El caso de JOSE JAVIER SOTO TORRES -IV-

Todo estaba preparado por la defensa para que el 25 de Enero de 2005, se develaran por fin, después de un año de privación de la libertad, la falsedad de las incriminaciones de los testigos del Departamento Administrativos de Seguridad DAS.


Declarantes de Bogotá, Villanueva y Riohacha; y amigos y familiares de JOSE JAVIER, acudieron al Juzgado Penal del Circuito, para asistir al juicio que iniciaba hoy, a pesar de las irregularidades insubsanables por las violaciones graves al debido proceso y al derecho a la defensa técnica y material. Pero el juez suspendió la diligencia porque el INPEC omitió trasladar a uno de los procesados y por la inasistencia de los abogados de oficio de varios jóvenes que aún desconocen la existencia de este proceso penal en su contra.

Aún se ignora la fecha en que se reanudará el juicio, pero se sabe que JOSE JAVIER, continuará privado de su libertad hasta que no demuestre su inocencia.

Nuestra Comisión continúa llamando a los defensores la Verdad y la Libertad, que alrededor del mundo se solidarizan con la causa de JOSE JAVIER y se oponen a la injusticia, a enviar sus comunicaciones al Juez MOISES RAMÓN ÁVILA, al Fiscal General De La Nación LUIS CAMILO OSORIO, a la Oficina de Asuntos Internacionales de la Fiscalía General de La Nación Dra. YOLANDA SARMIENTO, para exigir:

1. Que las decisiones dentro del proceso se tomen en derecho, respetando el derecho a la defensa, al debido proceso y en aplicación de los criterios de la sana crítica.
2. Que se investigue a los funcionarios del DAS que han participado en el montaje judicial contra JOSE JAVIER.
3. Que se investiguen y castiguen ejemplarmente a los testigos que falsamente han acusado a JOSE JAVIER.

Fiscalía General de la Nación
Dr. Luis Camilo Osorio
Diagonal 22 B No. 52-01
Bogotá
Fax: (+571) 570 20 00
E-mail: contacto@fiscalia.gov.co; denuncie@fiscalia.gov.co

Fiscalía General de la Nación
Asuntos Internacionales
Diagonal 22 B No. 52-01
Bogotá
Fax: (+571) 570 20 00 Ext. 2560/2562/2563

MOISES RAMÓN AVILA
Juez Penal del Circuito de Riohacha
Palacio de Justicia de Riohacha – Avenida los Estudiantes. Oficina 304
Fax: (+575) 727 39 94

Mientras tanto, las voces solidarias de los oprimidos se unen al grito de libertad del joven claretiano en etapa de formación inicial. Desde el exilio, la voz perseguida de quien también fue víctima de la injusticia, llega al patio N° 2, celda N° 141 de la Cárcel Nacional Picota, para animar a José Javier a continuar en su lucha por la igualdad y la justicia social…

“UNO MI VOZ QUE GRITA…!
(Carta a José Javier Soto Torres )

No se si esto que escribo pueda llegar a las manos de José Javier Soto Torres, no se si pueda ser público y ayude a que algunas personas sientan la injusticia que se vive en esta tierra y que ahora nos toca padecer a quienes nos atrevemos a denunciar y seguimos construyendo y soñando despiertos, no se si estas líneas toquen sentimientos y sensibilicen a algunos para solidarizarse con José Javier, no se si eso suceda, no se qué tan prudente sea escribirle cuando aún soy sujeto de estos inquisidores, pues el proceso sigue abierto y aún tengo que estar escondido en los caminos del exilio, cuando mi familia sigue amenazada y a José Javier lo han presentado ante un Juez queriendo borrarle la sonrisa y hacer que sus ojos no sigan brillando.

La verdad es que después de leer su carta, de escuchar su lamento, su grito que pregunta, que exige y denuncia; de sentir sus ganas de vivir, de soñar y luchar por un futuro, por nuestro futuro, no pude contener las ganas de escribirle y lo haré, lo haré como si le hablara directamente, como si el tuviese estas hojas en sus manos. Convocare a la fuerza de los vientos para vencer las distancias, a la esperanza de los que sufrimos y han sufrido para que no haya barreras imposibles, para que saltemos muros, crucemos rejas y llegar al patio N° 2 en la celda N° 141 de la Cárcel Nacional Picota. Para ver su rostro sincero, para darle un abrazo y abrazar sus sentimientos. Para decirle y hacerle sentir amigo, compañero, hermano. Para decirle y estar su lado. Para hacerle saber que no podrán, que no pueden, que no nos han vencido…

* * * * *
Sabes José Javier, aquí estoy a tu lado, sentado a tu lado en esta dura piedra donde duermes y a pesar de que me dije mil veces que jamás volvería a este lugar, no podía dejar de venir después de haberte escuchado. Quiero decirte que mas allá de la arena ardiente revuelta con el salitre, que tras del cardón imponente y las rancherías de indígenas Wayuú, ya no es solo una voz en el desierto, ya no es solo tu voz, ya son muchas, somos muchos los que gritamos denunciando, exigiendo, soñando, viviendo para enderezar y allanar los caminos, para que en verdad se abran como grandes alamedas.

