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Afrocolombianos llevan 6 días en la iglesia

Y de día y de noche. En el frío de Bogotá más de 500 afrodescendientes ingresaron a la iglesia de San Francisco de Asís en el centro de la ciudad. El templo se convirtió en el lugar de acogida y de la palabra de los pueblos afrodescendientes, protesta pacífica y justa ante las nuevas dinámicas de exclusión, de la nueva esclavitud, y de la derogación práctica de la ley 70 que reconoció los derechos a los pueblos negros.

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Foto: Justicia y Paz

De día y de noche entre el interior del templo y a las afueras los afrodescendientes cantan, relatan, tocan tambores, gritan, pintan sus exigencias, sus sueños justos.
Ellas y ellos venidos del pacífico –Cauca, Nariño, Valle, Chocó- enfrentan el pragmatismo institucional, el espejismo nacional, las políticas de inseguridad y de privatización de la vida y de los territorios. Parte del corazón de esta jornada son los docentes, por lo que se reivindican el respeto a la educación propia, la que solo es posible con el respeto a los derechos territoriales. La protesta pacífica está coordinada por los CONSEJOS COMUNITARIOS, DOCENTES AFROCOLOMBIANOS, ORGANIZACIONES AFROCOLOMBIANAS y el COORDINADOR NACIONAL AGRARIO CNA

Los pueblos afrodescendientes exigen al Gobierno Colombiano con quien han logrado dialogar en el día de ayer, 5 aspectos centrales: Aplicación de la política de Etnoeducación Afrocolombiana con la derogatoria del Decreto 3323 de 2005 el que desconoce la identidad de las comunidades Afrocolombianas; Derogación inmediata de la Resolución 1516 a través de la cual se crean los mecanismos de privatización territorial, legalizando las alianzas entre el sector industrial privado y los Consejos Comunitarios y devolución de la tierras colectivas a las comunidades del Curvaradó; Realización del censo nacional respetando la identidad cultural de acuerdo a lo concertado con el DANE; Suspensión inmediata del trámite del Proyecto de Ley Forestal en el Congreso de la República o mejor ley maderera, por inconsulta, lesiva de los derechos de los pueblos y del ambiente; garantizar la seguridad laboral y personal docente de los participantes Afrocolombianos que se movilizaron.

En particular las Comunidades del Curvaradó y Jiguamiandó, vienen exigiendo al Gobierno Colombiano que se les entregue copia de los títulos de propiedad que los empresarios de la palma dicen tener conforme a los compromisos asumidos por el mismo gobierno y que se adelante una comisión técnica que permita evaluar los daños ambientales causados a los territorios colectivo en la implementación, en sus territorios, de la agroindustria de la palma.

Y de día y de noche en los territorios de los afrodescendientes, la guerra militar y la guerra económica, la guerra empresarial con la palma, el banano –“baby”- las obras de infraestructura, la siembra de coca mecanismo de privatización del territorio, de destrucción de identidades socio culturales, del derecho a existir como pueblos.
La toma pacifica del Templo de San Francisco un signo más de que la seguridad del Presidente Uribe no es la paz y su Estado Comunitario es un orden de exclusión, de nueva esclavitud.