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Laceración parcial de imagen…

No hay mucho de nuevo, salvo el desencajamiento de Álvaro Uribe Vélez el desmoronamiento parcial de una imagen, la evidente ausencia de ilación de unas ideas en razón del efecto internacional de las denuncias sobre la institucionalización del paramilitarismo que se han ido mostrando, demostrando no solo por la oposición política sino por múltiples casos y expresiones de la sociedad civil.


Tres hechos se sumaron en la semana anterior contra Uribe, no necesariamente pensados pero que por su coincidencia generaron un movimiento telúrico en el gobierno.

El congelamiento de más de 50 millones de dólares del Congreso de los Estados Unidos a las Fuerzas Militares en razón de su práctica continúa de violaciones de derechos humanos, entre ellos, la paramilitar se conoció el miércoles 18 de abril. El recorte es parte de los 700 millones de dólares del desembolso del Plan Colombia. Este es el efecto de las implicaciones de un informe publicado por los Angeles Times en el que se indica que el General Mario Montoya estaría actuando con grupos de paramilitares en el caso de la Comuna 13 de Medellín en el 2002. Sin embargo, como siempre no se cree que lo ocurrido vaya a trascender, pues es la dilatación del desembolso por unas semanas más, generada por la bancada demócrata en su tensión con los republicanos, pues al final, la ayuda al mejor aliado y estudiante obediente se entregará. La cuestión es pragmática más que ética de derechos humanos.

Un día antes en el debate en el Congreso sobre el Paramilitarismo en Antioquia el Polo Democrático Alternativo vinculo la relación entre el entonces Gobernador Uribe y el paramilitarismo a través de las Cooperativas de Seguridad Convivir, así como la planeación y ejecución de actuaciones de tipo paramilitar en fincas de la familia Uribe. Petro hizo público lo que contienen decenas de casos y de hechos denunciados desde 1.996, y que se sostienen en testimonios y elementos probatorios que fueron desestimados por la Fiscalía de Luis Camilo Osorio. Este ha obrado como cabeza visible de la impunidad, que cobijo con sus actuaciones la ilegalidad del paramilitarismo como estrategia militar, política y económica del Estado y de sus representados en intereses privados sobre la tierra y otras ramas de la economía.

Durante casi dos horas, el Polo se centró en el desarrollo del paramilitarismo en Antioquia cuando Uribe era gobernador. A través de las Convivir se posibilitó la comisión de crímenes de Lesa humanidad y violaciones de derechos humanos en el Urabá antioqueño, una de las afirmaciones. La otra la participación del General ® Rito Alejo del Río en el desarrollo de la estrategia criminal en el Urabá antioqueño y el Bajo Atrato en el Chocó y su extraordinaria relación con Uribe La tercera, violaciones de derechos humanos ocurrida en fincas de propiedad de la familia Uribe Vélez, como La Carolina y La Guacharaca, donde fueron asesinados varias personas por grupos paramilitares, uno de ellos llamado los 12 apóstoles. Un cuarto elemento fue el relacionado con la masacre de Ituango en donde se uso un helicóptero de la Gobernación y en desarrollo de la cual se conoció la interceptación de un mensaje escrito de bee peer.

Al respecto El Tiempo en su editorial del 19 de abril manifestó que “era un aspecto central que los voceros del gobierno debían responder y no lo hicieron”(…) “En consecuencia las acusaciones de Petro contra Uribe por la autorización de las Convivir quedaron en el aire y pendientes de respuesta. Con la atención que ha puesto la comunidad internacional, y en particular, la mayoría demócrata del Congreso estadoudinense, sobre la evolución del tema de la parapolìtica”, mal haría el Gobierno en minimizar el impacto de estos debates. Basta ojear los titulares de la prensa internacional de ayer”

Y el tercer hecho la negativa de Al Gore, Vicepresidente de EU, y una de las figuras importantes de los demócratas, quién se negó a participar en un Foro en Miami al lado de Uribe el Viernes 20 de abril, expresando su objeción a estar sentado al lado de un mandatario seriamente cuestionado y quien debe dar explicaciones de sus actuaciones. Kreider vocero de Al Gore indicó que, “ las acusaciones que han surgido en el último mes y al comienzo de esta semana son profundamente preocupantes (…), él cree que si Uribe debe utilizar cada oportunidad que tenga para enfrentar estas acausaciones irresolutas pero, hasta que este serio capítulo de la historia no sea cerrado, Gore no creyó apropiado aparecer en el evento” Expresión que puede significar la tensión que se podría mantener con los demócratas si no existe una serie de “rectificaciones” del Gobierno de Uribe

Para enfrentar las situaciones de la semana, la estrategia gubernamental no logró los efectos deseados. Aunque desarrolló tácticas similares de consentimiento a las “masas” mediatizadas como en el pasado cuando Uribe se ha visto salpicado de cuando en vez de escándalos. Entre ellos los de los políticos del senado y de la cámara que lo apoyan vinculados con paramilitares; el nombramiento del ex Director del DAS, Rafael Noguera quién posibilitó el uso del organismo de inteligencia como fortalecimiento del paramilitarismo o el de su ministro de Hacienda que se apoyó y apoyó electoralmente a una mujer mando paramilitar en La Dorada, Caldas.

El punto de partida de la estrategia es el poder de la imagen visual y sonora, por eso se explica, más allá de las distancias parciales con el diario El Tiempo o la revista Semana, el que hayan sido excluidos de la rueda de prensa convocada por Uribe el jueves 19 de abril. Si bien El Tiempo cuestionó la ausencia de argumentos serios de defensa ante las apreciaciones del Polo, su exclusión como la de Semana no es solo una reacción a las publicaciones o cuestionamientos editoriales, es también parte de una estrategia mediática electrónica. La influencia es la imagen sonora y la imagen visual que llega a amplios públicos

Sobre la concatenación discursiva – respuesta a preguntas- se percibe que este es solo es un referencial de ideas.

Imagen – Idea sobre su bondad que ha sido principio de actuación de su vida familiar, de su ejercicio del poder. Idea que se sobredimensiona en ocasiones con apreciaciones que evaden el fondo, que se hacen en ciertos momentos inconexas, incoherentes y hasta contradictorias con su ser. Por eso afirmó Uribe en un foro académico en la costa Norte hablando de las transferencias de recursos, descalificó las afirmaciones del contradictor mostrándolo como delincuente: “Yo no habría sido guerrillero de calumnias sino de fusil. Eso de ser mediocre guerrillero y lucido calumniador dice muy mal de la personalidad de la guerrilla”

Imagen – Idea de seducción. Las realidades convertidas en intangibles que hacen sentir, que hacen experimentar como verdad la mentira. Yo cometo errores pero no delitos. Ha sido desmantelado el paramilitarismo. Sin embargo, evadió respuestas de fondo a las preguntas formuladas, Dio por descontado el haber cometido delitos y no acepto ningún error. A quién le formuló la pregunta, primero lo injurió acusándolo de ser crítico de él desde la gobernación y expresó: “por que me van a condenar sin escucharme. Aquí hay unos hechos contundentes. Reconozco que yo tengo que pedir perdón por errores pero no por delitos”. Nunca reconoció absolutamente nada de las sombras que lo rodean por los procesados en el escándalo de polìtica y paramilitarismo, por ejemplo.

Imagen – Idea de Víctima y Salvador. Sin aceptar error alguno, sin aceptar todo lo sombrío que lo rodea apeló a la patria, a los intereses de la nación asociados a él como sujeto, como salvador.

El despertar del nacionalismo encuentra el momento propicio para su desarrollo, pues ahora, además de atacar a la oposición en la lógica del terror se han ido haciendo transferencias del mismo tono a los miembros del senado demócrata de los Estados Unidos

Pero esta vez la imagen visual mostró el titubeo, los silencios profundos del que es atrapado mientras que rápidamente piensa como salirse, el que calcula lo que puede responderse, pero que en un instante pierde la mirada, pierde las fórmulas prefabricadas.

“Tengo pruebas de inteligencia militar y de policía de personas que dice: “Ya nos tiramos el Tratado de Libre Comercio (TLC) acusando al tal por cual de Uribe” Son congresistas (…) “No se cuidan tanto como creen”. Pregúntele a Peñate – Director del DAS-

Nuevamente atacó sin fondo pretendiendo cimentar la idea de una violencia igual o similar de ilegales. La estrategia de respuesta uribista frente a los cuestionamientos en el Congreso no fue al fondo de los asuntos. Y la rueda de prensa en apariencia, según las encuestas, favorable a Uribe en realidad mostró un colapso parcial, la serenidad perdida como nunca antes, desde que llamó a las “ONG testaferros de la guerrilla”, esta vez las respuestas se salieron del libreto. La imagen de Uribe está lacerada-

El arte de argumentar ha quedado relegado a la recurrencia a unas mismas ideas que se sostienen con una imagen de autoridad. La investigación penal ha quedado sometida al escrutinio público, se sanciona no sobre el Derecho si no sobre el consentimiento social.
Los tonos y las expresiones desmesuradas de cajón muestran al guerrero, al combatiente, al peleador, al despertador de emociones y de sensaciones. Bajo estas técnicas se ha ido tejiendo una realidad falseada, que se desmorona sobre realidades concretas del pasado y de hoy. Ya se deja ver, a pesar de las encuestas, del escepticismo y de la apatía de la sociedad en la política, del respaldo de los gremios de la producción a Uribe que hay miedos, que hay efectos reales de incredulidad ante tanta bondad y que algo infesta en el poder del gobierno.

La agenda de un acuerdo en torno a la verdad, propuesta por Petro no logra aglutinar problemas estructurales detrás de la estrategia paramilitar. Entre ellos la necesidad de una restitución de los derechos de las víctimas, entre ellos la territorial, que implicaría a las estructuras paramilitares y sus beneficiarios devolver las tierras usurpadas, lo que significaría negar una de las razones de su existencia. O reconocer con toda transparencia que la estrategia paramilitar fue construida en el escenario militar institucional como estrategia encubierta, lo que significaría una transformación de la filosofía y de las estructuras de las Fuerzas Militares y la Fuerza Pública en general. Y eso solo por nombrar dos aspectos

Este mal rato de Uribe, no parece llegar a trascender. Aún no hay una profunda interacción entre las realidades vividas de los de a pie, de los de abajo con los movimientos, con las organizaciones y las expresiones de oposición y disidencia. Lo que hoy pasa es más fuerza de las circunstancias temporales internacionales, en particular de EU y de un sector de los demócratas. Esta tensa situación dependerá de que el estudiante aplicado siga haciendo bien las tareas, como lo ordena “la ley y la moral” del imperio, los tiempos del mercado posmoderno.

Mientras tanto en los cascos urbanos en que habitan los excluidos, las regiones rurales donde se vive la guerra, seguirán experimentando la reingeniería paramilitar, la institucionalización de la participación civil en actuaciones militares ilegales, y la recomposición de las tàcticas de poder polìtico y económico, pues el paraestado continúa en construcción.

Adjunto artículos de El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Siglo, Revista Semana, Revista Cambio entre el miércoles 18 de abril y el lunes 23 de abril de 2007

EL TIEMPO

Abril 20 de 2007
Uribe decidió responder tras desplante de Al Gore
5 a.m. Uribe madrugó a y visitar algunos sitios del área incomunicada por la avalancha que trajo la erupción del nevado del Huila, en el Cauca. Allí anunció que en 8 días estará listo el primer puente nuevo.

8 p.m. Inauguró, con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y los ex presidentes Betancur y Samper, la Feria del Libro. Allí recitó un poema. Antes, había dado una rueda de prensa con Bachelet.
Durante 1 hora y 45 minutos respondió a las preguntas de los periodistas que habían quedado planteadas tras el debate del martes del senador Gustavo Petro. El Presidente negó rotundamente haber tenido o tener cualquier nexo con paramilitares.
El presidente Álvaro Uribe no había dado muestras de querer responder las acusaciones que le hizo el senador Gustavo Petro en el debate del martes sobre la ‘parapolítica’ en Antioquia.

A pesar de las críticas a la poco efectiva defensa hecha por sus escuderos (los ministros de Interior y de Transporte), el mandatario se mantuvo en silencio por 48 horas.

Pero ayer, de repente, a las 3:45 de la tarde, en la rueda de prensa con la presidenta Michelle Bachelet, de Chile, casi le arrebató la palabra a su colega y se despachó de tal manera contra sus adversarios y contra los que él calificó como “políticos que quieren el triunfo guerrillero” que hasta se le oyó temblar la voz.

Y, de paso, anunció una ofensiva en televisión, en Colombia y en el mundo, para responder las acusaciones por su supuesto favoritismo hacia los paramilitares.

¿Por qué ese abrupto cambio de parecer?

Decidió salir a responder por el impacto que, en solo dos días, tuvo el debate del senador Gustavo Petro en Estados Unidos. Y en particular, porque minutos antes de su cita con Bachelet había recibido una mala noticia: el ex vicepresidente de E.U. Al Gore, muy popular por su lucha contra el calentamiento global, había decidido cancelar su participación en un foro hoy en Miami porque, dijo, no quería estar al lado del presidente Uribe.

El mismo jefe de Estado se encargó de dar la mala nueva. A las 9:30 de la noche, cuando inició su alocución por televisión, le contó al país: “Me llamaron esta tarde a decirme que desde la oficina del ex vicepresidente Al Gore de Estados Unidos, habían informado que no asistiría al foro porque no podía compartir con el presidente de Colombia, después de los debates en contra de la familia Uribe Vélez y contra el Presidente”.

El mandatario agregó que saldrá hoy a las 5 de la mañana para Miami para responder a los periodistas de allá “por estas implicaciones internacionales que ponen en riesgo, superiores intereses del país”.

Durante 105 minutos, con transmisión por radio y todos los canales de TV, habló de todos los temas que planteó Petro en su debate.

Negó rotundamente haber tenido o tener cualquier tipo de contacto con paramilitares. Explicó el historial de las fincas de su familia que Petro relacionó con escuadrones de la muerte. Negó el uso del helicóptero de la gobernación durante la masacre del Aro en Antioquia (octubre de 1997). Defendió a los miembros de su familia cuestionados por el senador, así como a su primo Mario Uribe, quien según dijo el mandatario en la respuesta estaba siendo cuestionado por acudir a paramilitares para apropiarse de tierras.

De otro lado, también admitió asuntos delicados como por ejemplo haber expedido, como gobernador, la personería jurídica a una convivir en la que aparecía el hoy jefe paramilitar desmovilizado ‘Chepe’ Barrera.

Así mismo dejó implícito que el DAS le está seguimiento a congresistas que están en contra del TLC. Al respecto Uribe dijo:
“Tengo pruebas de inteligencia militar y de Policía de personas que dicen: ‘Ya nos tiramos el Tratado en E.U. acusando al tal por cual de Uribe'”. “Las coincidencias es que muchos de los críticos que han ido allá son adversarios aquí del TLC, pero no voy a hacer alusiones personales (…) Son congresistas (…) pregúntenle al doctor Peñate (…) es que proceden muy evidentemente, no se cuidan tanto como creen cuidarse”.

Los siguientes son algunos apartes de sus respuestas a las preguntas más sensibles.

‘Tocaron las fibras del país’

Néstor Morales le preguntó: “EL TIEMPO que no es precisamente un periódico antiuribista tituló ayer ‘Petro tocó las fibras de la familia del Presidente’. ¿Se siente tocado? ¿Qué respuesta tiene las acusaciones sobre Guacharacas o La Carolina, fincas donde su familia ha tenido propiedad?”

Uribe respondió: “Fue suficiente que como Gobernador electo dijera que había que apoyar a las Convivir, para que el único tratamiento que me dieran mis críticos es el de paramilitar. Las fibras íntimas han sido siempre afectadas. Pero ese no es el motivo de reacción (…) esta reacción de hoy es porque están afectadas las fibras del interés nacional”.

Convivir de ‘Chepe Barrera’

Cuando un periodista le dijo que por qué no tenía hidalguía y reconocía algunos aciertos del debate de Petro, Uribe dijo: “La hidalguía se destruye con la calumnia. Miremos lo de las Convivir: las apoyé con el mismo criterio con el que he adoptado que Colombia tenga cerca de 4 millones de cooperantes. Calumnias como que las Convivir nacieron con Uribe es falso. Yo no me las inventé; en Antioquia hubo el 10 por ciento del total, el paramilitarismo antecedió más de 10 años a las Convivir. Una acusación es que le di una Convivir al señor ‘Chepe Barrera’, acepto la responsabilidad de promoverlas y defenderlas (…)
Expedí la personería jurídica, pero era la Supervigilancia quien tenía que dar la licencia de funcionamiento. Ahora parece que el señor ‘Chepe Barrera’ (pertenecía a una de ellas), desmovilizado que está indultado y verificamos y es cierto (…) El concepto de la Brigada sobre sus integrantes fue previo y cancelé esa y muchas otras Convivir (…) A ‘Chepe Barrera’ se le indultó por rebelión porque no se le han encontrado delitos diferentes”.

Helicóptero y beeper en El Aro

Sobre la presencia de un helicóptero de la Gobernación de Antioquia cuando ocurría la masacre del Aro (confesado por el jefe ‘para’ Salvatore Mancuso) y un mensaje al beeper de un ‘para’ que hacía de contacto de esta masacre en el que se decía: “Te recuerdo llamar al Gobernador. Preséntame y que yo lo visito en la tarde”. Uribe respondió: “Esto hay que ponerlo en el contexto de un país que vivió muchas décadas en poder de unas guerrillas que penetraban las universidades, la política, que criticaban el narcotráfico y también servían de sicarios del narcotráfico. Y terminaron financiándose del narcotráfico. Y vivió el país el abandono de las regiones, la gente martirizada por esa guerrilla y surgió el paramilitarismo y entró a competir con crueldad con la guerrilla.

“¿Sabe qué era esa región de El Aro? Una de las típicas de abandono del Estado en la que en mis casi 55 años, es la primera vez que hay una presencia permanente. Ocurre esa masacre, una de las tantas que viví. Todas denunciadas por mí como gobernador. Porque algo que se insinuó era que yo había sido omisivo frente a los paramilitares. ¡Al primer gobernador de Colombia que se le exigen responsabilidades en el orden público y qué bueno comprobar ahora, 12 años después cómo procedimos con toda la diligencia y la imparcialidad!

La Gobernación tiene dos helicópteros: uno dedicado a salud y otro al servicio del gobernador (…) Se lleva una bitácora de todos los viajes. El día antes de irme de la gobernación, que fui a despedirme de mi madre porque me iba para Oxford, me dijeron que no me iba a dejar vivo la guerrilla, que me fuera en el helicóptero, yo dije que no porque era una diligencia personal. Eso se manejó con toda la pureza, para que se venga ahora a involucrar los helicópteros de la gobernación en una masacre, cuando ese helicóptero de salud de la gobernación ha sido el médico de las comunidades más apartadas.

Investiguen en la gobernación con los gobernadores que me antecedieron y con los que me sucedieron. ¿Ahora qué se ha sabido? Que tanto guerrilla como paramilitares tenían transporte aéreo.

Ese cargo es un cargo miserable. Simplemente hagan una investigación periodística sobre los helicópteros de la gobernación de Antioquia.

“(El mensaje de beeper) lo exhiben como una prueba contra mí. ¿Quién puede ser el Gobernador, a cuántos se les dice Gobernador en el lenguaje de la delincuencia? Yo no recibí una sola llamada en la Gobernación para asuntos paramilitares.

Su hermano y su primo Mario

“Mi hermano Santiago es un hombre muy buena persona. Algún candidato a la Presidencia dijo que había que empezar la reforma agraria con él porque tenía más de 200.000 hectáreas, tiene menos de 300. Fue muy buen hijo, compañero inmejorable de mi madre. Buen hermano, buen esposo”.

“Esculcarle la votación a Mario Uribe es fácil. Yo no creo que el senador hijo de un tío abuelo mío tenga esas inclinaciones de que lo acusan de usar paramilitares para comprar un pedazo de tierra”.

Allegados en líos de ‘parapolítica’

Uribe dijo: “¿Ha visto alguna obstrucción del Gobierno a la justicia o un apoyo total? Creo que ha visto lo segundo. La política de Seguridad Democrática ha estimulado que se diga la verdad, se han creado condiciones jurídicas para que (…) la gente no tenga miedo de decir la verdad”.

La Carolina y Guacharacas

Sobre las fincas familiares enredadas con ‘paras’, según Petro, Uribe respondió: “En el 98 me llaman a la fiscalía. Me dicen que yo había mandado a matar a unas personas en esa región de Guacharacas y me dicen que era que un preso en una cárcel del Valle del Cauca les escribió (…) Ahora veo que las acusaciones de Guacharacas son contra mi hermano Santiago. Mientras la familia estuvo en esa finca los asesinatos que allí se dieron fue el de mi padre, en el 83 y de este trabajador de la finca, por allá en el año 95, 96. Mi familia se retira de allá (desde el asesinato del trabajador)”.

“El 22 de agosto de 1994, antes de ser Gobernador, fue asesinado el mayoral de La Carolina por las Farc. Ya le habían hecho un intento de asesinato y en la reacción murió uno de los bandidos (un señor Varela). Esos son los dos casos de asesinato.
En 1994, ONG fueron a esa región a buscar pruebas para acusar a Álvaro Uribe (…) conocí todas las acusaciones por rabia contra mí, por enemistad política. La versión libre de Santiago es del año 1996 y hay un auto inhibitorio en 1999”.

Impacto en E.U.

Ellos verán si le creen a la calumnia de que es un Gobierno paramilitar o a los hechos de un Gobierno que ha desmontado el paramilitarismo. (…) Es fácil investigar. Cuánto han mejorado las garantías para la oposición (…) para el ejercicio político y periodístico, hay seguridad para los sindicalistas (…) por qué me van a condenar sin escucharme. Aquí hay unos hechos contundentes (…) Yo tengo que pedir perdón por errores, pero no por delitos (…)

La defensa de Uribe
“(…) Por qué me van a condenar sin escucharme. Aquí hay unos hechos contundentes (…) Reconozco que yo tengo que pedir perdón por errores, pero no por delitos”.
TLC y seguimientos
“Tengo pruebas de inteligencia militar y
de Policía de personas que dicen: ‘Ya nos tiramos el Tratado
(TLC) acusando al tal por cual de Uribe’ (…) Son congresistas (…) No se cuidan tanto como creen”.
¿Que tanto pesa el ex vice Al Gore?
El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore se negó a compartir hoy la mesa con Álvaro Uribe en el ‘Green Forum’, un evento sobre medio ambiente organizado por la revista ‘Poder’, que analiza en Miami el impacto en Latinoamérica del cambio climático y al que asisten científicos y políticos.

Gore, quien era el conferencista estelar, es la personalidad más importante de E.U. que ha tomado una posición de abierto rechazo al mandatario colombiano.

Se trata de un antiguo socio político de Bill Clinton (hoy cercano a Uribe), pero también un gran enemigo de George W. Bush ( muy amigo de Uribe), con quien, tras el polémico conteo de votos en la Florida, terminó perdiendo la Presidencia en el 2000.

Gore es uno de los líderes de opinión más importantes de E.U. en la actualidad, gracias a su dominio de los temas ambientales. Su película ‘Una verdad incómoda’ ha tenido un gran eco mundial y ganó dos premios Oscar. La cinta puso al político demócrata de Tennessee de nuevo en el escenario de los posibles aspirantes a gobernar desde la Casa Blanca. Hoy no se descarta que su nombre sea lanzado para la nominación demócrata.

El editor en jefe de ‘Poder’ es el periodista colombiano Isaac Lee y hay muchos personajes colombianos invitados al foro.
http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/politica/2007-04-20/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3521434.html
Abril 22 de 2007
Desplante de Al Gore anuncia graves repercusiones y es signo de que se avecinan tiempos difíciles
De las figuras que hay en el Partido Demócrata -excepto Clinton-, él es el más respetado y sus palabras tienen mucho eco en la bancada que controla el Congreso y le apunta a la Casa Blanca en 2008.
Y si por alguna razón quedaban demócratas que no se habían percatado del escándalo de la ‘parapolítica’ en Colombia, ya no hay dudas de que desde ahora el tema estará en su radar.
Pero lo más sorprendente de esta historia es que pudo ser evitada. Gore, de hecho, solo decidió producir un comunicado sobre el espinoso asunto el viernes, tras enterarse de que Uribe lo había anunciado la noche anterior y ante la avalancha de preguntas de la prensa.
Lo cierto es que se dio y en un momento crítico: justo cuando los demócratas se preparan para decidir si apoyan el avance del TLC en el Congreso y el monto de los fondos que E.U. dará a Colombia para el año entrante.
Queda claro también que si Gore se lanza a la Presidencia y resulta electo en los comicios del año entrante, las relaciones con Colombia partirían del punto más bajo en una década.
En la mitad del juego electoral
Robert Gelbard, sub secretario de Estado de Clinton, dice que quedó “en shock con las declaraciones de Gore”. “Me parece un poco injusto porque Uribe ha hecho un gran trabajo y no se le está dando el crédito. Existen preocupaciones por la penetración del paramilitarismo en las esferas del gobierno y la política, pero Uribe está dando la cara”.
Gelbard advierte que buena parte del problema es que Colombia ha quedado en la mitad de la puja partidista entre republicanos y demócratas: “El tema colombiano, la lucha contra las drogas, el TLC, son vistos como parte de la agenda republicana y torpedearlos suma puntos para el Partido Demócrata en su carrera por mantener el control del Congreso y recuperar la Casa Blanca”.
Y en ese contexto, la ‘parapolítica’ representa los centavos que le faltan al peso. Hay rumores de que los demócratas están decididos a bloquear el TLC. La idea sería pasar los tratados de Perú y Panamá, pero tumbar el de Colombia.
“El mensaje es ‘sí al comercio, pero no a cualquier precio’. No con un país en el que se asesina a sindicalistas y donde algunos dirigentes están con los grupos paramilitares”, dice una fuente.
Funcionarios del gobierno, de hecho, están convencidos de que las explicaciones que vienen dando sobre la ‘parapolítica’ o defensa del TLC caen en ‘oídos sordos’ pues los demócratas están considerando esos temas a la luz de sus intereses partidistas y no en si son buenos para relaciones entre ambos países.
Incluso, hay quienes consideran que ha resultado más efectivo el cabildeo que ha venido haciendo la oposición al gobierno Uribe desde noviembre del año pasado, cuando el Partido Demócrata logró la mayoría en el Congreso.
Desde entonces hasta esta parte, Jorge Robledo y Gustavo Petro, del Polo Democrático, y centrales obreras como la CUT, han tenido audiencias con importantes figuras en Washington.
Para los voceros del partido, no obstante, el tema es mucho más trascendental. “Nuestras preocupaciones por los nexos entre militares y políticos con el paramilitarismo son reales”, dice Tim Rieser, asesor del senador Patrick Leahy. La oficina del congresista demócrata ordenó esta semana el bloqueo de 55,2 millones de dólares para las Fuerzas Militares, mientras revisa con detalle la certificación en derechos humanos que el Departamento de Estado le dio a Colombia hace dos semanas.
La peor semana de Uribe
Esa decisión y, sobre todo, la noticia de Gore, coronaron la que podría ser la peor semana para el gobierno Uribe en los Estados Unidos.
Pero hubo más. Por un lado, el influyente Washington Post recogió algunas de las acusaciones del senador Petro en el debate sobre la ‘parapolítica’ en Antioquia. Estas acusaciones fueron mencionadas indirectamente por Gore como razón para cancelar su participación en el foro de la Revista Poder. Además se conoció la revocación de la visa a E.U. de Jorge Noguera, uno de los hombres más cercanos al Presidente.
Todo a una semana de que Uribe llegue a Washington para una gira de tres días en la que su principal frente de acción será el Congreso. Será una buena oportunidad para que el propio Uribe se defienda ante la avalancha de críticas. Pero no será algo fácil.
Se dice, por ejemplo, que la presidente del Congreso, Nancy Pelosi, rechazaría una cita que se le ha pedido. Y se sabe que el Aflcio, sindicato más grande del país, le ha negado ya dos solicitudes de entrevista alegando “problemas para cuadrar la agenda”.
Uribe tiene varias cartas para jugarse: Bush todavía tiene año y medio y le sigue dando respaldo. Y pasa lo mismo con la clase empresarial, a la que le interesa el TLC.
Además, Colombia seguirá siendo, con demócratas o republicanos, clave para los intereses estratégicos de E.U.
Lo cierto es que el ambiente para Uribe, parodiando a Gore, se está calentando.
La agenda del ex vice de los E.U.
Gore es hoy por hoy el rostro en la lucha contra el calentamiento global y la preservación del medio ambiente. Además tiene fuertes raíces en la izquierda del Partido Demócrata, representada por movimientos sindicales. La política de fumigación contra los cultivos ilícitos en Colombia y la violencia contra sindicalistas, a pesar de que ha bajado dramáticamente desde el 2002, poco cuadrarían con ese perfil.
Un paralelo
El desplante de Al Gore, que canceló su presencia en un evento en Miami para evitar compartir escenario con el presidente Álvaro Uribe, por un breve instante hizo recordar a algunos en Bogotá y Washington los difíciles momentos del gobierno de Ernesto Samper en el proceso 8.000.
Pero fue solo por un momento, pues las distancias entre las dos situaciones son grandes. En esa ocasión era un gobierno -el de Clinton- quien daba la espalda al Presidente, y buena parte de un país -Colombia- aplaudía el gesto.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
Abril 17 de 2007
Acusó a Uribe de autorizar Convivir a dos jefes ‘paras’
Dos de las denuncias más importantes del senador Gustavo Petro tuvieron que ver precisamente con las Convivir, tema que aunque polémico se consideraba agotado si se tiene en cuenta que fueron creadas en Antioquia al amparo legal de un decreto del Gobierno Nacional y que se ha hablado innumerables veces de los excesos que cometieron.
Dos de las denuncias más importantes del senador Gustavo Petro tuvieron que ver precisamente con las Convivir, tema que aunque polémico se consideraba agotado si se tiene en cuenta que fueron creadas al amparo de un decreto del gobierno de César Gaviria y que se ha hablado innumerables veces de los excesos que cometieron.

La más grave fue la revelación según la cual dos de los hoy conocidos como poderosos jefes paramilitares recibieron autorización del entonces gobernador Álvaro Uribe para crear esas asociaciones.

Fueron, de acuerdo con la denuncia, ‘Julián Bolívar’, para la Convivir Deyavane, que existió en Yarumal (norte de Antioquia), y ‘Chepe Barrera’, para Siete Cueros, que actuó en La Ceja (oriente).

No es claro si para la época las autoridades los investigaban ya por narcotráfico.

Al responder las acusaciones, el ministro del Interior, Carlos Holguín, recordó que Uribe, al posesionarse como gobernador, presentó ante la Asamblea del departamento su política de seguridad, que incluía las Convivir.

Otros jefes de las autodefensas fueron mencionados por Petro como miembros de estas asociaciones.

Habló de Salvatore Mancuso, que pertenecía a las Convivir Horizonte y Guaymaral; de ‘Monoleche’, que hacía parte de Abibe; de ‘Cadena’, que integraba Nuevo Amanecer; de Salomón Feris Chadid, alias ’08’, de Orden y Desarrollo, y de Juancho Prada, de Los Arrayanes.

También mencionó al esposo de ‘La Gata, Héctor Julio Alfonso, de Esperanza Futura, y al hijo de ella Jorge Luis Alfonso, de Orden y Desarrollo.

Estas asociaciones fueron creadas entre 1994 y 1996, y si bien para ese entonces los nombrados no eran conocidos como ‘paras’, al menos Mancuso y ‘Chepe Barrera’ actuaban como miembros de autodefensas. El primero, al lado del desaparecido Carlos Castaño en las de Córdoba y Urabá, y ‘Chepe Barrera’, en los Llanos. Precisamente llama la atención que este ‘para’ hoy prófugo haya creado una Convivir en Antioquia.

¿Recompensa a ‘paras’?

Por otro lado sorprendió la afirmación de Petro según la cual la aprobación de estas asociaciones fue “una recompensa” de Gaviria a los paramilitares porque ayudaron con información para dar de baja a Pablo Escobar.

El argumento, sin embargo, pareció más una interpretación personal. Se basó en que el decreto que dio vida a las Convivir se expidió solo dos meses después (febrero del 94) de que las autoridades dieron muerte a Escobar en Medellín.

Los paramilitares autorizados
‘Chepe Barrera’, con Siete Cueros, de La Ceja.
‘Julián Bolívar’, con Deyavane, de Yarumal.
Gobierno dice que fue un ‘novelón’ de Petro
Las primeras voces que se escucharon ayer en defensa del Gobierno tras la exposición del senador Gustavo Petro calificaron las declaraciones del congresista como un “novelón” y como una historia llena de “falsedades”.

El ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, fue el primero en ripostar y señaló que la aseveración de Petro en el sentido que la finca Guacharacas era un fortín de los ‘paras’ no tiene sentido debido a que sus propietarios de ese entonces, los Uribe Vélez, tuvieron que salir de ella porque la guerrilla la quemó, asesinó a su mayordomo y porque habían intentado secuestrar dos veces a Santiago Uribe, hermano del Presidente.

“Hacer ese señalamiento sobre Guacharacas es un novelón”, agregó.

En ese misma finca, que fue vendida por los Uribe en 1997, murió asesinado por la guerrilla el papá del Presidente a comienzos de los 80.

Holguín también dijo que frente a las fuentes utilizadas por Petro, entre las cuales destacó la revelación de piezas procesales, el Gobierno llegaba al debate en condiciones de inferioridad: “Porque una de dos, o no están fallados (los procesos) y entonces están bajo la reserva del sumario y han sido filtrados a un senador para que abusando de su inviolabilidad de parlamentario, los use aquí”.

El Ministro también reveló que solo 38 personas que hicieron parte de las Convivir tienen antecedentes y que 6 tuvieron como representantes a ‘paras’, hoy desmovilizados.

A Holguín lo reforzó el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego. Él dijo que cuando Uribe entregó la gobernación quedaron activas 49 convivir, 16 inactivas y 11 canceladas por investigaciones que este ordenó. Dijo que tenían 1.198 radios, 20 vehículos, 24 motos y 47 armas.

También dijo que la familia Uribe siempre da la cara y no busca resolver los problemas por tercera mano.

Los otros espadachines

Así mismo, cerraron filas en torno al Gobierno, entre otros, los congresistas uribistas Óscar Darío Pérez, Adriana Gutiérrez y Gina Parody, quienes cuestionaron el pasado guerrillero de Petro.

De otro lado, el consejero presidencial José Obdulio Gaviria rechazó los términos utilizados por el senador durante el debate. “No recuerdo una exposición parlamentaria tan deshilvanada, más tortuosa y llena de falsedades como la que acabo de oír”, dijo en diálogo con este diario.
A Petro le comen cuento en la Fiscalía, en los estrados, en los medios; le comen cuento en ese imperialismo del cual el raja aquí de manera permanente”.
Carlos Holguín Sardi, ministro del Interior y de Justicia.
“Hombres de esos (como Uribe) no necesitan sicarios, no se amparan en fusiles de bandidos, sino que salen siempre a defender su honra de hombres de bien”.
Andrés Uriel Gallego, ministro de Transporte en el debate.
Otros que recibieron ‘dardos’ de Petro
Valencia Cossio se defiende
Gustavo Petro aseguró que en 1995 el hoy consejero presidencial, Fabio Valencia Cossio, solicitó la mediación del ex jefe paramilitar, Ramón Isaza, para que algunos concejales de su zona de influencia lo apoyaran en la convención conservadora de 1995.

Valencia Cossio respondió de inmediato los cargos a través de una comunicáción en la que dijo que, desde el momento en que se divulgó ese documento, puso el hecho en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación para que averiguara su veracidad, el origen, su difusión y el contenido de la misma.

Valencia aseguró que Petro solo hace uso de parte de la verdad para convertirla en mentira.

General Castiblanco niega citas
Gustavo Petro dijo que el General Daniel Ernesto Castiblanco, actual comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, se reunía con Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Víctor CarranzA, Ramón Isaza y alias ‘Ariel Otero’.

Castiblanco ofreció una conferencia de prensa para desmentir los cargos. “Para la época en que yo era comandante de la Policía en Puerto Boyacá, Pablo Escobar se encontraba preso y Rodríguez Gacha, ya había muerto. Por esa razón son infundadas las declaraciones del senador Petro. Con el único paramilitar con el que he tenido contacto fue con alias ‘Ariel Otero’, durante el proceso de desmovilización del Magdalena Medio”, dijo.
Acusó al general (r) Rito A. Del Río
Al general (r) Rito Alejo del Río, ex comandante de la Brigada XVII en Urabá, la Fiscalía de Luis Camilo Osorio le precluyó un proceso por paramilitarismo.

Petro mencionó la versión de un soldado que habló de supuestas reuniones en la brigada de Carepa con miembros de las Auc y que dice que “Rito era asesor de Carlos Castaño”.

Según el senador, un capitán de la Policía acusó al general, en una versión ante la Embajada de los E.U., de “colaborar directamente con los ‘paras'”.

Y mostró informes que lo vincularían con un supuesto tráfico de armas de Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’ en 1985.
Del Río preparaba anoche una respuesta.

Señala al ‘sucesor’ de Pablo Escobar
Petro reveló el informe de inteligencia 004, incluido en el proceso 34986, de enero de 1999, contra Gustaque Upegui (asesinado este año). En él se dice que era el nuevo amo del cartel de Medellín. Le seguía Bernardo Valencia Ramírez, también ‘para’, y Ricardo Londoño, dueño de Kia Motors, Sisfatá y Marina Hotels.
Después estaban Hugo Albeiro, poderoso ‘para’ de Bello, y Rafael Vélez. Petro dice que todos desaparecieron, menos Hugo Albeiro.
Y se pregunta si se trata del mismo empresario que movilizó personas en un reciente homenaje. Es decir, Petro se refiere a Hugo Albeiro Quintero, dueño de Bellanita de Transporte quien niega tajantemente vínculos con ‘paras’.

La foto de Santiago Uribe con Fabio Ochoa
Santiago Uribe, el hermano del presidente Álvaro Uribe, fue mencionado una y otra vez por el senador Gustavo Petro en el debate sobre el paramilitarismo en Antioquia.

El senador reveló una foto de 1985 en la que aparecen Santiago Uribe, el extraditado narco Fabio Ochoa y varias personas más.
Para la época, dijo Petro, se conocían los nexos de Ochoa con la mafia.

Sobre la foto, Santiago Uribe dijo anoche que no era un secreto que su padre, Alberto Uribe, y los Ochoa crecieron juntos y negociaban con caballos: “Me tomé fotos con mucha gente, pero no clandestinas sino públicas”. “Esos debates no son contra mí sino contra el Presidente”, agregó.

Petro volvió sobre la investigación que la Fiscalía cerró contra Santiago Uribe por el caso de los ‘Doce Apóstoles’, grupo de limpieza social que entre 1993 y 1994 asesinó a 50 personas en Yarumal.

En ese proceso se mencionó como base del grupo una finca, La Carolina, en la que la Sociedad Uribe Vélez, conformada por varios miembros de la familia del Presidente, tuvo participación.

Petro reveló el caso de un soldado, testigo contra el general Rito Alejo Del Río y que en el 2005, según su papá, fue asesinado por ‘paras’ desmovilizados que “habitaban en La Carolina”. Esa finca, dijo Petro, “está en liquidación y el liquidador es Santiago Uribe”.

También mostró un testimonio de un ex ‘para’ que dijo que en la finca Guacharacas, también de Santiago Uribe, “fueron ejecutados unos financieros del Eln y las Farc”. Allí, según el testigo, tenían base “unos 40 ‘paras’ “.

Sobre Guacharacas, el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, dijo en el debate que “a lo mejor el doctor Uribe, sin darse cuenta cuando fue gobernador, permitió que a su finca llegara esa Convivir”. Se refería a la Convivir llamada Cóndor, que fue cuestionada por Petro.

Santiago Uribe dijo que si alguien quiere saber de las fincas La Carolina y Guacharacas, donde asesinaron a su padre, que investigue: “No les voy a dar todo masticadito”.

Petro mencionó la desaparición de Jorge Iván Alarcón y Édgar A. Monsalve, en la que estaría comprometido el grupo Los R-15, del que, dijo, Santiago Uribe hacía parte.

Y agregó que, luego, la hermana de uno de ellos desapareció cuando formaba parte de Asfaddes. Por interceptaciones ilegales a esa ONG, recordó Petro, fue destituido el coronel Mauricio Santoyo, quien fue jefe de seguridad de Palacio.
Dos menciones directas salpican al Presidente

El beeper de Soto:

El 30 abril de 1998, las autoridades capturaron a Jacinto Alberto Soto Toro, ‘Lucas’, señalado jefe de finanzas de la organización de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso.

El hombre se encontraba en el parqueadero Padilla, en Medellín, en compañía de dos secretarias, que le ayudaban a destruir documentos sobre la organización financiera de las Auc, incluida la contabilidad de la fundación Funpazcor, a través de la cual se canalizaban dineros para varios bloques de las Auc.

En el beeper de Soto Toro se rastrearon decenas de mensajes incluido uno eviado días antes de la masacre en el corregimiento de El Aro, Ituango, en octubre de 1997.

En el mensaje le piden a ‘Lucas’ llamar urgente a Ituángo y más tarde le informan: “Esto es un mierdero”.

Un mes antes -el 15 de septiembre de 1997-, Soto Toro había recibido un mensaje que decía: “Te recuerdo llamar al Gobernador. Presénteme y que yo lo visito en la tarde”. En esa época -resalta Petro- el gobernador de Antioquia era el Álvaro Uribe.

Un helicóptero amarillo:

Francisco Enrique Villalba, alias Cristian Barreto’, uno de los ‘paras’ que participó en la masacre de El Aro, asegura que dos helicópteros sobrevolaban el área mientras ellos asesinaban a los 15 campesinos: uno de los aparatos era amarillo, dijo.

Y enn una de sus confesiones ante la Fiscalía General, el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso también habla de helicópteros en El Aro. Según Mancuso, uno era del Ejército; en otro huyó ‘Iván Márquez’, de las Farc; y el tercero era el amarillo.

Mancuso dice que era el aparato de la Gobernación y justifica su presencia en el hecho de que era época preelectoral y podían estar controlando el orden público. Petro no se explica cómo, si la masacre duró 4 días, los tripulantes del helicóptero no hicieron nada.

En el debate, ningún congresista uribista ni ningun ministro se refirieron a estos temas.
(…)Te recuerdo llamar al Gobernador. Preséntame y que yo lo visito en la tarde”.
Dice uno de los mensajes del beeper del ‘para’ Jacinto Soto Toro.

Abril 18 de 2007
Uribe, sin nombrarlo, le respondió duro a Petro
El presidente Uribe, en su discurso ante el auditorio de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
El Presidente, aunque no mencionó al senador Petro de manera explícita, volvió a hacer referencia a su paso por la guerrilla, pero esta vez lo calificó de ‘guerrillero mediocre y lucido calumniador’.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, respondió, de forma indirecta y sin mencionar nombres, a las acusaciones del senador Gustavo Petro, formuladas durante el debate sobre la ‘parapolítica’ en Antioquia desarrollado en el Congreso el pasado martes.

El Mandatario aseguró: “Yo estaría bien preparado para la guerrilla porque leí con mucho juicio a Mao Tse Tung y a Marx. Además habría sido buen guerrillero, porque no habría sido guerrillero de calumnias sino de fusil. Habría sido exitoso militarmente, no protagonista de calumnias. Eso de ser mediocre guerrillero y lucido calumniador dice muy mal de la personalidad de la guerrilla”.

Las declaraciones fueron dadas por el presidente Uribe de manera espóntanea mientras hablaba con varios estudiantes y profesores en el marco de un conversatorio sobre el proyecto de la Ley de Transferencias, que se llevó a cabo en la Universidad Tecnológica de Bolívar, sede Ternera.

La respuesta del Presidente se sumó a la reacción de su hermano Santiago, uno de los principales blancos de las acusaciones de Petro, quien ayer, a través de la página web de la Presidencia, emitió un comunicado en el que desmintió la versión de Petro.

“Me siento orgulloso y nunca me avergonzaré de haber recibido de mi padre el ejemplo de no dejarse maltratar voluntariamente de nadie y en especial de ninguna clase de bandidos”, reza el comunicado de Santiago que termina pidiéndole a Petro que presente ante la justicia las pruebas que tiene de que desde la finca La Carolina se planearon acciones de paramilitares.

Esa mención a la finca de la familia del presidente Uribe fue precisamente la que recogió The Washington Post en el títular de su registro del debate de Petro.

En todo caso, ayer la pregunta en los pasillos del Congreso seguía siendo qué tanto logró golpear al Presidente el senador Petro con su debate.Y como era de esperarse las opiniones estaban divididas.

Como ya es costumbre en los debates de la ‘parapolítica’, los aliados de Uribe trataron de minimizar los ataques y cuestionamientos con el argumento de que lo presentado fue un ‘refrito’.

La oposición, en cambio, gozó, y dijo que el Gobierno se vio ‘a gatas’ para defenderse, pues esperaba que Petro atacara a los congresistas y no directamente al Presidente.

En este escenario, es difícil definir quién fue el ganador. “Se esperaba algo mejor. ¿Qué hubo de nuevo?”, preguntó el conservador Eduardo Enríquez Maya.

Pero a la hora de hablar sobre quién resultó afectado con las nueve horas de discusiones, algunos uribistas admitieron que la imagen de Uribe y la del país se verán seriamente afectadas ante la comunidad internacional.

“Afectó al Presidente y al país. Internacionalmente quedó la imagen de que Uribe le aprobó las Convivir a Mancuso y a Enilce López, cuando eso no es cierto”, dijo Óscar Darío Pérez.

“Petro fue muy hábil en la estrategia previa. Hizo creer que se iba a meter con empresarios y políticos de Antioquia y en el debate atacó directamente al Presidente. Los cogió con los calzones abajo”, dijo Juan Fernando Cristo, del Partido Liberal.

Otros vieron con reservas la forma como armó su debate. “Sus ataques fueron un resumen de procesos que no sabemos si ya fueron precluidos, fallados o declarados como inhibitorios y tampoco sabemos cómo tuvo acceso a ellos”, insistió Pérez.

“Esa cascada de piezas procesales le quitaron colorido a su capacidad dialéctica”, añadió Enríquez Maya.
Sobre sus lecturas de Mao Tse Tung y Carlos Marx
“Yo estaría bien preparado para la guerrilla porque leí con mucho juicio a Mao Tse Tung y a Marx. Además habría sido buen guerrillero”.

“No habría sido guerrillero de calumnias sino de fusil. Eso de ser mediocre guerrillero y lucido calumniador dice muy mal de la guerrilla”.
Álvaro Uribe, presidente de Colombia.
‘Julián Bolívar’ no era socio de Convivir
El superintendente de Vigilancia y Seguridad Privada, Felipe Muñoz, en un comunicado señaló ayer que el jefe paramilitar conocido como ‘Julián Bolívar’ nunca fue autorizado por el presidente Álvaro Uribe para que fuera socio de la Convivir ‘Deyavanc’, como lo aseguró el senador Gustavo Petro el martes en el Congreso. Así mismo, dice que es falso que las Convivir ‘Horizonte’ de Salvatore Mancuso y ‘Porvenir’ de José María Polo las haya autorizado el entonces gobernador Álvaro Uribe.
Propuesta de acuerdo por la verdad abre debate
La propuesta de un acuerdo nacional por la verdad, con la que concluyó su intervención en el debate del martes el senador del Polo Gustavo Petro, abrió un debate sobre el siguiente paso que la dirigencia política debe dar ante el escándalo de la ‘parapolítica’.

La propuesta incluye la realización de constituyentes locales para debatir temas como el “desmantelamiento del régimen clientelista, la democratización de la tierra y beneficios jurídicos generalizados a cambio de verdad plena”.

“Todas las propuestas de paz, vengan de donde vengan”, deben ser consideradas, dijo el vocero del conservatismo en la Cámara, Carlos Alberto Zuluaga, mientras que su colega y copartidario, Jorge Gerleín, añadió: “Por la paz, lo que se haga está bien”.

Entre tanto, el vocero del Partido Liberal en la Cámara, Guillermo Rivera, dijo que les suena interesante, pero que hay que precisar algunos puntos.

Pero la iniciativa de Petro recibió un apoyo inesperado. El de los ex jefes ‘paras’ recluidos en Itagüí. “Nos sumamos a la propuesta que usted hace en nombre del PDA y lo acompañamos”, dijeron en un comunicado firmado, entre otros, por Salvatore Mancuso, ‘Macaco’ y ‘Jorge 40’.

