Llaman al boicot internacional a Ron Bacardi, tras sentencia del Tribunal Supremo español favorable a Cuba

Tras la sentencia firme del Tribunal Supremo español que reafirma que la marca “Havana Club” pertenece al consorcio cubano-francés Havana Club Holding, S.A., y que desestima la intención de la empresa Bacardi de apropiarse de la marca en territorio español, tal como consiguió en EEUU,


organizaciones de solidaridad con la Isla y asociaciones de la emigración cubana en Europa han propuesto intensificar la campaña internacional de boicot a Ron Bacardi, denominada “Bacardi, un mal trago”.

Cubainformación.-

Esta campaña, que propone que entidades de hostelería, distribuidoras y población consumidora rechacen los productos Bacardi, que son vendidos con una falsa imagen cubana, trata de sensibilizar a la población sobre la responsabilidad de esta firma en el bloqueo económico que sufre el pueblo cubano y sobre sus vínculos con organizaciones de la extrema de derecha de Miami. En el IV Encuentro de Cubanos y Cubanas Residentes en Europa, celebrado en Barcelona el 17 de Octubre de 2009, 31 organizaciones de la emigración cubana en Europa ya hicieron un nuevo llamado al boicot a Bacardi, en un documento que narra las conexiones de esta firma con la mafia cubano-americana de EEUU.

Repasemos los hechos. En 2005, el Juzgado de Primera Instancia nº 54 de Madrid desestimó una demanda de Bacardi, por la que reclamaba la titularidad de la marca Havana Club. La firma interpuso recurso, que fue desestimado en 2007 por la Audiencia Provincial de Madrid. Bacardi presentó entonces recurso de casación ante el Tribunal Supremo de España, cuya sentencia, ahora, no ofrece dudas: la marca Habana Club pertenece al consorcio entre el Estado cubano y la empresa francesa Pernord Ricard.

Bacardi inició la batalla contra Havana Club en 1994, año en que la ventas de Bacardi cayeron abruptamente debido a la irrupción en el mercado internacional del ron cubano Havana Club, tras el acuerdo de comercialización entre la empresa estatal cubana Cubaexport y la multinacional francesa Pernord Ricard, que se materializó en la creación de la asociación empresarial (joint venture) Havana Club Holding, S.A.

A partir de entonces, Bacardi, que forma parte del poderoso lobby empresarial de origen cubano en Estados Unidos, se lanzó a defender sus intereses comerciales haciendo valer importante conexiones con el poder político norteamericano. Ignacio Sánchez, uno de los abogados de la firma, participó activamente en la redacción de la conocida Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, que impone sanciones a posibles inversores de terceros países en Cuba. La participación de Bacardi en la citada ley fue tan importante que un senador estadounidense propuso denominarla “Helms-Bacardi Protection Act”.

En 1998, Bacardi consiguió que el Congreso de Estados Unidos aprobara una sección de la ley de presupuesto, la llamada Sección 221, que eliminó cualquier derecho sobre marcas comerciales registradas en EEUU a entidades total o parcialmente relacionadas con el Estado cubano. La marca Havana Club había sido registrada en EEUU en 1974 por la empresa estatal cubana Cubaexport aunque, desde la implantación del bloqueo económico a comienzos de los años 60, el citado ron cubano no había podido ser comercializado en territorio estadounidense. Con la citada Sección 221 en la mano, Bacardi sacó al mercado de EEUU un nuevo ron, fabricado en Puerto Rico, con la marca Havana Club, una falsificación que, hasta la fecha, no ha sido permitida en ningún otro país del mundo. Bacardi, sin embargo, continúa intentándolo en territorio español.

La familia Bacardi, originaria de Santiago de Cuba, colaboró intensamente con el régimen del dictador Fulgencio Batista y huyó de Cuba tras el triunfo de la Revolución, en 1959. Sus propiedades fueron nacionalizadas. Es de señalar que la marca originaria Havana Club nunca perteneció a Bacardi, sino a la sociedad José Arechabala, S.A. (JASA), que también fue nacionalizada en 1960 por el gobierno revolucionario. La familia Bacardi, como Arechabala y la mayor parte de los grandes propietarios cubanos, no aceptaron negociación alguna sobre indemnizaciones compensatorias, y huyeron a EEUU esperando la intervención militar que derrotara al nuevo gobierno. Fue en el año 1997 cuando Bacardi contactó con los herederos de la familia Arechabala, llegando a un acuerdo económico por el que, a partir de entonces, Bacardi litigaría en su beneficio por la marca Havana Club.

Bacardi tiene vínculos directos con organizaciones de la extrema derecha cubano-americana de Miami, a las que financia, en especial con la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), implicada en la organización de numerosos ataques terroristas en Cuba. La actividad mafiosa de Bacardi es relatada en el documental “The Secret Of The Bat: Bacardi Between Rum And Revolution” (El secreto del murciélago: Bacardi, entre ron y revolución), premiado en varios festivales, basado a su vez en el libro del periodista colombiano Hernando Calvo Ospina: “Ron Bacardi: La guerra oculta” (Rhum Bacardi: CIA, Cuba et Mondialisation).

