Rebelión a favor del orden

Titula la prensa: “Los ganaderos se rebelaron”. “No vamos al foro. Lo consideramos inútil, porque habrá dos posiciones antagónicas: las Farc, que defienden el minifundio, y nosotros, que creemos que debemos producir para la globalización”, afirma José Félix Lafaurie, presidente del gremio.


¿Contra qué se van a rebelar los ganaderos? ¿Y para cuál globalización están “produciendo”? El discurso de Lafaurie, así como sus muchas columnas y declaraciones, no sólo es impreciso, sino contradictorio.

Dice el dirigente, por ejemplo, que Fedegán lucha por “producir para la globalización”. Y que otros trabajadores del campo, que prefieren el minifundio, no contribuyen a las “economías de escala” y no permiten la inserción del país en los mercados mundiales. Sin embargo, al mismo tiempo se queja: “Cuando una pésima negociación afecta a un sector… los TLC se convierten en una amenaza anunciada”.
Sobre la rebeldía, por otra parte, habría que preguntarles si se están sublevando por tener en sus manos poca tierra. Cosa que evidentemente no sucede. Y es que pese a que en la actualidad los ganaderos colombianos usan aproximadamente 38,6 millones (de los cerca de 44 millones de hectáreas del campo) y concentran una importante porción de los incentivos estatales destinados al sector agropecuario, se sienten relegados, ultrajados.

Indefensos, afirman que la guerrilla debe restituirles las tierras despojadas. “La guerrilla nos expropió… las Farc deben devolver esas 800.000 hectáreas”. Imitando con exactitud las actuaciones de dirigentes de Fedegán y la SAC en el pasado, y pese a que absolutamente nadie ha hablado de expropiaciones, Lafaurie repite que en el Gobierno hay un “desprecio al derecho a la propiedad legal de la tierra”; y entonces dispara: “el día en que vuelva a pender sobre nosotros la espada de la expropiación… los ganaderos no lo vamos a tolerar”.

La rebelión, pues, contra el orden que ellos mismos representan. Un buen truco de malabarismo, como cuando se asientan del lado de las víctimas, sin matiz histórico alguno.