Plácido Palacio

Plácido Palacios, afrocolombiano de Cacarica, humano profundamente humano. Buscador incansable en su propia inocencia, en las limitaciones de la guerra interna, en las fuentes de diversas espiritualidades, nacido de los destrozos del desplazamiento, animador en los momentos de profunda fragilidad de las apuestas comunitarias, él mismo a veces cayendo en la desesperanza y en la desesperación…


Él quien en Turbo, en medio del hacinamiento cantaba, saltaba como un niño para animar la resitencia, para animar al territorio del que fueron desterrado por la operación “génesis”, al territorio saqueado por Maderas del Darién Pizano SA, o la empresa paramilitar CI Multifruits Ltda. Murió sin ver el mínimo espacio de justicia, murió desconociendo judicialmente los beneficiarios de las operaciones de la brigada 17 y del paramilitarismo. Murió mientras en su territorio continúa el conflicto armado interno con la guerrilla de las FARC.

Sí Plácido Placios, murió hace unos días en Córdoba, a donde fue trasladado tras unas largas jornadas de exigir el derecho a la salud. Murió distante del territorio por el que luchó, pero al que regreso para dejar allí su memoria corporal, la que se ha ido deshaciendo, pero haciendo en la memoria colectiva. Murió la inocencia adulta, la que creció en la esperanza, la que desfalleció ante la tozuda realidad de la asfixia económica, ante la vuelta arriba del alma. Murió esperando que la justicia colombiana, alguna vez, entregara razón de su hijo, Jhon Jairo Palacios, desaparecido por paramilitares.

Este el último escrito de su comunidad ancestral, de la organización que le vio parir en el liderazgo y en su propia fragilidad, aquí el escrito al pastor consumado, que bebió del sentido evangélico de los excluidos, de los desarraigados, y de la esperanza.

El pasado 27 de marzo despedimos con mucha tristeza a nuestro hermano, amigo y compañero Plácido Palacios, quien falleció el lunes 26 de marzo después de padecer un tumor cerebral.

Fueron 15 años de lucha y resistencia, “don pala” de cariño, desde el coliseo de Turbo promovía el sentir de cientos de familias víctimas del desplazamiento causado por militares y paramilitares en la cuenca del Cacarica con la “operación génesis”, realizó giras nacionales e internacionales con el objetivo de llevar la realidad de su gente con la mente puesta en la búsqueda de verdad y justicia, fue uno de los fundadores de la Zona Humanitaria Nueva Esperanza en Dios, dinámico en su comunidad, participativo; constructor de casas y de ideas, un hermano muy dedicado a su familia y también a su tierra: sus dos más grandes tesoros.

Su memoria seguirá viva, como la de aquellos hermanos y hermanas que se han ido, seguirán iluminando nuestro andar por este territorio tan codiciado por los poderosos, y serán motivación para seguir adelante.

“la unidad hace la fuerza, la unidad hace la fuerza” palabras dirigidas a un miembro de CAVIDA momentos antes de ser trasladado a Turbo, antes de su muerte”.

COMUNIDADES DE AUTODETERMINACIÓN, VIDA Y DIGNIDAD DEL CACARICA –CAVIDA.

Plácido Palacios Ha Pasado a la Historia, es memoria colectiva en Cacarica, allá resuena sus cantos, su sonrisa, su inocencia, su esperanza y sus fragilidades.

Bogotá, D.C. Abril 5 de 2012