Los diálogos regionales han sido una propuesta de vieja data del Eln. Esa guerrilla, a través de Nicolás Rodríguez y Antonio García, en el 2003, esbozó la idea, dirigida a autoridades regionales, con el acompañamiento de la Iglesia, pero el Gobierno en su momento, no la aceptó.
CARTAGENA Y BOGOTÁ
http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/politica/2007-04-19/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3519586.html

Abril 21 de 2007
Lo de Gore: campanazo de demócratas a Uribe
Corresponsal en E.U. explica qué pesó más: el efecto de la ‘parapolítica’ o los cálculos electorales de los demócratas. Reporte desde Bogotá sobre qué falló en la estrategia del Gobierno para el debate Petro. Y reporteros de EL TIEMPO viajaron a fincas que fueron de los Uribe para investigar las acusaciones y hablaron con pilotos que viajaron a El Aro.
El desplante de Al Gore, que canceló su presencia en un evento en Miami para evitar compartir escenario con el presidente Álvaro Uribe, por un breve instante hizo recordar a algunos en Bogotá y Washington los difíciles momentos del gobierno de Ernesto Samper en el proceso 8.000.
Pero fue solo por un momento, pues las distancias entre las dos situaciones son grandes. En esa ocasión era un gobierno -el de Clinton- quien daba la espalda al Presidente, y buena parte de un país -Colombia- aplaudía el gesto.
De todas maneras, el desplante del viernes del ex vicepresidente tendrá grandes repercusiones y es signo de que se avecinan tiempos complicados.
De todas las figuras que hay hoy en el Partido Demócrata -exceptuando a Clinton-, Gore es quizá la más respetada y sus palabras tienen mucho eco en la bancada que hoy controla el Congreso y le apunta a la Casa Blanca en el 2008. Y si por alguna razón quedaban demócratas que no se habían percatado del escándalo de la ‘parapolítica’ en Colombia, ya no hay dudas de que desde ahora el tema estará en su radar.
Pero lo más sorprendente de esta historia es que pudo ser evitada. Gore, de hecho, solo decidió producir un comunicado sobre el espinoso asunto el viernes, tras enterarse de que Uribe lo había anunciado la noche anterior y ante la avalancha de preguntas de la prensa.
Lo cierto es que se dio y en un momento crítico: justo cuando los demócratas se preparan para decidir si apoyan el avance del TLC en el Congreso y el monto de los fondos que E.U. dará a Colombia para el año entrante.
Queda claro también que si Gore se lanza a la Presidencia y resulta electo en los comicios del año entrante, las relaciones con Colombia partirían del punto más bajo en una década.
En la mitad del juego electoral
Robert Gelbard, sub secretario de Estado de Clinton, dice que quedó “en shock con las declaraciones de Gore”. “Me parece un poco injusto porque Uribe ha hecho un gran trabajo y no se le está dando el crédito. Existen preocupaciones por la penetración del paramilitarismo en las esferas del gobierno y la política, pero Uribe está dando la cara”.
Gelbard advierte que buena parte del problema es que Colombia ha quedado en la mitad de la puja partidista entre republicanos y demócratas: “El tema colombiano, la lucha contra las drogas, el TLC, son vistos como parte de la agenda republicana y torpedearlos suma puntos para el Partido Demócrata en su carrera por mantener el control del Congreso y recuperar la Casa Blanca”.
Y en ese contexto, la ‘parapolítica’ representa los centavos que le faltan al peso. Hay rumores de que los demócratas están decididos a bloquear el TLC. La idea sería pasar los tratados de Perú y Panamá, pero tumbar el de Colombia.
“El mensaje es ‘sí al comercio, pero no a cualquier precio’. No con un país en el que se asesina a sindicalistas y donde algunos dirigentes están con los grupos paramilitares”, dice una fuente.
Funcionarios del gobierno, de hecho, están convencidos de que las explicaciones que vienen dando sobre la ‘parapolítica’ o defensa del TLC caen en ‘oídos sordos’ pues los demócratas están considerando esos temas a la luz de sus intereses partidistas y no en si son buenos para relaciones entre ambos países.
Incluso, hay quienes consideran que ha resultado más efectivo el cabildeo que ha venido haciendo la oposición al gobierno Uribe desde noviembre del año pasado, cuando el Partido Demócrata logró la mayoría en el Congreso.
Desde entonces hasta esta parte, Jorge Robledo y Gustavo Petro, del Polo Democrático, y centrales obreras como la Cut, han tenido audiencias con importantes figuras en Washington.
Para los voceros del partido, no obstante, el tema es mucho más trascendental. “Nuestras preocupaciones por los nexos entre militares y políticos con el paramilitarismo son reales”, dice Tim Rieser, asesor del senador Patrick Leahy. La oficina del congresista demócrata ordenó esta semana el bloqueo de 55,2 millones de dólares para las Fuerzas Militares, mientras revisa con detalle la certificación en derechos humanos que el Departamento de Estado le dio a Colombia hace dos semanas.
Esa decisión y, sobre todo, la noticia de Gore, coronaron la que podría ser la peor semana para el gobierno Uribe en los Estados Unidos.
Pero hubo más. Por un lado, el influyente Washington Post recogió algunas de las acusaciones del senador Petro en el debate sobre la ‘parapolítica’ en Antioquia. Estas acusaciones fueron mencionadas indirectamente por Gore como razón para cancelar su participación en el foro de la Revista Poder. Además se conoció la revocación de la visa a E.U. de Jorge Noguera, uno de los hombres más cercanos al Presidente.
Todo a una semana de que Uribe llegue a Washington para una gira de tres días en la que su principal frente de acción será el Congreso. Será una buena oportunidad para que el propio Uribe se defienda ante la avalancha de críticas. Pero no será algo fácil.
Se dice, por ejemplo, que la presidente del Congreso, Nancy Pelosi, rechazaría una cita que se le ha pedido. Y se sabe que el Aflcio, sindicato más grande del país, le ha negado ya dos solicitudes de entrevista alegando “problemas para cuadrar la agenda”.
Uribe tiene varias cartas para jugarse: Bush todavía tiene año y medio y le sigue dando respaldo. Y pasa lo mismo con la clase empresarial, a la que le interesa el TLC.
Además, Colombia seguirá siendo, con demócratas o republicanos, clave para los intereses estratégicos de E.U.
Lo cierto es que el ambiente para Uribe, parodiando a Gore, se está calentando.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
Solidaridad en el consejo comunal
El ministro de Protección Social, Diego Palacio, leyó ayer en el Consejo Comunal de Suba una carta de respaldo al presidente Uribe, suscrita por todos sus ministros, viceministros, consejeros y secretarios.
Mañana, los integrantes del Consejo Gremial, que agrupa a los sectores más importantes de la producción nacional, se reunirán también para expresar su apoyo al mandatario colombiano.
La agenda del ex vice de los E.U.
Gore es hoy por hoy el rostro en la lucha contra el calentamiento global y la preservación del medio ambiente. Además tiene fuertes raíces en la izquierda del Partido Demócrata, representada por movimientos sindicales. La política de fumigación contra los cultivos ilícitos en Colombia y la violencia contra sindicalistas, a pesar de que ha bajado dramáticamente desde el 2002, poco cuadrarían con ese perfil.

http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/politica/2007-04-22/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3522765.html

El mejor ataque es la defensa
Sin duda, lo más grave fue que el presidente reconociera que usa la inteligencia del estado para espiar a la oposición. Por esa conducta cayó Richard Nixon
Por Daniel Coronell
Fecha: 04/21/2007 -1303
Al presidente Álvaro Uribe le hizo más daño su propia defensa que el debate del senador Gustavo Petro. La alocución con preguntas resultó fatal para los intereses del mandatario. Falló la forma, como producto televisivo tuvo mal empaque y pobre desarrollo. Falló el contenido, el jefe de Estado no pudo organizar sus respuestas, se vio inseguro y evasivo. Y lo peor de todo: el presidente Uribe terminó confesando, en vivo y con la televisión encadenada, que usa los organismos de inteligencia del Estado para espiar a la oposición.

Del problema de forma tal vez fue culpable la falta de tiempo. Es difícil convertir una decisión emocional, tomada unas horas antes por el Presidente, en un programa de televisión. Quizá fue falta de experiencia de los realizadores, pero lo cierto es que el escenario jugó contra Uribe desde el primer minuto de la transmisión.

El salón de conferencias de la Casa de Nariño está programado para ofrecer ruedas de prensa, pero no para transmitirlas en vivo.
La iluminación está dirigida básicamente al podio que usa el Presidente o el funcionario designado como vocero, y no hacia el auditorio donde están los periodistas, porque no es lo que usualmente se muestra en televisión. Para suplir la carencia debieron montar, probablemente de afán, algunas luces extras para la alocución, con tan poca fortuna que mostraron saturada la imagen de los entrevistadores y, aun peor, cegaron al Presidente. Uribe salió al aire como sale un toro al ruedo, encandilado por el contraste de luz entre los toriles y la arena.

Perdió muy rápido el contacto visual con la audiencia. Parecía no saber dónde estaba su cámara. Fatigado por la cantidad de luz frontal, tuvo que desviar frecuentemente la mirada. Un simple detalle de forma que, sin ser responsabilidad suya, marcó su exposición y lo hizo ver poco sincero.

Ese sería ya un problema serio, pero no fue el mayor. Empeñado en recalcar la pretendida maldad de quienes lo critican, el Presidente no logró absolver satisfactoriamente las denuncias que lo involucran. Cada respuesta fue una inmensa vuelta de evasivas, muchas veces, sin destino final.

Por ejemplo, tres días después del debate en el Congreso no ha sido posible que el Presidente diga quién es el dueño actual de la hacienda Guacharacas. Esa finca en donde fue asesinado su padre, y en la que -según testimonios rendidos a la justicia- han operado grupos paramilitares, sigue figurando en el registro público como propiedad de los Uribe Vélez. El Presidente dice que no ha vuelto desde 1979, y que su familia hace mucho tiempo no va, que ya la vendieron, pero no cuenta a quién se la vendieron, ni por qué los títulos continúan a nombre de ellos.

Sobre la fotografía que muestra a su hermano Santiago con el narcotraficante Fabio Ochoa, tampoco hay explicación. La imagen fue tomada meses después del asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla, y de la operación Tranquilandia, dos hechos por los cuales eran señalados los Ochoa desde esa época. La respuesta simplemente es que Santiago es buen hijo, buen hermano y buen esposo; y que la foto no fue tomada clandestinamente. Es decir que como su hermano no tiene problema en juntarse con los Ochoa, no hay nada qué explicar.

Sin duda, lo más grave fue que el Presidente reconociera que usa la inteligencia del Estado para espiar a sus críticos: “Yo tengo pruebas, que no las voy a revelar, son de inteligencia militar y policiva, de alguna de las personas que han ido a Estados Unidos, que dicen: ya nos tiramos el tratado acusando a ese tal por cual de Uribe”.

Por esa misma conducta -espiar a la oposición- cayó Richard Nixon. Al día siguiente, el director del DAS, buscando adornar la salida en falso, dijo que ellos no chuzan teléfonos de opositores, ni de periodistas. “Eso sería inteligencia dura”, dijo Andrés Peñate. Señaló que prefieren usar “inteligencia blanda” para oír lo que comentan por ahí.

El Presidente ya lo había dicho: “Esas personas proceden muy evidentemente, no se cuidan tanto como creen cuidarse”.

Lo terrible no es que la opositores no sepan cuidarse, sino que, en una democracia, tengan que cuidarse.

http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=102330

PORTADA
Uribe se defiende

La respuesta de Uribe a Petro fue bien recibida en Colombia. Pero en el exterior las cosas se enredan.
Fecha: 04/21/2007 -1303

La capacidad del presidente Álvaro Uribe para romper esquemas y mantenerse en la ofensiva es inagotable. El jueves en la noche volvió a sorprender. Convocó a una inédita rueda de prensa con periodistas escogidos, transmitida en directo por todas las cadenas nacionales de televisión, para defenderse de las acusaciones que dos días atrás le había hecho el senador Gustavo Petro, del Polo Democrático, en el anunciado debate sobre el paramilitarismo en Antioquia. Es decir, en el departamento del Presidente, y para tratar hechos ocurridos en los años en que fue gobernador.

Con su reacción del jueves, Uribe cambió de estrategia. Inicialmente había dado instrucciones precisas para que sólo dos miembros de su gabinete le respondieran a Petro: el ministro del Interior, Carlos Holguín, y el de Transporte, Andrés Uriel Gallego. Este último formó parte del equipo del gobernador Uribe y por eso tenía una voz testimonial que le daba credibilidad. Afuera del Capitolio, el consejero José Obdulio Gaviria puso la cara ante los medios, incluso con comunicados expedidos antes de que terminara el debate en el Senado. No hubo más alfiles. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y su colega el Canciller, Fernando Araújo, asistieron a la sesión, pero mantuvieron silencio. El plan consistía en bajarle el tono al debate, presentarlo como una tempestad en un vaso de agua y restarle importancia para ayudarle a diluirse en la vorágine noticiosa de los días siguientes.

Esto último no ocurrió. En vez de apagarse, las denuncias de Petro contra el Presidente y su familia (ver artículo) fueron in crescendo. En la prensa internacional aparecieron varios artículos que les concedieron gravedad a las acusaciones. The Economist, un semanario que hasta el momento ha sido muy elogioso de Uribe, dijo que el escándalo de la para-política empezaba a acercarse al Presidente. En Colombia, El Tiempo, diario que apoyó la reelección, publicó un editorial en el que cuestionó la defensa hecha por el gobierno y su reiteración del recurso de desprestigiar a la oposición y presentarla como cercana a la guerrilla.
Pero la gota que rebosó la copa de la paciencia presidencial fue la cancelación del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, de su participación en un foro organizado por la revista Poder en Miami, con el argumento de que no quería aparecer al lado de Uribe. Ante la creciente bola de nieve, el Presidente le dio instrucciones precisas a su nuevo secretario de prensa, César Mauricio Velásquez, de convocar a la rueda de prensa. En el pequeño grupo de invitados no podía incluir a ningún periodista de medios escritos y se les daría prioridad a los de agencias de noticias. Con esa salvedad, podrían preguntar lo que quisieran. Y preguntaron duro.

Al terminar la sesión de una hora y 45 minutos, Uribe estaba visiblemente satisfecho. Los primeros indicadores conducían a la conclusión de que le había ido bien. A sus seguidores les encanta la faceta frentera de un mandatario que da la cara y se deja preguntar. Esa actitud genera la imagen de que no tiene rabo de paja. Más aun cuando en la lista de interrogadores figuraban algunos periodistas con fama de implacables. El estilo y el tono del presidente Uribe lo presentaron como víctima de una andanada feroz e irracional de la oposición. Con rating asegurado -por la hora y por la transmisión simultánea en todas las cadenas de televisión y varias de radio- sus cuantiosos partidarios lo escucharon con convicción, y sus sorprendidos contradictores lo vieron con respeto.

El semblante de Uribe mostraba desasosiego. Estaba, sin duda, atormentado. Pero guardó compostura y evitó que alguna de las preguntas lo sacara de casillas. Respondió con serenidad y calma, a diferencia de los días anteriores, cuando la ansiedad interior lo habían llevado a pronunciar algunas frases insólitas: había acusado a Petro (aunque sin mencionarlo) de ser un “guerrillero mediocre” (porque había afirmado que nunca había disparado contra nadie) y había señalado a la oposición de “amiga de la guerrilla”. Más calmado, en la rueda de prensa de la noche del jueves desvirtuó algunas de las imputaciones más graves que le había hecho Petro en el debate del martes en el Congreso. En puntos como la supuesta masacre que se llevó a cabo en una de sus fincas, o la utilización de un helicóptero de la Gobernación de Antioquia para apoyar paramilitares, prácticamente dejó sin piso cualquier intento futuro para propiciar la apertura de procesos judiciales.

La poco usual rueda de prensa, sin embargo, también le dejó satisfacciones a la oposición. Si la actuación de Uribe en la rueda de prensa recibió amplios elogios, el balance total de la semana les dejó puntos a favor también a sus rivales del Polo. Que Uribe haya tenido que asumir su propia defensa demostraba no solamente que los voceros del gobierno -Holguín y Gallego- no habían sido capaces de consolidar su misión, sino que los dardos de Petro habían llegado a amplias audiencias. A pesar de que el Presidente evitó a toda costa mencionar el apellido de su contrincante, su aparición en la televisión tuvo el efecto de prolongar el duelo y su vigencia en los medios de comunicación. En los sectores contrarios al Presidente consideraron que la para-política se había tomado la agenda de gobierno y que la había contaminado para los próximos tres años. En otras palabras, que con el debate sobre el paramilitarismo en Antioquia, el Presidente quedó contra las cuerdas y a la defensiva.

Ninguna de las dos visiones es totalmente acertada. Ni la que considera que el presidente Uribe enterró el jueves todas las secuelas del debate del martes, ni la que asegura que quedó con una herida irremediable en el ala, que le impedirá seguir volando a la misma altura. Los próximos tres años no serán tan tranquilos para el gobierno como los últimos cinco, pero tampoco serán un infierno como el que vivieron Samper y Pastrana en sus horas finales.

La Presidencia debería analizar con cabeza fría las luces de alarma que quedaron encendidas. El Presidente hablando del escándalo de la para-política y defendiéndose de supuestos vínculos personales o familiares con los paras, es una imagen impactante. Un símbolo de que los tentáculos del escándalo de la para-política llegaron hasta la propia Casa de Nariño, desde donde se transmitió el programa de televisión. Hasta ahora la estrategia gubernamental había consistido en separar al mandatario de los problemas jurídicos de algunos de sus aliados en el Congreso y mantener la normalidad en la agenda. La posibilidad de que Uribe tenga asuntos que responder sobre su pasado en tribunales judiciales sigue siendo muy lejana, pero en los terrenos políticos tendrá que seguir dispuesto a hablar sobre los incómodos temas con mayor frecuencia de la que desearía.

La semana pasada también hubo señales de que algunas de las estrategias políticas utilizadas por el presidente Uribe en los últimos cinco años empiezan a agotarse. Por ejemplo, la de desacreditar a sus críticos de la izquierda por haber sido guerrilleros. El Ministro del Interior echó mano de esa carta en el debate del martes y un congresista gobiernista mostró fotos y videos de Petro de los tiempos en que estaba alzado en armas. Aunque no es la primera vez que el gobierno lo hace, nunca había recibido críticas de voces tan importantes como la del editorial de El Tiempo, que rechazó con firmeza los señalamientos contra el senador. El jueves en la noche, al Presidente también se le fue la mano en sus intentos de estigmatizar a sus críticos. A quienes se oponen al TLC, y han expresado sus argumentos en Estados Unidos, los acusó de hacerle daño al país. Lo cual es una provocadora exageración. De paso, generó un debate que no le convenía sobre la manera como su gobierno trata a la oposición, cuando afirmó que tenía informes de inteligencia militar sobre las actividades de congresistas contrarios al TLC. No se puede abusar de la fórmula de reclamar que los sentimientos por la patria se confunden con el apoyo al gobierno.

Los mayores problemas que se avecinan seguramente vendrán de la comunidad internacional. El incidente con Al Gore es un indicador de que las aguas internacionales están más agitadas. La ausencia del ex vicepresidente en el foro sobre medio ambiente en Miami es un exabrupto. Uribe no es un paria ni siquiera para sus enemigos. Los líderes mundiales de diferentes perfiles éticos se encuentran y se toman fotografías a diario porque tienen asuntos que tratar. La obsesión por evitar riesgos de que le tomen fotos polémicas que le podrían publicar en una eventual campaña presidencial condujo a Gore a hacerle el feo a un amigo de su ex jefe, el presidente Bill Clinton, que ha visitado a Colombia dos veces durante la era uribista.

Pero no por descabellado el plantazo de Gore deja de ser preocupante. Muestra que entre los demócratas hay intereses y objetivos de política interna que pueden afectar a Colombia. Con el poder incrementado por haber alcanzado mayorías en el Congreso desde el pasado mes de enero, el partido de Gore quiere trasladar el control de las relaciones exteriores de la Casa Blanca hacia el Capitolio. En el tema de Irak ha rechazado adiciones presupuestales solicitadas por el presidente George W. Bush y ha aprobado iniciativas que lo obligarían a retirar las tropas. En el caso de Colombia, algunos de los miembros de la bancada demócrata perciben oportunidades para hacer oposición. La poderosa presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, ha hecho críticas a la situación de derechos humanos en Colombia y ha demostrado que simpatiza con los puntos de vista de la oposición a Uribe en temas como el proceso de paz con las AUC. Y no está propiamente sola en esa posición. Ese panorama político es el que tiene en vilo la suerte del TLC y el que generó la suspensión de una partida de 55 millones de dólares designados para el Ejército, por ambiguas acusaciones contra su comandante, el general Mario Montoya.

Hasta el momento, la respuesta del presidente Uribe ha sido equivocada. En lugar de comprender las dificultades que surgen de las relaciones polarizadas entre republicanos y demócratas, y diseñar una estrategia para enfrentarlo, se culpa de todo a Petro y compañía. Se les concede una capacidad de manipulación de los altos poderes de Washington que jamás podrían tener.

El manejo al tosco desplante de Gore también fue sobredimensionado. Por más respeto que ha ganado como experto en asuntos ambientales, el ex vicepresidente no está activo en la política, ni está en la primera fila de los presidenciables de su partido. El viejo truco de ser el propio vocero de las malas noticias para debilitarlas -Uribe fue el que anunció, en la rueda de prensa, la cancelación de la presencia de Gore en el foro de Miami- en esta oportunidad logró todo lo contrario: la creció en dimensión, audiencia y repercusiones. Un poco más de calma habría servido más eficazmente como mecanismo para controlar el daño.

La comunidad internacional, con su particular forma de entender el país -muy exigente en materia de los derechos humanos y de la vigencia del Estado de Derecho-, cada vez está más vinculada al proceso interno. No es raro, ni irracional, que la oposición busque en ella aliados y refuerzos. Por su parte, al gobierno le corresponde competir por ese apoyo. Pero para hacerlo con éxito tendría que modificar el tono y el mensaje de algunos de sus discursos. El irrespeto a la oposición y la censura a las ONG, por ejemplo, se le están convirtiendo en un peligroso bumerán porque causan repulsión en Europa y entre los demócratas de Estados Unidos. Funcionan para incrementar la popularidad entre los colombianos, pero tienen efectos negativos en las sofisticadas audiencias externas. Si no se ajustan tuercas en la diplomacia, las complicaciones externas se pueden agudizar.

El presidente Uribe no va a olvidar fácilmente la semana pasada. No podrá recordarla como el momento en que noqueó a la oposición, sino como el punto en el que sobrevivió a su peor ataque.

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Los medios de comunicación les hicieron eco a las denuncias de Gustavo Petro, tanto en Colombia como en el exterior. El tono de los artículos ha cambiado y cada vez le otorgan mayor gravedad al escándalo de la para-política

NACION
La fibra íntima
Gustavo Petro hizo cuatro denuncias muy graves contra el Presidente y su familia. ¿Qué tan sólidas son?
En términos generales, la rueda de prensa del Presidente de la República el jueves pasado fue un gran éxito. Para los observadores políticos, el día anterior el triunfo había sido de Gustavo Petro. Su debate sobre el paramilitarismo en Antioquia estuvo bien documentado y sus denuncias le dieron la vuelta al mundo. Aunque el tono que el senador utilizó en el debate fue relativamente moderado, las conclusiones eran devastadoras: ejecuciones en las fincas del Presidente, hermano paramilitar, nombramientos paramilitares en las Convivir, helicópteros de la Gobernación de Antioquia en las masacres.

La defensa por parte de los ministros del Interior, Carlos Holguín, y de Transporte, Andrés Uriel Gallego, fue poco convincente. Unánimemente fueron criticados por no refutar puntualmente ninguno de los cargos, limitándose a elogiar la figura del Presidente y enlodar la de Petro con el trillado argumento de su pasado guerrillero. Para ser justos, era prácticamente imposible para los ministros hacer algo mejor. Para Carlos Holguín, a quien le tocó el primer turno, era muy difícil desmentir episodios macabros sobre los cuales no tenía ningún conocimiento.

Como sucede con frecuencia, la forma primó sobre el fondo. El debate de Petro fue extenso y repleto de detalles que pocos televidentes entendieron en su totalidad. Sin embargo, esa noche quedó el sabor de que en el pasado, en el entorno del Presidente sucedieron algunas cosas oscuras. A los dos días, con la rueda de prensa del primer mandatario, el efecto teflón volvió a relucir. Uribe quedó bien no sólo por frentear en vivo y en directo acusaciones tan graves, sino por la indignación que reflejaba, la convicción de lo que decía y la precisión de sus palabras. Su principal resbalón fue una referencia a los servicios de inteligencia militar y al director del DAS, Andrés Peñate, cuando afirmó que tenía evidencias de las acciones y conversaciones de sus opositores. Esto dejó la impresión de que el gobierno estaba recurriendo al espionaje de Estado, cargo que tuvo que desvirtuar Peñate al día siguiente, sin poder explicar a qué se refería el Presidente.