Ahora no se que decirte. No se como expresar lo que siento, como tener la palabra precisa, la frase adecuada. Solo dejare que fluya lo que estoy sintiendo.

Después de salir de la prisión supe sobre ti y eso me preocupó mucho, reviví lo ya vivido, volví a llorar de dolor e impotencia con tu carta; pero fue ahí precisamente mientras miraba mi cara en un espejo, mientras secaba mis mejillas que supe que mi rostro sigue en alto, mi cabeza erguida y mis ojos miran sin temor a nada. Supe que no había perdido, que al contrario había ganado, que mis sueños son más fuertes, que mis convicciones se han fortalecido, que mis ideas se han aclarado y mis ganas de darme a los demás, de vivir para los demás ya es una resolución indeclinable. Que todos de una u otra forma pasamos por el desierto y ese pasar se hace necesario, si es para buscar la zarza ardiente, si es para pisar suelo sagrado.

Sé que tú no bajas ni bajarás tu cara. Que tu cabeza permanecerá erguida y tu mirada pura y transparente mirará siempre sin temor. Que sigues y seguirás sonriendo. Que sigues y seguirás soñando. Que tu voz se eleva y va gritando sueños, diciendo esperanza. Que ganarás, como vamos ganando. Que vencerás, como vamos venciendo. Que luego que vuelvas a volar, luego de derribar esa farsa no podrán detenerte, porque ya no serás fuerte sino invencible, porque no serán tus ideas sino tus ideales, estos los tuyos, los que nos has mostrado, los que has gritado, los compartidos, los que hemos tomado, los que ahora entonamos juntos, tus sueños nuestros sueños vividos y soñados.

Muchas veces me he preguntado si ellos (no vale la pena ni decir su nombre) pueden mirarse en este espejo y ver reflejada su cara? si su cabeza puede sostenerse erguida? si no extrañan el brillo perdido de sus ojos? y si se pueden mirar fijamente? Si son capaces de soportar su voz, su propia voz que los acusa cuando llegan al desierto? e igual me he respondido sonriendo muchas veces que no y por esto sé- te confieso- que vencemos, que siempre hemos vencido.

¿Qué significa ser perseguido y encarcelado para quien ha ofrecido dar la vida por los demás?
¿Qué significa sufrir y llorar para quien ha optado por tomar su cruz si se sabe que esta duele, cansa y pesa?
¿Cuántas veces ante mi se hizo oscuro el panorama, el futuro?
¿Cuántas veces me deje derrumbar sin quererme levantar?
¿Cuántas veces se quedaron las hojas en blanco y guardé para no usar más mi lápiz?
¿Cuántos días sin querer comer ni dormir?
¿Cuántas veces lloré en soledades?

Pero siguió amaneciendo y en cada amanecer sentía el alba. Pero siguieron naciendo niños y con ellos la esperanza. Pero heroicamente nuestro pueblo siguió resistiendo y con su silencioso resistir me fue diciendo que resistiera, que yo soy de ellos.

Entonces pude responderme muchas cosas: dar la vida diaria y de forma permanente, de manera incondicional y sin pedir nada a cambio es la satisfacción y la justa recompensa que siempre estará por encima de ser perseguido y haber sido encarcelado. Tomar la cruz y negarse así mismo es el dulce sufrimiento (hasta que este hecho totalmente el reino) de afirmar y reafirmarse a los y en los demás y sonreír junto a ellos. Se que han sido muchas y seguirán siendo muchas las veces que mi panorama y futuro lo vea oscuro, que me derrumbe sin quererme levantar, que las hojas se queden en blanco y guarde mi lápiz para no escribir más, que no comeré ni podré dormir, que lloraré en soledades y será ahí, justamente ahí cuando una voz sonará en el desierto. Cuando mi imagen se reflejara en un espejo. Cuando la fuerza de los vientos serán convocadas y vendrá la esperanza de todos los que resisten. Y sus sueños serán mis sueños los vividos y soñados y mi voz se alzará junto a sus voces y a la tuya mas allá de cualquier barrera, cárcel o juicio injusto y volveremos como vamos a volver allanando y enderezando los caminos para que se abran nuestras grandes alamedas.

José Javier tu has oído mi voz, has oído la de muchos y muchas y desde tu injusta prisión has unido tu grito y lo has elevado a pesar de estar encerrado arbitrariamente, a pesar sigues pensando diferente, sigues exigiendo entre tus lágrimas de dolor por los demás y propio, teniendo que soportar el frío de un numero estadístico de falsos argumentos, pero tu lo has dicho y yo te lo repito:

“LES SERA IMPOSIBLE OCULTAR LAS VIOLACIONES CONTRA NUESTROS DERECHOS… LES SERA IMPOSIBLE DETENER EL AGRADABLE SONIDO QUE A ELLOS ENSORDECE E INCOMODA…”

Con mucho aprecio tu hermano,
Desde un lugar remoto escondido y en exilio
25 de Enero de 2005”

Bogotá, D.C., 25 de enero de 2005

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz