Manuel Cepeda Vargas

Un día como hoy de 1994, Manuel Cepeda Vargas, senador de la U.P, fue asesinado cuando salía de su apartamento en el barrio Kennedy, él como muchos miembros de la U.P fue asesinado bajo el plan “Golpe de Gracia”, que tuvo como objetivo exterminar al movimiento político Unión Patriótica, orquestado desde estructuras del Estado, de las Fuerzas Militares en aquiescencia con los paramilitares.

9 agosto 1994 – 9 agosto 2012

Jueves 9 de agosto 2012

Memoria y Justicia

“¿Cómo el éxtasis de los ríos costeños o de las lagunas del páramo de las delicias, en lugar de formar dioses forma esclavos? Amarré entonces mi destino a los hombrecitos y mujercitas anónimos. A quienes fui a buscar a fábricas, a campos y a cárceles. Soy uno más de los anónimos”.

Hoy hace 18 años en horas de la mañana, al salir de su pequeño apartamento en Kennedy fue el atentado que terminó con la vida biológica de Manuel Cepeda. Su atentado fue una típica operación paramilitar orquestada por la brigada 13. Manuel Cepeda Vargas, en ese momento único Senador de la Unión Patriótica, visionario lírico y poeta, pintor fue otra de las víctimas del plan de exterminio, denominado “Golpe de Gracia”.

En un país en el que la población ha sido sometida a la maquinaria política y mediatica del engaño, a la impunidad y la violencia para mantenerla en la miseria material, espiritual, ética y en el olvido insultante del ejemplo valioso de la historia de los anónimos y anónimas, la tarea adelantada por Manuel Cepeda con su reflexión esclarecedora y la comunicación honesta de verdades que han permitido comprender el perverso mecanismo de exterminio sistemático que se instauró en Colombia, fue y sigue siendo ejemplar, fundamenta, profetico y inspirador.

Ante la instauración de mecanismos de impunidad antes de la comisión de este crimen, en la ejecución y posteriormente en la investigación, la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó el Estado colombiano como responsable por acción y por omisión en este asesinato, por la violación del derecho a la vida, a la integridad personal, garantías judiciales, a la honra, a la dignidad, libertad de pensamiento y de expresión, libre asociación y derechos políticos de Manuel Cepeda.

No se resuelve porque el Estado colombiano y su aparato criminal paraestatal no tiene vergüenza por lo que ha hecho, no se siente culpable, como ha demostrado Álvaro Uribe Vélez desconociendo la decisión internacional, cuando se negó a aceptar públicamente la responsabilidad estatal en este asesinato y arremetió contra la memoria de Manuel Cepeda, de su familia y de las victimas del genocidio de la Unión Patriótica.

A pesar de esta decisión, la estructura de poder criminal estatal que planeó y ordenó el crimen se encuentra en libertad, los beneficiarios del plan ¨golpe de gracia”, disfrutan del poder político y militar, 18 años después, a pesar de avances como la declaración de Diego Fernando Murillo, desde una prisión de los Estados Unidos, que confirma la vinculación de uno de los integrantes del DAS, Miguel Narváez como uno de los ordenadores del asesinato, los responsables siguen libres gozando de privilegios económicos y sociopolíticos, consolidando un sistema de país escluyente basado en el poder narcoparaeconómico con sus leyes barbaras y brutales, atropellador de los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Sus ideas, su sensibilidad, en tiempos en que sigue la guerra, pero se conversa para la paz, con los acercamientos negados entre el gobierno de Santos con las guerrillas de las FARC y del ELN, justo porque uno de sus legados es que no es posible la paz sin una democracia con justicia social y profunda.

Bogotá, D.C. 9 de agosto de 2012

Sin Olvido