Las acusaciones graves contra el Presidente fueron básicamente cuatro. La más delicada giraba alrededor de dos fincas propiedad de su familia -La Carolina y Guacharacas-, las cuales supuestamente funcionaban como bases paramilitares desde donde se organizaban operativos de las Convivir y las autodefensas. También presentó Petro testimonios según los cuales allá tuvieron lugar ejecuciones de supuestos guerrilleros y se fraguó la desaparición de dos estudiantes. Uribe se defendió con el argumento de que los muertos en esas fincas fueron su padre y los mayordomos, quienes fueron asesinados por la guerrilla. Puntualizó que él y su familia llegaron a soluciones generosas para resolver problemas de tierras con un grupo de colonos. Dejó claro que hace casi dos décadas no tenía nada que ver con esas fincas y que se retiró de ellas definitivamente a mediados de los 90.

La impresión general entre la opinión calificada es que si bien lo que afirmó el Presidente es verdad, también es cierto que las fincas estaban ubicadas en el escenario del conflicto y que sin el consentimiento del Presidente pudieron tener lugar actividades irregulares propias de la guerra que se libraba en ese momento.

Las Convivir

El segundo cargo está relacionado con las Convivir. Petro denunció cómo varias Convivir habían acabado en manos de paramilitares y demostró cómo a algunas de ellas Uribe les había dado, como gobernador de Antioquia, la personería jurídica. Tres de los grandes jefes paramilitares, ‘Chepe’ Barrera, ‘Monoleche’ y ‘Julián Bolívar’, hicieron parte de estas cooperativas.

Uribe aclaró que el mito según el cual él se inventó las Convivir no es cierto. Simplemente las impulsó y registró la convicción con la cual lo hizo. Precisó que no toda la responsabilidad en la conformación de la Convivir estaba en el gobernador. Las Brigadas IV y II chequeaban los antecedentes de los integrantes y la Superintendencia de Vigilancia daba la autorización para las armas y ejercía control sobre las mismas.

Teniendo en cuenta que las Convivir desembocaron en el paramilitarismo cuando las metieron en cintura, no debería sorprender que varios de los pioneros de ellas sean hoy veteranos de las autodefensas. Al fin y al cabo, quien solicita entrar a una Convivir es una persona que decidió cargar un arma para enfrentar a la guerrilla. No se trata exactamente de pacifistas. Por lo tanto, es injusto juzgar retroactivamente, después de 13 años, situaciones que nadie podía anticipar.

Mientras al Presidente no se le demuestre que las personas a las cuales él les dio su bendición tenían para ese momento antecedentes judiciales es difícil achacarle cualquier responsabilidad. Más aun cuando en su defensa él demostró que cuando no había claridad sobre lo que sucedía, cerró algunas de ellas.

Lazos familiares

Lo que más afectó las fibras íntimas del Presidente fueron las acusaciones contra su hermano. Estas no son nuevas. Santiago ha sido asociado con un grupo de paramilitares conocido como Los Doce Apóstoles y otro denominado los R-15. Además de esto, está la famosa foto donde aparece con un grupo de caballistas que incluía a Fabio Ochoa, hoy condenado en Estados Unidos a 30 años de cárcel por narcotráfico.

Alrededor de la foto no hay que hacer demasiado escándalo. No sólo porque en Antioquia todo el mundo sabe que los Ochoa y los Uribe son dos dinastías caballistas que llevan medio siglo compartiendo ferias sino porque toda persona que se deja fotografiar en un sitio público siente que no tiene nada que ocultar. En 1985 los Ochoa eran considerados más narcos nuevos ricos que asesinos. Y había una ingenuidad y una tolerancia de la sociedad frente a lo que eso significaba.

Las otras denuncias son más complejas. Se refieren a los nexos de Santiago con organizaciones paramilitares que está demostrado que cometieron crímenes. Sobre esto, lo único que se puede decir es que la mayoría de los finqueros de Antioquia para la época simpatizaba con la idea de la autodefensa para contener a la guerrilla. El nivel de participación individual es difícil de establecer. En todo caso, Santiago fue investigado por la justicia y ésta hasta ahora no ha encontrado méritos para acusarlo.

El helicóptero

La cuarta denuncia grave de Petro se basa en un testimonio de Salvatore Mancuso según el cual en la masacre de El Aro, en Ituango, estaba presente un helicóptero de la Gobernación de Antioquia. Esta afirmación suena inverosímil. Aun si la Gobernación tuviera conocimiento de que se estaba llevando a cabo una masacre, y no quisiera evitarla, sería demasiado torpe ponerse en evidencia como testigo pasivo en un helicóptero amarillo reconocido por todos como el de la Gobernación.

Aunque el Presidente pasó un mal rato por cuenta del debate de Petro, es previsible que nada de lo mencionado anteriormente tenga consecuencias judiciales. Ninguno de los hechos lo incrimina directamente y las pruebas aportadas por Petro desde el punto de vista probatorio son insuficientes, pues se basan exclusivamente en testimonios. En estos casos con frecuencia se trata de la palabra de una persona contra otra, hasta que se consigan pruebas técnicas. Pero si bien judicialmente salió ileso, políticamente no lo hizo. El sólo hecho de tener que defenderse de acusaciones tan graves lo deja en una posición incómoda.

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La fibra íntima

Gustavo Petro hizo cuatro denuncias muy graves contra el Presidente y su familia. ¿Qué tan sólidas son?
En términos generales, la rueda de prensa del Presidente de la República el jueves pasado fue un gran éxito. Para los observadores políticos, el día anterior el triunfo había sido de Gustavo Petro. Su debate sobre el paramilitarismo en Antioquia estuvo bien documentado y sus denuncias le dieron la vuelta al mundo. Aunque el tono que el senador utilizó en el debate fue relativamente moderado, las conclusiones eran devastadoras: ejecuciones en las fincas del Presidente, hermano paramilitar, nombramientos paramilitares en las Convivir, helicópteros de la Gobernación de Antioquia en las masacres.

La defensa por parte de los ministros del Interior, Carlos Holguín, y de Transporte, Andrés Uriel Gallego, fue poco convincente. Unánimemente fueron criticados por no refutar puntualmente ninguno de los cargos, limitándose a elogiar la figura del Presidente y enlodar la de Petro con el trillado argumento de su pasado guerrillero. Para ser justos, era prácticamente imposible para los ministros hacer algo mejor. Para Carlos Holguín, a quien le tocó el primer turno, era muy difícil desmentir episodios macabros sobre los cuales no tenía ningún conocimiento.

Como sucede con frecuencia, la forma primó sobre el fondo. El debate de Petro fue extenso y repleto de detalles que pocos televidentes entendieron en su totalidad. Sin embargo, esa noche quedó el sabor de que en el pasado, en el entorno del Presidente sucedieron algunas cosas oscuras. A los dos días, con la rueda de prensa del primer mandatario, el efecto teflón volvió a relucir. Uribe quedó bien no sólo por frentear en vivo y en directo acusaciones tan graves, sino por la indignación que reflejaba, la convicción de lo que decía y la precisión de sus palabras. Su principal resbalón fue una referencia a los servicios de inteligencia militar y al director del DAS, Andrés Peñate, cuando afirmó que tenía evidencias de las acciones y conversaciones de sus opositores. Esto dejó la impresión de que el gobierno estaba recurriendo al espionaje de Estado, cargo que tuvo que desvirtuar Peñate al día siguiente, sin poder explicar a qué se refería el Presidente.

Las acusaciones graves contra el Presidente fueron básicamente cuatro. La más delicada giraba alrededor de dos fincas propiedad de su familia -La Carolina y Guacharacas-, las cuales supuestamente funcionaban como bases paramilitares desde donde se organizaban operativos de las Convivir y las autodefensas. También presentó Petro testimonios según los cuales allá tuvieron lugar ejecuciones de supuestos guerrilleros y se fraguó la desaparición de dos estudiantes. Uribe se defendió con el argumento de que los muertos en esas fincas fueron su padre y los mayordomos, quienes fueron asesinados por la guerrilla. Puntualizó que él y su familia llegaron a soluciones generosas para resolver problemas de tierras con un grupo de colonos. Dejó claro que hace casi dos décadas no tenía nada que ver con esas fincas y que se retiró de ellas definitivamente a mediados de los 90.

La impresión general entre la opinión calificada es que si bien lo que afirmó el Presidente es verdad, también es cierto que las fincas estaban ubicadas en el escenario del conflicto y que sin el consentimiento del Presidente pudieron tener lugar actividades irregulares propias de la guerra que se libraba en ese momento.

Las Convivir

El segundo cargo está relacionado con las Convivir. Petro denunció cómo varias Convivir habían acabado en manos de paramilitares y demostró cómo a algunas de ellas Uribe les había dado, como gobernador de Antioquia, la personería jurídica. Tres de los grandes jefes paramilitares, ‘Chepe’ Barrera, ‘Monoleche’ y ‘Julián Bolívar’, hicieron parte de estas cooperativas.

Uribe aclaró que el mito según el cual él se inventó las Convivir no es cierto. Simplemente las impulsó y registró la convicción con la cual lo hizo. Precisó que no toda la responsabilidad en la conformación de la Convivir estaba en el gobernador. Las Brigadas IV y II chequeaban los antecedentes de los integrantes y la Superintendencia de Vigilancia daba la autorización para las armas y ejercía control sobre las mismas.

Teniendo en cuenta que las Convivir desembocaron en el paramilitarismo cuando las metieron en cintura, no debería sorprender que varios de los pioneros de ellas sean hoy veteranos de las autodefensas. Al fin y al cabo, quien solicita entrar a una Convivir es una persona que decidió cargar un arma para enfrentar a la guerrilla. No se trata exactamente de pacifistas. Por lo tanto, es injusto juzgar retroactivamente, después de 13 años, situaciones que nadie podía anticipar.

Mientras al Presidente no se le demuestre que las personas a las cuales él les dio su bendición tenían para ese momento antecedentes judiciales es difícil achacarle cualquier responsabilidad. Más aun cuando en su defensa él demostró que cuando no había claridad sobre lo que sucedía, cerró algunas de ellas.

Lazos familiares

Lo que más afectó las fibras íntimas del Presidente fueron las acusaciones contra su hermano. Estas no son nuevas. Santiago ha sido asociado con un grupo de paramilitares conocido como Los Doce Apóstoles y otro denominado los R-15. Además de esto, está la famosa foto donde aparece con un grupo de caballistas que incluía a Fabio Ochoa, hoy condenado en Estados Unidos a 30 años de cárcel por narcotráfico.

Alrededor de la foto no hay que hacer demasiado escándalo. No sólo porque en Antioquia todo el mundo sabe que los Ochoa y los Uribe son dos dinastías caballistas que llevan medio siglo compartiendo ferias sino porque toda persona que se deja fotografiar en un sitio público siente que no tiene nada que ocultar. En 1985 los Ochoa eran considerados más narcos nuevos ricos que asesinos. Y había una ingenuidad y una tolerancia de la sociedad frente a lo que eso significaba.

Las otras denuncias son más complejas. Se refieren a los nexos de Santiago con organizaciones paramilitares que está demostrado que cometieron crímenes. Sobre esto, lo único que se puede decir es que la mayoría de los finqueros de Antioquia para la época simpatizaba con la idea de la autodefensa para contener a la guerrilla. El nivel de participación individual es difícil de establecer. En todo caso, Santiago fue investigado por la justicia y ésta hasta ahora no ha encontrado méritos para acusarlo.

El helicóptero

La cuarta denuncia grave de Petro se basa en un testimonio de Salvatore Mancuso según el cual en la masacre de El Aro, en Ituango, estaba presente un helicóptero de la Gobernación de Antioquia. Esta afirmación suena inverosímil. Aun si la Gobernación tuviera conocimiento de que se estaba llevando a cabo una masacre, y no quisiera evitarla, sería demasiado torpe ponerse en evidencia como testigo pasivo en un helicóptero amarillo reconocido por todos como el de la Gobernación.

Aunque el Presidente pasó un mal rato por cuenta del debate de Petro, es previsible que nada de lo mencionado anteriormente tenga consecuencias judiciales. Ninguno de los hechos lo incrimina directamente y las pruebas aportadas por Petro desde el punto de vista probatorio son insuficientes, pues se basan exclusivamente en testimonios. En estos casos con frecuencia se trata de la palabra de una persona contra otra, hasta que se consigan pruebas técnicas. Pero si bien judicialmente salió ileso, políticamente no lo hizo. El sólo hecho de tener que defenderse de acusaciones tan graves lo deja en una posición incómoda.

http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=102363

sábado, 21 de abril de 2007

Desde sus tiempos de gobernador de Antioquia (1995-1997), Álvaro Uribe Vélez parecía invulnerable a los señalamientos de sus detractores políticos por sus férreas estrategias de seguridad y apoyo a las Cooperativas de Seguridad Rural (Convivir). Durante los casi cinco años que lleva al frente de los destinos de Colombia, las mismas acusaciones lo mantenían indemne. Pero los primeros cuestionamientos a su gestión y a él mismo en Estados Unidos, le movieron el piso.

Sólido en las encuestas de favorabilidad ciudadana, reelecto en primera vuelta hace once meses para un nuevo cuatrienio presidencial, enérgico y altivo para enfrentar a sus detractores de las organizaciones no gubernamentales en Europa, incisivo para confrontar a sus rivales políticos o defender a sus segundos, un desplante del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, para compartir un escenario de debate ambiental en Miami, lo puso en la incómoda tarea de dar explicaciones no pedidas.

“Jamás he tenido un vínculo con el paramilitarismo. Se ha maltratado mi honra política. Lo que molesta es que mi gobierno está recuperando la ley y el orden”, fueron expresiones del primer mandatario en una inusitada rueda de prensa ofrecida este viernes en Miami, antecedida por otra conferencia de prensa, también inusual y convocada en Colombia horas antes, en medio del escándalo provocado por el debate que el senador del Polo Democrático Gustavo Petro realizó el pasado martes sobre el paramilitarismo en Antioquia.
Veinticuatro horas después del debate de Petro, ante un auditorio de la Universidad Tecnológica de Bolívar, en su estilo habitual pero sin nombrarlo, el presidente Uribe Vélez se refirió al senador del Polo con una certera indirecta: “Yo no habría sido guerrillero de calumnias, sino de fusil. Eso de ser mediocre guerrillero y lucido calumniador dice muy mal de la guerrilla”. El jueves, cuando se enteró que el ex vicepresidente Al Gore no quería compartir escenario con él en Miami, modificó su actitud.

Primero fue el anuncio de la congelación de US$55 millones de la ayuda militar de Estados Unidos al Ejército de Colombia. Después fueron los ecos políticos de la oposición de algunos sectores demócratas al TLC. Pero la gota que rebosó la copa fue la negativa de Al Gore. Por eso, argumentando la defensa de los intereses nacionales, el presidente Uribe, en tono conciliatorio, expresó ayer en Miami que espera que se examine bien el caso colombiano y que exista una mirada más detallada del ex vicepresidente Al Gore.
El talón de Aquiles

En la geopolítica internacional, nadie duda que en medio del tono desafiante de Hugo Chávez en Venezuela y del rumbo reformista que está tomando el gobierno de Rafael Correa en Ecuador, el gobierno de Colombia es el gran aliado de Washington. De hecho, hace apenas un mes estuvo en Bogotá el presidente republicano George Bush y fue claro su mensaje de apoyo. Sin embargo, el debate político en Estados Unidos, por mayorías en el Congreso, levemente se inclina hacia el poder demócrata. Eso cambia las cosas.

En buena medida, política y económicamente, además de su fluida gobernabilidad en Colombia, el bastión de Uribe Vélez ha sido el incondicional apoyo norteamericano. Primero el Plan Colombia y después el TLC. Amplio respaldo a la política internacional contra el terrorismo y el mejor ambiente para alentar el pacto económico, pese a los contratiempos políticos. Por eso, el desplante del ex vicepresidente Al Gore, súbitamente cambió los planes y demostró que el presidente Uribe también tiene un talón de Aquiles.
Sin embargo, en ese complejo ajedrez de relacionarse con Washington, tampoco le faltan los defensores. Prueba de ello es que este mismo viernes, mientras las agencias de prensa se daban gusto informando sobre las explicaciones del presidente Uribe, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Sean McCormack, también públicamente se apresuró a reiterar el apoyo del gobierno norteamericano a Uribe, exaltando de paso los éxitos del Plan Colombia.

McCormack, interpretando la posición oficial de la secretaria de Estado Condoleezza Rice, reiteró su convicción de que “el Gobierno Uribe es serio” y de que sus afirmaciones, en el sentido de que las investigaciones judiciales por el tema del paramilitarismo van a continuar sin importar hasta dónde los pueda llevar la evidencia, son convincentes. En otras palabras, el respaldo del gobierno republicano, pero al mismo tiempo las dudas del sector demócrata. Y ese parece ser el flanco que ha comenzado XXa minar la oposición en Colombia.

“Le haré llegar al señor ex vicepresidente Al Gore todas las explicaciones necesarias. Guacharacas es la finca de mi familia, donde las Farc mataron a mi padre. Algunas personas tienen el objetivo de crear un ambiente adverso al TLC y al Plan Colombia”, comentó Uribe Vélez en Miami, en una intervención en la que incluso exaltó su interés de que el líder demócrata visite a Colombia para que se forje una visión real del proceso de paz y de cómo se han desmantelado los grupos al margen de la ley.

Un tono diametralmente distinto al que suele utilizar en Colombia para confrontar a la oposición. En el medio nacional enfrenta a sus detractores, polariza y termina sumando en las encuestas. Ante Estados Unidos se muestra cauto y antepone los intereses nacionales a la pugna interna. Una doble faceta que puede desgastarse si se tiene en cuenta que aún restan cuatro meses para que el Presidente complete apenas el primer año de su segundo cuatrienio. Y la parapolítica avanza como un alud de nieve.
Un pulso de poder con réplica en Washington, pero que de cualquier manera tendrá un escenario de definición en apenas seis meses. El debate está abierto, en octubre deberán renovarse las alcaldías, gobernaciones, los concejos y asambleas. Uribismo y oposición volverán a medir sus fuerzas. Pero el ambiente está caldeado y ya trascendió a las fronteras patrias. ¿Será que a la ausencia de defensores en Colombia se suma ahora la falta de una guardia en Estados Unidos?

Al menos por ahora, a los rumores de que además del desplante de Al Gore en el Foro Verde en Miami iba a sumarse la suspensión de la visita del líder demócrata a Colombia, ya fueron descartados. Expogestión tiene invitado al ex vicepresidente en agosto, tiempo suficiente para que el Gobierno afile sus baterías diplomáticas, recupere el camino que empezó a ganarle la oposición en Estados Unidos y apoye sin condiciones la paradójica doble faceta de la Ley de Justicia y Paz y la avanzada judicial de la parapolítica.
Reacciones
“¿Y la Embajada?”

Germán Vargas Lleras / Senador Cambio Radical
“La alocución del presidente Uribe en la noche del jueves fue magnífica y los colombianos que tenían preocupaciones surgidas en el debate, las pudieron aclarar. Pero ahora el problema no es interno y es evidente que la acción de la oposición en el exterior ha producido efectos. Algo puede estar ocurriendo en el manejo de la Embajada en Washington para que unas circunstancias como estas hayan avanzado y no se hayan aclarado a tiempo. Eso es preocupante”.
“Responsabilidad”

Gustavo Petro / Senador Polo Democrático
“Al Gore reacciona por un cúmulo de situaciones que se han dado en Colombia, que no las provocó la oposición, las provocó el Presidente. La culpabilidad del tema con Estados Unidos reside fundamentalmente en el Presidente, porque se rodeó con tantos amigos del paramilitarismo en el gobierno actual, en el pasado, en el Congreso de la República y en la Gobernación de Antioquia. Yo creo que es él quien tiene que mirar su propia responsabilidad en este tema”.
“Inadmisible”

Francisco Santos / Vicepresidente de la República
“No se puede admitir que se trate de esa manera a un presidente que nos ha otorgado la paz de la que actualmente disfrutamos todos los colombianos”.
“Veto moral”

Piedad Córdoba / Senadora Partido Liberal
“La actitud de Al Gore tiene que ver con lo que yo he venido diciendo: es un veto moral y ético al gobierno que representa Álvaro Uribe por el tema paramilitar y la crisis humanitaria que tanto afecta a los colombianos”.
“Investidura”

Roy Barreras / Representante Cambio Radical
“El Presidente de la República nunca debe bajarse de su investidura de Primer Mandatario para contestar acusaciones personales y familiares. Uribe no debe exponerse públicamente de esa manera”.
“Su estilo”

Jorge Robledo / Senador Polo Democrático
“No sabía que la imagen del Presidente estaba tan deteriorada en el exterior, y menos en Estados Unidos. Las actitudes desesperadas de Uribe tienen de fondo los pasos de animal grande que siente a nivel internacional. Es injusto que el Presidente le adjudique lo que está sucediendo, como lo del TLC, al Polo. Ojalá tuviéramos tanto poder”.
“Injusto”

Armando Benedetti / Senador Partido de la U
“Es injusto que el ex vicepresidente Al Gore golpee al presidente Uribe y al país por cuenta de problemas internos que deben ser resueltos por nuestra justicia. Al Gore no ha considerado que con su actitud está atacando a un hombre que ha sido amigo incondicional de los Estados Unidos, que ha luchado en forma directa contra el terrorismo y el narcotráfico”.

http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=8648&idSeccion=21

La mentalidad del avestruz

El veto de Gore

ERA obvio que el presidente Uribe se iba a encontrar algún día con la muralla internacional. Aquello que en Colombia para muchos suena normal, en el exterior aparece extravagante y sospechoso. Esa carencia de sintonía de la opinión colombiana con lo que suele pensar el mundo, como que la alianza con el paramilitarismo es nefanda y criminal, es de difícil digestión en el país y hace que varios colombianos prefieran refugiarse en una percepción provincial según la cual todo lo que ocurre aquí es magnífico y lo que se piensa en el exterior son barbaridades.

Esa mentalidad del avestruz, que permite una tranquilidad de conciencia, pero que significa vivir en un hueco negro, resulta nociva por todo lo que comporta hacia el futuro. No puede ser que por una especie de prosaico darwinismo social se termine aceptando como bueno aquello que de suyo era y es malo. Eso que estaba comenzando a ocurrir, lo ha protestado el exvicepresidente Al Gore que, candidato e incluso presidente en ciernes, es una de las figuras estelares de los Estados Unidos en el mundo a raíz de sus denuncias sobre el recalentamiento global y la defensa del medio ambiente que le merecieron un Oscar. Por eso sus protestas tienen repercusiones universales. No sólo es un jefe demócrata, muy cercano a Bill y Hillary Clinton, que civilizadamente cedió el turno a Bush después de un empate inverosímil del que parecía salir ganador, sino quien representa el verdadero contraste con esa política atrabiliaria y fallida de Bush sobre Bagdad y Kabul y de la que el presidente Uribe es el último y aislado mohicano, tras la proscripción de Aznar, Blair y Berlusconi.

El veto, que no desplante o incidente de Gore, implica no sólo un pensamiento del Partido Demócrata, sino que tiene aristas en el Partido Republicano. No es gratuito que el mismo día en que el exvicepresidente produce el veto, el gobierno de Bush quite la visa al exjefe de inteligencia del presidente Uribe, del que éste aún espera su inocencia, es decir, dos manifestaciones de un mismo problema. En otra comparación, mientras la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, es una de las figuras más promisorias de la política norteamericana, en Colombia quien ocupa el mismo cargo y funge de jefe de la bancada gubernamental en la corporación comienza a ser investigado por ser uno de los eslabones perdidos de la parapolítica.

Semejantes circunstancias, que en otras partes del mundo son gravísimas, causan las lógicas consecuencias. Una de ellas, claro, que la embajadora colombiana en Estados Unidos se muestre incapaz de explicar el punible ayuntamiento entre paramilitarismo y política, y se vea aislada e impotente hasta para conseguir una cita con los asistentes de la Pelosi. No es culpa de ella: defender lo indefensable no es fácil. ¿Cómo contradecir que la Canciller que la remplazó hubo de renunciar por nexos de su familia con los paramilitares o que el actual Ministro de Hacienda se ha visto incurso en sospechas similares? ¿Cómo refutar que los congresistas o dirigentes encarcelados o investigados son en su gran mayoría afectos al círculo presidencial? ¿Cómo sostener que el presidente Uribe no autorizó personerías jurídicas a Convivires que involucraron a jefes paramilitares, según lo aceptó? ¿Qué puede hacer la embajadora ante las denuncias del periódico Los Angeles Times sobre el comandante del Ejército provenientes de la CIA? ¿Acaso tiene posibilidades de rectificar, uno a uno, los editoriales de los principales medios norteamericanos que han venido sosteniendo que el escándalo comienza a cercar la Casa de Nariño?

