Lección básica de lógica españolista

Si acusan a Venezuela de cualquier cosa, los detenidos serán tan creíbles para la prensa española como si hablase el mismísimo Santos Dios. Pero si lo que hacen es denunciar torturas, ya es otro tema.


os dos detenidos el pasado 29 de septiembre acusados de integrar un comando de ETA, y a quienes la justicia española ha atribuido unas supuestas declaraciones afirmando que han recibido adiestramiento militar en Venezuela, Juan Carlos Besance y Xabier Atristain, revelaron, en un breve encuentro con sus abogados, haber sufrido torturas durante los cinco días que permanecieron incomunicados en dependencias de la Guardia Civil.

Tenemos, pues, que, en menos de dos horas, la prensa española publicaba a todo bombo la que era ya la prueba definitiva de la vinculación entre el gobierno de Chávez y la organización armada ETA: supuestos etarras declaran ante el juez sus vínculos con Venezuela, a una misma vez que los detenidos declaraban a sus abogados haber sufrido diversas torturas durante el tiempo de incomunicación que permanecieron arrestados en las dependencias de la Guardia Civil.

Lo primero fue noticia de portada en todos los medios de comunicación al unísono, lo segundo no existió para ninguno de estos medios, hemos de suponer que porque no creerán en la veracidad de tales denuncias, pues si fuese por algún otro motivo, directamente estarían siendo cómplices del terrorismo de estado. Gravísimo.

Esto es, dos mismas personas detenidas que hacen declaraciones; dos varas de medir distintas: toda credibilidad para las declaraciones sobre su supuesto adiestramiento militar en Venezuela, ninguna para las denuncias sobre las supuestas torturas a manos de los agentes encargados de llevar a cabo los interrogatorios. En las primeras son fuente de verdad, en las segundas unos viles embusteros. ¡Y todo ello con menos de dos horas de diferencia de por medio, oigan!

Es decir, si acusan a Venezuela de cualquier cosa, los detenidos serán tan creíbles para la prensa española como si hablase el mismísimo Santos Dios. Pero si lo que hacen es denunciar, una vez más, torturas, entonces ya es otro tema. Como dijo Chávez, no exento de fina ironía, “cómo vamos a creer lo que digan unos sanguinarios sin moral”.

Que las primeras declaraciones se hayan sucedido bajo ese régimen de incomunicación que tanto la o­nU, como Amnistía Internacional, HRW, y tantas otras organizaciones de Derechos Humanos, muchas de ellas vinculadas incluso al entramado imperialista internacional, han denunciado como potencial amparador de la tortura, es un detalle poco significativo para la prensa capitalista y nacionalista española: no anula un ápice la supuesta veracidad de lo dicho por los detenidos en los interrogatorios. En cambio, que, tras haber sido sometidos a dicha incomunicación, potencial amparadora de la tortura, los detenidos denuncien torturas, es simplemente falso, sin más.

El estado español se vanagloria continuamente de la gran cantidad de supuestos etarras detenidos en los últimos tiempos. Sin embargo, hasta la fecha, ninguno de ellos había declarado vinculación alguna con Venezuela. Ahora, de repente, pocos meses después de que la justicia española pretendiese, sin prueba alguna, demostrar la relación establecida entre la organización ETA y el gobierno de Venezuela, unos detenidos, sometidos a régimen de incomunicación, declaran por arte de magia, por primera vez en la historia, sobre la relación de ETA con la actual Venezuela. Ergo, al parecer, el pajarito cantó lo que un avispado Juez ya había anunciado meses atrás. ¿O tal vez fue al revés?

Tal vez sea, quién sabe, que el juez anuncia tiempo atrás lo que los pajaritos deben cantar por obra y gracia de la incomunicación, y las –supuestas- torturas, unos meses más adelante. Que ya habrá alguien esperando para sacarle el oportuno rédito político.

En fin, siempre nos quedará la duda…. La duda de saber si hablaron antes o después de la tercera sesión de –supuestas- torturas.

Pedro Antonio Honrubia Hurtado en Kaos en la Red