Llamamiento de BAMAKO

Con motivo de la celebración del 50 aniversario de la creación del Movimiento de los No Alineados en Bandung en 1956, varias organizaciones sociales e intelectuales de todo el mundo, lanzaron el documento denominado “Llamamiento de Bamako”, que ahora pasamos a difundir, rogando la máxima difusión y adhesión al mismo.


Tras la proclamación del “Fin de la Historia” por parte de Fukuyama en 1992, haciendo alusión a que con la caída del Muro de Berlín, ya no había mas alternativa posible ni mejor, que el sistema capitalista imperante, con su nueva fuerza arrolladora, que en todo el mundo se dio en llamar “Neoliberalismo”, el movimiento social mundial que venía convergiendo fuertemente sobre todo desde las celebraciones del famoso “Quinto Centenario” del “descubrimiento” de América, se propuso demostrar que nada mas lejos de esta proclamación es lo que realmente se está dando en la coyuntura del planeta.

El Movimiento Antiglobalización, con sus contracumbres, sus Foros Sociales mundiales y regionales, y cualesquiera otras actividades de denuncia y creación de alternativas, viene dejando claro desde Seattle 99, que Fukuyama estaba errado en su apreciación.

Cuando ya es bastante claro para todo el mundo, lo que el sistema capitalista realmente representa y ha generado (destrucción del planeta; de millones de seres humanos; generación de pobreza y miseria a un número creciente de personas; exclusión acelerada de las posibilidades de vida digna para capas poblacionales extensas; cultura individualista y consumista en las personas “incluidas”; destrucción de la diversidad no solo de la naturaleza sino también de los pueblos que habitan el planeta; distribución funcional de los pueblos, países e incluso regiones del planeta en productores y suministradores de materias primas, recursos naturales y mano de obra barata, por un lado, y consumidores insaciables de la producción, por otro; homogenización de costumbres, culturas, ….), se lanza este Llamamiento, en defensa de la vida y la diversidad, y los valores que las sustentan realmente.

La lógica de que todo se puede convertir en negocio, todo puede ser mercantilizable, está ya tocando fondo. Ya se están convirtiendo en negocio los elementos más básicos de la vida. No solo el agua o el aire, si no las tierras, todo el campo cultivable del planeta. La agricultura peligra bajo la amenaza de los transgénicos, que suponen está mercantilización del campo. Su sometimiento a las reglas de la productividad y la maximización del beneficio. Todos los servicios básicos se privatizan, y el acceso a los mismos, como si de cualquier mercancía se tratara, se supedita a la capacidad económica del individuo. Se pierde la universalidad y obligatoriedad por ejemplo, de la atención sanitaria y la educación.

Los Estados se inhiben ante la acción de las Multinacionales, y dejan en manos de estas incluso la vigilancia de los derechos más básicos de la población, bajo la figura de los “Acuerdos Éticos”, con cuya fácil firma, las empresas Transnacionales continúan sus violentas formas de explotación de recursos y personas, ahora si, avaladas por compromisos éticos que limpian su imagen, ante la población “incluida” consumidora, que es lo único que realmente les interesa.

Las privatizaciones de todo tipo de empresas públicas, está a la orden del día en todo el mundo, y la precarización de las condiciones laborales avanza, por la “deslocalización” de las empresas Transnacionales, que amenazan con llevarse la producción a otros países, para lo cual, se aseguran de que sus compañeros de viaje (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otros), creen en los países del “Sur” las condiciones laborales, de salarios, de precios, etc, que presionen a la baja las condiciones laborales conseguidas en los países del Centro.

Muchas otras cosas se podrían reseñar en el análisis de los efectos que este sistema Neoliberal viene generando, de forma acelerada sobre todo en las últimas décadas. Ya todo el mundo es consciente de esto. No solo movimientos sociales, si no incluso muchos gobiernos. Los desastrosos efectos que han tenido la puesta en práctica de las políticas de los conservadores de la escuela de Chicago, ya han abierto los ojos a una mayoría creciente de población mundial, que hoy resiste a este sistema económico, e “inventa” alternativas como caminos propios hacia el desarrollo, fuera de cualquier tutelaje externo.

Como dice el Llamado en su análisis del sistema capitalista, todos estos efectos “…y su imposición a través de fuerzas imperialistas, ya no son aceptables porque está en cuestión la vida misma de la humanidad.”. Quizás el detonante haya sido la propia destrucción del planeta, que a voces nos vienen proclamando científicos de todo el mundo.

Por ello, como se señala en la introducción del Llamado, se trata de “…definir otros objetivos del desarrollo, por crear un equilibrio de las sociedades donde esté abolida la explotación de clases, de género, de raza y de casta, y por trazar el camino para una nueva relación de fuerzas entre Sur y Norte.”

Construir la alternativa a tanta destrucción, supone “…que nazca un sujeto histórico popular, plural y multipolar…”, con otros valores distintos a los que el Neoliberalismo fomenta en las personas. Competir, ganar, tener, triunfar, éxito, …son valores a sustituir por la solidaridad, la fraternidad, la diversidad, la democracia real y radical, y el internacionalismo entre otros. Todo orientado a “…el principio del derecho a la vida para todos; las grandes orientaciones para vivir juntos en paz, con justicia y diversidad …”.

Partiendo de este análisis, y de cara a construir estos valores que lleven a la sociedad alternativa al modelo Neoliberal, el Llamamiento propone acciones concretas a ser implementadas en todo el mundo.

Por fin quizás un mínimo consenso en todo el planeta sea posible. La globalización de las resistencias empieza a dar frutos.

A continuación incluimos en adjunto el texto completo del Llamamiento de Bamako.

“LLAMAMIENTO DE BAMAKO”

1. INTRODUCCIÓN

La experiencia de más de cinco años de convergencias mundiales de resistencias en contra del neoliberalismo ha permitido crear una nueva conciencia colectiva. Los Foros sociales mundiales, temáticos, continentales y nacionales, y la Asamblea de los movimientos sociales, fueron sus principales artesanos. Reunidos en Bamako el 18 de enero de 2006, en vísperas de la apertura del Foro social mundial policéntrico, los participantes en la Jornada dedicada al 50 aniversario de Bandung expresaron su preocupación por definir otros objetivos del desarrollo, por crear un equilibrio de las sociedades donde este abolida la explotación de clases, de género, de raza y de casta, y por trazar el camino para una nueva relación de fuerzas entre Sur y Norte.

El llamamiento de Bamako quiere ser una contribución a la emergencia de un nuevo sujeto popular histórico y a la consolidación de lo que se ha adquirido en estos encuentros: el principio del derecho a la vida para todos; las grandes orientaciones para vivir juntos en paz, con justicia y diversidad; las maneras de realizar estos objetivos en el ámbito local y a escala de la humanidad.

Para que nazca un sujeto histórico – popular, plural y multipolar-, se requiere definir y promover alternativas capaces de movilizar fuerzas sociales y políticas. El objetivo es la transformación radical del sistema capitalista. La destrucción que ese sistema ha provocado del planeta y de millones de seres humanos, la cultura individualista de consumo que lo acompaña y lo nutre, y su imposición a través de fuerzas imperialistas, ya no son aceptables porque está en cuestión la vida misma de la humanidad. Las alternativas deben apoyarse en la larga tradición de las resistencias populares y tomar en cuenta también los pequeños pasos indispensables a la vida cotidiana de las víctimas.

El llamamiento de Bamako, construido alrededor de grandes temas conversados en comisiones, afirma la voluntad de:

(i) construir el internacionalismo de los pueblos del Sur y del Norte frente a los estragos generados por la dictadura de los mercados financieros y por el despliegue mundial e incontrolado de las transnacionales;
(ii) construir la solidaridad de los pueblos de Asia, África, Europa y América frente a los desafíos del desarrollo del siglo XXI;
(iii) construir un consenso político, económico y cultural alternativo a la mundialización neoliberal y militar, y a la hegemonía de los Estados Unidos de América y sus aliados.

II. LOS PRINCIPIOS

1. Construir un mundo fundado en la solidaridad de los seres humanos y de los pueblos

Nuestra época esta dominada por la imposición de la competencia entre los trabajadores, las naciones y los pueblos. Sin embargo, la solidaridad ha cumplido, en la historia, funciones mucho más constructivas para la organización efectiva de las producciones materiales e intelectuales. Queremos poner este principio en el sitio que le corresponde y relativizar el papel de la competencia.

2. Construir un mundo fundado en la afirmación plena y entera de los ciudadanos y la igualdad de los sexos

El ciudadano debe volverse el responsable, en última instancia, de la gestión de todos los aspectos de la vida social, política, económica y cultural. Eso constituye la condición de una democracia auténtica. De no serlo, el ser humano está reducido a asumir los estatus yuxtapuestos de portador de una fuerza de trabajo, de espectador impotente frente a las decisiones de los poderes, de consumidor incitado a los peores despilfarros. La afirmación, en derecho y en hecho, de la igualdad absoluta de los sexos es parte integrante de la democracia auténtica. Una de las condiciones de esa igualdad consiste en erradicar todas las formas confesadas o solapadas del patriarcado.

3. Construir una civilización universal que ofrezca a la diversidad, en todos sus ámbitos, su pleno potencial de despliegue creador

Para el neoliberalismo, la afirmación del individuo – no del ciudadano- permitiría el pleno desarrollo de las mejores cualidades humanas. Sin embargo, el aislamiento insoportable que la competencia impone a los individuos dentro del sistema capitalista, produce un antídoto ilusorio como es el encierro en ghettos de supuestas identidades comunitarias, la mayoría de las veces de tipo para-étnico y/o para-religioso. Queremos construir una civilización universal que mire el futuro sin nostalgias apegadas al pasado. Dentro de esta construcción, la diversidad política ciudadana y las diferencias culturales y políticas de las naciones y de los pueblos se constituyen en el mejor medio para fortalecer las capacidades de despliegue creador de los individuos.

4. Construir la socialización por medio de la democracia

Las políticas neoliberales quieren imponer un modelo único de socialización a través del mercado, a pesar de que sus efectos destructores para la mayoría de los seres humanos no necesitan más demostraciones. El mundo que queremos concibe la socialización como el producto principal de una democratización sin fronteras. En este marco, donde el mercado tiene su espacio, pero no todo el espacio, la economía y las finanzas deben ser puestas al servicio de un proyecto de sociedad y no ser sometidas unilateralmente a las exigencias del despliegue incontrolado de las iniciativas del capital dominante que favorece los intereses particulares de una ínfima minoría. La democracia radical que queremos promover restituye todos sus derechos al imaginario inventivo de la innovación política. Dicha democracia fundamenta la vida social en la diversidad incansablemente producida y reproducida, y no en el consenso manipulado que borra los debates de fondo y encierra a los disidentes en ghettos.

5. Construir un mundo fundado en el reconocimiento del estatuto no mercantil de la naturaleza y de los recursos del planeta y de las tierras agrícolas

El modelo capitalista neoliberal fija el objetivo de someter todos los aspectos de la vida social, casi sin excepciones, a un estatuto mercantil. La privatización y la mercantilización a ultranza acarrean unos efectos devastadores sin precedentes: la destrucción de la biodiversidad, la amenaza ecológica, el despilfarro de los recursos renovables o no renovables (petróleo y agua en particular), el aniquilamiento de las sociedades campesinas amenazadas de expulsión masiva de sus tierras. Todos estos ámbitos deben ser gestionados como tantos bienes comunes de la humanidad. En estos ámbitos, la decisión no le compete al mercado en lo esencial, sino a los poderes políticos de las naciones y de los pueblos.

6. Construir un mundo fundado en el reconocimiento del estatuto no mercantil de los productos intelectuales y de los conocimientos científicos, en materia de educación y de salud

Las políticas neoliberales conducen a la mercantilización de los productos culturales y a la privatización de los grandes servicios sociales, especialmente los de educación y de salud. Esta opción genera la producción en masa de productos para-culturales de baja calidad, el sometimiento de la investigación a las prioridades exclusivas de la rentabilidad a corto plazo, el deterioro – incluso la exclusión- de la educación y la salud para las clases populares. La renovación y ampliación de los servicios públicos deben ser guiadas por el objetivo de intensificar la satisfacción de las necesidades y de los derechos esenciales a la educación, a la salud y a la alimentación.

7. Promover las políticas que asocian estrechamente la democracia sin límites, el progreso social y la afirmación de la autonomía de las naciones y de los pueblos

Las políticas neoliberales niegan las exigencias específicas del progreso social – que pretenden producirse espontáneamente por la expansión de los mercados- y de la autonomía de las naciones y de los pueblos, necesaria para corregir las desigualdades. En estas condiciones, la democracia está vaciada de todo contenido efectivo, y se encuentra extremadamente vulnerable y frágil. Afirmar el objetivo de una democracia auténtica requiere dar al progreso social un lugar determinante dentro de la gestión de todos los aspectos de la vida social, política, económica y cultural. La diversidad de las naciones y de los pueblos, producida por la historia, tanto en sus aspectos positivos como en las desigualdades que le acompañan, exige que se afirme su autonomía. No existe una fórmula única, en los ámbitos político y económico, que permitiría saltarse esta autonomía. El objetivo de la igualdad por construirse pasa por la diversidad de los medios a poner en práctica.

8. Afirmar la solidaridad de los pueblos del Norte y del Sur en la construcción de un internacionalismo sobre una base de antiimperialismo

La solidaridad de todos los pueblos – del Norte y del Sur- en la construcción de la civilización universal, no puede ser basada ni sobre la caridad ni sobre el planteamiento según el cual, como todos habitamos el planeta, sería posible desatender los conflictos de intereses que oponen las diferentes clases y naciones que componen el mundo real. Esta solidaridad pasa por la superación de las leyes y los valores del capitalismo y del imperialismo que le es inherente. Las organizaciones regionales de la globalización alternativa deben inscribirse en la perspectiva del fortalecimiento de la autonomía y de la solidaridad de las naciones y de los pueblos de los cinco continentes. Esta perspectiva contrasta con la de los modelos dominantes actuales de regionalización, que son concebidos como tantos bloques constitutivos de la mundialización neoliberal. Cincuenta años después de Bandung, el Llamamiento de Bamako expresa también la exigencia de un Bandung de los pueblos del Sur, víctimas del despliegue de la mundialización capitalista existente en la actualidad, de la reconstrucción de un frente del Sur capaz de hacer fracasar el imperialismo de las potencias económicas dominantes y la hegemonía militar de los Estados Unidos. Este frente antiimperialista no opone los pueblos del Sur a los del Norte. Por el contrario, constituye un pedestal de la construcción de un internacionalismo global que asocia a todos en la construcción de una civilización común en su diversidad.

III. OBJETIVOS A LARGO PLAZO Y PROPUESTAS DE ACCIÓN INMEDIATA

Para pasar de la conciencia colectiva a la construcción de actores colectivos, populares, plurales y multipolares, ha sido siempre necesario identificar temas precisos para formular estrategias y propósitos concretos.

Los temas del Llamamiento de Bamako, que se presentan más en detalle a continuación, se cruzan, sin recubrirse totalmente, y las interconexiones entre si son múltiples. Estos temas cubren los diez ámbitos siguientes, en función de objetivos a largo plazo y de propuestas de acción inmediata: la organización política de la globalización; la organización económica del sistema mundial; el futuro de las sociedades campesinas; la construcción de un frente unido de los trabajadores; las regionalizaciones al servicio de los pueblos; la gestión democrática de las sociedades; la igualdad de los sexos; la gestión de los recursos del planeta; la gestión democrática de los medios de información y de la diversidad cultural; la democratización de las organizaciones internacionales.

El Llamamiento de Bamako es una invitación a todas las organizaciones de lucha representativas de las amplias mayorías que constituyen las clases trabajadoras y los excluidos del sistema capitalista neoliberal, y también a todas las personas y fuerzas políticas que se adhieren a estos principios, a obrar juntos para lograr la puesta en marcha efectiva de estos objetivos.

PROPUESTAS DEL LLAMAMIENTO DE BAMAKO

La constitución de sinergias y solidaridades más allá de las fronteras geográficas y sectoriales constituye la única manera de actuar sobre un mundo globalizado y de encontrar alternativas. Durante el año en curso, unos grupos de trabajo seguirán profundizando y concretizando los temas presentados a continuación, para de nuevo evaluar los avances durante un próximo encuentro y proponer prioridades estratégicas de acción.

1. POR UN SISTEMA MUNDIAL MULTIPOLAR FUNDADO SOBRE LA PAZ, EL DERECHO Y LA NEGOCIACIÓN

Para pensar un sistema mundial multipolar auténtico que rechaza el control del planeta por parte de los Estados Unidos de América y que garantice los derechos de los ciudadanos y de los pueblos a disponer de sus destinos, es necesario:

1) Fortalecer el movimiento de contestación a la guerra y a las ocupaciones militares, y la solidaridad con los pueblos que luchan en los puntos calientes del planeta. Al respeto, sería muy importante que la manifestación mundial contra la guerra en Irak y la presencia militar en Afganistán prevista para los días 18 y 19 de marzo de 2006, se articule con:

• La interdicción del uso y fabricación de armas nucleares y la destrucción de todos los arsenales existentes,
• El desmantelamiento de todas las bases militares fuera de sus territorios nacionales, especialmente la de Guantánamo;
• El cierre inmediato de todas las cárceles de la CIA (Agencia Central de Inteligencia – Central Intelligence Agency CIA).

2) Rechazar las intervenciones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) fuera de Europa. Exigir que sus socios europeos se aparten de las guerras preventivas estadounidenses y se comprometan en una campaña para su disolución.

3) Reafirmar la solidaridad con el pueblo de Palestina que simboliza la resistencia al apartheid mundial que se manifiesta en el muro que establece la fractura entre la “civilización” y la “barbarie”. Para tal efecto, surge como prioridad el fortalecimiento de las campañas para exigir la demolición del muro de la vergüenza y la retirada de las tropas israelíes de los territorios ocupados.

4) Ampliar las campañas de solidaridad con Venezuela y Bolivia, en cuanto constituyen lugares de construcción de alternativas al neoliberalismo y son artesanos de una integración latinoamericana;

Más allá de las campañas, se podría considerar:
• La constitución de una red de investigadores que trabajen en estrecha relación con las asociaciones militantes que actúan en el ámbito local, para la construcción de bases de datos actualizadas y exhaustivas sobre las bases militares de los Estados Unidos y la OTAN. Una información precisa relativa a estas cuestiones militares y estratégicas, permitiría aumentar la eficacia de las campañas a favor de su desmantelamiento;
• La creación de un observatorio “Imperialism Watch”, que denunciaría no solamente las guerras y sus propagandas, sino también todas las maniobras y presiones, económicas y de otra índole, ejercidas sobre los pueblos;
• La creación de una red antiimperialista mundial que coordinaría el conjunto de las movilizaciones que se realizan en el planeta.

2. POR UNA RE-ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL SISTEMA MUNDIAL

Con la perspectiva de una estrategia de acción para transformar el sistema económico mundial, sería necesario:

1. Reforzar las campañas de protesta contra las reglas actuales de funcionamiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y para definir reglas alternativas (para excluir de la OMC los sectores de la agricultura, los servicios, la propiedad intelectual…);
2. Crear grupos de trabajo, relacionados con las asociaciones y movimientos sociales que han emprendido este trabajo de largo tiempo, con el fin de establecer, en la forma más seria y exhaustiva que se pueda, un diagnóstico de las medidas alternativas en los sectores económicos más fundamentales:

• Organización de las transferencias de capitales y tecnologías;
• propuesta de regulaciones (“los códigos de inversiones” por ejemplo), precisando los derechos de las naciones y de los trabajadores
• organizaciones del sistema monetario: control de los flujos de capitales (en particular especulativos), supresión de los paraísos fiscales, edificación de sistemas regionales de gestiones de los cambios y su articulación dentro de un sistema mundial renovado (puesta en cuestión del FMI (Fondo Monetario Internacional) y del Banco Mundial, retorno al principio de la primacía del derecho de las naciones para definir su sistema económico, abolición de las trabas impuestas por las decisiones no negociadas de las organizaciones internacionales…);
• elaboración de una verdadera legislación relativa a las deudas externas (exigir a los Estados unas auditorías que permitan identificar las deudas odiosas) y el fortalecimiento de la movilización, a muy corto plazo, para la cancelación de la deuda del Tercer Mundo;
• Reformas de los servicios sociales y de sus financiamientos: educación, salud, investigación, pensiones…

3. Crear grupos de investigadores especializados para hacer seguimiento a las evoluciones de los movimientos de capital y de los mecanismos de dependencia del capital financiero nacional frente el capital financiero internacional;
4. Crear grupos de trabajo, provistos de sitios Internet y grupos de discusión, por país y por región, para el estudio de las estructuras de la propiedad del capital y de los mecanismos de funcionamiento del capitalismo en cada uno de los países y en sus relaciones con el sistema financiero internacional;
5. Crear sitios de formación de periodistas para informarles sobre los mecanismos complejos de la mundialización neoliberal;
6. Poner en contacto, a través de sitios de Internet conectados entre sí, a las diferentes asociaciones de economistas progresistas y militantes comprometidos en la investigación de alternativas a la mundialización neoliberal en cada región del mundo (Asia, África, América Latina, Oceanía, Europa, Norte América).

3. POR UNAS REGIONALIZACIONES AL SERVICIO DE LOS PUEBLOS Y QUE FORTALEZCAN EL SUR EN LAS NEGOCIACIONES GLOBALES

Se constató que el libre intercambio favoreciendo a los más fuertes es el enemigo de la integración regional, la cual no puede realizarse según sus propias reglas. Es necesario crear las condiciones de una cooperación alternativa dentro de cada región grande, así como las del renuevo de la Tricontinental, en estrecha relación con lo que hacen los movimientos sociales.

• En América Latina, frente a las agresiones de las multinacionales, los trabajadores han inscrito la cuestión de la integración regional en una nueva perspectiva, basada en las ventajas cooperativas y no sobre las ventajas comparativas. Ha sido el caso por ejemplo de las experiencias alternativas de la cooperación en el Sur en materia de petróleo (Petrocaribe), de reducción de la deuda (nueva compra de las deudas entre los países del Sur) o de educación y de salud (médicos cubanos). Las cooperaciones destinadas a favorecer el crecimiento y la solidaridad en todos los países, deben fundarse sobre principios políticos y no sobre las reglas impuestas por la OMC.

