El mito de Sísifo

ESTE PERSONAJE DE LA MITOLOGÍA fue castigado en el Hades obligándole a subir una enorme piedra a lo alto de una montaña y cuando estaba a punto de alcanzar la cima, la roca se devolvía y empezaba de nuevo.


Algo similar parece estar pasando con la derrota final a la guerrilla. Cada cierto tiempo se anuncia su desaparición, generalmente fijando un plazo de 6 ó 12 meses. Parecería que ésta tiene gran capacidad de recuperación; en efecto, el análisis de las estadísticas oficiales de contar las bajas deja más inquietudes que información.

Terminando el año 2008, el reporte del Ejército informó que en el transcurso del año 1.904 guerrilleros se entregaron, 967 fueron capturados y 968 abatidos. Las cifras correspondientes al primer semestre de 2008 mostraban lo siguiente: 2.830 capturados, 1.040 abatidos y 1.195 desmovilizados. Los falsos positivos y las capturas apresuradas pueden explicar algo, pero es inverosímil que en todo el año los “resultados” sean inferiores a los resultados del primer semestre.

Una extrapolación de las cifras del primer semestre de 2008 a todo el año llevaría a concluir que se llegó a la cima. En efecto, al finalizar el año 2007, de acuerdo con las cifras de Mindefensa, había 12.499 combatientes de las Farc y el Eln; en el primer semestre se “retiran” por deserción, bajas o capturas 5.065; con la aproximación lineal mencionada, al finalizar 2008 sólo quedarían 2.369 guerrilleros, más los que la guerrilla pudo reclutar. En el período 2002-2007 los efectivos de la guerrilla descienden de 20.600 a 12.499. Las “bajas” (abatidos, desmovilizados, capturados) llegaron a 50.464, en el mismo lapso; es decir, la guerrilla reclutó, en el período de la seguridad democrática, el doble de los efectivos iniciales.

Por supuesto, es posible que las estadísticas no reflejen la realidad. Si la guerrilla es pequeña, es difícil justificar un pie de fuerza militar (sin incluir la Policía) que alcanzó, en 2008, 277.681 efectivos, cifra que en América sólo es superada por EE.UU., y ligeramente por Brasil.

Por otra parte, si las bajas infringidas a la guerrilla son pequeñas, la opinión y el Ejecutivo pueden cuestionar la efectividad de la guerra antisubversiva. Este perverso incentivo fue una de las causas de la degradación del conflicto. Los hechos se denominaron eufemísticamente “falsos positivos”. La historia reciente los señala como una de las más aberrantes violaciones a los Derechos Humanos realizadas por miembros de un ejército regular.

En el informe del Ministro de Defensa, denominado Un año para la historia, en el conteo de bajas de la guerrilla, en el período julio 2007-julio 2008, se señala: capturas 5.476, desmovilizados 3.055, abatidos 2.378, para un total de 10.909 guerrilleros retirados del conflicto; el período se inicia con 13.200 guerrilleros. O las cifras tienen problemas de confiabilidad, o la capacidad de recuperación de la guerrilla es asombrosa.

La entrevista de Cano no deja margen para el optimismo, mantiene posiciones inaceptables, como la combinación de las formas de lucha, a la vez que rechaza consejos sobre hechos efectivos para lograr la paz. Ojalá las Farc comprendan que su accionar y la práctica del secuestro, más que contribuir a la democracia, sirven de justificación a un militarismo y autoritarismo creciente.

Foto por El Espectador:Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano

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