Violación a los lugares Humanitarios del Jiguamiandó

En medio de la indiferencia estatal, del desconocimiento fáctico a la Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, guerrilleros de las FARC EP ingresaron a los lugares humanitarios Nueva Esperanza y Pueblo Nuevo.
El principio de distinción, de diferenciación contemplado en el Derecho Humanitario ha sido desconocido por la guerrilla en un contexto grave de amenazas, de señalamientos a la población civil del Jiguamiandó y del Curbaradó dentro de las estrategias armadas encubiertas de tipo paramilitar. Su presencia en los lugares humanitarios significa una justificación y un nuevo pretexto que el otro actor de la guerra usa para hacer de la población un blanco militar. El ejercicio proselitista dentro del modelo de guerra de guerrilla, así haya sido realizado durante por lo menos de 30 minutos, en medio de un modelo de guerra estatal que no asume el principio de distinción, vulnera los principios de las comunidades que ejercer sus derechos como población civil.


* Miércoles 13 de agosto, hacia las 12 horas cuatro hombres armados, dos de ellos vestidos de camuflado, se encontraban en la escuela de la comunidad de Nueva Esperanza. Llegaron allí minutos antes, se presentaron a los miembros de nuestra Comisión de Justicia y Paz, como integrantes del frente 57 de las FARC.

A la solicitud de retiro del lugar humanitario expresaron que: “sabemos que su presencia es para que ningún actor armado esté aquí. Sabemos que están saliendo informaciones de la Cuenca que no son verdad. De nosotros ustedes dicen cosas no ciertas. Ustedes tendrán que acostumbrarse a vernos. Tenemos que explicar a la población quiénes somos, que estamos aquí para protegerlos, que sigan adelante con sus trabajos de campesinos porque qué es un campesino sin tierra”

Nuestra Comisión Justicia y Paz, les exigió respeto a la propuesta de Defensa de la Vida y del Territorio de los pobladores, al principio de distinción del Derecho Humanitario: “nosotros acompañamos la decisión de la comunidad de defender su tierra y de exigir sus derechos, su presencia aquí significa un riesgo para la vida y la integridad de la comunidad”. Los cuatro guerrilleros expresaron: “que iban a estar, que este era su Territorio, que iban a permanecer y que no iban a permitir que a la gente la mataran”.

Hacia las 14:20 horas, los habitantes del poblado de Nueva Esperanza y los misioneros de nuestra Comisión luego de insistir respeto al espacio de la población civil se retiraron del lugar.

* Lunes 25 de agosto a las 15:00 horas aproximadamente, llegaron al nuevo sitio de refugio de las comunidades de Pueblo Nuevo, 6 hombres pertenecientes al frente 57 de las FARC, dos de ellos reunieron a los pobladores del caserío para que escucharan sus planteamientos políticos.

Los miembros de los Consejos Comunitarios a los guerrilleros les plantearon su proceso de resistencia civil, el respeto que a ellos se debe como población civil, los principios de su organización, les exigieron salir de sus lugares de habitación.

Hacia las 16:30 llegaron miembros de nuestra Comisión Justicia y Paz y de organismos humanitarios internacionales, quiénes observaron que las comunidades exigieron permanentemente que se retiraran del lugar.

Hacia las 19:00 horas los pobladores afrodescendientes de Pueblo Nuevo lograron que los miembros de la guerrilla se retiraran del lugar.

La acción armada de la guerrilla de las FARC EP no significó ninguna ventaja militar ni en el marco del derecho Internacional Humanitario ni en el modelo de guerra de guerrillas. Por el contrario, su acción proselitista así no esté tipificada como conducta violatoria del Derecho Humanitaria generó y genera graves riesgos para la población civil afrodescendiente y mestiza. La acción de las FARC EP violó la decisión de las comunidades de ejercer en un espacio perfectamente delimitado ese principio de diferenciación.

Mientras esto ocurrió en el perímetro de la Cuenca del Curbaradó y del Jiguamiandó en Belén de Bajirá y Pavarandó se consolida la presencia estatal de la Fuerza Pública con la presencia de “civiles” armados dentro de la estrategia paramilitar. Al tiempo se anuncia que Belén de Bajirá será un posible lugar de la desmovilización de unidades paramilitares quiénes se vincularían a los proyectos agroindustriales de Palma Aceitera, algunos de los cuáles se han desarrollado en Territorios Colectivos del Curbaradó.

Bogotá, D.C 29 de agosto de 2003
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