Desaparición Forzada de Orlando Valencia, amenazas e intimidaciones

Esta es nuestra tercera Constancia y Censura Moral en menos de cuatro semanas, constancias en las que hemos dejado en su conocimiento los graves abusos y amenazas de muerte proferidas por unidades militares de la Brigada 17 contra los afrodescendientes quienes afirman su derecho a la Vida y al Territorio y sus acompañantes, amenazas en las que afirmaron que los grupos paramilitares actuarían en los próximos días, amenazas realizadas en medio de la destrucción de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza” y del hurto de mas de 20 cabezas de ganado.


Bogotá, D.C. 17 de octubre de 2005

Doctor
FRANCISCO SANTOS
Vicepresidente de la República

Doctora
CAROLINA BARCO
Ministra de Relacione Exteriores

Doctor
SABAS PRETEL DE LA VEGA
Ministro del Interior

Doctor
MARIO IGUARAN
Fiscal General de la Nación

Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación

Doctor
WOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo

Referencia: Desaparición Forzada de ORLANDO VALENCIA, amenazas e intimidaciones

“Señor, hasta cuando consentirás que los impíos triunfen, que digan tonterías e insolencias y que se jacten los que obran injusticias. Señor, pisotean a tu pueblo y destruyen tu herencia”
Salmo 94, 3-5

Esta es nuestra tercera Constancia y Censura Moral en menos de cuatro semanas, constancias en las que hemos dejado en su conocimiento los graves abusos y amenazas de muerte proferidas por unidades militares de la Brigada 17 contra los afrodescendientes quienes afirman su derecho a la Vida y al Territorio y sus acompañantes, amenazas en las que afirmaron que los grupos paramilitares actuarían en los próximos días, amenazas realizadas en medio de la destrucción de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza” y del hurto de mas de 20 cabezas de ganado.

Hoy pocos días después, las amenazas se han concretado con la detención y desaparición forzada de ORLANDO VALENCIA, miembro del Consejo Mayor del Curvaradó y reconocido líder comunitario, luego de haber sido hostigado y retenido por la Policía de Urabá, que convive con los “civiles” de la estrategia paramilitar en Belén de Bajirá.

Miércoles 12 de octubre hacia las 6:30 p.m. el gobierno nacional por medio de un funcionario del Ministerio del Interior, expresó en comunicación telefónica a nuestra comisión, que el comandante de la Brigada 17 afirmó que en la cuenca del Jiguamiandó no había ningún operativo militar, ni había reporte alguno de ganado de las comunidades en poder de unidades militares. Esta afirmación desconoce de plano las amenazas proferidas por los efectivos regulares de la Brigada 17 quienes, en los días 10 y 11 de octubre, destruyeron la zona humanitaria de Nueva Esperanza, amenazaron a los pobladores y a los acompañantes nacionales e internacionales, hurtaron ganado, acamparon al frente de la zona humanitaria de Nueva Esperanza y anunciaron próximas actuaciones paramilitares.

Sábado 15 de octubre

A las 8:45 a.m. partieron del casco urbano del municipio de Belén de Bajirá hacia Brisas, orillas del río Curvaradó, 10 miembros de los Consejos Comunitarios de Curvaradó, entre ellos el afrodescendiente ORLANDO VALENCIA, un miembro del PASC del Canadá e integrantes de nuestra Comisión de Justicia y Paz.

A las 9:00 a.m. aproximadamente, en el trayecto comprendido entre la comunidad de Costa de Oro y la Comunidad de Despensa Media, sobre el río Curvaradó, fue retenida por efectivos de la Infantería de Marina, una embarcación con un motor fuera de borda No 40 en que se movilizaban los delegados de la comunidad de Costa de Oro cuando acudían a la asamblea del Consejo Mayor de la Cuenca del Curvaradó. Los militares interrogaron a los ocupantes sobre su destino y preguntaron por ORLANDO VALENCIA.

Hacia la misma hora, en el punto conocido como la “Y” cerca de Brisas, el vehículo de servicio público en el que se movilizaban los pobladores y acompañantes, fue obligado a detenerse cuando fue interceptado por una camioneta 4 puertas de la Policía Nacional. Segundos después los policías se apostaron a lado y lado de la carretera apuntando a los ocupantes del vehículo, los obligaron a bajar y les exigieron los documentos de identidad. Uno de los mandos de los uniformados expresó: “aquí está pasando algo raro, hay cédulas de canadiense, chocoano, de santandereano”.

El policía de apellido CABRERA ordenó al afrodescendiente ORLANDO VALENCIA, al miembro del PASC de Canadá y al integrante de Justicia y Paz, abordar el vehículo de la institución estatal y a los demás campesinos subirse al otro vehículo para dirigirse a la estación de policía de Belén de Bajirá. Cerca del lugar de la retención se encontraba otro vehículo marca Luv 2.300 tipo camioneta, de platón y de color blanco con placas MLF 969 o 696, en el que se encontraban tres reconocidos paramilitares, dos afrodescendiente y uno mestizo, entre ellos el conocido como DIOMEDES.

A las 9:30 a.m. aproximadamente, en la estación de policía de Belén de Bajirá, fueron separados e interrogados cada uno por aparte. Al abogado de nuestra Comisión de Justicia y Paz, RAFAEL FIGUEROA, el policía de apellido CABRERA, le quitó la maleta, revisó uno a uno los documentos, entre los que se encontraban algunas acciones para exigir la devolución de las tierras apropiadas ilegalmente por las empresas palmicultoras en las cuencas del Curvaradó y Jiguamiandó. El policía manifestó “usted está muy joven para meterse en aguas turbias” “usted no sabe quien es él” refiriéndose a ORLANDO VALENCIA.

Mientras adelantaron el interrogatorio a la estación ingresaban y salían los tres reconocidos paramilitares, entre ellos el conocido como DIOMEDES. Este expresó a una unidad policial “los vamos a atajar a la salida”.

A las 11:30 a.m. aproximadamente, fueron dejados en libertad el acompañante de Justicia y Paz y del PASC de Canadá, mientras los pobladores del Curvaradó continuaron retenidos, entre ellos ORLANDO.

Mientras los acompañantes se dirigieron a una cabina telefónica en el centro de Belén de Bajirá fueron seguidos por dos paramilitares. Estos ingresaron al lugar y solicitaron a la operadora el reporte del número telefónico que los acompañantes digitaron. Los “civiles” armados de la estrategia paramilitar expresaron a través de comunicación “ya tenemos la población, listo.”

A las 12:10 p.m después de gestiones en el nivel nacional con Vicepresidencia, Policía Nacional –Derechos Humanos- y Defensoría del Pueblo, fueron dejados en libertad 9 de los 10 campesinos, ORLANDO VALENCIA continuó en poder de la policía.

20 minutos después, a las 12: 30 p.m ORLANDO VALENCIA fue dejado en libertad.

A las 12:45 p.m, cuando los campesinos y los acompañantes se dirigían a la casa del poblador de la cuenca del Curvaradó ENRIQUE PETRO, dentro del mismo municipio de Bajirá, fueron seguidos por dos reconocidos paramilitares -uno de ellos estuvo en las cabinas telefónica- Los “civiles” armados que se movilizaban en una moto Yamaha RX100 color vinotinto, alcanzaron a ORLANDO VALENCIA, y le gritaron “vamos o si no lo pelamos, lo matamos aquí”. Cuando el integrante de Justicia y Paz intentó interponerse, fue amedrentado con el arma corta que llevaba uno de los paramilitares que ocupaba la parte trasera de la motocicleta. Los armados de la estrategia militar encubierta obligaron a ORLANDO a montarse en la moto y se lo llevaron por la carretera que conduce de Belén de Bajirá a Barranquillita y Chigorodó.

Minutos después, cuando los acompañantes se dirigieron a informar de la desaparición de ORLANDO, fueron seguidos por hombres vestidos de civil en dos motocicletas. En las cabinas se encontraba un policía de Belén de Bajirá.

Alrededor de las 2:30 p. m. la defensoría del Pueblo ingresó al municipio de Bajirá y se reunió con los comandantes de la estación de policía de Bajirá. Minutos después, a través de la policía que acordonaba el lugar, solicitaron a los acompañantes, entre ellos al integrante de nuestra comisión de Justicia y Paz, RAFAEL FIGUEROA, que se acercara a la estación de policía. Al acudir le toman allí, todos los datos personales. En diálogo con el coronel CLAVIJO, RAFAEL pone en conocimiento nuevamente, la desaparición forzada de la que fue víctima ORLANDO y los agentes. En presencia del funcionario de la Defensoría del Pueblo y de los acompañantes, ordenaron a sus subalternos que iniciaran la búsqueda.

Hacia las 6:30 p.m. la Defensoría del Pueblo acompañó la salida de Belén de Bajirá, de algunos de los pobladores y de los acompañantes que iban a participar en la asamblea del consejo mayor del Curvaradó.

Nuestra Constancia y Censura Moral no requiere mayores explicaciones o apreciaciones.
La detención, primero, por parte de la policía de Belén de Bajirá, las falsas acusaciones de estas unidades, el operativo posterior de la detención y desaparición forzada de ORLANDO VALENCIA, expresan la lógica de la política de seguridad “democrática”. La concepción en dinámica de reingeniería de la Doctrina de la Seguridad Nacional continúa justificando graves atentados a la vida e integridad personal de los afrodescendientes en el bajo Atrato, contra sus representantes y voceros, que con su voz y su actitud afirman su derecho a la Verdad, a la Justicia y a la Reparación como principios de Defensa de la Vida y del Territorio. A ellos se les persigue, se les hostiga, se les señala como miembros de la guerrilla. Justificación bajo la cual se validan y se pretenden legitimar las violaciones de derechos humanos. En realidad el vaciamiento de los principios que diferencian al Estado de Derecho del de la Barbarie.

Es evidente la complicidad por acción y por omisión de la policía de Bajirá en esta desaparición forzada. Las actuaciones paramilitares y policiales a las claras conviven en el mismo escenario geográfico. En el mismo operativo de retención participaron a la vez, la policía y los reconocidos paramilitares. En el mismo casco urbano caminado todos los días por la policía, caminan igualmente los “civiles” armados de la estrategia paramilitar. Los mismos que actúan en connivencia con la Brigada 17. Todas las fuerzas coinciden en la protección debida a la ilegalidad empresarial y a las acciones encubiertas de corrupción, de sangre y de destrucción. Ya el gobierno y el Estado Colombiano habían conocido, en el marco del seguimiento a las medidas provisionales de las que son beneficiarias las comunidades del Jiguamiandó y Curvaradó, de una reunión, semanas atrás, en las instalaciones de URAPALMA S.A. entre empresarios de la palma y paramilitares, mientras eran protegidos en los alrededores por la policía de Belén de Bajirá.

La obsesión compulsiva contra los afrodescendientes y mestizos es evidente, porque es molesto a intereses empresariales, militares e institucionales que las comunidades afirmen su condición de población civil en medio de la confrontación y que se resistan a que sus territorios de altísima biodiversidad sean apropiados y utilizados sin su consentimiento en la agroindustria de la palma.

Nuestra Censura Moral pues el conocido paramilitar DIOMEDES actúa de manera directa en la adquisición fraudulentas de tierras a favor de las empresas palmicultoras y fue visto junto con “empresarios de la palma” en una de las reuniones sostenidas en Belén de Bajirá en el marco de la comisión técnica de verificación dirigida por el INCODER en octubre de 2004.

ORLANDO afrodescendiente del Curvaradó habitante de la Zona Humanitaria de Bella Flor Remacho el pasado 4 de septiembre, con diáfana claridad en el municipio de Murindó exigió, al Estado colombiano, en presencia de la Vice Presidencia de la República y del Ministerio del Interior, una respuesta eficaz de protección frente a la destrucción de la biodiversidad y de sus vidas, por parte de la empresas palmicultoras y de los agentes estatales y paraestatales que la encubren.

ORLANDO era uno de los probables candidatos a asumir la representación legal del Consejo Mayor del Curvaradó, pues su actual representante doña MARIA LIGIA CHAVERRA ha sido sometida a una persecución pública, militar y judicial por parte de los sectores proclives a la siembra extensiva de la Palma dentro de los Territorios Colectivos.

Nuestra Censura Moral ante las operaciones policiales y militares que se despliegan contra los habitantes de las Zonas Humanitarias a través del saqueo de bienes, hurto de semovientes, amenazas de muerte contra los campesinos y los acompañantes nacionales e internacionales en las que se anunciaron operaciones de tipo paramilitar, están mostrando que la pretensión es callar, silenciar a los pobladores que se han negado a la siembra de palma y quienes afirman su derecho a ser pobladores civiles en medio de la confrontación entre el Estado y la Guerrilla.

La desaparición forzada de ORLANDO y las operaciones policiales y militares que se despliegan contra los pobladores son parte de las estrategias de control, de represión y de desalojo. La desaparición de ORLANDO es el cumplimiento de las amenazas proferidas por los militares en operaciones de tipo paramilitar contra los afrodescendientes y el verdadero rostro de los falsos procesos de desmovilización paramilitar, que son en realidad de institucionalización del paramilitarismo. Pues no se sabe además, si operan como Bloque Elmer Cárdenas o como desmovilizados del Bloque Bananero, burla flagrante a la humanidad y a su víctimas.

Apelamos a su conciencia para que desde sus responsabilidades institucionales, de una vez por todas, se desmonte la estrategia paramilitar enquistada en las instituciones que nacieron para defender la vida y honra de todos, y no de unos pocos, y se eviten nuevos daños irreparables a la vida e integridad personal y comunitaria de los afrodescendiente y mestizos del Curvaradó y Jiguamiandó.

Los apelamos en nombre de la memoria de 110 víctimas, de los exilios internos, de los más de 13 desplazamientos forzados y en nombre del Dios de la vida a que cese la destrucción, cese la persecución y obren por la senda de la justicia enfrentando el cáncer que azota esa región. Nuestra apelación en nombre de la humanidad para que cese la destrucción de la biodiversidad que es patrimonio de este planeta y sea respetado el derecho de los afrodescendientes a existir, a vivir, a sobrevivir como pueblo.

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