lo cual ha ocurrido en muchas partes del país en los años posteriores a la desmovilización (3). Mario*, un líder campesino de la vereda La Cima, explica que “Volvimos a la finca exponiendo la vida. Retornamos voluntariamente por la situación que enfrentamos en la ciudad: desempleo, hambre y miseria.” Según el presidente del Acari, Pedro, “el Estado no ha brindado las condiciones para que nosotros estemos aquí.”

Tal como los campesinos esperaban, los paramilitares empezaron a reorganizarse en algunas partes del Alto Ariari tras su regreso (4). Sin embargo, principalmente fue el ejército colombiano que asumió la tarea de presionar a los campesinos para que dejaran su tierra. El Batallón 21 Vargas del ejército amenazó a los campesinos que regresaron, allanaron sus casas y los acusaron de apoyar a la guerrilla (5). Incluso en una ocasión, un grupo de soldados le dijo al campesino Aladino Álvarez Calvo que “ahora las cosas han cambiado, porque los que no salieron antes de la región en el desplazamiento pasado los tenemos ubicaditos… aquí va a morir mucha gente”(6).

A pesar de la represión contínua, la mayoría de las veredas del Alto Ariari lograron volver a organizarse en Juntas de Acción Comunal cuando regresaron a sus hogares, preparando así el camino para la creación de Acari más adelante. Las Juntas de Acción Comunal brindan a los campesinos un espacio para organizarse democráticamente en la lucha por sus derechos, tanto en el Alto Ariari como en otras partes donde acompaña el Observatorio Internacional de Paz. Líderes de las Juntas de Acción Comunal de toda Colombia han sido blanco de frecuentes ataques militares y paramilitares (7).

A los 34 años, Alba Nelly Murillo ya era presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Esmeralda, una de tantas veredas que sufrieron los hostigamientos del ejército(8).Como presidenta de su Junta de Acción Comunal, Alba Nelly tomó un papel importante en las denuncias de las violaciones de los derechos humanos en eventos comunitarios, tales como una Misión Humanitaria que acompañó el Observatorio Internacional de Paz en 2008. Su participación en dichos eventos no pasó desapercibida para el ejército. También en 2008, el Mayor Baquero del ejército colombiano llegó a La Esmeralda preguntando por Alba Nelly, aduciendo que quería hablar con ella porque había denunciado al ejército. En otra ocasión, los habitantes de la Esmeralda estaban disfrutando de una fiesta del comité de deportes cuando un grupo de militares llegó en un carro, filmó a los participantes y se fue sin dar explicación alguna. (9)

El 15 de febrero de 2009, Alba Nelly fue a visitar a su hermano a la vereda de Miravalles y después siguió a pie hacia otra vereda cercana. Los habitantes de Miravalles la vieron salir de la vereda pero después ya nadie volvió a verla. En ese camino entre Miravalles y la otra vereda, a Alba Nelly le tocaba pasar por un campamento del ejército. Al día siguiente, cuando sus vecinos salieron a buscarla, se había levantado dicho campamento y los soldados se habían ido.
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Aunque todavía no se ha encontrado su cuerpo, se supone que Alba Nelly está muerta. Cuando a Juan*, un familiar, le preguntaron quién estaba detrás de su desaparición forzada, no dudó en contestar: “El ejército”. Tampoco dudó en el porqué: “Esta guerra no es contra la guerrilla, es contra nosotros. El Estado paramilitar dice que somos auxiliadores de la guerrilla porque somos comunistas, porque somos sindicalistas, porque somos miembros de organizaciones de izquierda. El gobierno quiere sacarnos de aquí”. Juan también insiste que “son las mismas fuerzas militares que están haciendo [estos atropellos], el Batallón 21 Vargas y la FUDRA. Eso no es ningún grupo armado ilegal: es el mismo Estado.”

Las amenazas y asesinatos de líderes comunitarios como Alba Nelly no han logrado intimidar a los campesinos para que abandonen sus Juntas de Acción Comunal. Sólo unos pocos meses después de la desaparición forzada de Alba Nelly, Acari “nace como propuesta de las juntas, para que manejen esta asociación de manera autónoma” explica Rubi Castaño, una líder comunitaria del Alto Ariari.