Tras la desastrosa defensa que ministros y congresistas hicieron del gobierno en la plenaria del Senado sugerimos de inmediato en un editorial que lo mejor era que el Presidente asumiera personalmente el asunto. Está bien que lo haya hecho, así se le viera intranquilo y disperso. En su defensa, sin embargo, abrió compuertas a casos no previstos como las fotografías con el extraditado Justo Pastor Perafán o la interceptación y monitoreo de la oposición. Más que el TLC lo que más interesa es que el gobierno sea impoluto y que permanezca indemne ante la corrosión colombiana. Mal hace el país en no entender el mensaje e intentar camuflarlo con las presuntas fricciones por la campaña presidencial en Estados Unidos. Tal es parte de la política del avestruz, cuyo refugio en el hoyo puede pasar del hueco al abismo.
http://www.elnuevosiglo.com.co/noticia.php

CANDENTE DEBATE ANOCHE EN EL CONGRESO
Duro cruce de acusaciones entre Holguín y Petro por paramilitarismo en Antioquia

El senador reveló una fotografía de 1985, en la que se ve al hermano del Presidente junto a uno de los miembros del clan narcotraficante de los Ochoa Vásquez, meses después del asesinato de Rodrigo Lara

MIENTRAS EL parlamentario Gustavo Petro, del Polo Democrático Alternativo, intentó asociar ayer en el Congreso a la familia del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, con actividades paramilitares en sus propiedades antioqueñas, el ministro del Interior, Carlos Holguín Sardi, calificó el asunto de “infamia”.

El candente debate, que trascendió las expectativas, tuvo como uno de sus epicentros una fotografía del hermano del Presidente, Santiago Uribe Vélez, con Fabio Ochoa Vásquez, extraditado a los Estados Unidos.
La foto, tomada en 1985, se habría verificado en una reunión social meses después del asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, que obligó al entonces presidente Belisario Betancur a autorizar la figura de la extradición e iniciar una persecución al denominado Cartel de Medellín.
Sobre la fotografía no hubo pronunciamiento puntual de parte del Gobierno en el hemiciclo del Congreso, pero a ello el senador uribista Óscar Darío Pérez ripostó con la presentación de un video en el que aparecía el congresista Petro el día en que se avanzaban los diálogos para la desmovilización del M-19.

Las Convivir

En el debate, el senador Petro denunció que a mediados de la década pasada, el entonces gobernador Álvaro Uribe había firmado la autorización para el funcionamiento de varias Convivir, en las que se insertaron jefes paramilitares hoy en proceso de desmovilización.
Holguín denunció que al Jefe de Estado lo han intentado “eliminar” pero “como no han podido hacerlo físicamente, quieren hacerlo moralmente”.
El Ministro calificó al congresista de “mentiroso” pero el senador Petro lo volvió a increpar para que demostrara lo contrario.
De nuevo el congresista hizo un largo recuento sobre los orígenes de las cooperativas de seguridad rural, basándose en los procesos judiciales que se abrieron contra las mismas por derivar en paramilitarismo.

El Senador indicó que algunas de las Convivir, que se mostraban – en el papel- como agrupaciones de ciudadanos para apoyar al Estado, en realidad fueron entregadas a reconocidos paramilitares desde sus inicios.
Denunció que cuando Uribe fue gobernador en Antioquia entregó la dirección de algunas Convivir a Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’ -preso hoy por el asesinato de Carlos Castaño-, a José ‘Chepe’ Barrera y ‘Julián Bolívar’ -otros cabecillas paramilitares-, así como a una persona asociada con el hijo de Enilse López, alias ‘La Gata’, empresaria de juegos de azar, hoy encarcelada por presuntos vínculos con las autodefensas. También mencionó a otros presuntos jefes ‘paras’ como ‘Mochacabezas’ y ‘Juancho Prada’.
Frente a estas denuncias y sobre todo por la revelación de piezas procesales, Holguín, en tono irónico, le dijo a Petro que el Gobierno llegaba en condiciones de inferioridad al debate.

“Tengo que confesar que llego en condiciones de inferioridad con el ilustre citante y las fuentes a las que él tiene acceso. Se imaginan al Ministro de Justicia develando procesos y personas que han atestiguado en casos que aún no se han cerrado y abusando de su investidura, revelar tanto detalle. A Petro le comen cuento la Fiscalía, los estrados judiciales y los medios de comunicación. Llegan a montar tribuna deslegitimando la democracia y la Patria, diciendo que son mafiosas y paramilitares. Le comen cuento hasta en Canadá, donde medios radiales de ese país le piden declaraciones y él pide garantías para el señor Fabio Castillo, el famoso ‘Pitirry’”, enfatizó Holguín.
El titular de la cartera del Interior y Justicia sostuvo que la creación de las Convivir se hizo mediante un procedimiento legal y esas organizaciones fueron defendidas por el entonces gobernador Uribe como una forma para acercar a la comunidad con la Fuerza Pública.

Sostuvo que era la manera de romper la influencia guerrillera y afirmó que la Convivir no sólo se crearon en Antioquia, sino en varios departamentos del país, comenzando por Santander, Cundinamarca y Boyacá.
Indicó que ese modelo permitió pacificar Antioquia y que esa es hoy la política practicada por el Gobierno a nivel nacional.

Más contrapunteo

En otra instancia del debate, Petro insistió en que muchas de las Convivir en el Magdalena Medio terminaron haciendo parte de un sistema de “seguridad mafioso”.

Dijo que en una consulta hecha a la Fiscalía sobre cuántos jefes de las Convivir tenían antecedentes penales, el organismo le respondió que el 32 por ciento exhibían procesos pendientes.
Relató muchos casos de presuntas órdenes de asesinato impartidas por los paramilitares, en alianza con las Convivir y miembros de la Fuerza Pública. Incluso mencionó con nombre propio a algunos militares de la época.
Petro también se refirió al asesinato de la señora Gabriela White de Vélez, madre de la actual ministra de Educación, Cecilia María Vélez. Petro indicó que esta familia pidió apoyo de los paramilitares para tomar retaliaciones. Ese señalamiento fue absolutamente denegado por parte de las autoridades gubernamentales.

El congresista del Polo recordó que en Antioquia fueron asesinados más de la mitad de los miembros de la Unión Patriótica, la mayoría a manos de los paramilitares. Dijo que en este departamento cayeron 4.000 miembros de esa colectividad de izquierda, cifra que aumentó a 6.000 al sumar a los desaparecidos.

Al responder los cuestionamientos del congresista del Polo, el Ministro del Interior y Justicia reiteró que “el paramilitarismo no nació en Antioquia. Esa es una ofensa a Antioquia, no un homenaje a Antioquia, pero es sobre todo, una ofensa a la historia, a la verdad. La violencia del 60 y 70 se radica específicamente en el Magdalena Medio y en el Urabá antioqueño, porque empiezan a desarrollarse el polo ganadero del Magdalena Medio y del Caquetá y el de Urabá. El desarrollo que llegó a esas regiones y es entonces cuando las Autodefensas del Magdalena Medio se enfrentan con las Farc por el dominio de ese polo ganadero”.

“La primera expresión del paramilitarismo son las Autodefensas del Magdalena Medio, se constituyen y se crean para defenderse de una ilegalidad imperante y amenazante como era la ilegalidad de las Farc y allí aparece un día la otra ilegalidad, la ilegalidad del M-19”, dijo Holguín.

Las dos haciendas

Petro también leyó varios testimonios y piezas procesales, según las cuales operativos de las autodefensas e incluso masacres y asesinatos se habrían ordenado o realizado desde haciendas que fueron propiedad de la familia del Primer Mandatario.

En ese marco, hizo referencia al computador a alias ‘Jacinto’, quien era el jefe de finanzas de las autodefensas, y a quien las autoridades le interceptaron decenas de comunicaciones.

En una de ellas –según los documentos leídos por Petro- se nombró a Luis Alberto Villegas Uribe, director de la Convivir El Cóndor, de San Roque.
Sobre este caso, Petro trajo a colación el testimonio del soldado Martín Emilio Sánchez, quien adujo haber recibido órdenes de asesinar a unas personas en una cita que debería cumplirse en la hacienda Guacharacas, predio en donde se ubicó la Convivir Cóndor y luego habría servido de sede paramilitar.
De acuerdo con el congresista del Polo, la finca Guacharacas es de propiedad de la Sociedad Uribe Vélez y Compañía, “es decir la familia del Presidente de la República”.

En referencia a ese tema, el ministro Holguín sostuvo que la familia Uribe Vélez vendió esa propiedad hace tiempo, después de verse cercada por las amenazas guerrilleras.

“En el 82 ocurre el secuestro por parte del M-19 a Marta Nieves Ochoa. Los ‘narcos’ se ven amenazados y se organiza otra ilegalidad, el MAS (Muerte a Secuestradores). Después, en la hacienda Guacharaca, es asesinado Alberto Uribe (padre del Presidente) quien estaba indefenso, hieren a su hijo Santiago y buscan a la otra hija para asesinarla o secuestrarla. Álvaro Uribe Vélez a ese desafío y a ese crimen y a ese golpe contra su familia, responde aceptándole al presidente Betancur formar parte de la Comisión de Paz de Antioquia, en el proceso de paz en el cual estaba comprometido. Allí es donde empieza a marcarse la adhesión, el compromiso, la firmeza de carácter de Álvaro Uribe con la institucionalidad, con la legalidad”, explicó Holguín. Agregó que pese a ello ahora “se montan novelas con la hacienda Guacharaca”.

De otro lado, al revelar varios testimonios de distintos procesos judiciales, Petro encontró que en algunos se hace referencia a que también hubo reuniones de presuntos paramilitares e incluso asesinatos en la finca La Carolina, ubicada en Yarumal (Antioquia).

El Senador recordó que las escrituras de ese predio están a nombre de la Sociedad La Carolina Ltda. y que al verificar, en la Cámara de Comercio, la conformación de esta organización, se encontró que el gerente es Santiago Uribe Vélez, hermano del Presidente.

El congresista reveló que en abril del 2005 el padre de un soldado afirmó que su hijo había sido asesinado en ese predio.
El Gobierno calificó de nuevo esta acusación como una infamia. Incluso, el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, hizo una sentida defensa de los propietarios de la hacienda, de quienes dijo eran de reconocida trayectoria empresarial y social en Antioquia.

Petro reiteró las viejas acusaciones sobre el denominado grupo paramilitar de los “12 apóstoles” que habría actuado en el mismo lugar.
El congresista del Polo indicó que había pedido a la justicia y a la Fiscalía aclarar qué había pasado con estas denuncias, pero – dijo – “el Gobierno respondió que había un acto inhibitorio”, a favor del hermano del Jefe de Estado, hecho ante el cual el congresista protestó, porque en este caso había “una lista de desaparecidos y cuando hay desaparecidos los procesos no prescriben”.

Hablan acusados de Petro

Ante las acusaciones que hizo el senador Gustavo Petro en contra de políticos y militares que tendrían nexos con los paramilitares, anoche se conocieron las reacciones de algunos de ellos.
En una primera instancia, el alto Consejero Presidencial, Fabio Valencia Cossio, dijo que son mentirosas las afirmaciones del Senador y a través de un comunicado aseguró que la mencionada carta del ex jefe paramilitar Ramón Isaza llegó a su despacho de Senador y de inmediato la dio a conocer a la Fiscalía.

Valencia Cossio añadió que “en las averiguaciones pertinentes, el señor Moreno Villa aceptó haber difundido la carta que llegó a su despacho según su propia versión. Igualmente, declararon las personas mencionadas en la carta presuntamente firmada por el Señor Isaza, desvirtuando bajo juramento las afirmaciones contenidas en la misma”.

La carta en mención se refiere a una supuesta comunicación enviada por Isaza a Valencia en la que le indicó que Gilberto Toro, ex secretario privado de la Gobernación de Antioquia, y Pascual Agudelo, ex diputado, le indicaron a Isaza que por mandato de Valencia, los concejales conservadores amigos del ex jefe paramilitar debían votar en la consulta interna de la colectividad por el actual Alto Consejero.

Por su parte, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Daniel Castiblanco aseguró que “no es cierto que me haya reunido con estas personas en el Batallón Bárbulas y en la hacienda Nápoles, porque en los años 1991 y 1992 Pablo Escobar se encontraba preso en la Catedral y Gacha para esa época ya estaba muerto”.
Entre tanto, el ex senador Ramón Elejalde, al hacer referencia a las acusaciones de Petro, dijo que “si todas estas afirmaciones que ha hecho Petro son como las que hizo en mi contra, ese debate es un fiasco”.
http://www.elnuevosiglo.com.co/noticia.php

EX VICEPRESIDENTE DE EU VETÓ A MANDATARIO COLOMBIANO
Crisis parapolítica afecta la gobernabilidad de Uribe

Las acusaciones contra el Jefe de Estado y su familia por presuntos nexos con grupos paramilitares, último capítulo del escándalo judicial que tiene procesado a más del 10% del Congreso, hicieron que los efectos desestabilizadores de esta crisis sobrepasaran las fronteras y tengan ahora en vilo las relaciones entre Colombia y Estados Unidos. Dada la gravedad de esta situación, el Mandatario salió anoche a responder los señalamientos en su contra y evidenció con ello que la gobernabilidad se está afectando. Citó anoche a una inusual rueda de prensa, en la que respondió, una a una, las acusaciones en su contra. Dado su alto interés público, EL NUEVO SIGLO publica a continuación el texto completo de esa trascendental rueda de prensa.

Me preocupa mucho las ocasiones en que debo utilizar este espacio para dar explicaciones sobre acusaciones contra la familia Uribe Vélez y contra mi persona. Lo hago porque esas acusaciones que he soportado a lo largo de mi carrera pública, que se repiten y se repiten empiezan a producir daños a los intereses del país en la comunidad internacional.

He librado la batalla por mi tesis nacional e internacionalmente pero no puedo ocultar que el propósito político de afectar el crédito del gobierno colombiano para bloquear la aprobación del TLC y la ayuda a Colombia, para bloquear la confianza internacional en nuestro país, me preocupa.
Hoy, por ejemplo, tuve la siguiente información: mañana hay un foro sobre medio ambiente en la ciudad de Miami. He sido invitado desde hace muchos días, a pesar de las dificultades de la agenda, porque me preocupa mucho cada que debo salir del país. Por la importancia de ese foro y de sus asistentes, considerando la conveniencia para el país, acepte participar. Por eso está previsto en la agenda, salir a las seis de la mañana y regresar en la tarde. Pues bien, me llamaron esta tarde a decirme que desde la oficina del ex vicepresidente Al Gore, de Estados Unidos, habían informado que el ex vicepresidente no asistiría al foro porque no podía compartir con el presidente de Colombia, después de los debates en Colombia contra la familia Uribe Vélez y contra el Presidente.

Yo voy a ir mañana a los Estados Unidos. He citado una rueda de prensa al llegar a la ciudad de Miami y voy a responder todo lo que quieran preguntar. Y por estas implicaciones internacionales que ponen en riesgo superiores intereses del país, considere esta tarde, después de tener la información de Estados Unidos, que era conveniente para la opinión pública nacional e internacional invitar a un grupo de comunicadores para que le pregunten al Presidente de la República sobre las acusaciones que se han lanzado en estos recientes debates contra la familia Uribe Vélez y contra el Presidente de la República.
Por eso ofrezco excusas por la utilización de este espacio, en el cual debo dedicar unos minutos a estos temas, pero si no fuera porque lo familiar y lo personal la crea riesgos a los intereses superiores del país, créanme, que no sería capaz de utilizar esta espacio para estos temas.
Sin más pido que el jefe de Prensa de la Presidencia ofrezca la palabra a los comunicadores para sus preguntas y sus réplicas, de acuerdo a como hayan convenido las reglas del juego.

Félix de Bedout. La W

Quiero dejar una constancia: me parece que esta inusual rueda de prensa arranca con una disparidad de cobertura de lo ha sucedido en los últimos días. Mientras el debate de la parapolítica, los señalamientos y los documentos que dicen sustentar esos señalamientos se presentaron en el Canal Institucional, a las tres de la tarde, con un rating de 2 puntos, esta intervención tendrá cobertura total y rating total.

Ahora la pregunta ¿Fue tan mala la intervención de sus ministros y de su bancada, que de un debate que se produjo el martes usted tiene que salir a dar explicaciones hoy?
AUV.- Sobre su comentario inicial, el debate contra el Gobierno, contra el Presidente usted no lo puede cuantificar en un día de Canal Institucional. Ha sido de muchas horas de televisión, de muchas horas de radio, de muchos reglones de prensa y de todos los días.
¿Por qué acudo a este espacio esta noche? Porque la información que me dieron desde Estados Unidos me causa preocupación por el interés nacional.

Estoy vivamente agradecido por las intervenciones nobles y generosas de los ministros y los compañeros de bancada en el Congreso de la República. Siempre he tenido en mi carrera política la decisión de dar la cara, como quiero darla esta noche de nuevo, y la daré mañana en Miami.
Me he abstenido en los últimos días de contestar algunas intervenciones, ha pedido de muchos compatriotas, de mi señora, de mis amigos, de mis compañeros de Gobierno, pero creo que es necesario que el Presidente de la República también le dé la cara a estos temas en esta oportunidad, como tantas veces la ha dado en anteriores ocasiones, porque no puede permitir, tendré que luchar para que no se afecte el interés nacional.

  Presidente, durante los últimos meses, en medio de este ambiente que se ha generado Usted ha mencionado mucho al M-19, ha hablado mucho del pasado del M-19 y del pasado de Gustavo Petro. Pero en su Gobierno también hay representantes del M-19. Uno de ellos, incluso, fue el responsable de la toma a la embajada de la República Dominicana. El otro es director de Coldeportes. ¿Por qué los miembros del M-19 que de alguna manera son cercanos a Usted, merecen reconocimientos y puestos públicos, y los que investigan su pasado político, que como Usted sabe es objeto de investigación, o los que critican su Gobierno, son tratados de terroristas de civil y enemigos de la Patria?

  AUV.- Yo participé en el proceso de paz del M-19. Cuando asesinaron a mi padre me hice esta reflexión: asesinaron a mi padre, y asesinaron a fulano y a perano y a perano. Participé activamente como presidente de la comisión de Paz de Antioquia en el gobierno del presidente Betancur. Después llegué al Congreso de la República y fui uno de los líderes del reindulto al M-19. Lo hice con toda la devoción patriótica. ¿Por qué las críticas? Porque las circunstancias me obligaron a comparar las condiciones que el país estableció para ese proceso de paz con el M-19 y las condiciones de ahora.
Yo decía, pero ¿Por qué estas críticas y este descrédito de estos señores al proceso de paz que estamos adelantando? Si en el proceso de paz anterior hubo amnistía e indulto para delitos atroces, en este proceso no lo hay. En el proceso anterior no se exigía la verdad, en este proceso se exige la verdad. En el proceso anterior no se exigió la reparación a las víctimas, ahora sí. En el proceso anterior los delitos atroces no fueron óbice para llegar al Congreso de la República, ahora no pueden llegar.

  Entonces encontré que uno de los mecanismos de que disponía para defender este proceso de paz, de justicia, de verdad y de reparación, que marca diferencia con anteriores procesos de paz y que creará un marco un marco para los del futuro, era necesario hacer la comparación.
Rosemberg Pabón y Everth Bustamente nunca han negado sus responsabilidades. Creo que quien ha dicho la verdad de los procesos de paz anteriores fue Rosemberg Pabón y fue avalado por Bustamante. Pabón dijo que cometieron tantos delitos en el ejercicio de su actividad ilegal, que eran inconfesables. Sobre procesos de paz anteriores, es la única verdad que he escuchado.

  Néstor Morales. Caracol Radio

  Quisiera saber su opinión sobre – que creo que es lo que a Usted le preocupa, y con la noticia que acaba de dar sobre la ausencia de Al Gore en el foro de mañana (hoy), que me parece que es el fondo de esta inusual rueda de prensa-, El Tiempo, que no es exactamente un periódico antiribista, que ayer (miércoles) tituló “Petro tocó las fibras de la familia del Presidente”. Yo quiero preguntarle ¿Usted se sintió, se siente tocado, y qué respuesta tiene a las acusaciones del senador Petro, sobre los episodios esos en Guacharacas o en La Carolina, fincas o haciendas en donde su familia ha tenido participación o propiedad?

  – AUV.- Mire, la vida política mía ha sido de combate, muy difícil, y lo he hecho con entusiasmo y con patriotismo. Ha estado atravesada de inmuendos. Fue suficiente que, como gobernador electo, yo dijera que había que apoyar las Convivir, para que inmediatamente el único tratamiento que me daban mis críticos era paramilitar.
Fue suficiente que dijera que Colombia necesita una política de autoridad frente a la subversión, para que el único tratamiento que me dieran mis críticos, era el tratamiento de paramilitar.
Las fibras íntimas han sido siempre afectadas, pero ese no ha sido el motivo de reacción. De pronto mi reacción habría sido un discurso político en el consejo comunitario del próximo sábado. Esta reacción de hoy es porque están afectadas las fibras del interés nacional, que me obliga a hacerle nuevamente aclaraciones a la comunidad nacional y a la comunidad internacional. Yo quisiera que sobre el tema de las Guacharacas, La Carolina, las Convivir, Usted me precisara las preguntas, porque me preocupa que yo tenga que empezar a dirigirles un discurso y se afecta la dinámica de esta rueda.

  Déjenme hacerle una introducción sobre la familia Uribe Vélez. Éramos cinco hermanos, murió Jaime. Somos cuatro, dos mujeres. Santiago, que estudió agropecuaria en Estados Unidos. Una de las mujeres, María Teresa, es economista. María Isabel es sicóloga y abogada. Y déjenme decirle que es una familia trabajadora, de buenas costumbres, patrióticas, no tiene negocios con el Estado, no gestiona ante el Estado, no hace tráfico de influencias. Piensa que lo que hace su hermano es una tarea de servicio público, no ejercicio del poder, no tienen asomos de abusos de poder. Y lo digo después de que el país ha conocido esa familia, primero durante mis tres años de gobernador de Antioquia, y ahora durante casi cinco años en la Presidencia.

  Mi hermano Santiago es un hombre muy buena persona, hay que mirarle su patrimonio. Algún candidato a la Presidencia en la pasada contienda, dijo que había que empezar la reforma agraria con él, porque tenía más de 200 mil hectáreas. Tiene menos de 300. Hay que mirarle su manera de vivir: fue muy buen hijo con mi padre y mi madre. Compañero inmejorable de mi madre, buen hermano y buen esposo. Quería hacerle esas apreciaciones sobre la familia Uribe.
Le rogaría que sobre estas acusaciones me precisen y háganlas todas, pero háganmelas con lo que ustedes llaman una pregunta cerrada, para no ser muy extenso hoy en la alargarme en la respuesta.

  Néstor Morales
Es una aclaración que el país está esperando, después de las acusaciones de Petro hace un par de días. Presidente ¿En Guacharacas hubo muertos, presuntos guerrilleros? ¿Si en Guacharacas, efectivamente como dice Petro, hubo reuniones de grupos paramilitares? ¿Si es cierto que la foto famosa de su hermano con Fabio Ochoa fue tomada meses después del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla.

  AUV: Entonces hablemos de Guacharacas. Está el tema de La Carolina, las Convivir. Para hablar de Guacharacas hay que hablar de otra finca ahí cercana, San Cipriano, La Mundial. Una finca que había montado don Germán Saldarriaga del Valle. Yo empecé a trabajar muy jovencito. Esa finca la tuve en compañía con mi padre y allí había un sindicato de trabajadores, en la parte panelera, que empezó a ser muy penetrado por grupos violentos y se volvió inmanejable. ¿Sabe qué hice? El 7 de junio de 1979, y apunte la fechas, le entregué esa empresa a ese sindicato en un proceso de reforma agraria hermoso. Valía más de 20 millones de pesos y la pagaron con unas prestaciones que valían 6 millones. Estos hablando de junio de 1979. Un libro que sacaron contra mí en vísperas de la elección presidencial de 2002, en Europa, porque es que todo, lo que han dicho en el Congreso, está escrito por años y repetido muchas veces nacional e internacionalmente, dice que yo demoré la escritura y que después lideré el asesinato de esos lideres sindicales, por Dios, la única razón de la demora de esa escritura fue mientras ellos se organizaban.

