Protestas en Montreal y Ottawa contra la visita de Uribe y contra El TLC Canadá-Colombia

Este miércoles 10 de junio de 2009, frente a las puertas del hotel Hilton en la ciudad de Montreal, integrantes de diferentes movimientos y organizaciones sociales y sindicales de Quebec y del resto de Canadá, manifestaron su oposición a la presencia del presidente de Colombia Álvaro Uribe en Canadá, en el marco del Foro económico internacional de las Américas, este año bajo el lema “Adaptarse al nuevo orden mundial” y contra la complicidad del gobierno conservador de Stephen Harper, que busca hacer ratificar apresuradamente por el parlamento canadiense un Acuerdo de Libre Comercio con Colombia, país con la peor reputación del hemisferio en materia de derechos humanos.


“Ratificar un acuerdo comercial con el régimen de Uribe no es la mejor manera de dar prioridad a los derechos humanos y a la democracia en las Américas: es negar los valores y los principios que defendemos profundamente”, afirman los representantes de SOS-COLOMBIA.

SOS-COLOMBIA (1), coalición de organizaciones de la sociedad civil de Quebec, junto con ATTAC-QUEBEC, convocó a la población a manifestarse en contra del Foro económico de las Américas y a informarse acerca de las actuales negociaciones acerca de Tratado de Libre Comercio Canadá-Colombia (TLC-CC), que se encuentran en la etapa de ratificación en el parlamento canadiense. Recientemente el TLC con Canadá fue congelado gracias a una importante movilización de organizaciones de Canadá y Colombia y al apoyo de numerosos parlamentarios canadienses, principalmente de los partidos de oposición del Nuevo Partido Demócrata (NPD) y del Bloque quebequense. El diputado Peter Julien (NPD) denunció ante el parlamento canadiense el hecho de que el gobierno de Harper, con el apoyo de los liberales, está tendiendo el tapete rojo al régimen de Álvaro Uribe, a quien califica de tener el peor record del hemisferio en materia de violación de los derechos humanos y a quien “un informe publicado recientemente por la Agencia de inteligencia de EEUU, describe como un político que se dedicó a colaborar con el cartel de Medellín a altos niveles del gobierno, y quien era amigo personal de Pablo Escobar”(2). Por su parte, el Bloque quebequense denuncia que “ese apoyo ciego dado por los conservadores a las compañías mineras canadienses es justamente lo que lleva al gobierno a firmar acuerdos de libre comercio con Perú y Colombia, dos países donde los derechos humanos, y particularmente los derechos de los trabajadores, son frecuentemente pisoteados (3).

Este tipo de tratado pone en riesgo los principios democráticos y los derechos fundamentales y los de los trabajadores tanto en Canadá como en Colombia. Tal como fue propuesto por el Comité de Comercio Internacional del parlamento canadiense en junio de 2008, la oposición a este proyecto de ley busca actualmente interponer un estudio de impacto en los derechos humanos en Colombia antes de proceder a la ratificación del TLC-CC.

SOS-COLOMBIA encuentra vergonzoso que el presidente de Colombia Álvaro Uribe haya sido invitado a esta conferencia, cuando justamente en la actualidad se viene dando un consenso internacional por medio del cual se condena su gobierno por la gravedad de las constantes violaciones de los derechos fundamentales, las violentas agresiones contra los movimientos sociales, contra periodistas, indígenas, afrocolombianos, sindicalistas, estudiantes, defensores de derechos humanos, en fin contra todos aquellos y aquellas quienes reclaman paz y justicia social en Colombia, verdad y reparación para las víctimas de los crímenes de Estado.

Una creciente represión busca justamente adaptar el desarrollo económico de Colombia a las necesidades de este régimen violento. A pesar de las repetidas advertencias de numerosas instituciones internacionales y de gobiernos de diversos países, Álvaro Uribe continúa atacando a los defensores de derechos humanos, calificándolos de terroristas para justificar sus arbitrariedades.

Estados Unidos y el Reino Unido decidieron limitar sus intercambios con Colombia partiendo de la base de informes de observadores reconocidos a nivel internacional, tales como Human Rights Watch, que frecuentemente ha condenado la grave situación de los derechos humanos en Colombia y ha realizado advertencias en cuanto al empeoramiento de la situación por las implicaciones que conlleva la firma de los acuerdos de libre comercio con el gobierno de Uribe.