• En África, la aspiración a la unidad está muy presente, así como también la conciencia de la imposibilidad de una resistencia o de un desarrollo aislado frente a las presiones de la mundialización neoliberal. Las instituciones de integración son numerosas y sin embargo ineficaces, y las más activas han sido heredadas de los períodos de la colonización y del apartheid. La Unión Africana y su programa económico y social NEPAD (New Partnership for Africa’s Development – Nuevo Acuerdo de Cooperación para el Desarrollo de África), no integra ninguna idea de resistencia colectiva. Es en este marco que las sociedades civiles deben tomar conciencia de la necesidad de sobrepasar sus divisiones. Para los países norte africanos del contorno del Mediterráneo, los acuerdos Euro-Mediterráneos constituyen un ejemplo adicional de regionalización llevada a cabo a costa del Sur.

• En la mayoría de los países de Asía, a pesar de las dificultades, se han puesto en marcha iniciativas populares para enfrentar la mundialización neoliberal y a favor de una integración regional diferente. Estas iniciativas reúnen numerosas organizaciones de las sociedades civiles, ONG, y otros, y han conseguido, entre otros, la elaboración de una carta popular dirigida a fortalecer la cooperación mediante los intercambios.

En consecuencia, sería oportuno recomendar, más allá de la intensificación de las campañas contra las guerras y las amenazas de guerras, las siguientes propuestas:

1) Para América Latina: ampliar las campañas de apoyo al ALBA (Alternativa Bolivariana para la América) con el fin de poner definitivamente en jaque la estrategia estadounidense del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), promover la independencia y el desarrollo con justicia y equidad entre los pueblos y construir una integración basada sobre la cooperación y la solidaridad que sepan adaptarse a las especificidades de los pueblos; movilizar los movimientos sociales para lograr una extensión y profundización de los procesos de integración alternativa del tipo de las experiencias de Petrocaribe o Telesur; promover los intercambios que responden a una lógica cooperativa, y reforzar la articulación de las acciones de las organizaciones sociales y políticas para llevar a cabo estas recomendaciones;

2) Para África: sensibilizar a los movimientos sociales sobre la necesidad de formular propuestas alternativas dentro de las iniciativas africanas, tomar en cuenta la necesidad de articular las acciones emprendidas en los ámbitos regionales y nacionales; lanzar campañas por la paz, para ponerle fin a los conflictos existentes o prevenir los riesgos de nuevos conflictos; deshacerse de concepciones de integración fundadas sobre la raza o la cultura;

3) Para Asia: contrarrestar la expansión y la competencia del capital entre los países y reforzar la solidaridad entre las clases laborales de los diferentes países; promover el circuito local entre producción y consumo; promover las ciencias para la construcción rural.

Con el fin de lograr eficacia, la cooperación entre países del Sur debe expresar la solidaridad de los pueblos y de los gobiernos que resisten al neoliberalismo y que buscan las alternativas dentro de la perspectiva de un sistema mundial multipolar.

4. POR UNA GESTIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS RECURSOS NATURALES DEL PLANETA

El concepto de “recursos naturales” debe ser subordinado a los sistemas vivos, y por lo tanto al derecho a la vida con el fin de parar la devastación y depredación del planeta. Se trata de un principio vital y no de una simple gestión de los recursos naturales. Estos recursos no pueden ser utilizados más allá de sus capacidades de renovación, ajustadas según cada país. Los criterios para su utilización requieren una definición que garantice el desarrollo y la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas. Se debe entonces alentar el desarrollo de sustitutos a los recursos no renovables. La mercantilización de la vida (commodification of life) se traduce en guerras por el petróleo, el agua, etc. El agronegocio (agrobusiness) privilegia la cultura de la renta sobre la cultura de la subsistencia, al mismo tiempo que impone modalidades técnicas que producen dependencias y destrucción del medioambiente (contratos de explotación para imponer ciertos materiales, abonos, semillas como los OGM – organismos genéticamente modificados).

En concreto, se deben combinar dos niveles de acción en relación con el medioambiente: micro y macro. A nivel macro, que concierne a los Estados, es deseable un marco interestatal de concertación multilateral que tenga los medios de acción y de presión política sobre los Estados para tomar medidas globales. El nivel micro se refiere a las acciones locales o regionales, donde la sociedad civil tiene un papel importante a jugar especialmente en materia de difusión de la información y de cambio de las prácticas para economizar los recursos y proteger al medioambiente. Cuando las decisiones se piensan demasiadas veces al nivel macro, es necesario fortalecer el ámbito local. Para eso podrían servir las siguientes acciones:

1) constituir un Tribunal Internacional encargado de juzgar los crímenes ecológicos: los países del Norte y sus enlaces locales podrían entonces ser condenados a pagar reparaciones a los países del Sur (deudas ecológicas).

2) volver ilegales los contratos que imponen una dependencia entre los agricultores y los proveedores de semillas y que conducen a la esclavitud tecnológica y a la destrucción de la biodiversidad;

3) abolir los “derechos a contaminar” (pollution rights) y su mercado, y obligar a los países ricos a disminuir la tasa de producción de dióxido de carbono (5.6 toneladas por año y por persona en los Estados Unidos) con el fin de permitir a los países pobres (0.7 toneladas por año y por persona en los países fuera del G8) industrializarse;

4) prohibir que las grandes represas, en la medida en que no sean realmente necesarias, se construyan sin que se dé una compensación a las poblaciones desplazadas (refugiados económicos);

5) proteger los recursos biológicos y genéticos de las patentes del Norte, las cuales empobrecen a los países del Sur y constituyen un robo de tipo colonial;

6) combatir la privatización del agua, en la forma como lo promueve el Banco Mundial, aunque se realice bajo la forma de Colaboración Privado-Público (PPP, Private-Public Partnership) y garantizar una cantidad mínima de agua por persona compatible con el respeto del ritmo de renovación de las capas freáticas;

7) crear un Observatorio del Medioambiente (Ecologic Watch) susceptible de denunciar y reaccionar frente a las agresiones características contra el medioambiente.

5. POR UN FUTURO MEJOR DE LAS AGRICULTURAS CAMPESINAS

En el ámbito de la agricultura campesina, en primer lugar, existen objetivos a medio y largo plazo, vinculados a la soberanía alimentaria, que se ubican tanto al nivel nacional, internacional, multilateral (el de la OMC) y bilateral (Acuerdos de cooperación económica (Accords de partenariat économique APE), negociados entre los países ACP (países de África, Caribe y Pacífico) y la Unión Europea). En segundo lugar, al nivel nacional, los objetivos se refieren tanto a la política de precios y a los mercados agrícolas, como a la política de las estructuras, el acceso de los campesinos a los medios de producción y ante todo a la tierra. A corto plazo, en 2006, se trata de hacer fracasar la finalización de la Ronda de Doha, lo cual facilitaría el rechazo para concluir los Acuerdos de cooperación económica.

Para tal efecto, las propuestas se dirigen sobre dos ejes: los medios para imponer la soberanía alimentaria a medio plazo, y como preámbulo, el rechazo de la Ronda de Doha y de de los Acuerdos de cooperación económica.