Desde esa época yo no pude hacer ya presencia material en esa región. Estoy hablando de junio de 1979. Traté esos trabajadores con toda delicadeza, todavía hay unos en Maceo, es bueno que les pregunten y doy todas estas señales para que cualquier colombiano que quiera investigar pueda ir a allá. Yo tengo una colección de acusaciones falsas contra mi vida privada y pública por la razón de que he tenido la determinación de que Colombia tiene que derrotar la subversión. Ese año 79, en el año 83 a mi padre lo asesinan en Guacharacas. Mi padre no era un terrateniente explotador, era un empresario del campo, cristiano, generoso. Guacharacas había tenido antes de la propiedad de mi padre unos colonos. ¿Saben cómo solucionó mi padre esos problemas? Escriturándoles esos pedazos de la finca, que tampoco era tan grande, unas lomas, unas tierras onduladas en el río Muy Sabrosas, todo eso sumaba 1.600 hectáreas. No tuvo mi padre discrepancias con las comunidades vecinas. Ese pueblo de Providencia pudo ampliarse cuando llegó mi padre a esa región. Él generosamente entregó los terrenos que se requerían, no tuvo problemas con esos colonos y les escrituró, con mis padre esos problemas sociales se resolvían muy fácilmente.

  El dìa que lo mató las Farc y que hirió a mi hermano Santiago, que es un sobreviviente por milagro, mi hermana María Isabel, hasta la media noche pensamos que estaba secuestrada. La salvó una maestra, una maestra de esa región que le tenía enorme cariño a mi padre. La Finca se mantuvo después de ese asesinato a medias. Llegó yo a la gobernación de Antioquia, 2 de enero de 1996, al tiempo el Eln llega a la casa de la finca, la quema que porque el gobernador era paramilitar, eso salió en los periódicos de Antioquia de la época. Le dicen a los trabajadores que se tienen que ir y abandonar la finca, se roban ganados y un trabajador permanece, quería mucho a la familia, se había criado con mi padre, a la semana llegan y lo asesinan. Mi familia se tuvo que retirar de allá, prácticamente desde el año 96.

Yo estaba retirado de la región desde el 79 y mi familia desde la muerte de mi padre mantuvo eso a distancia. Se retira desde el año 96 totalmente. Yo estoy en la Universidad de Oxford en el año 98, donde quiera que iba a un foro salían con los inuendos, uno de ellos que había asesinado a los sindicalistas de la gobernación de Antioquia, falso de toda falsedad, escribían a los periódicos protestando porque a mi me habían dado la beca Simón Bolívar, lanzándome cualquier clase de acusaciones. En ese año 98 regreso en ocasiones al país, una de ellas una semana a la campaña presidencial y me llaman a la Fiscalía, tengo que ir a la Fiscalía a una declaración preliminar ante un juez sin rostro, me dice que yo había mandado matar a unas personas en esa región de Guacharacas y me dicen que es que un preso en una cárcel del Valle del Cauca les escribió eso y unas ONG les escribieron eso y que Carlos Castaño y Álvaro Uribe daban órdenes para hacer asesinatos.

Yo di todas las explicaciones. Después me desentendí porque son tantas las acusaciones. Mire, pocos días antes de la elección presidencial de 2002 llegaron otras 40 acusaciones contra mi a la Procuraduría y yo creo que ya son varios centenares las que han llegado a la Comisión de Acusaciones de la Cámara en mi ejercicio presidencial. Ahora veo que las acusaciones de Guacharacas son contra mi hermano Santiago, la verdad es que lo que ha hecho la familia durante toda la vida, en problemas de orden público, es acudir a la Fuerza Pública. Mi padre nos enseñó valor civil. Mi padre no era un hombre de sicarios ni de pagar paramilitares, él murió enfrentando con su pistola a unos secuestradores de las Farc. De haber sido yo paramilitar, había sido paramilitar con fusil en el monte, no financiador de paramilitares, no promotor paramilitar de escritorio. Mientras la familia estuvo en la finca Guacharacas, los asesinatos que allí se dieron fueron el de mi padre, en 1983 y el asesinato que le refiero de este trabajador de la finca por allá en los años 95 o 96.

La familia se retira de allá, yo desde mucho antes de 1979, una región muy violenta, solamente ahora gracias a la política de seguridad democrática está como están muchas regiones del país, consiguiendo la paz. Ese día que me llamó la Fiscalía tuve que decir que yo no he conocido los paramilitares, yo no he sido amigo de ellos y se lo repito hoy a todos los colombianos. Yo no he sido amigo de paramiltiares, no he hecho alianza política con ellos, no he recibido llamadas telefónicas de paramilitares, no he enviado mensajes políticos a paramilitares, no he recibido ni he buscado ayudas políticas de paramilitares.

 

  Alguna vez viviendo en la casa en Rionegro como en un refugio me dijo Lina “hay que ver la televisión esta noche porque Carlos Castaño le va a dar la primera entrevista de su vida a Dario Arismendi, y la vimos, y yo vi al doctor Arismendi preguntándole con mucho frenesí a Castaño por la amistad con Álvaro Uribe. Como habló de mal de mí esa noche Carlos Castaño, ahí está el video. Mucho país vio eso en la televisión. Yo no he conocido a los paramilitares, no he sido amigo de ellos, no he tenido contacto con ellos, eso es lo que le puedo contar de la hacienda Guacharacas.

  Su versión sobre la foto de su hermano con Fabio Ochoa, si es cierto, si usted tiene algún dato de esa foto. Petro dice que fue tomada en el año 85, meses después de la muerte de Rodrigo Lara, muerte en la que tuvo que ver Fabio Ochoa. ¿Qué sabe usted de esa foto?
Esa foto fue tomada en algún evento de caballos. Mi hermano está presente, ha estado toda la vida, le gusta mucho eso y es muy espontáneo. Al tema de la foto yo no le agrego nada distinto a lo que él dijo ayer con toda franqueza.

  Sergio León de Associated Press

  – ¿ Presidente usted mencionaba hace unos momentos lo importante que había sido por ejemplo el hecho de que los señores desmovilizados del M-19 que forman parte de su gabinete aceptaran una responsabilidad y fueran transparentes de cara a lo que cometieron durante sus años de militancia en esa guerrilla y parece ser esa falta de transparencia o esa neblina que rodea todas esas acusaciones la que tiene repercusiones negativas en el extranjero en torno a temas que fueron expuestos por el senador Petro como la implicación o la vinculación de militares, de jefes de policía, de hacendados de Antioquia con grupos paramilitares. Y, un poco la incertidumbre sobre la que se basan estas acusaciones es que jamás las investigaciones concluyeron en sentencias o en fallos definitivos. El senador mencionó que muchas de estas investigaciones fueron simplemente clausuradas por un ex fiscal general que no ahondó y no se terminó de esclarecer las acusaciones, muchas hechas por testigos que hoy están muertos. No considera usted que sería saludable para la credibilidad del país y del sistema de justicia en especial que se reabran esas investigaciones, que se cree una comisión de fiscales que tomen estos expedientes para que lleguen al fondo, dilucidar y decirle a la opinión pública si estos acontecimientos ocurrieron o no?.

  AUV.- Todo lo que sea apoyo a la justicia y el más importante de todos ha sido la Ley de Justicia y Paz. Quienes hoy reclaman la verdad se opusieron a esa ley. Muchos la han reconocido en el mundo como el estatuto de paz más avanzado, no solamente en Colombia sino en el mundo, porque ha sido un buen balance entre paz y justicia. Ofrece unas sentencias reducidas pero no permite la impunidad. No permite otorgar amnistía ni indulto a los delitos atroces, además exige la verdad y la reparación. Cuando presentamos el proyecto también vivimos esa campaña de descrédito. De aquí salían críticos a decir en Estados Unidos que no se le podía ayudar a Colombia ni al gobierno Uribe porque iba a legalizar a los paramilitares con esa Ley, cuando es el primer gobierno que los enfrenta y que los desmonta.

  Una de las paradojas que yo veo en este debate es que ahora que no hay violencia paramilitar hay debate paramilitar. Ustedes periodistas y muchos y muy críticos del gobierno pueden verificar en el país cómo prácticamente ha cesado la violencia paramilitar gracias a este gobierno y no por pactos con ellos sino porque la politica de seguridad democrática desde el día cero del gobierno ha sido imparcial: fuerte para enfrentar a la guerrilla y fuerte para enfrentar a los paramilitares. Ahí están los resultados, más de 1.700 paramilitares dados de baja en este gobierno. Es que este es un gobierno que va a cumplir 5 años. A este gobierno no hay que juzgarlo por el discurso sino por la realidad. Y más de 30 mil paramilitares desmovilizados y líderes muy importantes de ellos en la cárcel y el gobierno persiguiendo a aquellos que no están en la cárcel; y la captura reciente de otro de ellos y la decisión del gobierno frente a los que se quieren rearmar. No han podido prosperar, no hay podido pelechar como dirían en mi tierra, porque mientras haya una política de seguridad democrática firme no nacerán nuevos grupos, se debilitarán los actuales y no se rearmarán los desmovilizados. El mejor remedio para evitar nuevos grupos, para evitar que se fortalezcan los que persisten como Farc y otros o para que se rearmen algunos desmovilizados es la sostenibilidad de la política de seguridad democrática que le ha dado todo el apoyo a la justicia y se lo seguirá dando.

  Pero es que aquí hay un tema de justicia y un tema político. La verdad es que yo le estoy hablando de un período de mi vida, del año 79 a la fecha, ¿cuántos años son?. Le estoy hablando de un período de mi vida de 28 años, donde he estado permanentemente en actividad política y en la controversia; y expuesto claramente a toda la crítica y a la justicia, y al debate político, por eso acudo nuevamente a dar la cara esta noche, pero quisiera poderme referir concretamente a los temas que se han venido ventilando de manera específica porque tengo la preocupación del daño internacional que nos pueden hacer. Por ejemplo el Dr. Néstor Morales me pregunto por el tema de Guacharacas, está el tema de las Convivir, el de la Carolina, el de la aprobación que yo supuestamente hice de Convivir para líderes paramilitares; está el tema de un mensaje beeper de un paramilitar y por eso me parece bien importante que sobre esos temas concretos vengan las preguntas de ustedes.

  – ¿Casos como el del general Rito Alejo del Rio, como el de la presencia de un helicóptero de la gobernación de Antioquia en la masacre del Aro, casos como el de la presunta vinculación del general Montoya con paramilitares en la operación Orión que hoy día tiene en problemas a Colombia porque nunca se terminaron de aclarar. Por eso repito, si se retomaran estas investigaciones para mostrar la verdad de lo que ocurrió con todos estos temas?.

  AUV.- Cuando yo era gobernador de Antioquia allí teníamos la IV Brigada, la brigada de Urabá y la presencia de la brigada de Montería en alguna región del departamento como también la jurisdicción de la brigada de Bucaramanga en otra región del departamento. Todas esas brigadas en ese período tuvieron muchos comandantes que los nombraba el gobierno nacional. Yo a todos los apoyé. El primer comandante de la IV Brigada fue el general Mora Rangel. Cuando llegué a la presidencia años después, él estaba de comandante del Ejército y lo ascendimos a Comandante General de las Fuerzas Militares. Recuerdo que me posesiono yo de gobernador de Antioquia y le digo: “general, mañana empezamos el ejercicio de una reunión diaria de seguridad a las 7 a.m.” y me dijo: “¿cómo gobernador?” y yo le respondí “Sí general”. Al otro día llegué a la gobernación y no había llegado y dije llamen a la IV Brigada porque esto se va a hacer. Y la hicimos esos tres años y abiertamente asistían los generales del Ejército, de la Policía, asistía el DAS, la comisión facilitadota de paz, tema que se ha ignorado en estos días y que bueno poderme referirme a él más adelante en Antioquia y de la cual hicieron parte Handal, el actual alcalde de Medellín Sergio Fajardo, el profesor Roger Fischer, monseñor Isaías Duarte Cancino, personas de la mayor importancia y no afectos propiamente todos ellos a mis tesis. Esas reuniones sí que fueron importantes y muestran la imparcialidad y dedicación de ese gobierno por establecer el orden público en Antioquia.
Uno de los generales fue Rito Alejo del Río, que estuvo en la brigada de Urabá y se le apoyó como a todos los generales. Salido yo de la gobernación de Antioquia, por hechos de su carrera militar le hicieron una serie de acusaciones y entiendo que después de una larga investigación fueron precluidas.

  Y, usted pregunta por el tema del helicóptero en la masacre del Aro. Primero situémonos allí. Al principio de este gobierno, en una de las primeras brigadas móviles que creamos se tomó la decisión de llegar a ese Nudo de Paramillo, abandonado durante décadas. Es que esto hay que ponerlo en el contexto de un país que vivió muchas décadas en poder de unas guerrillas marxistas, que combinaban las formas de lucha, que penetraban la universidad, la política, que criticaban el narcotráfico y también servían de sicarios del narcotráfico y terminaron financiándose del narcotráfico. Y vivió el país el abandono de las regiones y la gente de las regiones martirizada por esa guerrilla y surgió el paramilitarismo y entró a competir con crueldad con guerrilla. Sabe que era esa región del Aro, allá en la parte alto de Paramillo, cerca de Ituango: una de las típicas regiones colombianas de abandono del Estado.

 

  En mis casi 55 años de edad recuerde yo, es la primera vez que hay una presencia militar permanente y seria ahora y a pesar de todo lo que nos falta. Entonces ocurre esa masacre, una de las tantas que viví. Todas denunciadas por mí como gobernador. Presuntos autores las Farc, el ELN, los paramilitares. Todas denunciadas por mí nacional e internacionalmente, como quedó establecido en el debate. Eso sí es importante, porque una de las acusaciones que trató de hacerse era que yo había sido omisivo frente a los paramilitares. Al primer gobernador de Colombia que se le exigen responsabilidades en el orden público y que bueno poder probar ahora doce años después cómo procedimos con toda la diligencia y con toda la imparcialidad. Denunciamos todas esas masacres y se trata de vincular un helicóptero de la gobernación de Antioquia sutilmente. La gobernación tenía y creo que tiene dos helicópteros: uno dedicado a salud y otro al servicio del despacho del gobernador. Han tenido unas tripulaciones de pilotos de excelente conducta. Yo trabaje con los que heredé y siguieron años después. Se lleva una bitácora de todos los viajes, jamás acepte un helicóptero de la gobernación para un viaje personal. El día antes de entregar la gobernación que fue a despedirme de mi madre estaba en una finca en el suroeste y yo me iba a la universidad de Oxford dijeron: “a usted no lo deja de salir vivo las Farc de Antioquia, váyase en el helicóptero”. Dije “de ninguna manera, es una diligencia personal”.

 

  Eso se manejo con toda pureza, para que se venga ahora a tratar de involucrar los helicópteros de la gobernación de Antioquia en una masacre. Cuando ese helicóptero de salud de la gobernación ha sido el médico para las comunidades más apartadas. Investíguenlo en la gobernación de Antioquia con los mandatarios que me antecedieron y con los que me sucedieron. ¿Ahora qué se ha sabido?. Que tanto guerrilla como paramilitares tenían transporte aéreo. No nos podemos olvidar que cuando este gobierno llegó, las Farc creían que estaban en la víspera de la toma del poder. No nos podemos olvidar de donde venimos. Ese cargo es un cargo miserable, ustedes no necesitan acudir a la justicia, simplemente hagan una investigación periodística sobre los helicópteros de la gobernación en todas las épocas, en la época mía. La operación Orion.

  Esta noche hablaba yo con unos delegados de los Estados Unidos, dijeron que habían tenido hoy una conversación con el Alcalde de Medellín. Esa paz de Medellín tiene un principio: la operación Orión. A los pocos días de haber llegado yo a la presidencia, Medellín desagrándose. Militarizamos esas comunas. Estaban esas comunas en medio de guerrilla y paramilitares y cómo se enfrentó a ambos. Una de las acusaciones que he escuchado contra el Ejército y la policía es que esa operación la llamaron Orión, en honor a un jefe paramilitar. Hay que respetar al Ejército, el Ejército escoge los nombres teniendo en cuenta la primera letra del mes en que se empiezan esas operaciones. Empezó en octubre y se denominó Orión. Muchas ONG’s internacionales que no conocían a Medellín, cuando empezamos a combatir los grupos terroristas en la comuna 13 ahí si se apresuraron pero nunca a criticar a los grupos terroristas de Medellín sino a criticar la operación Orión. Cómo agradece el pueblo de Medellín, que bueno para Colombia todo ese proceso de recuperación. Una ciudad que tenía 3.500 a 5 mil asesinatos al año y hoy es una ciudad en proceso de ser pacífica, convivente por excelencia. Ese cargo tampoco lo podemos aceptar.

  Jorge Lesmes. FM

  – Usted se ha mostrado muy preocupado esta noche por los efectos colaterales que ha tenido el debate del senador Petro a nivel internacional.

  AUV. No sólo ese debate, el conjunto de debates que eso ha buscado, todo lo que se ha dicho mientras nosotros vamos desmontando el paramilitarismo se nos acusa de gobierno paramilitar. Que paradojas. Mientras el país empieza a disfrutar el cese, el fin de la violencia paramilitar se acusa al gobierno de paramilitar y al presidente de la República. Entonces uno tiene que estar dando a toda hora explicaciones en Europa, a los colegas de América Latina, en los Estados Unidos y qué preocupante es esta decisión hoy del ex vicepresidente Gore de no asistir ese foro, para no estar con el presidente de Colombia por estas acusaciones en la víspera de aprobarse en los Estados Unidos la extensión del Plan Colombia y el TLC. Esos son los temas que me preocupan.

 ¿Y precisamente también el tema de asistir al foro del ex presidente Al Gore. Yo le quiero preguntar usted mañana va a empezar un periplo por Estados Unidos. Yo le quiero preguntar cómo manejar el tema de la foto de su hermano ante el gobierno de Estados Unidos, cuando precisamente hoy Fabio Ochoa se encuentra preso en EU pagando una larga condena por narcotráfico?

  AUV.- Es del año 1985. Mi hermano es un hombre espontáneo, caballista, finquero. En todos esos eventos públicos acude, es juez de caballos. El lo ha explicado claramente. Es muy fácil. A la familia mía la investigan mucho, que le investiguen a mi hermano el patrimonio, su manera de vivir, su modo de vida. Cuando lo acusaban de tener 250 mil, 300 mil hectáreas tiene menos de 300. Eso es fácil, que lo miren.

  – ¿Para estos debates se ha dicho que los senadores Petro y Robledo han ido en varias oportunidades a Estados Unidos. Se ha dicho igualmente que en esas reuniones con asesores de los congresistas en Washington y con algunas personas han recogido información y la han traido a Colombia. Usted cree que parte de estos debates han tenido información entregada por funcionarios y congresistas en los Estados Unidos?

  AUV. Cuando yo utilizo estos espacios me siento abusando de los colombianos. Lo he utilizado hoy para un tema que involucra a la familia Uribe Vélez y a mí, por el interés superior del país. Voy a ser muy cuidadoso en responderles a ustedes evitando alusiones personales.
Infortunadamente ha ido mucha gente a los Estados Unidos. Iban a Estados Unidos y a Europa, a ONG’s a desacreditarme como gobernador de Antioquia, como candidato a la presidencia, todo eso lo he enfrentado. Cuando empezamos nuestra política de seguridad democrática esos viajes se daban en busca del descrédito del gobierno. Muchos que aquí en la política de América Latina se suman al g rito contra el imperialismo norteamericano desfilan por Estados Unidos para desacreditar a Colombia. Incongruencia. Que me ha tocado hacer siempre? Lo que voy a hacer ahora. Acudir con toda la buena fe, con toda la sinceridad a explicar, pero tengo que ser muy cuidadoso en no hacer alusiones personales.

  Esta noche me mostraban aquí el señor Ministro del Interior, mis compañeros, que una de las acusaciones que me hacen es que una persona que ahora aparece desmovilizada le encontraron un mensaje beeper. Como dice ese mensaje?. Fue a finales de 1997, cuando alguien le dice que le consiga una cita con el gobernador y eso lo exhiben como una prueba contra mí. ¿Quién puede ser gobernador? ¿A cuántos se le dice gobernador en el lenguaje de la delincuencia?. Miren yo tengo por costumbre responder todas las llamadas. Cuando estoy atrasado en responder las llamadas a mis compatriotas me avergüenzo. Yo no recibí una sola llamada en la gobernación de Antioquia para efectos paramilitares. Nadie me habló de ese tema. Y de dónde sacan eso. Yo no sé. Me dice el ministro Holguín que quienes me acusan leen y leen muchos documentos. Yo me vengo a enterar de eso ahora y le respondo de esta manera, lo que dije 45 días antes de la reelección presidencial y de lo que dije en 2002: no conozco los paramilitares, no soy amigo de ellos, mi camino es institucional: una Colombia sin guerrilla ni paramilitares. Nadie puede decir que este gobierno abierta o soterradamente se ha unido con paramilitares para acabar para la guerrilla. Ahí están los testimonios de los mismos paramilitares. Entiendo que el señor de este beeper está desmovilizado, no debería ser difícil encontrarlo para que le pregunten, como pregunté yo en la televisión a mis compatriotas antes de la reelección presidencial: si alguien de los 30 mil paramilitares desmovilizados puede decir que Álvaro Uribe ha sido aliado criminal, que Álvaro Uribe ha entrado con ello en concierto para delinquir, que lo diga, que es tiempo.

  Cosas como éstas sorprenden, de dónde las obtienen. Yo no pregunto ni por las filtraciones de la Justicia por respeto a la libertad y a la justicia, no pregunto ni por aquellas conductas que se constituyen en delitos por la sola circunstancia de revelar la reserva de sumario, por respeto a la libertad de los colombianos. Pero cosas de estas se han dicho. ¿Saben por qué las respondo? Yo fui totalmente honesto como senador, sigan mi carrera. Pregúntele a quienes han interactuado conmigo en mi profesión privada de finquero, vayan al bien que tengo, a la hacienda El Ubérrimo, pregunte por mí a una comunidad ahí en el Sabanal, con la que he vivido durante 25 años. Pregúntenle por la familia Uribe Vélez al sinnúmero de acreedores que había cuando murió mi padre, cómo procedimos, Yo he sido honesto en la vida pública, en la vida privada, tantos años de honestidad y tener que estar respondiendo estas cosas, debería sentirse uno ofendido, debería hacer caso para no responderla, pero lo hago por los intereses superiores del país, y quizá con algún freno a los ímpetus. Por el bien de Colombia tendré que dar estas explicaciones a cuántas personas se las tenga que dar en la comunidad internacional.

  Casi cinco años de presidente, seguramente lleno de errores. Yo tengo que pedir perdón por errores pero no por delitos. Cinco años casi de presidente, ejercidos con total patriotismo, con buena fe, con ajuste riguroso a la ley y tener que dar hoy estas explicaciones. Es como yo le dije una noche aquí a un señor muy agresivo de una ONG: “no mire yo ya estoy experimentado, el país me conoce, yo no soy un aparecido. Aquí esta el record de mi administración, de mi vida pública y privada, yo no le acepto que me venga a tratar como un delincuente y me salí de la oficina”•.

  Doy estas explicaciones ahora porque estamos en un momento muy delicado para los intereses superiores del país. Mire que tristeza, una lucha frontal contra el narcotráfico, contra la corrupción, un país ganando la paz, un país que va ganando la seguridad, un país con una confianza inversionista que no había tenido nunca, un país que está viendo el final de la violencia paramilitar y se le crean estos riesgos a los intereses superiores de Colombia en la comunidad internacional. Esa es la única razón que me lleva a dar estas explicaciones y humildemente a explicar lo que mi trayectoria me diría porqué tiene que explicar esas sandeces.

  César Sabogal, de la agencia AFP

  – Usted reitera esta noche que no es amigo de los paramilitares, sin embargo usted es amigo de amigos de paramilitares, ha sido socio político de ellos y en buena parte también ganó la presidencia con ayuda de ellos. No cree que es el momento de alejarse de esos políticos, de tomar distancia, de acusarlo y de poner a todas las autoridades a que acopien pruebas contra ellos o quizás preferiría suscribir un gran pacto nacional en torno al tema del paramilitarismo?