Recientemente, el Reino Unido puso fin a la ayuda militar a Colombia por las graves violaciones de los derechos humanos y los crímenes cometidos por el ejército contra el pueblo colombiano. El ejército colombiano ha participado en innombrables atrocidades, ha asesinado a miles de civiles y ha desplazado a millones de personas. Inclusive miembros del círculo cercano al presidente Uribe han estado en colusión con los escuadrones paramilitares de la muerte, un escándalo conocido en Colombia como la parapolítica.

Otro escandaloso horror asociado a los llamados “falsos positivos” o ejecuciones extrajudiciales ha llamado la atención internacional: se trata de una práctica del ejército colombiano consistente en asesinar a ciudadanos indefensos y presentarlos como guerrilleros dados de baja en combate, con el fin de mostrar resultados y beneficiarse de las recompensas del régimen. Una atroz mentalidad de contabilidad de cuerpos del ejército que debe ser enérgicamente condenada. Frente a las denuncias de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en cuanto a la persistencia de los crímenes selectivos contra sindicalistas en Colombia que continúa en la impunidad y que han colocado a Colombia en el banquillo de los acusados, el régimen ha desarrollado una nueva estrategia no menos atroz: varios testigos de gran credibilidad han informado recientemente que, con el fin de reducir las estadísticas de violencia antisindical, los asesinos buscan ahora atacar a familiares y personas cercanas a los sindicalistas: cónyuges, hijos o amigos. Bajo el régimen de Uribe han sido asesinados cerca de 474 sindicalistas, lo que lleva a Colombia a ocupar el primer puesto mundial en esta práctica macabra.

Los antecedentes en materia de inversión extranjera en Colombia indican que un mayor acceso a los recursos del país por parte de las trasnacionales ha dado como resultado un aumento de la financiación de los actores en el conflicto, un mayor desplazamiento masivo de las poblaciones, dejando a los ya pobres en la miseria. Un estudio reciente llevado a cabo por CODHES, una muy reconocida organización colombiana, demuestra que el desplazamiento forzado aumentó en un 24.47% en 2008, lo que representa 412.553 personas desplazadas durante un año. Sus tierras son enseguida puestas a disposición de los inversionistas extranjeros. Este no es el camino hacia la prosperidad. Creemos que la posición del gobierno canadiense en materia de comercio no hará otra cosa que agravar la situación. El tratado de Libre Comercio no hará otra cosa que empeorar esta destrucción socioeconómica y ambiental.

SOS-COLOMBIA se opone firmemente a la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Canadá y Colombia y rechaza el modelo económico de pillaje propuesto, perjudicial para las grandes mayorías en los dos países. Las atrocidades cometidas en Colombia deben ser detenidas y deben ser objeto de una investigación independiente.

Estas prácticas pasarán a la historia como crímenes de lesa humanidad. SOS-COLOMBIA se opone firmemente a que el gobierno canadiense se haga cómplice de ellas.

SOS-COLOMBIA – Montreal, 12 de junio de 2009


[1] SOS-COLOMBIA es una coalición de organizaciones, entre ellas Desarrollo y Paz, CDHAL, PASC, RAJ de Sherbrooke, ASOCOLOM, RQIC que agrupa a las centrales sindicales FTQ, CSN, CSQ y CSD y sindicatos independientes como la FIQ, el SPGQ, el MEPACQ, la FFQ, la Liga de Derechos y Libertades, el RQGE, las federaciones estudiantiles y varias ONG entre ellas Alternatives y el CISO, agrupadas en la AQOCI. El RQIC es la componente quebequense de la Alianza Social Continental (ASC).

[2] “A recently declassified U.S. Defense Intelligence Agency report describes President Uribe as “a Colombian politician dedicated to collaboration with the Medellín Cartel at high government levels. Uribe is a close personal friend of Pablo Escobar”: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/index.htm

[3] “C’est ce même appui aveugle aux compagnies minières qui a incité le gouvernement fédéral à signer les ententes de libre-échange avec le Pérou et la Colombie, deux pays où les droits de l’homme, et particulièrement ceux des travailleurs, sont allègrement bafoués.” http://www.blocquebecois.org/fr/presse_detail.asp?ID=9958513