1) Propuestas para imponer la soberanía alimentaria:

La soberanía alimentaria es el derecho que debe ser reconocido a cada Estado (o grupo de Estados) de definir su política agrícola interna y el tipo de inserción que desea en el mercado mundial. Eso incluye el derecho de protegerse eficazmente de la importación y de subvencionar a sus campesinos, a condición de que se prohíba toda exportación de productos agrícolas que tenga un precio inferior al costo de producción total medio sin subvenciones directas o indirectas, en todo el proceso de producción y comercialización. La soberanía alimentaria es la palanca que permitiría a todos los países recobrar su soberanía nacional en todos los ámbitos. Es también una herramienta de promoción de la democracia en cuanto requiere que se impliquen fuertemente los diferentes actores de las filiales agroalimentarias en la definición de sus objetivos y medios, empezando por las familias campesinas. La soberanía alimentaria implica entonces acciones de regulación en los niveles nacional, subregional e internacional.

  al nivel nacional:
Los Estados deben garantizar el acceso de las explotaciones agrícolas a los recursos productivos, y ante todo a la tierra. Es necesario dejar de promover la agricultura de tipo agroindustrial, en la cual las burguesías nacionales (incluyendo los funcionarios públicos) y las empresas transnacionales, acaparan las tierras en perjuicio de las explotaciones campesinas. Eso implica facilitar las inversiones hacia las explotaciones familiares y transformar los productos locales para volverles más atractivos a los consumidores. El acceso a la tierra de todos los campesinos del mundo debe ser reconocido como un derecho fundamental. Su puesta en práctica exige unas reformas adecuadas del sistema de propiedad de la tierra, de las cargas impositivas y también en algunos casos de reformas agrarias. Con el fin de que los consumidores urbanos compartan el objetivo de la soberanía alimentaria – lo cual constituye una condición indispensable para que los gobiernos se comprometan en ello-, se deben llevar a cabo tres tipos de acciones:

  Delimitar la acción de los comerciantes que penalizan a los campesinos y los consumidores;

  Desarrollar campañas de sensibilización de los consumidores sobre el inmenso daño que ocasiona a la agricultura y a toda la economía, la dependencia de los productos importados, los cuales son los que más se venden, por ejemplo en los supermercados de África del Oeste;

  Subir progresivamente los precios agrícolas a través del alza de los derechos a la importación, para no penalizar a los consumidores que disponen de un poder adquisitivo muy limitado. Lo anterior se debe acompañar de la distribución, a estas poblaciones, de bonos de compra que conserven los precios antiguos de los productos alimenticios locales, así como se está haciendo ya en Estados Unidos, India y Brasil, mientras las ganancias de productividad de los campesinos disminuyan los costos de producción unitaria y les permitan disminuir los precios de venta a los consumidores.

  Al nivel subregional

Para que los Estados puedan recobrar su plena soberanía, y en primer lugar su soberanía alimentaria, la integración política regional aparece ineludible para los pequeños países del Sur. Por lo tanto, es necesario reformar las instituciones regionales actuales, especialmente en África, la UEMOA y la CEDEAO, las cuales son demasiado dependientes de las diversas mega-potencias.

  Al nivel internacional:

Ejercer presión para que las Naciones Unidas reconozcan la soberanía alimentaria como un derecho fundamental de los Estados, indispensable para garantizar el goce del derecho a la alimentación definido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. En este ámbito, y para volver efectiva la soberanía alimentaria, cuatro instrumentos de regulación de los intercambios agrícolas internacionales deben ser establecidos:

  Una protección efectiva frente a la importación que se base sobre unos impuestos variables que establezcan un precio de entrada fijo, para garantizar precios agrícolas interiores mínimos que protejan las inversiones de los campesinos y los préstamos de los bancos. En efecto, los derechos de aduana no son suficientemente protectores frente a unos precios mundiales fuertemente fluctuantes, agudizadas por las tasas de cambio.

  Eliminar todas las formas de dumping, a través de la prohibición de toda exportación por debajo del costo de producción total medio del país sin subvenciones directas o indirectas.

  Unos mecanismos de coordinación internacional de dominio de la oferta, de manera que se eviten unas sobreproducciones estructurales y que se minimicen las sobreproducciones coyunturales que producen el derrumbamiento de los precios agrícolas.

  La necesidad de sacar la agricultura de la OMC y entregar la regulación internacional de los intercambios agrícolas a una institución de las Naciones Unidas que podría ser la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Se debería reformar su funcionamiento según el modelo tripartito de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), para asociar en la regulación a los representantes de sindicatos agrícolas (FIPA – Federación Internacional de Productores Agropecuarios y Vía Campesina), al lado de los representantes de las firmas agroindustriales (que ya actúan en la sombra sobre los gobiernos que negocian en la OMC) y de los Estados.

2) Propuestas a corto plazo para poner en jaque la Ronda de Doha y los Acuerdos de Cooperación económica:

Un aprendizaje mayor de la Conferencia ministerial de la OMC en Hong Kong es que el Brasil y la India, y junto con ellos el G-20, se ha distanciado de los intereses de las poblaciones del Tercer Mundo y han mostrado ser los promotores más decididos de la mundialización neoliberal. Como la Ronda de Doha es un “paquete global” (single undertaking), existen formas para ponerlo en jaque. La sociedad civil internacional, y en primer lugar las organizaciones campesinas del Norte y del Sur, podrán, a través de una campaña mediática, mostrar que estas subvenciones (en particular las de la “caja verde”), son una herramienta de dumping mucho más importante que las subvenciones explícitas a la exportación, y lo serán aún más a partir del 2014 cuando las primeras habrán sido eliminadas.

6. PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN FRENTE UNIDO DE LOS TRABAJADORES

Dos de las armas principales que conservan los trabajadores son el derecho de voto y el derecho de formar sindicatos. La democracia y los sindicatos, hasta ahora, han sido construidos principalmente en el ámbito nacional. Sin embargo, la mundialización neoliberal constituye un desafío para los trabajadores del mundo entero y el capitalismo mundializado no puede ser confrontado únicamente desde el nivel nacional. Hoy en día, la tarea es doble: reforzar el nivel nacional y simultáneamente mundializar la democracia y reorganizar la clase obrera mundial.

El desempleo masivo y el carácter creciente del trabajo informal representan otra razón mayor para volver a pensar las organizaciones existentes de las clases trabajadoras. Una estrategia mundial del trabajo debe tener en cuenta no solamente la situación de los obreros que disponen de contratos estables. El empleo fuera de los sectores formales atañe a una parte creciente de los trabajadores, hasta en los países industrializados. En la mayoría de los países del Sur, los trabajadores del sector no-formal – trabajadores con empleos temporales, trabajadores de los sectores informales, auto-empleo, desempleados, vendedores de la calle, los que venden sus propios servicios-, forman juntos la mayoría de las clases trabajadoras. Estos grupos están en crecimiento en la mayoría de los países del Sur por causa del nivel alto de desempleo y un doble proceso, por un lado el encarecimiento y transformación hacia lo informal de los empleos garantizados, y por otro lado el éxodo rural continuo. La tarea la más importante consistirá para los trabajadores que están afuera del sector formal, en organizarse y para los sindicatos tradicionales, en abrirse con el fin de realizar una acción común.

Los sindicatos tradicionales encuentran dificultades para responder a este desafío. Todas las organizaciones de los trabajadores fuera de los sectores formales, no tendrán que ser necesariamente un sindicato, o unas organizaciones similares, y por su lado, los sindicatos tradicionales deberán también transformarse. Nuevas perspectivas de construir juntos, con base en vínculos horizontales y de respeto mutuo, deben ser desarrolladas entre los sindicatos tradicionales y los nuevos movimientos sociales. Para tal propósito, se someten a consideración las siguientes propuestas:

1. Una apertura de los sindicatos hacia una colaboración con los otros movimientos sociales sin intentar subordinarlos a la estructura sindical tradicional o a un partido político determinado.

2. La construcción de estructuras sindicales realmente transnacionales con el fin de enfrentar a los empleadores transnacionales. Esas estructuras sindicales deberían contar al mismo tiempo de una capacidad de negociación y de un mandato para organizar acciones comunes más allá de las fronteras nacionales. Para tal efecto, un paso importante consistiría en organizar unas estructuras sindicales fuertes en el seno de algunas transnacionales. Estas últimas poseen una red de producción compleja y son frecuentemente muy sensibles a cualquier ruptura en la cadena de producción y de distribución, lo cual indica una vulnerabilidad. Unos éxitos en la lucha contra las transnacionales podrían tener un impacto real sobre las relaciones de fuerzas mundiales entre el capital y el trabajo.