  AUV. No, no, yo en esos pactos no estoy, entre otras cosas porque los pactos tienen que ser sinceros. Cómo es que los críticos del paramilitarismo, de la ley de Justicia y Paz ahora son los que coquetean al paramilitarismo buscando esos pactos. Además no nos podemos olvidar que estamos a dos años de que se aplique plenamente la Corte Penal Internacional en Colombia; no nos podemos olvidar que la Constitución colombiana es muy rigurosa, que la legislación internacional a la que ha adherido Colombia es muy rigurosa y esto de no reconocer amnistía ni indulto por delitos atroces a los paramilitares seguramente va a causar dificultades en los procesos con Farc y Eln, porque habrá que darles el mismo tratamiento. Le voy a preguntar a usted, quienes son mis amigos políticos, amigos del paramilitarismo.

  – Presidente hay varios congresistas de su bancada en la cárcel y otros investigados por la justicia?

  AUV.- Muy bien, usted ha visto alguna obstrucción del gobierno a la justicia o al contrario un total apoyo del gobierno a la justicia. Tiene que haber visto lo segundo. Alguien decía que la política de Uribe nada tiene que ver con que se diga la verdad en Colombia. Cómo no va a tener que ver?. La gente antes no decía la verdad por miedo, la política de seguridad democrática le ha hecho sentir a los colombianos protección, les ha alejado el miedo y ha estimulado que se diga la verdad. Aquí se han creado unas condiciones jurídicas que obligan a la verdad en la ley de Justicia y Paz y unas condiciones de seguridad que facilitan la verdad, gracias a nuestra política de darle seguridad a los colombianos.

  Déjeme decirle una cosa vanidosa. Prácticamente yo llegué sin congresistas en el 2002, esa fue una candidatura de opinión y se sostuvo hasta el 2006 así. He buscado el apoyo del Congreso para aprobar la agenda legislativa de nuestra Patria y donde tenga alguna equivocación con algún congresista, con total buena fe la reconozco. Por ejemplo no tuve inconveniente en decir que Dieb Maloof, hoy en la cárcel me acompañó en la elección presidencial de 2002, es verdad.
Ahora para volver al tema de las fotos y asociarlo con el espíritu que nos anima. Al hombre hay que juzgarlo en el contexto de su vida. Para todas estas específicas acusaciones hay que tener también el contexto de mi vida. Mire lo de las fotos, yo a nadie le digo que no se tome una foto conmigo. Era gobernador de Antioquia y estaba entrando a un evento público al hotel Hilton de Cartagena con Lina, mi señora, acompañando la candidata de Antioquia al reinado de la belleza y gritaba la gente gobernador, gobernador, y se arrimaban unos y se tomaban fotos conmigo. De pronto Lina me dijo ”cómo te vas a dejar tomar foto con ese hombre, mírale esa pantalonera, esos anillos y esas pulseras”. Le dije yo “Que voy a saber Lina quién es este hombre, cómo le digo yo que no se tome una foto conmigo”. Y me la deje tomar, como me la deje tomar con mucha gente. A los días un congresista crítico mío me la llevó. Era con Preafán, no lo conocía. Sabe que hice, le mandé una cartita al fiscal Alfonso Valdivieso y le dije esta foto se dio en estas y estas condiciones, no conocía al individuo, por favor investigue.

  Una de las cosas que yo le decía a mis compañeros, por ejemplo para hablar del tema de las Convivir que espero tener la oportunidad esta noche de ese tema, específicamente de esa acusación de que le di Convivir a paramilitares y para hablar del tema de la Carolina y de la acusación de que allí había reuniones paramilitares. Les decía a mis compañeros, pero bueno, si todo esto es público, la lista de desmovilizados es pública; la Superintendencia tiene la lista de los integrantes de las Convivir, porqué aquí no nos damos cuenta si yo lo que he dicho es “cuando haya un error mió o del gobierno salgamos a reconocerlo. Yo no tengo inconveniente en eso.

  – ¿Presidente uso la replica para preguntarle en torno a la reacción suya con la oposición, lo que vemos como espectadores es una bancada opositora haciendo un debate en el Congreso, en un juego democrático limpio y vemos a un Presidente salido de tono criticando al senador Petro sin mencionarlo. Presidente ¿no reconoce al menos hidalguía por parte de la oposición con respecto a este tema?

  AU: Querido Amigo, la hidalguía se excluye con la calumnia y estoy también dispuesto a, por ejemplo veamos lo de las Convivir. Mire las apoyé con el mismo criterio con que hoy tenga Colombia cerca de 4 millones de cooperantes y qué bueno que ha sido esa política de cooperación ciudadana con la Fuerza Pública.

  Calumnias como esta que los paramilitares habían nacido de las Convivir de Álvaro Uribe. Primero, yo asumo toda la responsabilidad de haberlas apoyado pero no me las inventé. Segundo, creo que en Antioquia hubo un 10 por ciento del total de las Convivir que hubo en el país. Tercero, el paramilitarismo antecedió muchos años a las convivir. Cuarto, como esta consignado en documentos históricos, en la declaración de monseñor Isaías Duarte Cancino, después asesinado en Cali, el 9 de enero de 1995, a los 7 días de haber llegado yo a la gobernación Antioquia estaba llena de guerrilla y de paramilitares. Esa declaración que se ha leído, espero que les repartan a ustedes ese folleto, la hice yo en abril de 1995, recientemente llegado a la gobernación ante la Comisión Internacional de Paz que tenía a Roger Fischer, a Handal, al actual alcalde de Medellín, etc., y uno de los capítulos de esa declaración fue el de las Convivir por la cooperación ciudadana y como se establecieron con tanta claridad los linderos entre las Convivir y el paramilitarismo. Entonces mire que basta haber vivido, tener la edad que permita haber tenido uso de razón en esos años para ver unas calumnias notorias. Y yo no tengo inconveniente en reconocerle esto: por ejemplo el señor Chepe Barrera. Una de las acusaciones que se me hace es que le di una Convivir a ese señor. Primero, acepto la responsabilidad política de promoverlas y defenderlas, públicamente lo hice. A las que fallaron las cancelé. ¿Qué hacía la gobernación de Antioquia?. Expedía la personería jurídica de la respectiva fundación pero era la Superintendencia de Vigilancia la que tenía que dar la licencia de funcionamiento. Ahora parece que el señor Chepe Barrera desmovilizado, que está indultado, fue miembro de una de esas Convivir. Nosotros hemos verificado y es cierto. Yo no le negado. Cuando yo tengo que reconocer las cosas las reconozco, es cierto. Entonces yo le pregunté a la Superintendente, en cuál Convivir y en qué cargo? Superintendente a quien yo no conocía personalmente. Vino al gobierno porque le dijo al doctor Juan Manuel Santos que tenía una persona de Bogotá, con todas las condiciones profesionales generales para ejercer la Superintendencia.

– En el acta de constitución de la Asociación Convivir del 10 de junio de 1995, de la Asociación Convivir Siete Cueros aparece el señor José María Barrera Ortiz. El gobernador de Antioquia de ese entonces Álvaro Uribe aprobó la personería jurídica de esa Convivir el 17 de agosto de 1995 y la Superintendencia de Vigilancia que es la que aprueba que esas Convivir pudieran ejercer servicios de vigilancia privada, no era la gobernación ni el de Antioquia, ni ningún otro gobernador, el 31 de agosto de 1995 le concedió licencia de funcionamiento.

  AUV.- Mire, yo tengo hidalguía. Y he provocado ese caso, porque lo tengo que reconocer y si la oposición me hace cabezas yo tengo que salir a dar explicaciones como las estoy dando esta noche, porque ahí hay un fundamento. Que fundamento, que ese señor hoy desmovilizado todo indica que es el mismo que entró en esa Convivir cuando yo la aprobé siendo gobernador de Antioquia. Le aprobé la personería jurídica y la Superintendencia le aprobó la licencia de funcionamiento. Hasta cuándo operó esa Convivir?

 Es la Superintendencia quién aprueba la licencia de funcionamiento y revisa los antecedentes, pero adicionalmente hay un concepto militar del comandante de la brigada que dice que una vez efectuados los diferentes estudios, de sus integrantes y de la información de la IV Brigada conceptúa positivamente para la asociación militar Convivir?

  AUV.- Ese concepto fue previo como en todos los casos fue previo al reconocimiento de la personería jurídica por parte de la gobernación.

  – No obstante eso presidente, el 4 de diciembre de 1997, en el punto cuarto dice que como a la fecha no ha sido posible que la Asociación cumpla con estatutos y objetivos, el gobernador Álvaro Uribe firma la cancelación de la personería jurídica de la Convivir Siete Cueros.

  AUV: Yo cancelé también muchas Convivir y quiero decirles esto a mi me sorprendió ayer porque les dije ‘bueno pero cómo que Chepe Barrera si el ha actuado es en el Magdalena’. Yo me informé de muchos paramilitares cuando llegué a la Presidencia de la República, en mi período de Gobernador de Antioquia se sabía de los hermanos Castaño Gil, me sorprendió mucho… al final de la Gobernación, de Salva toree Mancazo, me sorprendió mucho llegar a la Presidencia de la República de encontrar como paramilitar a ‘Don Berna’, que lo encontré como paramilitar, después de que se conocían los antecedentes de él y pregunté yo esta noche bueno, hoy está indultado Chepe Barrera, se desmovilizó ¿porqué se le indultó? Se le indultó por rebelión porque hasta ahora no se le han encontrado delitos diferentes.

  Miren que yo tengo esa hidalguía para reconocer cuándo hay que dar explicaciones. Lo que estudiamos esta noche indica, contrario al certificado militar que a mi me dieron en el 95, que contra este señor hubo una denuncia de un señor, un teniente del Ejército por allá en el año 94 y que la fallaron en el año 99 por promoción de grupos paramilitares, o sea que lo denunciaron antes de que yo llegara a la Gobernación y fallaron eso mucho después de que yo salí de la Gobernación antes de llegar a la Presidencia de la República. Yo vine a saber del nombre del señor Chepe Barrera como paramilitar porque me dijo Luis Carlos Restrepo que se iba a desmovilizar un grupo paramilitar del Magdalena, del departamento del Magdalena no hace mucho tiempo que comandaba Chepe Barrera.

  ¿En qué momento se desmovilizó? –le responden: la acusación de la fiscal es en 1999- ¿En qué momento se desmoviliza? Creo que es 2004, julio de 2004 se desmoviliza Chepe Barrera, 4 de diciembre de 2004. Pero veamos el otro caso, el de Julián Bolívar, así como reconozco ante los hechos, de la evidencia de los hechos que el señor Chepe Barrera, hoy desmovilizado, de quien no conocíamos vinculaciones al paramilitarismo participó en esa Convivir, el caso Julián Bolívar es distinto. En la Convivir de Julián Bolívar ¿quién figuraba cuando yo expedí la Personería Jurídica? -le responden: en la Asociación Convivir de Daban figuraban los señores Gonzalo Giraldo, José Humberto Restrepo, Héctor Darío Vélez y José Ignacio Alzate Villegas, ese es el documento que se anexa- ese es el documento de la Gobernación –le responden: correcto Presidente y además está el concepto de la Brigada del 12 de noviembre del 96 y el 22 de noviembre del 96 el gobernador Álvaro Uribe reconoce la Personería Jurídica de la Asociación Convivir de Daban de representante legal el señor Gonzalo Giraldo Salazar y Elkin de Jesús Vélez Parra en ese momento no aparece el señor Rodrigo Alzate alias ‘Julián Bolívar’- Esa Convivir no la cancela la Gobernación que yo presidí, usted me dijo superintendente que la vinieron a cancelar en el año 99 –le responden: en la resolución 55365 del primero de junio de 99 el gobernador Alberto Builes Ortega cancela la Convivir de Yaban- Ahí hay dos casos bien diferentes, por ejemplo se trato de insinuar y eso que se rectificó que yo había aprobado organizaciones Convivir a personas de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba, no podía, la jurisdicción territorial me lo impedía. Y así como quiero reconocer y mirar en detalle estos temas y asumir la responsabilidad política que tenga que asumir también le digo lo siguiente: si quiera creamos las Convivir, siquiera hoy tenemos 4 millones de cooperantes.

  Esta mañana empezamos a desbaratar con una gran eficacia policiva esa red de las Farc en Cali gracias a los cooperantes. Qué habría sido de la Antioquia que yo encontré en secuestro y en asesinato. Si no estimulamos a los antioqueños a cooperar con la fuerza pública para crear una cooperación legítima, constitucional, solidaria, diferente a las acciones criminales. Ayer me llamó un amigo y me dice “pero porqué te preocupas por eso”. Si quiera has impulsado en Colombia el concepto de cooperación ciudadana.

  Lo que yo no puedo admitir es que se me venga a decir que en la casa de la finca La Carolina había reuniones de paramilitares. En el año 1994, antes de ser yo gobernador de Antioquia, yo empecé ese cargo el 2 de enero de 1995, el 21 o 22 de agosto de 1994 fue asesinado el mayoral de La Carolina por las Farc. Yo tenía una finquita ahí cerca y ahí fueron y lo mataron. Con antelación a esa fecha, las Farc le habían hecho un intento de asesinato y él reaccionó y en la reacción de él murió uno de los bandidos que estaba allí con las Farc. Me decía mi hermano Santiago esta tarde que cree que era un señor que le decían Varela. Le pedí al coronel Buitrago que preguntara en la policía y en el DAS, esto no lo nombra ninguna información . Todas estas cosas han salido en información pública, es que aquí es pública la lista de desmovilizados, pública las resoluciones de la gobernación de Antioquia. Y esos son los dos casos de asesinato en La Carolina. En el año 94 ONG’s muy importantes fueron a esa región de Antioquia a buscar pruebas que para acusar a Álvaro Uribe de paramilitar. Yo ni hacía presencia allá. De pronto iba a La Carolina, muy de vez en cuando, o cuando me invitaba mi padre, o a una tienta mi hermano Santiago.

  Ustedes recuerdan un incidente que yo tuve con un periodista internacional en campaña que se me acusó y era verdad que le eche mano al cuello. Eso fue verdad. Le eche mano al cuello porque ese periodista llegó muy agresivamente cumpliendo un mandado. La primera pregunta que rehizo fue que opinaba de que mi hermano Santiago tenía una sociedad en la finca La Carolina con el narcotráfico. Los socios de allá toda la vida han sido personas de la mejor reputación ética, moral, social de la ciudad de Medellín. Esa pregunta me generó la indisposición con ese periodista y conocía todas las acusaciones que me trataron de hacer todas esas ONG’s por enemistad política conmigo, por rabia contra mí, por mi decisión firme e irrevocable de que Colombia derrote el terrorismo. Y después las emprendieron contra mi hermano Santiago. Entonces creo que la versión libre de mi hermano Santiago es por allá en el año 96 y eso hay un auto
Inhibitorio en el 99, no era yo gobernador y creo que apenas estaba regresando de Londres a empezar a mirar aquí cómo podía adelantar en medio de tantas amenazas la campaña que culminó con la elección de 2002.

  Al periodista que ahorita preguntaba por la justicia le digo que este país ha hecho muchos esfuerzos por la justicia. Saben cuál era el gran obstáculo de la justicia colombiana: que el dominio terrorista creaba unas condiciones de violencia que arrasaban con todas las instituciones. Eran el gran factor obstructor de la justicia. Eso es lo de La Carolina.

  Luis Jaime Costa Agencia Reuters

  – Señor Presidente muy buenas noches usted siente que este denominado escándalo de la parapolítica ha comenzado a provocar una crisis de gobernabilidad y de credibilidad de su gobierno a nivel internacional y qué siente al recibir una especie de aislamiento de estados Unidos con la ausencia de Al Gore cuando usted viene siendo o venía siendo reconocido por el gobierno de los Estados Unidos como un mandatario aliado en América Latina?
AUV: Ellos verán a qué le creen. Si le creen a la calumnia o a los hechos. Si le creen a la calumnia que dice que el Gobierno es paramilitar o al hecho del Gobierno que ha desmontado el paramilitarismo.

Ellos verán a qué le creen. Indudablemente, el propósito que vengo advirtiendo de hace muchos años, primero para desacreditarme como Gobernador, después para impedir mi elección, después para desacreditar el Gobierno. Ese propósito ha seguido y tiene momentos difíciles pero ¿qué me toca hacer? Proceder de manera clara con toda dignidad en todas partes y por eso voy a reunirme con los periodistas que quieran ir a esa rueda de prensa en Miami a que pregunten todo lo que quieran y ahí están las autoridades y hoy queda más fácil investigar porque la gente le perdió el miedo a las investigaciones, a los testimonios, a darlos, y hay 32 mil paramilitares desmovilizados y es que este Gobierno tiene un record tiene el record de haber bajado los asesinatos casi a la mitad, casi eliminado el secuestro, mire lo que ha pasado con las garantías a la oposición, cuánto han mejorado las garantías para el ejercicio político y periodístico en Colombia en este Gobierno. Acusan a este Gobierno los sindicatos, algunos porque este Gobierno tiene sindicatos amigos. Ahora que hay seguridad para los sindicalistas.

Yo le mostraba al presidente Clinton las estadísticas de la seguridad sindical y se sorprendía dijo ‘divúlguelas para que las conozcan’. Antes de mi gobierno llegaron a asesinas 126 líderes sindicales, 168, el año pasado asesinaron en Colombia e influyó mucho el enfrentamiento Farc-Eln asesinaron 25, este año va uno y todo indica que no es por razones de sindicalismo. Se mostraba sorprendido el presidente Clinton cuando yo le decía mire a pesar de los esfuerzos de nuestro Gobierno en Colombia se asesinaban 68 personas por cada cien mil habitantes, el año pasado todavía se asesinaron 38 y de sindicalistas la tasa era ¿de cuánto Romario? De cinco por cada cien mil, mientras la tasa total de asesinatos en Colombia de 38 por cada cien mil, pero yo no estoy contento con esas reducciones estamos buscando hacer todos los esfuerzos para que llegue un momento en que Colombia pueda decir cero asesinatos de sindicalistas y voy a reunirme nuevamente con las centrales sindicales de los Estados Unidos porqué me van a condenar sin escucharme, porque una política que tiene que ser de relaciones de Estado a Estado se va a convertir en una relación de un partido con la oposición del otro país. No puede ser, aquí hay unos hechos muy contundentes, el periodismo, pregúntenle a sus compañeros periodistas de las regiones cuándo se han sentido menos amenazados si ahora o si del 2002 hacia atrás.

Creo que la seguridad democrática ha avanzado mucho para las libertades periodísticas en Colombia. Colombia tuvo años cuando asesinaron 15 periodistas, creo que este año no han asesinado un solo periodista. Miren, vayan a la Sierra Nevada para que vean el grado de confianza que se ha construido entre las comunidades indígenas y las Fuerzas Armadas. Aquí hay hechos que son más importantes que las calumnias y por supuesto que yo me haya equivocado. Yo tengo que pedir errores pero no por delitos. Cuando me haya equivocado se reconoce por eso he querido hablar con detalle aquí de estos temas para no pasar por las ramas yo confío, confío en esto porque es que es un gobierno advenedizo es un gobierno que va a cumplir de trabajar incansable honradamente por Colombia y un país que muestra un gran mejoramiento y no lo vamos a dejar echar para atrás.

  – Señor Presidente usted ha hecho una defensa de su familia, de su hermano Santiago, yo quisiera preguntarle si esa defensa incluye al senador Mario Uribe, primo suyo, quién ha sido salpicado en el escándalo de la parapolítica y acusado por un supuesto paramilitar de haberse reunido con ellos para una campaña?
AUV.- Primero esculcarle la votación al senador Mario Uribe es muy fácil. Yo no le he visto sino una votación grande cuando lo arrastró la favorabilidad de los colombianos con nuestra candidatura en el 2002. Mírele las votaciones. Segundo, yo no creo que el senador Uribe, hijo de un tio mío, tenga esas inclinaciones de que lo acusan de ir a autorizar paramilitares para comprar un pedazo de tierra. Eso es bueno que lo investiguen.

  Dario Fernando Patino. Canal Caracol.

 Presidente usted nos reveló que hoy que parte de la razón para estar hablando aquí es el incidente con el ex vicepresidente Gore. Esto en que puede afectar el Tratado de Libre Comercio

  AUV.- Esto me hace pensar que nos puede producir un daño en los Estados Unidos, que lo están buscando mis adversarios.

  – ¿Qué indicios tiene de que se está atacando directamente el Tratado de Libre Comercio con este tipo de información?

  AUV.- Yo tengo pruebas, que no las puedo revelar, son de inteligencia militar y policiva y algunas de las personas que han ido a Estados Unidos que dicen “ya nos tiramos en el Tratado usando a este tal por cual de Uribe”. Tengo esas pruebas y ha sido un propósito persistente de ir a desacreditar el gobierno y las coincidencias. Muchas de los críticos que van allá a difamar al gobierno son aquí los adversarios al TLC. Y tengo pruebas específicas, para no revelarlas no voy a hacer alusiones personales porque me he comprometido conmigo mismo a hacer una sola alusión personal esta noche.

  – Presidente, pero si todo son calumnias que efecto puede tener sobre una negociación que ha sido técnica y política del más alto nivel?

  AUV.- La verdad es que si usted logra convencer a las mayorías del Congreso que este es un gobierno paramilitar y bandido eso le hace un daño inmenso a Colombia. ¿Qué vamos a hacer? Estar hablando con hechos, con cifras, con evidencias. Pero claro que me preocupa lo del ex vicepresidente Al Gore y por eso dije: “yo mismo lo voy a contar esta noche”. Y mañana por la mañana. Porque también hay un adagio norteamericano que dice: que usted tiene que enfrentar los malos retornos a tiempo. Vamos a enfrentar este retorno a tiempo, con todo el amor patriótico.
Mire Darío Fernando, que yo acepto en qué casos hay fundamentos para que se le pregunte al gobierno y se le critique. Si yo soy de la oposición y encuentro lo de Chepe Barrera, eso da todo el derecho a hacer un debate y el gobierno tiene que ir a explicarlo, como creo que yo con toda franqueza lo he explicado esta noche aquí. En un país que ha sufrido tanta violencia, cuántas equivocaciones habrá. Y yo repito tengo que pedir perdón por errores pero no por delitos. Entonces así como tengo que explicar casos como ese, también tengo que rechazar calumnias.

  Juan Gossaín RCN Radio

  Señor Presidente muy buenas noches. Señor Presidente lo único malo de preguntar de último es que todo el mundo ha preguntado lo que uno iba a preguntar. De manera que permítame formularle esta inquietud. A lo largo de esta noche usted ha dicho varias veces que no quiere hacer alusiones personales en relación con los debates, pero ayer, aquí mismo en Cartagena usted dijo que si fuera guerrillero “sería un buen guerrillero de fusil y no un calumniador” se refería obviamente al senador Petro y ¿porqué usted está tan seguro de que habría sido un buen guerrillero?

  AUV: Juan, primero deberíamos estar hablando de cosas buenas, tantas cosas buenas. Yo ayer fui primero ala Universidad Tecnológica, un gran debate en esa universidad constructivo sobre el tema de las transferencias. Hubo un compatriota crítico, el doctor Carlos Rodado es que uno de los senadores que ustedes han mencionado esta noche ha venido a discutir conmigo temas económicos y políticos y se le ha tratado con todo el respeto.

uno ser, en aras de la dignidad, beligerante frente a la calumnia. Por ejemplo, yo he discutido mucho con mi buen amigo el senador Rodado sobre el tema de las transferencias y esa fue una grata discusión ayer en Cartagena, después fui a una cosa muy importante gracias a la confianza que se deposita hoy en Colombia llegó ayer el primer buque de Royal Caribean a Cartagena, van a llegar 108 cruceros, Cartagena, Santa Mata y San Andrés, 200 mil pasajeros en un año. Anoche tuve una reunión gratísima con los industriales japoneses que vuelven a Colombia después de muchos años ya con confianza en Colombia por la seguridad porque están superados los pleitos con el Japón y enseguida me quedé hasta media noche con el equipo económico del presidente del Banco de la República buscándole soluciones al tema de revaluación e inflación y hoy me fui a las cinco de la mañana con algunos de los ministros a Belalcazar, en el Nevado del Huila, Belalcazar departamento del Cauca y lo primero que le die a la comunidad es estemos contentos no hubo víctimas demos gracias a Dios fue un hecho bien bueno no hay una sola víctima, recuerden Armero, recuerden hace 14 años una erupción igual del Nevado del Huila en todo ese cañón del Páez, funcionaron las alarmas, funcionó bien Ingeominas, los comités locales de emergencia, la Cruz Roja, el Ejército, la Policía, los cabildos indígenas, les dije hay caminos, reconstruimos puentes, vamos a atender unas necesidades alimentarias tanta cosa buena para hablar hoy.

Elencuentro con la presidenta Bachelette, las promisorias relaciones con Chile, vengo de la Feria Internacional de Bogotá.

 Señor Presidente usted acaba de revelarle al país que tiene pruebas concretas de que personas de Colombia han ido a Estados Unidos a desprestigiar al Gobierno y a tratar de destruir el TLC, usted ha dicho que no quiere dar nombres pero ¿qué tipo de pruebas y qué tipo de personas, son congresistas son dirigentes políticos quienes son?

  AUV: Las hay de congresistas Juan, correcto, y es que además no son pruebas difíciles.
Félix de Bedout La W

  – En su respuesta usted dice que eran pruebas de inteligencia militar ¿se está haciendo seguimiento de inteligencia militar a la oposición?

  AUV: Mire, pregúntele al doctor Andrés Peñate. Usted cree que aquí le hacen es inteligencia al Gobierno, la oposición exhibe unos documentos a los oficiales a los cuales el Gobierno no tiene alcance. Nadie puede decir que este Gobierno ha utilizado a los militares, a la Policía o al DAS para cercenar derechos de oposición, lo que pasa es que esas personas proceden muy evidentemente, no se cuidan tanto como creen cuidarse y además facilitan inferencias. La oposición lo que ha tenido es garantías aquí. Mire las elecciones del año pasado Félix, ¿qué riesgo corren con el Gobierno de la seguridad democrática?

Uribe inquieto por repercusión internacional de escándalo de ‘parapolítica’

El presidente colombiano Alvaro Uribe se declaró el jueves preocupado por la repercusión internacional de las denuncias que vinculan a él y a su familia con paramilitares, y advirtió que son una estrategia de la oposición para bloquear la aprobación del TLC con Estados Unidos y la ayuda militar de ese país.
En alocución al país por radio y televisión, Uribe explicó que convocó la transmisión tras enterarse que el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, canceló su presencia en un foro sobre temas ambientales en Miami, previsto el viernes, debido a que no quería compartir escenario con el presidente colombiano.

“El propósito político es el de afectar el crédito del gobierno colombiano para bloquear la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) y la ayuda a Colombia, para bloquear la confianza internacional en nuestro país” señaló Uribe en la conferencia por radio y televisión, en la que participó la AFP.
Al ser interrogado sobre el apoyo que su gobierno dio a personalidades que después resultaron relacionadas con los grupos paramilitares de extrema derecha, Uribe señaló que está dispuesto a que se examinen todas esas acusaciones.

El mandatario también dijo que tiene informes recogidos por los servicios de inteligencia según los cuales dirigentes opositores -que no especificó- admiten que están realizando una campaña para buscar desprestigiarlo a él y a su gobierno en el exterior, sin importar los efectos que ello tenga para el país.
Uribe agregó que es curioso que dirigentes de la oposición “que aquí viven todos posando de enemigos políticos del ‘imperialismo yanqui’ vayan con frecuencia a Estados Unidos a desacreditar al gobierno de Colombia”.
Uribe prevé partir este viernes a Miami, donde participará del ‘Foro verde’, organizado por la revista Poder, que invitó a líderes de las Américas, entre ellos Gore y Uribe.

El martes pasado, el senador Gustavo Petro, de partido Polo Democrático Alternativo (PDA), realizó un debate en el Congreso orientado a demostrar que en los años de 1995 a 1997, cuando Uribe fue gobernador de Antioquia, los grupos paramilitares crecieron a la sombra de la clase política local.
Petro, quien ha sido un férreo opositor al gobierno de Uribe, acusó al mandatario de haber autorizado el funcionamiento de varios grupos privados de seguridad, denominados Convivir, de donde surgieron los escuadrones armados de ultraderecha.

El presidente colombiano reaccionó tácitamente el miércoles a las denuncias del senador calificándolo de guerrillero y calumniador.

“Eso de ser mediocre guerrillero y lúcido calumniador dice muy mal de la personalidad de la guerrilla”, dijo el mandatario durante una intervención pública en la ciudad de Cartagena, sin mencionar directamente al senador.

Gancho de izquierda

El presidente Uribe dijo en Miami que Colombia goza de paz paramilitar porque su Gobierno desmontó el paramilitarismo.

Habían acabado de pasar las nueve y media de la noche del pasado jueves 19, cuando los canales de la televisión colombiana hicieron un alto en su programación para pasar el Himno Nacional. Segundos después, apareció en las pantallas el presidente Álvaro Uribe quien después de ofrecer disculpas a la audiencia dio inicio, no a una alocución como las tradicionales, sino a una entrevista en directo con periodistas de radio y televisión, y dos corresponsales de agencias internacionales -Reuters y AP-. “Me llamaron esta tarde a decirme que desde la oficina del ex vicepresidente Al Gore de Estados Unidos, habían informado que él no asistiría al foro porque no podía compartir con el presidente de Colombia después de los debates en contra de la familia Uribe Vélez y contra el Presidente”, dijo. Se refería a un foro organizado por la revista Poder en Miami sobre temas ambientales al cual estaban invitadas un buen número de personalidades.

La noticia cayó como un baldado de agua fría. Fue la gota que derramó la copa y lo que explicaba por qué horas antes, durante una rueda de prensa, el mandatario prácticamente le quitó la palabra a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, de visita en Bogotá, y se fue lanza en ristre contra sus contradictores, a quienes acusó de ser “políticos que quieren el triunfo guerrillero”.

A Uribe le temblaba la voz y lucía descompuesto cuando anunció que emprendería una ofensiva en Colombia y el mundo para responder a las acusaciones. El Presidente estaba tenso. Y molesto. La noticia que el organizador del foro, Isaac Lee, le había comunicado por teléfono a eso de las 4:30 p.m., era una mala señal y, en cierta forma, le confirmaba que las preocupaciones de la Embajadora en Washington, Carolina Barco, que había hecho varias llamadas a Palacio el día anterior, no eran infundadas.
Cargado pa’tigre

Pero el malestar venía desde antes, pues el ambiente en la Casa de Nariño estaba enrarecido desde el miércoles en la mañana. No era para menos. El debate adelantado la noche anterior en el Congreso por el senador opositor Gustavo Petro había dejado un mal sabor.

No obstante que estaba anunciado, la defensa del Gobierno se había quedado corta para hacer frente a las denuncias de Petro. Mientras que los escuderos del Palacio de Nariño llevaron docenas de fólderes con papeles pues pensaron que el ataque iba a concentrarse contra la bancada uribista de origen antioqueño por sus supuestos vínculos con la parapolítica, el representante del Polo Democrático cambió de flanco. Hábilmente, usó en forma selectiva documentos clasificados y reportes de Inteligencia, investigaciones de la Fiscalía y hasta informes en poder de autoridades de Estados Unidos, para tratar de demostrar que algunas Convivir, impulsadas por Uribe cuando fue gobernador de Antioquia (1995-1997), terminaron en manos de paramilitares, y que el hermano del Presidente, Santiago Uribe, tenía o había tenido relaciones con narcotraficantes y paramilitares.

Al tomar la palabra para responder, los ministros del Interior, Carlos Holguín, y de Transporte, Andrés Uriel Gallego, no lograron llenar las expectativas de la Casa de Nariño. “Los cogieron con los calzones abajo”, había dicho horas antes el senador liberal Juan Fernando Cristo, y esa era la sensación en Palacio. A falta de argumentos, el ministro Holguín acudió al espejo retrovisor.
¿Qué había pasado? Esa era la pregunta que torturaba al Presidente esa mañana del miércoles cuando, reunido con los asesores José Obdulio Gaviria, Fabio Valencia y Jorge Mario Eastman, el secretario general de la Presidencia Bernardo Moreno, la secretaria privada Alicia Arango, el ministro del Interior Carlos Holguín y el secretario de prensa César Mauricio Velásquez, les dijo que por qué, si estaba la documentación a mano, Holguín no había tenido cómo rebatir las acusaciones de Petro sobre las Convivir que habían terminado en manos de los paramilitares Julián Bolívar y Chepe Barrera.

El Ministro reconoció que de ese asunto no estaba enterado y poco después descubrieron que la Superintendencia de Vigilancia en Bogotá no tenía la información completa, y que, precisamente la que se refería a esas dos cooperativas, estaba en Antioquia. Hubo
un mea culpa general, pero sin decir nada todos miraron a Gaviria y a Holguín, que habían sido los encargados de acopiar la información para hacerle frente al debate.

Un elemento que tenía alterado al Presidente de manera visible, era el tema de su hermano. Así como lo había hecho en otras oportunidades, reiteró que él estaba dispuesto a enfrentar todos los cuestionamientos, pero que involucrar a su familia le parecía un acto de cobardía.

Poco después, Uribe viajó a Cartagena. Iba, como diría él mismo, “cargado pa’tigre”. Aprovechó un foro sobre transferencias con estudiantes de la Universidad Tecnológica de Bolívar para lanzar dardos contra Petro, aunque sin mencionarlo: “No habría sido guerrillero de calumnias, sino de fusil -dijo-. Eso de ser mediocre guerrillero y lúcido calumniador dice muy mal de la guerrilla”. Fueron las primeras bengalas públicas que indicaban que las cosas no se iban a quedar de ese tamaño y que estaba dispuesto a irse con todo. Las acusaciones de Petro lo habían tocado en lo más íntimo.
De nuevo en Bogotá, sus asesores le contaron sobre las llamadas de la embajadora Barco, preocupada no sólo porque la percepción de la prensa estadounidense sobre el debate era negativa, sino sobre todo porque un artículo de Juan Forero, publicado ese día en The Washington Post, dejaba muy mal parado al Gobierno colombiano. Quería “cartilla” sobre qué debía hacer para contrarrestar la información adversa.

La situación ameritaba hacer algo y pronto. Acordaron elaborar un documento que rebatiera punto por punto las sindicaciones de Petro, en especial las relativas a las Convivir y a las haciendas La Carolina y Guacharacas que habían pertenecido a la familia Uribe y en las cuales, según el Senador de Polo, se habían realizado reuniones con paramilitares.
Jueves caliente

En la madrugada del jueves, el Presidente viajó a Cauca para hacerse presente en la zona donde la creciente del río Páez se había llevado 19 puentes y siete viviendas y había dejado a 300 personas damnificadas, como consecuencia de una erupción del Nevado del Huila. De regreso en Bogotá volvió a reunirse con esa especie de “comité de emergencia” con el que analizaba la situación, tal vez la más crítica en sus cinco años de gobierno.
Era cerca del mediodía. Les dijo que estaba decidido a hablar. La pregunta fue sobre cuál era la mejor alternativa y luego de sopesar algunas, decidieron, con el consejo del vicepresidente Francisco Santos, que lo mejor era organizar una especie de rueda de prensa-entrevista-alocución y entonces resolvieron que lo harían por televisión y con periodistas de medios electrónicos y de corresponsales extranjeros. Fue lo que, entre líneas, anunció en la rueda de prensa con la presidenta Bachelet.

Horas más tarde y después de inaugurar la Feria del Libro en el Centro de Convenciones, hizo su aparición en televisión. Duró una hora y 45 minutos respondiendo las preguntas de los periodistas que habían quedado planteadas tras el debate. Unas las contestó de frente, otras las eludió y se salió por la tangente. Explicó la historia de las fincas de su familia que Petro asoció con las autodefensas, hizo una defensa vehemente de su familia y de sus actos con escuadrones de la muerte y negó rotundamente cualquier tipo de contacto con paramilitares. “Tengo que pedir perdón por errores pero no por delitos”, dijo. El consenso de quienes lo vieron fue que se veía muy afectado.
Y algo muy preocupante dejó flotando: que el Gobierno estaría haciendo seguimiento a congresistas que se oponen al TLC. “Tengo pruebas de Inteligencia militar y de Policía de personas que dicen: ‘Ya nos tiramos el Tratado en Estados Unidos, acusando al tal por cual de Uribe’ (…).

Las coincidencias es que muchos de los críticos que han ido allá son adversarios aquí del TLC, pero no voy a hacer alusiones personales (…). Son congresistas”.
Pero ese aparente resbalón no pareció dejarlo preocupado. Con la sensación de haberse quitado un enorme peso de encima, Uribe no dejó de esbozar una sonrisa poco antes de despedirse de los convocados a la rueda de prensa, al filo de la medianoche.

El capítulo final de esta historia tuvo lugar en Miami, a donde Uribe viajó en la madrugada del viernes. Apenas llegó a la llamada Capital de Sol, salió para el hotel Ritz Carlton en donde acompañado de algunos miembros del gabinete contestó preguntas en español e inglés y repitió buena parte de los argumentos esgrimidos la noche anterior. Horas después cumplió la cita en el foro de Poder, aunque los programas ya impresos anunciaban el intercambio de opiniones entre el presidente colombiano y Al Gore.

Fue precisamente un comunicado del ex vicepresidente el que fue conocido por los medios. Este afirmaba que el antiguo número dos de Bill Clinton “cree que el presidente Uribe debe tener oportunidad para referirse a estas acusaciones no aclaradas en Colombia, pero antes de que este grave capítulo de la historia no se cierre el señor Gore siente que no es apropiado aparecer en el evento”. En respuesta, el Gobierno de Estados Unidos dejó en claro que “el ex vicepresidente no ha tenido contacto alguno sobre sus planes de viaje con el Departamento de Estado. Gore es un ciudadano particular, tiene sus opiniones personales”.

El frente doméstico
Esos eventos, sin embargo, parecían haber quedado en tierra en la noche del viernes. Por eso, cuando el Boeing 737 de la Fuerza Aérea Colombiana despegó del Aeropuerto Internacional de Miami las caras de los pasajeros eran de relativa satisfacción. Fiel a su manera de ser, Uribe había puesto la cara y contestado los interrogantes hechos por los periodistas de los diferentes medios de comunicación, además de recibir diferentes demostraciones de apoyo, como ocurrió con el público en el foro que debía haber compartido con Gore, y con los gremios de la producción que dieron a conocer múltiples mensajes de respaldo en Bogotá.

Pero más allá del cierre de una semana particularmente intensa, incluso para un mandatario que vive con el acelerador a fondo, un análisis más frío muestra diferentes caras. La primera es la doméstica: el Presidente consolidó su imagen ante la opinión interna, tal como lo mostraron los sondeos hechos después de la rueda de prensa del jueves en la noche, bien por solidaridad frente a un desplante, por la claridad de sus palabras.

La pregunta, sin embargo, es si la estrategia de que la mejor defensa es el ataque es sostenible, no obstante que ha producido y produjo resultados. “En general, el Presidente se tiene que calmar -sostuvo un experto internacional-. Resulta irónico ver a Uribe frenético y a Petro tranquilo, un factor que puede generarle simpatías entre sus partidarios más fervientes, pero también dudas en ciertos sectores de opinión más moderados”, agregó.
Esas opiniones tienen una particular validez, sobre todo si se tiene en cuenta que faltan casi 38 meses de gobierno. Ya sea que las acusaciones tengan o no fundamento, lo cierto es que Petro logró sacar de sus casillas al Presidente y que la oposición le encontró un punto débil a un mandatario que hasta la fecha había arrasado como hombre fuerte. Así las cosas, el reto para Uribe en lo que le falta de gobierno es mantener la cabeza fría, pues la que más pierde por la turbulencia es su administración.

Dicho de otra manera, el caballito de batalla de la parapolítica va a continuar. Y lejos de sumar aliados, en la medida en que las elecciones de 2010 estén cada vez más cerca, lo más probable es que el Presidente vaya a estar cada vez más solo. Frente a los desafíos previsibles, la inquietud de muchos es si el actual inquilino de la Casa de Nariño va a mantener la pugnacidad verbal de las últimas semanas o si va a cambiar de táctica. Quienes lo conocen dicen que Uribe prefiere “encuellar” a sus contradictores, como él mismo lo confesó el jueves en la noche, pero también advierten que, como viejo zorro de la política, aprende a contenerse dependiendo de la dirección del viento.
¿Fin de la luna de miel?

En el exterior la cosa es a otro precio. Por eso, la pregunta de fondo es si luego de cinco años de buenas relaciones, al presidente Álvaro Uribe se le acabó la luna de miel con Estados Unidos. Aunque nadie pone en duda que en la Casa Blanca sus acciones todavía se cotizan bien, negar que ese portazo de Gore le causa un daño enorme al prestigio internacional del mandatario colombiano sería una estupidez.

Es verdad que al Presidente lo adora George W. Bush y que Gore es un ex vicepresidente marginado de la política. El problema, sin embargo, es que se trata de uno de los dirigentes más populares del mundo por su cruzada a favor del medioambiente, que le ha valido una candidatura al Nobel de Paz, y por su filme An Inconvenient Truth, que en la última edición de los premios de la Academia en Hollwywood ganó los Óscar a “Mejor documental” y “Mejor canción original”.

Y no sólo eso. Aunque ha declarado que no piensa lanzarse a las elecciones del año entrante, para nadie es un secreto que muchos demócratas quieren que vuelva a la arena política para recuperar el poder. En ese sentido, caer en desgracia con Gore equivale a quedar en malos términos con un amplio sector del Partido Demócrata que en noviembre recuperó las mayorías en el Congreso, y que hoy tiene en sus manos la suerte del TLC y de la segunda etapa del Plan Colombia.

Aparte del embrollo con Gore, la semana pasada se informó en Washington que el senador demócrata Patrick Leahy, presidente del subcomité de Operaciones Extranjeras del Senado, decidió suspender la entrega de 55 millones de dólares al Eército colombiano por dos razones. La primera, para tener tiempo de leer la extensa certificación que le mandó el Departamento de Estado en la que señala que las Fuerzas Militares colombianas respetan los derechos humanos. Y la segunda, porque quiere hablar con el Gobierno de Bush sobre las sospechas que hay acerca de la supuesta vinculación del comandante del Ejército, general Mario Montoya, con los paramilitares. Peor, imposible.

¿Cómo se llegó a esto? ¿Cómo es posible que si un diario tan importante como The Washington Post publica el 15 de marzo un editorial titulado Help Colombia, en el que pide al Congreso que apruebe el TLC y respalde sin restricciones a Uribe, sólo un mes más tarde las cosas se le hayan complicado tanto al Presidente en la capital norteamericana? ¿Cómo se explica que, tras un editorial de The Economist del 24 de marzo y muy favorable a Uribe, el panorama del presidente haya sufrido un giro de 180 grados?
La respuesta es múltiple. En primer lugar, resulta tan grave lo que ha pasado en Colombia en las últimas semanas que ha ido llamando poco a poco la atención de la prensa estadounidense.

Entre los analistas hay discusión en torno a si el anuncio hecho por el propio Uribe el jueves en Bogotá, pudo haber sido manejado en otra forma. Si el Presidente no hubiera hablado de ello públicamente y hubiera cancelado él su presencia en Miami con una excusa cualquiera, se habría evitado el alboroto. Ahora el tema es más complejo y puede causar, incluso, un sentimiento antinorteamericano en Colombia, en solidaridad con el mandatario.
Otra de las razones por las que la percepción de Uribe ha cambiado en Washington tiene que ver con las frecuentes visitas que han hecho a la ciudad dirigentes de la oposición colombiana, donde encuentran el apoyo de algunas ONG. Por ejemplo, hace poco estuvo Petro, que apareció en diversos foros con Adam Isacson, del Center for International Policy, enemigo acérrimo del enfoque militarista del Plan Colombia, que le sirvió de traductor. En su visita, Petro dijo que el TLC beneficiará a los terratenientes que para él son sinónimo de “narcotraficantes”.

Una tercera razón ha jugado en contra de Uribe en Estados Unidos y es que el apoyo de la Casa Blanca a Bogotá, que desde el gobierno de Andrés Pastrana había sido bipartidista, ha dejado de serlo. Lejos están los tiempos del Plan Colombia propuesto por un presidente demócrata como Clinton y aprobado por un Congreso republicano presidido por Newt Gingrich. Ahora los demócratas le reprochan a Bush su apoyo a Bogotá casi tanto como su política frente a Iraq.

Ni la nueva presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ni los representantes Charles Rangel y Sander Levin, del mismo partido y de quienes depende la suerte del TLC por los comités que encabezan en el Congreso, ven con buenos ojos los abrazos que Uribe recibe de Bush cada vez que se encuentran. Y no por Uribe, sino porque se oponen a Bush.
Esto significa que el futuro de Colombia en Washington no está sujeto a las gestiones de un embajador influyente, como Luis Alberto Moreno o Andrés Pastrana, o de una embajadora disciplinada como Carolina Barco, sino también a los vaivenes de la política interna en Estados Unidos. Y eso, a sólo año y medio de las elecciones presidenciales y con la popularidad de Bush por los suelos, les deja poco margen de maniobra a la diplomacia de Uribe y al trabajo formal de la embajadora Barco, que tienen la cosa cuesta arriba con los demócratas.

Con semejante panorama, a estas alturas conviene pensar en dos posibilidades con respecto al TLC: que el texto suscrito en noviembre sólo será aprobado por el Congreso si le cuelgan varios anexos que lo modifiquen en materia laboral, o que no será enviado por el Gobierno de Bush a consideración del Legislativo para no sufrir un revés en la votación. Así, pues, Colombia debería apuntarse al mal menor, que tiene nombre propio: una nueva extensión por dos años de las actuales preferencias arancelarias.

Lo grave de esa alternativa es que impediría, por una parte, que los inversionistas abran empresas en Colombia para exportar a Estados Unidos, pues no tendrían la seguridad de que puedan enviar sus productos permanentemente. Por otra parte, la no aprobación del TLC enviaría un mensaje difícil de digerir en Bogotá, donde el Gobierno se la ha jugado toda a favor de los gringos. Tal como dijo hace una semana ante la prensa en Washington el vicepresidente Francisco Santos, “si no se aprueba el TLC, se fortalecerá la tesis de quienes en América Latina se oponen a principios como el libre comercio, y tendrá consecuencias continentales pues hará que alguna gente se pregunte si en la región andina vale la pena ser aliado de Estados Unidos”.

Pero no todo está perdido para el Presidente. Uribe cuenta con el respaldo de los republicanos y con algunos pesos pesados del partido demócrata como el ex presidente Clinton. Pero debe entender dos cosas. Que para esa colectividad no sólo importan los indicadores de seguridad, sino también el esclarecimiento de las violaciones de los derechos humanos. Y que tiene que explicar mejor sus políticas frente a los demócratas y la prensa estadounidense. De lo contrario, el episodio suscitado por el desplante de Gore se le convertirá en algo parecido a la cancelación de la visa a Ernesto Samper en los años 90, un episodio que todavía los colombianos no han terminado de olvidar.

¿Mala prensa?

Uno de los temas que más calentaron el ambiente con Colombia fue el artículo publicado en primera plana por Los Angeles Times el 25 de marzo, en el que se afirmó que la CIA guarda un informe de inteligencia realizado en otro país, según el cual el general Montoya se alió con gente de Don Berna para recobrar el control de la Comuna 13 de Medellín en el año 2002.

La reacción no se hizo esperar. Tanto el presidente Uribe como el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, salieron en defensa de Montoya en Bogotá, mientras que en Washington la embajadora Carolina Barco se fue volada a los cuarteles generales de la CIA, donde le dijeron que el reporte no había sido elaborado por los gringos y que los datos no estaban confirmados.

Las críticas al Gobierno no pararon ahí. Pocos días después, aparecieron en las páginas editoriales de The Baltimore Sun, un diario mediano del estado de Maryland, donde la investigadora Carol Pier, de Human Rights Watch, escribió una columna para solicitarle al Congreso gringo que no le dé el visto bueno al TLC porque, según ella, Colombia es un país en el que no se defienden los derechos de los sindicalistas. El texto fue contestado inmediatamente por la Embajada, que explicó entre otras cosas cómo el Gobierno ha puesto en marcha programas de protección de los líderes sindicales.

Pero el puntillazo al Gobierno se lo dio una serie de tres artículos de The Washington Post y escritos por su corresponsal en Bogotá, Juan Forero. Publicados el 10, el 16 y el 18 de abril, las notas recogieron lo que sabía toda Colombia: que el escándalo de la parapolítica hace cada vez más difícil la aprobación del TLC en el Congreso norteamericano; que las investigaciones por el tema paramilitar se ha concentrado últimamente en lo sucedido en Antioquia, y que las acusaciones de Gustavo Petro son serias.

Todo eso, que se limita a reflejar la realidad y que resulta muy grave por donde se le mire, alertó en Washington a los congresistas que tienen que ver con Colombia e influyó para que Al Gore decidiera desvincularse de la cita de Miami.
http://www.cambio.com.co/portadacambio/721/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3522550.html