Con Acari las comunidades de la región vuelven a organizarse, no sólo contra la violencia estatal sino para responder al abandono por parte del Estado que ha sufrido la región. “La región produce lo que se le siembre. Pero no hay por donde el carro entre para sacarlo [al mercado]” dice Mario. Pedro está de acuerdo: “El Estado en este momento no está dando nada. No está dando crédito sino a los grandes productores”. Explica Pedro que Acari pretende “que desde las juntas nosotros elaboremos nuestras propias propuestas para la soberanía alimentaria y para exigir una reforma agraria.”

En la práctica, más soberanía alimentaria implicará una necesaria transición de la economía ganadera surgida en los últimos años, en que los campesinos crían ganado “bajo contrato” para grandes terratenientes, a un sistema en que los campesinos intentarán cultivar más de lo que comen, como maíz, yuca, arroz y plátano. Se necesita “que aquí haya maíz almacenado como había anteriormente porque no se sabe qué puede venir después” explica Rubi Castaño. Acari también impulsará proyectos como acueductos comunitarios, para satisfacer los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la gente allá donde el Estado no lo ha hecho.

Hay poderosos actores económicos, desde transnacionales petroleras a grandes terratenientes ganaderos o empresarios agroindustriales, que tienen muchas ganas de apoderarse de la riqueza natural del Alto Ariari (11). Con tanto dinero e intereses en juego, los líderes campesinos creen que el Estado seguirá haciendo lo que esté en su mano para echar a los campesinos de la región. Acari está organizándose para resistir esos posibles futuros intentos de despojarlos de su tierra. La próxima vez, dice Pedro, “El día que nos toque salir de aquí, nos salimos todos o nos quedamos todos”.
*Algunos nombres han sido cambiados por seguridad.

(1) El Alto Ariari, otro laboratorio paramilitar. Hernando López. Septiembre 2004. http://colombia.indymedia.org/news/2004/09/17161.php (2) DeVer 103. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Octubre 13, 2004. https://www.justiciaypazcolombia.com/LA-COMUNIDAD-CIVIL-DE-VIDA-Y-PAZ (3) Se incrementan amenazas contra organizaciones en coincidencia con señalamientos del Presidente Uribe. Organizaciones Sociales. Febrero 7, 2007. http://www.colectivodeabogados.org/SE-INCREMENTAN-AMENAZAS-QUE (4) Amenazas y señalamientos en El Castillo (Meta) – Acción Urgente. Mesa de Acompañamiento Permanente al Ariari. Mayo 28, 2008. http://colombia.indymedia.org/news/2008/05/87495.php (5) Macabros Asesinatos en El Castillo- Meta. Sintragrim. Mayo 8, 2009. http://colombia.indymedia.org/news/2009/05/101719.php (6) Macabros Asesinatos en El Castillo- Meta. Sintragrim. Mayo 8, 2009. http://colombia.indymedia.org/news/2009/05/101719.php (7) Policía detiene a dos líderes campesinos en San Pablo (sur de Bolívar). ACVC. Abril 24, 2009. http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article2235. Ha muerto un líder campesino del Sumapaz. Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz. Mayo 28, 2009. http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article2374 Asesinado dirigente agrominero miembro de la Zona de Desarrollo Integral del sur de Bolívar. Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio. Abril 23, 2009. http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article2221 (8) Amenazas y señalamientos en El Castillo (Meta) – Acción Urgente. Mesa de Acompañamiento Permanente al Ariari. Mayo 28, 2008. http://colombia.indymedia.org/news/2008/05/87495.php (9) Macabros Asesinatos en El Castillo- Meta. Sintragrim. Mayo 8, 2009. http://colombia.indymedia.org/news/2009/05/101719.php (10) Desaparecida Presidente de la Acción Comunal de la vereda La Esmeralda, El Castillo, Meta. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria –FENSUAGRO-CUT y el Sindicato de Trabajadores Agrícolas independiente del Meta – SINTRAGRIM. Febrero 19, 2009. http://colombia.indymedia.org/news/2009/02/98874.php (11) DeVer 103. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Octubre 13, 2004. https://www.justiciaypazcolombia.com/LA-COMUNIDAD-CIVIL-DE-VIDA-Y-PAZ
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