Régimen de muerte e impunidad en Córdoba: por la demolición del Monumento a la Paz

El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, extiende ante la opinión pública nacional e internacional su posición frente a la demolición del Monumento a la Paz, construido en 1999 en homenaje a los grupos paramilitares frente a la sede de la DIJIN en la ciudad de Montería, y lamenta el asesinato de los más de 31 personas, por parte de estas estructuras paramilitares en el departamento de Córdoba en lo que va corrido del año.


Desde el gobierno del ex presidente Uribe, hemos enfátizado que la única manera de avanzar efectivamente en las demandas a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición de las víctimas del Estado colombiano, es a través del desmonte real y efectivo de las estructuras paramilitares, con plena condena y castigo a los responsables y con los respectivas acciones de política pública que permitan avanzar en las demandas de las víctimas para el restablecimiento de la democracia del país.

En los recientes días, la opinión pública nacional e internacional ha conocido la aterradora realidad, vivida en carne propia el departamento de Córdoba, por mano de la reingeniería paramilitar liderada por los herederos de “Don Diego”, en el caso de “Los Urabeños”, quienes a su vez reciben apoyo de “Las Águilas Negras”, y “Los Paisas”, aliados de los rastrojos del Valle del Cauca, que cobraron en el 2010 575 personas asesinadas. La problemática en este departamento es de vieja data y fue visibilizada por los medios de comunicación a partir de asesinato de los estudiantes de la Universidad de Los Andes: Margarita Gómez y Mateo Matamala, crímenes que lamentamos desde el Movice.

Como Movice y parte de nuestra propuesta de plan integral de acción en derechos humanos desde las víctimas de crímenes de Estado, hemos exigido y solicitado al gobierno nacional la creación de parques-monumentos en memoria de las víctimas de crímenes de Estado, así como la existencia de casas-museos en cada departamento del país; la existencia de museos conmemorativos de las víctimas del Estado colombiano son parte de reparación moral, simbólica y colectiva de las víctimas.

Por esta razón, ratificamos nuestra posición respecto a las acciones pertinentes que debe motivar el gobierno nacional para demoler este monumento, el cual según en lel jefe de las AUC, Carlos Castaño, en el libro Mi Confesión, “invita al ciudadano a convertirse en paramilitar”, al considerar que este monumento rinde homenajes públicos a los victimarios, realzando un heroísmo y legitimación de las acciones criminales y es un hecho oprobioso y lesivo para las víctimas de crímenes de Estado.

Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado,
enero 19 de 2011