Bacardi tiene su sede central en el paraíso fiscal de la Islas Bermudas y sus principales fábricas en Puerto Rico, pero su mayor actividad comercial y de cabildeo se ubica en EEUU.

Las ventas de “Havana Club” alcanzaron los 3,5 millones de cajas de 9 litros en el año fiscal concluido en junio de 2010, y exporta su producto a 124 países, excepto a Estados Unidos donde los productos cubanos están prohibidos debido al bloqueo vigente desde 1962.

Resolución del IV Encuentro de Cubanos Residentes en Europa, celebrado en Barcelona 17 de Octubre de 2009. Acuerdo de medidas con respecto a la actuación de la multinacional “Bacardi-Martini” y sus efectos en la población cubana.

La ley de Asistencia Exterior, promulgada en septiembre de 1961, autorizó al Presidente de EE UU a establecer y mantener “un embargo total sobre el comercio entre los EE.UU. y Cuba”.

La Ley Helms-Burton fue aprobada por el presidente Clinton en 1996, con el objetivo de desestimular la inversión extranjera e internacionalizar el bloqueo a Cuba. Codificó las disposiciones del bloqueo, limitó las prerrogativas del Presidente para suspender esta política y amplió su alcance extraterritorial.

Denegó la entrada a los EE.UU. a los directivos de empresas extranjeras (y a sus familiares) que invirtieran en propiedades “confiscadas” en Cuba y estableció la posibilidad de presentar demandas en su contra en los tribunales de EE.UU.

Los abogados de Bacardí ayudaron a redactar la Ley Helms-Burton, que viola la Ley de Comercio Internacional. El papel de Ignacio E. Sánchez, miembro de la Fundación Cubano Americana -CANF- y abogado de Bacardí fue tan decisivo para la implementación de la ley Helms-Burton, que el senador William Dengue dijo que la ley debería ser rebautizada como Ley de Protección Helms-Bacardí.

La firma Bacardí usurpó la marca cubana Havana Club, fabricándola en Puerto Rico en violación flagrante del comercio internacional y de la OMC.

La intensificación de las medidas ilegales contra Cuba demuestra que ningún bloqueo ha sido tan abarcador y brutal contra un pueblo como el que EE UU ha mantenido contra Cuba.

De acuerdo con lo establecido en la Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima, adoptada por la Conferencia Naval de Londres en 1909, el bloqueo constituye un acto de guerra económica. Y en virtud del inciso C del artículo II de la Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, el bloqueo contra Cuba es un acto de genocidio.

El bloqueo no es una cuestión bilateral entre Cuba y EE UU. La aplicación extraterritorial de las leyes norteamericanas y la persecución contra los legítimos intereses de empresas y ciudadanos de terceros países, afectan la soberanía de muchos otros Estados.

Las asociaciones de cubanos residentes en Europa, que nos consideramos parte del movimiento social que apoya a la Alianza Bolivariana de las Américas, acordamos hacer llegar al consejo social de la ALBA-TCP la presente resolución para que éstos, a su vez, la hagan llegar a la próxima cumbre de la ALBA-TCP.

Proponer al consejo social de la ALBA-TCP que valore la posibilidad de organizar una serie de iniciativas y acciones en sus países miembros en contra de la multinacional Bacardí- Martini por haber promovido y patrocinado la ley Helms-Burton y por usurpar la marca Havana-Club en el territorio de EE UU, fabricando y comercializando un ron con ese nombre.

Proponer al consejo social del ALBA-TCP denunciar las violaciones cometidas por la multinacional Bacardi-Martini al usurpar la marca Havana-Club.

Así lo suscriben las siguientes Asociaciones de Cubanos Residentes en Europa:

La Estrella de Cuba, Alemania

Amo esta Isla, Alemania

Asociación de Cubanos Residentes en Andorra

Cuba Va, Austria

Cuba Va, Croacia

Cuba Va, Chequia

Asociación de Residentes Cubanos en Dinamarca

Asociación de Residentes Cubanos en Granada

Asociación Titán de Bronce, Andalucía

Asociación Cien x Cien Cubano, Asturias

Asociación de Cubanos en Catalunya

Asociación de Cubanos en Catalunya “José Martí”

Asociación de Cubanos en Baleares

Asociación Sierra Maestra, Euskadi

Asociación de Cubanos en Galicia

Asociación de Cubanos en Valencia “Caguairán”

Asociación de Cubanos Residentes en Tenerife “Leonor Pérez”

Asociación de Cubanos en Canarias “Cubanacán”

Asociación Sierra Maestra, Madrid

Asociación Raíces Cubanas, Francia

Asociación France-Cuba

Asociación Patria Cuba, Grecia

Asociación Siboney con Cuba, Italia

Asociación Angulo Cubano, Italia

Asociación Tú por Cuba, Italia

Asociación Cubana José Martí, Italia

Asociación Cubaqui, Italia

Asociación de Residentes Cubanos en Portugal

Asociación de Cubanos Residentes en Rusia

Asociación Cubanos por Cuba, Suecia

Asociación Somos Cubanos, Suiza