Un reconocimiento a las víctimas de crímenes de Estado por masacre de Trujillo

Valoramos este acuerdo, suscrito en representación de familiares de las víctimas que forman parte de la Asociación de Familiares de las Cíctimas de Trujillo, AFAVIT, como un avance histórico para la verdad, la justicia, la reparación y garantías de no repetición para el movimiento de víctimas en su conjunto.


En el día de hoy, luego de 22 años de haber sido conocidas y denunciadas las graves violaciones a derechos humanos conocidas como “los hechos violentos de Trujillo”, ocurridas entre 1989 y 1992, se ha suscrito entre el Estado colombiano y los representantes de las Víctimas un Acuerdo de Solución Amistosa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Caso 11.007).

Valoramos este acuerdo, suscrito en representación de familiares de las víctimas que forman parte de la Asociación de Familiares de las víctimas de Trujillo, AFAVIT, como un avance histórico para la verdad, la justicia, la reparación y garantías de no repetición para el movimiento de víctimas en su conjunto.

El Acuerdo de Solución Amistosa, que reconoce 42 nuevas víctimas de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, asume la obligación de profundizar la investigación penal por los hechos, y establece que si en la investigación penal que adelanta la Fiscalía General de la Nación se identifican nuevas víctimas, estas serán reconocidas en el presente Acuerdo de Solución Amistosa.

En la población de Trujillo antes de finalizar el mes de abril, un alto funcionario del gobierno realizará un acto de reconocimiento de responsabilidad respecto a las nuevas víctimas, refrendando la voluntad y el compromiso sobre los mecanismos de garantías de no repetición. La primera vez que el Estado colombiano reconoció su responsabilidad por los hechos de Trujillo fue en 1997 bajo el gobierno del expresidente Ernesto Samper.

En el Acuerdo de Solución Amistosa, el Estado reconoce y respalda el deber de la memoria y el derecho a la verdad que se ha ido construyendo y expresando en el Parque Monumento que se encuentra en Trujillo, elaborado y protegido con las propias manos y creatividad de las víctimas, con acciones para fortalecer este espacio de memoria, su preservación y protección.

Uno de los retos importantes para el Estado Colombiano es asegurar, como garantía de no repetición, el enfrentamiento de estructuras armadas que operan en Trujillo y ejercen aún dinámicas de control social, económico y militar. Para tal efecto, se implementará un modelo que ha sido concertado con el Ministerio del Interior sobre el cual se esperan resultados de desmonte de estas estructuras paramilitares con resultados específicos y estructurales, que aseguren la libertad plena de las víctimas y garanticen reestablecer sus proyectos de vida.

Creemos que el Acuerdo de Solución Amistosa es un aporte a la lucha contra la impunidad, al reconocimiento de las iniciativas de las víctimas y a la contribución desde ellas para generar garantías de no repetición con medidas específicas que en un Estado de Derecho son posibles de realizar, y así asegurar la vida y las libertades como condiciones hacia la auténtica paz, que no es otra cosa que el pleno respeto a los derechos humanos, integralmente concebidos.

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

Corporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”

Washington, 6 de abril de 2016