Nueva amenaza del ejército a Zona Humanitaria del Cacarica

“¡Hay de quien edifica una ciudad con sangre, y funda un pueblo en la injusticia!”
(Habacuc 2, 12)


El jueves 21 de diciembre, a las 8:30 a.m 13 unidades militares del batallón Bejarano Muñoz, perteneciente a la Brigada XVII, al mando del Cabo NIGRU, ingresaron a la zona humanitaria de Nueva Esperanza en Dios, donde habitan familias de los consejos comunitarios del río Cacarica, asociadas en las Comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad – CAVIDA. Cuando los armados cruzaron la zona humanitaria, fueron abordados por miembros de las comunidades quienes exigieron el respeto al lugar humanitario y la salida de la tropa. La respuesta del Cabo NIGRU fue: “estoy buscando el hijueputa camino y ustedes no lo dejan pasar a uno, no hacen sino joder con estas zonas humanitarias”. Los miembros de la comunidad les insistieron en que no podían pasar por el lugar humanitario, que el camino se encontraba por fuera de la zona humanitaria. El Cabo NIGRU y los demás uniformados manifestaron que se dirigían al lugar conocido como el Silencio y antes de retirarse insultaron y amenazaron a la comunidad diciendo: “esta mierda –refiriéndose a las zonas humanitarias – se tiene que acabar y esa putada de no poder pasar por aquí… se tiene que dejar de joder al ejército”.

LINEAS DE INTERPRETACION

Mientras se adelanta el agronegocio de plátano por parte de Multifruits dentro de los territorios colectivos de las comunidades afrodescendientes del Cacarica y las exportaciones continúan a través de la multinacional estadounidense Del Monte, militares de la Brigada 17 hostigan y amenazan a los a los habitantes de las zonas humanitarias del Cacarica que persisten en la afirmación de los derechos a la vida y al territorio.

Ninguna acción efectiva se conoce ante las denuncias de instancias del mismo Estado como la Defensoría del Pueblo de Urabá, ante la evidencia de la actuación de los “civiles” armados de la estrategia paramilitar del bloque Elmer Cárdenas, que después del espectáculo de la desmovilización, continúan operando bajo el amparo de la impunidad por todo el Bajo Atrato chocoano y el Urabá antioqueño, ahora haciendo uso de armas cortas y de civil.

Sin embargo, fuerzas militares regulares ociosas, que permanentemente acampan a escasos metros de la Zona Humanitaria de Nueva Esperanza en Dios, se empeñan en hostigar, amenazar, ocupar bienes y tierras de los habitantes de esta zona, en lo que aparece como una estrategia militar de desgaste a los pobladores que han denunciado la ocupación de sus territorios, una “operación psicológica” como lo expresaron los mismos militares a los pocos meses de su nueva llegada al Territorio en el 2003.

Los abusos de autoridad de los militares de la Brigada 17 y la farsa de la desmovilización con la evidente presencia y accionar de las estructuras de tipo paramilitar, sigue siendo posible gracias a la impunidad en la que se encuentran las decenas de crímenes de Lesa Humanidad cometidos por estas estructuras desde el 20 de diciembre de 1996 cuando empezaron su ingreso al municipio de Riosucio y desde el mes de febrero de 1997 cuando desarrollaron la operación militar “Génesis” de la Brigada 17 en conjunto con las mismas estructuras que hoy permanecen dentro del Territorio Colectivo.

Bogotá, D.C. diciembre 26 de 2006
COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