Violaciones de Derechos Humanos, violencia socio política comunidades afrodescendientes del Jiguamiandó

Hoy, 9 de agosto de 2003 se ha confirmado que CARLOS SALINAS fue asesinado por integrantes de las FARC-EP.

Hace un mes, el pasado lunes 7 de julio de 2003, a las 9:00 horas, aproximadamente, fue asesinado CARLOS SALINAS BECERRA, de 38 años de edad, afrodescendiente del Consejo Comunitario de Puerto Lleras, por integrantes de las FARC- EP, en el punto conocido como “Sapayal”, aguas abajo margen derecha sobre el río Jiguamiandó, distante a 15 minutos del lugar provisional en donde se encuentra la comunidad de “Nueva Esperanza”.

Hacia las 6:00 horas CARLOS con su hijo de 11 años de edad, se trasladó a pie hasta “Sapayal” en donde habían dejado una pequeña embarcación de madera “champa” y sus artes de pesca.

A las 9:00 horas, aproximadamente, los habitantes de Puerto Lleras escucharon varios tiros de arma larga.

CARLOS y su hijo se encontraban recogiendo el trasmallo, los armados disparan desde la orilla derecha aguas abajo del Jiguamiandó. Luego del primer tiro CARLOS les grita a los armados vestidos de camuflado: “No me maten”. Los guerrilleros le responden: “Te vamos a matar HP” y disparan de nuevo impactando el pecho de CARLOS SALINAS. Segundos después le ordenan a su hijo irse del lugar. El menor de edad cruzó a nado a la otra orilla del río buscando a su familia y a los integrantes del Consejo Comunitario de la comunidad de Puerto Lleras, mientras escuchaba más tiros, a donde llegó con miembros del Consejo Comunitario de Pueblo Nuevo.

Hacia las 12:40 horas, misioneros de la iglesia católica y voluntarios acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz se trasladaron al lugar de los hechos, metros más abajo encontraron el cuerpo sin vida de CARLOS SALINAS con cinco perforaciones en su cuerpo – pierna y hombro derecha, abdomen y espalda – producidas por arma de fuego.

El cuerpo de CARLOS fue encontrado boca abajo, al parecer fue llevado por la corriente del río unos metros del lugar a donde fue impactado.

CARLOS SALINAS se encontraba cobijado con Medidas Provisionales resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde marzo pasado.

Mientras se produjo este daño irreparable a la vida e integridad personal de CARLOS SALINAS y contra el colectivo afrodescendiente, una agencia de Naciones Unidas, la ACNUR y funcionarios de la registraduría se encuentra en la cuenca del Jiguamiandó adelantando una campaña de cedulación; así como misioneros de la iglesia católica y de organismos humanitarios de Derechos Humanos del Canadá. (IE 28- 07 de julio de 2004)


Nuestra Constancia Histórica y Censura Moral en su despacho nuevamente ante la serie de violaciones de derechos humanos que se han cometido contra los pobladores afrodescendientes del río Jiguamiandó y 9 comunidades de Curbaradó y las infracciones al Derecho Humanitario por causa de la confrontación militar. Los afrodescendientes y mestizos quiénes se han visto obligados a desplazarse en siete ocasiones, buscando refugio en la selva han sido desalojados de sus tierras, en las que se han implementado las siembras de palma aceitera, todo es coincidente con una significativa presencia de la fuerza pública y de grupos de paramilitares en Mutatá, Belén de Bajirá, Pavarandó y Carmen del Darién.


Bogotá, D.C Febrero 27 de 2004

Doctor
WOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ciudad


Ref: Violaciones de Derechos Humanos, violencia socio política comunidades afrodescendientes del Jiguamiandó

Reciba un respetuoso saludo.

Nuestra Constancia Histórica y Censura Moral en su despacho nuevamente ante la serie de violaciones de derechos humanos que se han cometido contra los pobladores afrodescendientes del río Jiguamiandó y 9 comunidades de Curbaradó y las infracciones al Derecho Humanitario por causa de la confrontación militar. Los afrodescendientes y mestizos quiénes se han visto obligados a desplazarse en siete ocasiones, buscando refugio en la selva han sido desalojados de sus tierras, en las que se han implementado las siembras de palma aceitera, todo es coincidente con una significativa presencia de la fuerza pública y de grupos de paramilitares en Mutatá, Belén de Bajirá, Pavarandó y Carmen del Darién.

Los hechos aquí consignados son un reflejo de una grave situación en términos de derechos humanos y de crisis humanitaria a la que el Estado no ha dado una respuesta integral, eficaz, y estructural. El encajonamiento o la condición de comunidades sitiadas por dinámicas militares en las que se expresa la omisión de la fuerzas militares evidencian que las recomendaciones del sistema de Naciones Unidas para enfrentar la grave crisis de derechos humanos no han sido tenido en cuenta, el combate o las actuaciones disuasorias frente a las estructuras paramilitares no se ha desarrollado, son evidentes las omisiones, la comisión por omisión de unidades regulares con el actuar encubierto o clandestino de tipo paramilitar.

Nuestros llamados permanentes a una actuación eficaz y eficiente como son recogidas en el espíritu de las medidas provisionales han sido desconocidas sistemáticamente.

Nuevamente dejamos en su despacho los hechos sucedidos, con la única razón de que quede Constancia de lo que pudo ser evitado y no fue evitado, de lo que se percibe, se deduce o infiere que va a suceder y sobre lo que aún es posible esperar una actuación. Nuestra Constancia sobre lo que sucedió.

* Lunes 31 de junio de 2003, en horas de la mañana embarcaciones de la Infantería de Marina arribaron hasta el municipio de Murindó. En el casco urbano las unidades militares dialogaron con algunos habitantes y miembros de la administración municipal..

Hacia las 13:00 horas los militares se retiraron de Murindó.

De acuerdo con las versiones de testigos, sobre las bocas del río Murindó se produjo un contacto armado entre las unidades regulares y guerrilleros de las FARC-EP.

* Viernes 4 de julio de 2003, a las 20:00 horas cuatro “civiles” uniformados, vestidos de camuflado, con armas largas de la estrategia encubierta de tipo paramilitar ingresaron al lugar en el que se encuentra asentada la comunidad de Puerto Lleras en la Cuenca del río Jiguamiandó. Los armados cruzaron por todo el caserío, llegaron a la casa provisional de CARLOS SALINAS, afrodescendiente que en enero de este año fue retenido y amenazado por este mismo actor.

A 5 personas de la comunidad que se encontraban cerca de la casa de CARLOS, los encañonaron y les expresaron “quietos, no se muevan, dónde está CARLOS SALINAS,?”.

Los armados de la estrategia militar encubierta, alumbraron uno a uno los rostros de las personas que se encontraban cerca, inspeccionaron la casa vecina a la de CARLOS, volvieron a preguntar: “¿dónde está el h.p guerrillero que estaba aquí?.

Al cabo de 5 minutos se retiraron del lugar en una pequeña embarcación de madera, conocida como “champa” para cruzar el río.

Los habitantes de Puerto Lleras, municipio del Carmen del Darién, desde su último desplazamiento hace cuatro meses ubicaron un lugar provisional de asentamiento a 15 minutos río abajo donde se encuentran los pobladores de la comunidad de Pueblo Nuevo, margen izquierda y a 25 minutos río arriba del lugar de refugio interno de la comunidad de Nueva Esperanza. (IE 27- 5 de julio de 2003)

* Lunes 07 de julio de 2003, a las 9:00 horas, aproximadamente, del día de hoy fue asesinado CARLOS SALINAS BECERRA, de 38 años de edad, afrodescendiente del Consejo Comunitario de Puerto Lleras, por “civiles” armados dentro de la estrategia militar encubierta de tipo paramilitar en el punto conocido como “Sapayal”, aguas abajo margen derecha sobre el río Jiguamiandó, distante a 15 minutos del lugar provisional en donde se encuentra la comunidad de “Nueva Esperanza”.

Hacia las 6:00 horas CARLOS con su hijo de 11 años de edad, se trasladó a pie hasta “Sapayal” en donde habían dejado una pequeña embarcación de madera “champa” y sus artes de pesca.

A las 9:00 horas, aproximadamente, los habitantes de Puerto Lleras escucharon varios tiros de arma larga.

CARLOS y su hijo se encontraban recogiendo el trasmallo, los armados disparan desde la orilla derecha aguas abajo del Jiguamiandó. Luego del primer tiro CARLOS les grita a los “civiles” armados vestidos de camuflado de la estrategia militar encubierta: “No me maten”. Los paramilitares le responden: “Te vamos a matar, h.p guerrillero” y disparan de nuevo impactando el pecho de CARLOS SALINAS. Segundos después le ordenan a su hijo irse del lugar. El menor de edad cruzó a nado a la otra orilla del río buscando a su familia y a los integrantes del Consejo Comunitario de la comunidad de Puerto Lleras, mientras escuchaba más tiros, a donde llegó con miembros del Consejo Comunitario de Pueblo Nuevo.

Hacia las 12:40 horas, misioneros de la iglesia católica y voluntarios acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz se trasladaron al lugar de los hechos, metros más abajo encontraron el cuerpo sin vida de CARLOS SALINAS con cinco perforaciones en su cuerpo – pierna y hombro derecha, abdomen y espalda – producidas por arma de fuego.

El cuerpo de CARLOS fue encontrado boca abajo, al parecer fue llevado por la corriente del río unos metros del lugar a donde fue impactado.

En nuestro anterior Informe Ejecutivo IE 27, dejamos en conocimiento público el ingreso, el pasado 4 de julio, de paramilitares buscando a CARLOS SALINAS al lugar en donde se encuentran los habitantes de Puerto Lleras. El afrodescendiente, el 5 de enero pasado, fue retenido por los paramilitares junto con su esposa, dos de sus hijos menores de edad y un vecino, horas antes de la primera incursión al lugar en donde en ese momento se encontraba la comunidad de Puerto Lleras.

CARLOS SALINAS se encontraba cobijado con Medidas Provisionales resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde marzo pasado.

Mientras se produjo este daño irreparable a la vida e integridad personal de CARLOS SALINAS y contra el colectivo afrodescendiente, una agencia de Naciones Unidas, la ACNUR y funcionarios de la registraduría se encuentra en la cuenca del Jiguamiandó adelantando una campaña de cedulación; así como misioneros de la iglesia católica y de organismos humanitarios de Derechos Humanos del Canadá. (IE 28- 07 de julio de 2004)

* Miércoles 13 de agosto de 2003, hacia las 12 horas cuatro hombres armados, dos de ellos vestidos de camuflado, se encontraban en la escuela de la comunidad de Nueva Esperanza. Llegaron allí minutos antes, se presentaron a los miembros de nuestra Comisión de Justicia y Paz, como integrantes del frente 57 de las FARC.

A la solicitud de retiro del lugar humanitario expresaron que: “sabemos que su presencia es para que ningún actor armado esté aquí. Sabemos que están saliendo informaciones de la Cuenca que no son verdad. De nosotros ustedes dicen cosas no ciertas. Ustedes tendrán que acostumbrarse a vernos. Tenemos que explicar a la población quiénes somos, que estamos aquí para protegerlos, que sigan adelante con sus trabajos de campesinos porque qué es un campesino sin tierra”

Nuestra Comisión Justicia y Paz, les exigió respeto a la propuesta de Defensa de la Vida y del Territorio de los pobladores, al principio de distinción del Derecho Humanitario: “nosotros acompañamos la decisión de la comunidad de defender su tierra y de exigir sus derechos, su presencia aquí significa un riesgo para la vida y la integridad de la comunidad”. Los cuatro guerrilleros expresaron: “que iban a estar, que este era su Territorio, que iban a permanecer y que no iban a permitir que a la gente la mataran”.

Hacia las 14:20 horas, los habitantes del poblado de Nueva Esperanza y los misioneros de nuestra Comisión luego de insistir respeto al espacio de la población civil se retiraron del lugar.

* Lunes 25 de agosto de 2003, a las 15:00 horas aproximadamente, llegaron al nuevo sitio de refugio de las comunidades de Pueblo Nuevo, 6 hombres pertenecientes al frente 57 de las FARC, dos de ellos reunieron a los pobladores del caserío para que escucharan sus planteamientos políticos.

Los miembros de los Consejos Comunitarios a los guerrilleros les plantearon su proceso de resistencia civil, el respeto que a ellos se debe como población civil, los principios de su organización, les exigieron salir de sus lugares de habitación.

Hacia las 16:30 llegaron miembros de nuestra Comisión Justicia y Paz y de organismos humanitarios internacionales, quiénes observaron que las comunidades exigieron permanentemente que se retiraran del lugar.

Hacia las 19:00 horas los pobladores afrodescendientes de Pueblo Nuevo lograron que los miembros de la guerrilla se retiraran del lugar. (IE 29-29 de agosto 2003)


* Domingo 28 de septiembre de 2003
, a las 16:00 horas un numeroso grupo de “civiles” armados de la estrategia paramilitar incursionaron al antiguo caserío de “Nueva Esperanza” de donde los pobladores fueron desplazados en junio del 2001, este lugar se encuentra distante a menos de 100 metros cruzando el río en donde se encontraban refugiados internamente, hasta es día, las familias de los Consejos Comunitarios.

Pocos minutos después de tomarse el caserío, los armados dispararon con armas largas contra cuatro afrodescendientes que se movilizaban en un pequeño casco – embarcación con motor 40 – hacia el poblado de Pueblo Nuevo. Los campesinos se arrojaron al agua y aprovechando la creciente del río lograron escapar a las balas.

Debido a la creciente del río, los “civiles” armados de la estrategia militar encubierta no han logrado cruzar hacia al antiguo lugar de refugio de los afrodescendientes, pero han sitiado a todos los pobladores del Jiguamiandó pues existe un impedimento de facto para su eventual movilización por agua.

Los habitantes de “Nueva Esperanza”, la mayoría de ellos ancianos, mujeres, niños, y los adultos se desplazaron internamente, la mayoría de ellos, dentro del Territorio Colectivo, otros hacia los poblados de “Pueblo Nuevo” y unos pocos hacia Murindó.

º Miércoles 01 de octubre de 2003, hasta este día a las 18:00 horas, los paramilitares continuaban ocupando el antiguo caserío de “Nueva Esperanza”, los pobladores afrodescendiente desplazados internamente, y las demás comunidades de los consejos comunitarios sitiadas por agua.

Esta es la tercera actuación paramilitar contra los pobladores de “Nueva Esperanza” miembros del Consejo Mayor del Jiguamiandó desde junio de este año.

En las dos ocasiones anteriores cuatro campesinos fueron retenidos y desaparecidos, los pobladores que no lograron protegerse, entre la vegetación, fueron amenazados de muerte e intimidados, bienes de la población civil tiroteados y afectados con morteros lanzados indiscriminadamente.

El antiguo poblado de “Nueva Esperanza” y en el que se encontraban refugiados hasta el domingo los campesinos, es estratégico, pues es el que posibilita el acceso rápido desde el Jiguamiandó a los lugares en el Curbaradó en donde se encuentran las aproximadas 1500 hectáreas de palma aceitera sembrada ilegalmente.

Con la reciente incursión, ya son 17 ocasiones a lo largo de este año en que los paramilitares han atentado contra los afrodescendientes del Consejo Comunitario del Jiguamiandó y del Curbaradó. (IE 30-02 octubre 2003)

* Sábado 27 de diciembre de 2003, al promediar el medio día, luego de veinte días de presencia permanente de organismos humanitarios internacionales, de sacerdotes, religiosas y misioneros laicos de nuestra Comisión de Justicia y Paz en las celebraciones de la navidad, cuando estos se encontraban en el sitio conocido como La Larga; se presentó un nuevo hostigamiento de “civiles” armados de la estrategia paramilitar contra pobladores de la comunidad de Nueva Esperanza. Los armados se ubicaron en la margen izquierda del río Jiguamiandó desde donde dispararon en repetidas ocasiones contra la habitación de un poblador de Nueva Esperanza, la que fue impactada y afectada. La acción armada además de la afección de los bienes de la población civil generó riesgos para la vida e integridad personal, causando su desplazamiento dentro del Territorio Colectivo.

* Jueves 22 de enero de 2004, hacia las 17:20 horas, el lugar humanitario de la comunidad Nueva Esperanza fue sobrevolado por dos helicópteros, a cinco minutos a pie, de los límites de ese lugar perfectamente identificable desde el aire, se escucharon ráfagas desde las aeronaves de las fuerzas militares. A las 17:26 se escuchó el lanzamiento desde el aire de un artefacto explosivo y nuevas descargas de arma de fuego. A las 17:29 dos nuevos artefactos fueron lanzados desde el aire.

