Unas 1.500 personas fueron sepultadas en Mutatá (Antioquia) como N. N.

Por temor a las represalias y por la forma en que quedaban los cuerpos, pocos voluntarios en Mutatá se atrevían a sepultar a las víctimas de la violencia de grupos armados ilegales. Un obrero que trabajaba para la Alcaldía lo hizo. Dice haber enterrado a más de 400 N. N. en el cementerio central. Otro funcionario relató que en una ocasión sepultó 20 cadáveres en una sola fosa. (Vea cómo va el censo de los N.N. en el país)


Aunque no existen cifras oficiales, averiguaciones hechas en los cementerios y entrevistas con empleados que trabajaron desde 1995 hasta la desmovilización de las Auc indican que en Mutatá y Bajirá hay unas 1.500 personas que fueron sepultadas sin nombre.

Este es uno de los casos emblemáticos de un censo de N. N. que adelanta la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía en todos los cementerios de Colombia. ¿El propósito? Hallar el rastro de las más de 32 mil personas que fueron reportadas como desaparecidas en Colombia.

El reporte ya va por los 4 mil N. N. enterrados en unos 300 municipios. Aún faltan otros 800 pueblos y ciudades que no han entregado información.

La alcaldía de Marsella (Risaralda), por ejemplo, entregó información de 386 N. N., la mayoría recogidos en las corrientes del río Cauca cuando bajaban de otros departamentos como el Valle.

En Puerto Berrío (Antioquia), los muertos más visitados son los N. N. Más de 150 sin nombre que flotaban en el Magdalena fueron adoptados por la comunidad que les lleva flores a cambio de milagros.

La Fiscalía también tiene un reporte de cementerios clandestinos en Colombia. La mayoría, eran antiguos centros de operaciones de los paramilitares.

Hay fincas como Villa Sandra, en Puerto Asís (Putumayo), donde según los desmovilizados puede haber hasta 800 cadáveres.

La recuperación e identificación de esos muertos será uno de los grandes retos que tendrá la Fiscalía para contrarrestar una práctica con la que se borró durante años la barbarie de la guerra: desaparecer a las víctimas.

En total, van documentados 14 casos de grandes cementerios ilegales, ubicados en La Guajira, Putumayo, Sucre, Nariño y Antioquia. Allí, se calcula que habría unos dos mil muertos.

Estos cuerpos se suman a los 3.299 encontrados por Justicia y Paz en fosas; 973 ya fueron identificados y entregados a sus familiares.

Uno de los principales frentes de la Fiscalía está en La Macarena, donde Justicia y Paz trabaja hace casi dos años y donde se ha logrado identificar a 41, de los 449 cuerpos que aparecen enterrados como N. N. (ver recuadro).

Justicia y Paz entregará los restos de tres de La Macarena

Uriel, un raspachín, al que las Farc reclutaron a la fuerza en sep- tiembre del 2008 porque ayudó a escapar a un guerrillero, es uno de los muertos que estaban enterrados como N. N. en el ce- menterio de La Macarena (Meta).

Él murió en un enfrentamiento con el Ejército en Vistahermosa y sus restos serán de los primeros que, plenamente identificados, la Unidad de Justicia y Paz entregará a sus familias en las próximas semanas. Aunque no hay aún un informe consolidado de las causas de muerte de los 41 identificados, informes de la Fiscalía establecen que la mayoría de los cuerpos ya habían pasado por el hospital local.

Y que en la mayoría de los casos, existen registros de necropsias, huellas dactilares y álbumes foto- gráficos; en 259 casos el CTI y la Sijín hicieron los levantamientos.

La Fiscalía analiza si publica las fotografías para agilizar la identificación de las víctimas.

REDACCIÓN JUSTICIA