3. El desarrollo tecnológico y el cambio estructural son necesarios para mejorar las condiciones de vida y erradicar la pobreza. Sin embargo, hoy en día, las re-localizaciones de producción no se realizan en interés de los trabajadores, sino según una lógica exclusiva del beneficio. Es necesario promover un mejoramiento progresivo de los salarios y de las condiciones de trabajo, una producción local que crezca con la demanda local y un sistema de negociación para las re-localizaciones, entendidas como alternativas a la lógica del beneficio y del libre intercambio. Estas re-localizaciones podrían hacer parte de las negociaciones transnacionales para evitar que los trabajadores de los diferentes países estén obligados a entrar en competencia los unos contra los otros en una lucha implacable.

4. Considerar los derechos de los trabajadores migrantes como una preocupación de base de los sindicatos, para garantizar que la solidaridad entre trabajadores no esté basada en el origen nacional. En efecto, la segregación y la discriminación, con base en razones étnicas u otras, constituyen unas amenazas para la solidaridad de la clase trabajadora.

5. Velar para que la futura organización transnacional de la clase trabajadora no sea concebida como una estructura única, jerárquica y piramidal, sino más bien como una variedad de diferentes tipos de organizaciones, y una estructura en red constituida por numerosos vínculos horizontales.

6. Promover un frente de trabajo reorganizado dentro de estructuras que cobijen también a los trabajadores del sector formal en el mundo entero, capaz, a través de acciones coordinadas, de enfrentar eficazmente el capitalismo mundializado. Solo un movimiento global mundial y renovado de los trabajadores con dichas características, que actúe conjuntamente con otros movimientos sociales, podrá transformar el mundo actual y crear un orden mundial fundado en la solidaridad antes que en la competencia.

7. EN PRO DE UNA DEMOCRATIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES QUE PERMITA UN PLENO DESARROLLO HUMANO

Las fuerzas progresistas deben volver a apropiarse del concepto de democracia porque una sociedad alternativa, socialista, debe ser plenamente democrática. La democracia no se decreta desde arriba. Es un proceso de transformación cultural porque las personas se transforman a través de sus propias prácticas. Resulta entonces indispensable que los actores de los movimientos populares y de los gobiernos de izquierda o progresistas entiendan la necesidad de crear espacios de participación real, tanto en los sitios de trabajo, como en los espacios geográficos de la vida. Sin la transformación de las personas en actores protagonistas de su propia historia, no será posible resolver los problemas de los pueblos: salud, alimentación, educación, vivienda… La caída de los países socialistas de Europa del Este tiene que ver con esta ausencia de participación. Los ciudadanos de estos países ya no están muy motivados para defender unos regímenes en los cuales fueron observadores y no actores.

La lucha por la democracia debe también ser vinculada con la lucha para la erradicación de la pobreza y de todas las formas de exclusión. En efecto, si se quieren resolver estos problemas, es necesario que el pueblo se convierta en el sujeto del poder. Lo anterior implica luchar contra la lógica del beneficio del capital y pone en marcha, en los espacios que se pueden conquistar, una lógica diferente, humanista y solidaria. En efecto, la afirmación por si sola de la necesidad de una sociedad alternativa no es suficiente, sino que se requiere proponer iniciativas populares alternativas al capitalismo que buscan quebrar la lógica mercantil y las relaciones que dicha dinámica impone.

Además, se trata también de organizar unas luchas que no se reduzcan a unas simples reivindicaciones económicas, aunque estas últimas sean necesarias, sino que propongan un proyecto social alternativo, incluyendo niveles reales de poder y de democracia, y superando las formas actuales de la democracia representativa, parlamentaria y electoralista. Para eso es entonces necesario luchar por un nuevo tipo de democracia, construido desde abajo, para los de abajo, a través de los gobiernos locales, las comunidades rurales, los frentes de trabajadores, de ciudadanos… Esta práctica democrática, solidaria, será la mejor manera de atraer nuevos sectores sociales en la lucha por una sociedad alternativa plenamente democrática.

Con el fin de concretar los principios enunciados, se proponen las siguientes grandes líneas:

  Inscribir la democracia en el conjunto de las condiciones que caracterizan los movimientos de emancipación y de liberación, en sus dimensiones individuales y colectivas;

  Reconocer que el fracaso del sovietismo y de los regímenes que provienen de la descolonización, resulta en gran medida del hecho de que han negado las libertades y subestimado la democracia. La elaboración de alternativas debe integrar esta constatación y dar un sitio preeminente a la construcción de la democracia.

  Controvertir el doble discurso de las potencias dominantes que fácilmente propinan lecciones sobre la democracia. El cinismo del imperialismo estadounidense es particularmente insoportable por lo que actúan como factor de guerras, de torturas, de violaciones a las libertades. No obstante eso puede tomarse como pretexto para limitar las libertades y el ejercicio de la democracia.

  Recusar la concepción dominante de la democracia propuesta por los Estados Unidos y las potencias occidentales. La democracia no puede ser definida como la aceptación de las reglas del mercado y la subordinación al mercado mundial, elecciones pluralistas controladas desde el exterior y una ideología reductora de los derechos humanos. Este tipo de democracia consiste en imponer la expansión de la mercantilización, vinculándola de manera arbitraria a la importancia reconocida de las elecciones libres y del respeto de los derechos. De esta manera, se está restringiendo la democracia, se pervierte su sentido.

  Reconocer que existe una fuerte dialéctica entre democracia política y democracia social, porque una democracia política es incompleta y no puede permanecer si persisten las desigualdades, la explotación y la injusticia social. Una democracia social no puede progresar sin luchar contra la opresión y las discriminaciones, recordando a la vez que ninguna política social puede justificar la ausencia de libertades y el no respeto de los derechos fundamentales.

  Afirmar que la democracia necesita una participación efectiva y creciente de la población, de los productores y de los habitantes. Eso implica una transparencia dentro de los procesos de decisiones y de las responsabilidades y no anula la importancia de la democracia representativa. Al contrario, esta democracia la completa y la profundiza.

  Así como la democracia debe facilitar la lucha contra la pobreza, las desigualdades, las injusticias y las discriminaciones, debe también dejar un espacio estratégico a los pobres y a los oprimidos, a sus luchas y a sus movimientos. En este sentido, la democracia ejercida en el funcionamiento de esos movimientos contribuyen a su perennidad y su éxito.

  La democracia en el seno del movimiento altermundialista, es una indicación de la importancia que el movimiento otorga a la democracia en sus orientaciones. Ella implica una renovación de la cultura política y de la cultura organizacional, un cuidado especial reconocido a la cuestión de la autoridad y de la jerarquía. Para tal efecto, una de las propuestas de acción inmediata consiste en llevar a cabo una campaña para que los movimientos de educación popular otorguen un espacio importante a la educación ciudadana y a la educación a la democracia, para que esta dimensión esté presente dentro de la enseñanza. Recordamos, en efecto, que el movimiento altermundialista es portador de un proyecto fundamentalmente democrático. Reivindica el acceso para todos a los derechos fundamentales. Se trata de los derechos civiles y políticos, y particularmente los derechos a la libre organización y a la libre expresión son los cimientos de las libertades democráticas. Reivindica también los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales, los cuales son los fundamentos de la democracia social. Reivindica finalmente los derechos colectivos y los derechos de los pueblos a luchar contra la opresión y contra las violencias que le son impuestas. Se trata aquí de la definición de un programa de puesta en práctica de la democracia. El movimiento altermundialista reconoce también la importancia de los servicios públicos como un medio esencial para garantizar el acceso a los derechos para todos y la igualdad de los derechos. Defiende las luchas de los trabajadores y de los usuarios de los servicios públicos. Pone adelante las propuestas derivadas de los movimientos de defensa de los servicios públicos, y en particular de los servicios a la educación y a la salud. Por ejemplo, para el goce del derecho a la salud, el acceso a una lista de medicamentos gratis y la negación de los monopolios, de la dictadura de las patentes, y de la pretensión de patentar lo viviente.

  La lucha por la democracia debe tomar en cuenta los diferentes niveles de intervención según los espacios. Haremos referencia a cinco de ellos: la empresa, la democracia local, la democracia nacional, las grandes regiones, la democracia mundial. La elección de las prioridades será el resultado de un debate estratégico.
1) La democracia dentro de la empresa constituye una reivindicación mayor. Implica el reconocimiento del poder de los trabajadores, de los usuarios y de las colectividades públicas territoriales y nacionales. Necesita el rechazo de la dictadura de los accionistas y de la lógica destructora del capital financiero. Lleva al control de las decisiones y especialmente de las des-localizaciones. Poner de relieve las formas innovadoras de auto-organización y de apoyo mutuo constituye una de las maneras de reivindicar la pluralidad de las formas de producción y rechazas las falsas evidencias de eficacia de la empresa capitalista privada. El movimiento a favor de la responsabilidad social y medioambiental de las empresas constituye un gran interés, a pesar de los riesgos de recuperación, a condición de que permita llegar a construir normas públicas vinculantes en el derecho internacional.
2) La democracia local responde a la demanda de proximidad y de participación. Se apoya sobre unas instituciones locales que deben garantizar los servicios públicos y que preparan una alternativa al neoliberalismo a favor del nivel local y de la satisfacción de las necesidades en vez de una sociedad ajustada al mercado mundial. Permite renovar la ciudadanía, en particular reivindicando la ciudadanía de residencia y sus consecuencias en términos de derecho a votar.
3) La democracia nacional sigue siendo el escalón estratégico. Las cuestiones relativas a las identidades, las fronteras, el respeto de los derechos de las minorías, la legitimidad de las instituciones, participan en los fundamentos de la soberanía popular. Las políticas públicas pueden ser unos espacios de confrontación contra el neoliberalismo. La redistribución de las riquezas, basada sobre la fiscalización debe ser defendida y ampliada. Las medidas como el ingreso mínimo y la cobertura social, fundada en la solidaridad entre las generaciones, no son reservadas a los países ricos, sino que se originan en las condiciones de repartición entre las remuneraciones del trabajo y de los beneficios específicos de cada sociedad.
4) Las grandes regiones pueden volverse tanto como los vectores de la mundialización neoliberal, es el caso de la Unión Europea, o como unas contra-tendencias y lugares de resistencia, que ha sido el caso por ejemplo de las evoluciones del Mercosur y la puesta en jaque del ALCA. Desde este punto de vista, los foros sociales continentales se presentan como apuestas importantes.
5) La democracia mundial es una perspectiva de respuesta a la mundialización neoliberal. En la situación actual, las movilizaciones prioritarias que genera el movimiento altermundialista son: la cancelación de la deuda, el cuestionamiento fundamental de la OMC, la supresión de los paraísos fiscales, la tasación internacional y en particular del capital financiero (transferencias de capitales, beneficios de las empresas transnacionales, impuesto ecológico…), la reforma radical de las instituciones financieras internacionales (a través por ejemplo del principio de un país, un voto), la reforma de las Naciones Unidas tendente al respeto de los derechos de los pueblos y al rechazo de la guerra preventiva.
6) Para eso, algunas medidas serían entonces necesarias: la creación de un Observatorio de la Democracia que tenga la capacidad de resistir a la hegemonía de los países dominantes, como en primer lugar los Estados Unidos, y a su discurso falaz sobre la democracia. También sería importante favorecer el control ciudadano, promover las formas de democracia inventadas y puestas en prácticas por los movimientos sociales y ciudadanos.

8. POR LA ERRADICACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE OPRESIÓN, EXPLOTACIÓN Y ALIENACIÓN DE LAS MUJERES

Las formas de patriarcado son múltiples, así como lo son sus vínculos con el imperialismo y el neoliberalismo. Es importante y necesario analizar su impacto sobre las mujeres. El concepto de patriarcado se refiere a la dominación del padre/patriarca, y se utiliza para describir un modelo de familia dominado por los hombres, los cuales ejercen su autoridad sobre todos los demás miembros de la familia. Ese modelo no es universal. Numerosas sociedades africanas disponen de modelos matrilineales o de regímenes duales, con líneas paternales y uterinas que tienen un papel para el individuo. El sistema patriarcal se ha expandido con el auge de las religiones abrahámicas y de las ideologías y legislaciones coloniales. Hoy en día, el patriarcado representa principalmente la dominación masculina, la desigualdad entre los sexos en perjuicio de las mujeres y sus múltiples formas de subordinación. La familia, que socializa al niño, se constituye en el primer lugar de domesticación de las niñas y las mujeres. La jerarquía que se establece entre los sexos se acentúa aún más en la medida en que la sostienen unas normas culturales y valores religiosos que tienden a la apropiación de las capacidades productivas y reproductivas de las mujeres. El Estado refuerza este poder patriarcal con sus políticas y sus códigos de la familia. Las discriminaciones persisten en las relaciones que se forman en los ámbitos de la familia, de la educación, del acceso a los recursos naturales, de los asuntos materiales y financieros, del empleo, de la participación en el poder político, etc. Aúnque se hayan presentado algunos pasos adelante en materia de los derechos de las mujeres, la dominación masculina se enmarca todavía durablemente dentro de la “masculinización” de las instituciones que reproducen las organizaciones neoliberales.

El análisis de las relaciones entre patriarcado e imperialismo y el balance, matizado, de las luchas de las mujeres contra estos sistemas, no lleva a proponer varias acciones:

1. Romper con la marginalización de la lucha de las mujeres, que produce un apartheid político y científico. El tema de género es transversal y debe ser tomado en cuenta en todas las recomendaciones.

2. Continuar el cabildeo de las organizaciones de la sociedad civil y de la clase política con el objetivo de fortalecer la alianza entre las organizaciones feministas y las fuerzas progresistas, e incluir dentro de su agenda el pliego a favor de las mujeres, el cual contiene:

  La lucha contra una representación de las mujeres en una posición de inferioridad, dentro de los discursos sociales, políticos, culturales y religiosos de la sociedad global;

  El desarrollo de la educación y la formación de las mujeres con el fin de vencer el sentimiento de inferioridad que tienen interiorizado;

  La difusión de una mejor toma de consciencia de su papel activo dentro de la sociedad;

  La incitación a los hombres para que se interroguen sobre la dominación masculina y destruyen sus mecanismos de funcionamiento;

  El fortalecimiento de las disposiciones jurídicas para una igualdad efectiva entre los sexos;

  El aumento de su representación dentro de las instituciones (paridad).

3. Dar mayor visibilidad a la historia de las mujeres, sus acciones individuales y colectivas, y en especial:

  El proyecto de atribución del premio Nobel de la Paz 2005 a Mil mujeres, propuesta por asociaciones de Hong Kong;

  La campaña Women say no to war (las mujeres dicen no a la guerra) contra la guerra en Irak;

  Varias campañas sobre temas de actualidad o proyectos de sociedad.

4. Promover el derecho fundamental de las mujeres a disponer de su cuerpo físico y mental, a controlar por sí mismas las decisiones relativas a su proyecto de vida, en materia de educación, empleo, actividades varias, y también en materia de sexualidad y fecundidad (derecho a la contracepción, decisión sobre la fecundidad, derecho al aborto…) – el cuerpo de las mujeres siendo el lugar de opresiones y de violencias de toda índole.

5. Realizar una reflexión teórica, a partir de las experiencias de las mujeres, para contrarrestar la dominación masculina, y fortalecer las perspectivas de las mujeres sobre múltiples asuntos que afectan la sociedad con el fin de abrir nuevos horizontes para la investigación y la acción, en relación con la población, en prolongación a la Conferencia de El Cairo sobre población (1994), o el medio ambiente, en seguimiento a la Cumbre de la tierra en Río de Janeiro (1992), durante la cual las mujeres han exigido el derecho de vivir en un medio ambiente sano.

6. Desarrollar las bases de datos y una página internet sobre las relaciones entre mujeres, imperialismo y neoliberalismo.

9. POR UNA GESTIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS MEDIOS Y DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

1. Por el derecho a la educación:

Antes del derecho a la cultura, del derecho a la información y del derecho a informar, surge el problema fundamental del derecho a la educación. Ese derecho, aunque este oficialmente reconocido en todas partes, sigue sin tener efectividad en numerosos países, y especialmente para las niñas. Por eso, una de las tareas prioritarias para todos los movimientos sociales consiste en hacer presión sobre los gobiernos para que cumplan sus obligaciones más elementales en la materia.

2. Por el derecho a la información y el derecho a informar:

  Las iniciativas dirigidas a los grandes medios de información

El derecho a la información y el derecho de informar entran en contradicción con la lógica general del sistema de los medios de información. A través de su concentración creciente a escala mundial, este sistema es a la vez parte directa y beneficiaria de los mecanismos de mundialización neoliberal, y también vector de su ideología. Por lo tanto, es necesario luchar constantemente y cercanamente para poner granos de arena en los engranajes de esta empresa de “formateado” de los espíritus para que acepten como inevitable y hasta aceptable, el orden neoliberal. Para este fin, se deben lanzar campañas en cada país, en el marco de una coordinación internacional:

  Para lograr iniciativas legislativas que tiendan a luchar contra la concentración de los medios de información;

  Para conseguir iniciativas legislativas tendentes a garantizar la autonomía de las redacciones en relación con los accionistas y propietarios, motivando, en los lugares en donde no existen, la creación de sociedades de periodistas con poderes reales;

  Para la educación en la crítica de los medios de información dentro del sistema escolar y dentro de las organizaciones populares;

  Favorecer los medios de información alternativos

Los medios de información alternativos y con fines no lucrativos, en cualquiera de las formas (papel, radio, televisión, internet), juegan un papel importante para una información pluralista y no sometida al dirigismo de las finanzas y de las multinacionales. Por esta razón se debe exigir a los gobiernos que estos medios de información se beneficien de condiciones reglamentarias y fiscales privilegiadas. Un Observatorio de los Medios de información Alternativos podría identificar las legislaciones existentes más avanzadas en el mundo. De la manera como hacen los propietarios y directores de los grandes medios de información, sería útil organizar cada año un encuentro de los responsables de los medios de información alternativos del mundo entero, lo cual se podría realizar en el marco de los procesos de Foros Sociales Mundiales.

  No dejar el monopolio de las imágenes del mundo a las cadenas de televisión del norte

Las grandes cadenas de televisión internacionales del Norte, como la CNN, se han beneficiado por mucho tiempo de un monopolio de hecho, y han dado una visión del mundo correspondiente a los intereses de las potencias dominantes. En el mundo árabe, la creación de Al-Jazeera ha permitido, gracias a su gran profesionalismo, romper con la visión unilateral de los conflictos del Oriente Próximo. El reciente lanzamiento de Telesur permite a América Latina no estar sujeta a verse solamente a través del prisma de los medios de información estadounidenses. La creación de una cadena de televisión africana responde a una necesidad de identidad, y debemos desplegar todos nuestros esfuerzos para que eso se haga realidad.

3. Por el derecho a expresarse en su propia lengua:

Para todas las élites off-shore del planeta, el uso del inglés constituye el primer signo de reconocimiento. Existe un vínculo lógico entre la sumisión, voluntaria o resignada, a la super-potencia estadounidense y la adopción de su lengua como la única herramienta de comunicación internacional. Sin embargo, el chino, las lenguas romanas – si se promueve la inter-comprensión dentro de la gran familia que constituyen -, y mañana el árabe, todas tienen de igual manera la vocación para asumir, en paralelo, este papel. Lo anterior constituye un asunto de voluntad política. Para luchar contra el “todo inglés”, las siguientes medidas deberían ser alentadas:

  Darse como objetivo, dentro de los sistemas educativos, y cuando las condiciones así lo permitan, enseñar dos lenguas extranjeras (no exclusivamente el inglés) para desarrollar competencias activas y pasivas (entender, hablar, leer y escribir), y una o dos lenguas adicionales para tener competencias pasivas (leer y entender oralmente).

  Poner en práctica, en los sistemas educativos, los métodos de inter-comprensión de las lenguas romanas (español, catalán, francés, italiano, portugués, rumano que son lenguas oficiales en 60 países). La comunicación resulta ser más efectiva cuando cada persona hable su lengua y entiende la de su interlocutor.

  En el caso específico de África, hacer de la enseñanza y de la promoción de las lenguas nacionales una prioridad política de la Unión Africana.

  Crear un fondo internacional de apoyo a la traducción de un máximo de documentos en las lenguas de los países de escasos recursos, en particular para que sean accesibles por internet.

10. POR LA DEMOCRATIZACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE UN ORDEN INTERNACIONAL MULTIPOLAR

Las Naciones Unidas constituyen una institución de los pueblos, y en esta medida representa algo adquirido. Sin embargo, se trata también de un lugar de relaciones de poder entre Estados cuyo impacto puede resultar ambivalente, o hasta negativo, en el caso de algunos pueblos o en algunas circunstancias. Se requiere entonces realizar transformaciones, en la medida en que la hegemonía de los países más poderosos tienden a utilizar la ONU como herramienta para sus propios beneficios. Frente a esta situación, se proponen las siguientes iniciativas:

1. Democratizar el espacio que representan las Naciones Unidas

2. Iniciar las “reformas” de la institución de la ONU con el objetivo de limitar las desigualdades de las relaciones de fuerza entre los Estados;

3. Actuar sobre los gobiernos que constituyen la ONU, y para eso, constituir en cada país un Observatorio que permita la transparencia de la acción de los gobiernos dentro de las Naciones Unidas, de sus organismos especializados y de las instancias creadas en Bretton Woods (FMI, Banco Mundial, OMC);

4. Cambiar la financiación de las organizaciones especializadas tales como la FAO o la OMS (Organización Mundial de la Salud), para evitar su dependencia con las empresas transnacionales;

5. Garantizar una presencia amplia y efectiva de los movimientos sociales y de las organizaciones no gubernamentales dentro de estas instituciones internacionales;

6. Promover Cursos Internacionales de Justicia, especialmente en relación con los crímenes económicos, procurando que no sean utilizados como herramientas por parte de las potencias dominantes, y a la vez, constituir tribunales de opinión para promover formas alternativas de hacer justicia;

7. Para democratizar las Naciones Unidas, aumentar el poder de la Asamblea General y democratizar el Consejo de Seguridad con el fin de quebrar los monopolios (derecho de veto, potencias atómicas);

8. Promover una Organización de las Naciones Unidas que permita una regionalización dotada de poderes reales sobre los diferentes continentes. Se propone, en particular, promover un Foro Social del Medio Oriente, que agruparía las fuerzas progresistas de los países de la región para buscar soluciones alternativas al proyecto estadounidense del “Gran Medio Oriente”.

9. Promover en el seno de la ONU, el respeto de la soberanía de las naciones, y en especial frente a las acciones emprendidas por el FMI, el Banco Mundial y la OMC.

10. Promover una Asamblea Mundial de los pueblos para salir del círculo vicioso de la pobreza.