Nuevamente a las 18:20 horas y por espacio de 10 minutos se produjo un nuevo sobrevuelo con cinco ametrallamientos y el lanzamiento de un artefacto explosivo.

Hacia las 18:50 se repite un nuevo sobrevuelo a unos 200 metros de altura del lugar de habitación de “Nueva Esperanza” con tres secuenciales ráfagas de metralleta y el se escucharon 6 explosiones de artefactos lanzados desde el aire a menos de 100 metros del límite visible del sitio humanitario.

A las 19:00 horas terminaron los sobrevuelos. (IE 31-23 de enero 2004)

* Martes 10 de febrero de 2004, a las 10:30 horas se escucharon seis tiros de fusil desde la margen izquierda del río Jiguamiandó, aguas arriba, en el lugar conocido como “El Sordo” o “La Zapotera”. Los tiros fueron dirigidos hacia una casa abandonada, ubicada a 20 minutos en casco de madera, desde el lugar humanitario de “Nueva Esperanza” y 15 minutos del lugar humanitario donde se encuentra la comunidad de Pueblo Nuevo.

Treinta minutos después, los armados vestidos de camuflado, con armas cortas y largas, volvieron a activar sus armas y dispararon nuevamente desde la orilla izquierda hacia la orilla derecha.

A las 11:15 horas nuevamente, los armados encubiertos activaron sus armas.

Desde esa hora se presume que se mantuvieron en el lugar.

º Miércoles 11 de febrero de 2004, a las 9:35 horas, aproximadamente, una embarcación tipo casco con motor pequeño – junto con dos pasajeros – fue retenida en el lugar conocido como “El Sordo” o “La Zapotera”, por cerca de 7 hombres de la estrategia armada de tipo paramilitar, mientras tanto a las márgenes izquierda y derecha del río Jiguamiandó se observaron más armados. Los vestidos de camuflado preguntaron por la presencia de la guerrilla, mientras requisaron el casco y los bienes de los que se transportaban en él.

Los dos pobladores civiles decidieron entonces regresar a Nueva Esperanza.

Antes de las 11:00 horas un hombre vestido de camuflado con arma larga se ubicó en frente del desembarcadero del nuevo lugar humanitario donde se encuentra la comunidad de Nueva Esperanza. El armado al ser visibilizado por la población civil se ocultó. Hacia las 11:00 horas aproximadamente organismos humanitarios nacionales e internacionales se movilizaron desde Nueva Esperanza hacia Pueblo Nuevo sin volver a encontrarse con los armados.

A las 11:30 nuestra Comisión de Justicia y Paz recibió nuevamente la información de pobladores afrodescendientes de los Consejos Comunitarios en el punto conocido como “El Sordo” o “La Zapotera” se encuentran aún los hombres armados ocultos entre la maleza.

A las 17:36 se produjo un sobrevuelo de un helicóptero militar sobre el lugar donde se encuentra la comunidad de Nueva Esperanza, al parecer, en respuesta a la alerta temprana que se ha emitido desde horas de la mañana.

Los pobladores de las cuencas del Jiguamiandó y Curbaradó que se encuentran en los lugares humanitario “Nueva Esperanza” y “Pueblo Nuevo” temen una nueva agresión similar a las 17 vividas durante el año 2003 que generaron el desplazamiento forzoso, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, y asesinatos. (IE 32- 11 de febrero de 2004)

* Jueves 12 de febrero de 2004, a las 6:50 horas en desarrollo de una actuación de tipo paramilitar rodearon el lugar humanitario en el que se encuentran los pobladores de Nueva Esperanza. Los 30 armados, amenazaron de muerte a los habitantes “si se mueven los llenamos de estopines, y de balas en la cabeza” (…) “guerrilleros h.ps” en medio de los insultos y las agresiones verbales, las 15 familias se ubicaron alrededor de la casa misionera de nuestra Comisión Justicia y Paz, en las que se encontraban dos internacionales, observadores acompañantes de Peace Brigades International, PBI.

Los acompañantes exigieron a los armados el acatamiento al Derecho Humanitario y el respeto debido a la población civil. Los paramilitares se distribuyeron en varios grupos, unos tomaron registros de video de los habitantes, otros controlaron el movimiento de la población. Otro expresó que iban a estar en la zona, que se dirigían hacia el caserío de Domingodó.

A las 7:30 aproximadamente, los armados de la actuación paramilitar iniciaron su salida del lugar humanitario mientras que un helicóptero sobrevolaba por el lugar humanitario, minutos después otro aparato militar sobrevolaba por el lugar. Uno de los vestidos de camuflado que se identificó como antiguo integrante de las unidades profesionales de las Fuerzas Militares al observar el movimiento aéreo expresó: “tranquilos, nosotros no tenemos problemas con el ejército, nos la llevamos bien”.

Los armados en la actuación de tipo paramilitar abandonaron el lugar en dirección al lugar humanitario en donde se encuentra la población de Pueblo Nuevo.

Dentro de los vestidos de camuflado dos portaron en sus uniformes insignias de Contra guerrilla, tres en sus morrales insignias del BEC, y los restantes sin ningún tipo de identificación. En el grupo de los paramilitares se encontraban dos mujeres.

A las 9:30 horas los integrantes de la comunidad de Nueva Esperanza” constataron el saqueo de sus viviendas, de bienes de supervivencia, de materiales médicos, y de papelería comunitaria (4 grapadoras), 4 mudas de ropa, dos linternas, 1 kilo de carne, cucharas, herramientas de motor, toallas de cuerpo, cortaron a un porcino.

A las 15:00 horas un grupo de aproximadamente 26 integrantes de la guerrilla de las FARC EP fue percibido en su movimiento por tierra, distante a más de 150 metros del lugar humanitario, por algunos pobladores de Nueva Esperanza que viven en el extremo del lugar humanitario, cuando se movilizaban vestidos de camuflado, con armas largas.

º Viernes 13 de febrero de 2004, a las 10:20 hora local se produjo el sobrevuelo de dos helicópteros por el lugar humanitario de la comunidad de “Nueva Esperanza”,16 minutos después y por espacio de 10 minutos, hasta las 10:36 horas se escucharon ráfagas de metralla desde los aparatos aéreos.

A las 10:50 sobre el punto “La Ciénaga” otro sobrevuelo. A las 11:05 se escucharon explosiones producidas desde el aire en el punto conocido como “La Paloma”.

Entre las 11:15 y 11:17 horas se produjo un nuevo sobrevuelo sin detonaciones. Y entre las 11:18 y las 11:20 sobrevuelos sobre el lugar humanitario. A la 15:00 horas a unos 200 metros por fuera del lugar humanitario un grupo de guerrilleros nuevamente cruzó. (IE 33 y IE 34 – 12 y 13 de febrero de 2004)

Al leer estas serie de situaciones que no reflejan la grave crisis humanitaria en materia de techo, de alimentación y de salud, solamente nos resta hacer nuevamente un llamado para que ejerza sus actuaciones constitucionales a fin de evitar nuevos daños irreparables a la vida, a la integridad personal, el derecho a la existencia. Nuestro llamado a actuar en relación con el poder ejecutivo de modo que se tomen las medidas administrativas que la situación exige, a usted nuestra Constancia Histórica.

Nuestra expresión de Censura Moral ante los signos evidentes de la erosión del Estado de Derecho, la negación del derecho a la existencia, reflejado en las prácticas omisivas del Estado que están posibilitando la destrucción de la vida y de la existencia de los afrodescendientes. Nuestra Censura ante la inacción del aparato judicial que pretende sostener las razones de la impunidad en la ausencia de testimonios, cuando los victimarios se encuentran en las esquinas, en los lugares públicos de municipios, de corregimientos. Nuestra Censura moral ante la ausencia de investigaciones prontas, eficaces que comprendan la sistemática actuación que se ha desatado desde 1.996 en esta zona bajo el pretexto de la persecución a la guerrilla de las FARC EP, presencia militar que sigue en la zona, y frente a la cual las comunidades han exigido cuando han ingresado a sus los lugares humanitarios o se encuentran en sus alrededores, o cuando los han encontrado, respeto a su proyecto de vida, y al ejercicio legítimo del principio de distinción.

Nuestra Censura Moral ante la ausencia de actuaciones prontas y eficaces que eviten la destrucción y la imposición de proyectos agroindustriales de modo ilegal y violento a los afrodescendientes.

Nuestro llamado a que se evite la destrucción, el aniquilamiento de la vida integral y del derecho a la existencia de estas comunidades.

De toda consideración,


COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