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Familiares de las víctimas del Franquismo, afirmando la Memoria Histórica desde Mérida (España)

La Red de Alternativas a la Impunidad y a la Globalización del Mercado, se SUMA a los actos de conmemoración que hoy 11 de agosto realizan La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida. Han pasado 70 años, desde aquel 11 de agosto de 1936 que inicia su ingreso a Mérida las tropas franquistas y con ellas el inicio de millares de Crímenes de Lesa Humanidad.


Hoy 11 de agosto, a las 9:00 de la noche, en las Tapias del Cementerio Emeritense, se han unido desde la Memoria decenas de personas que afirman su derecho a la Verdad Histórica, su derecho a Exhumar y su derecho a Enterrar a sus muertos, a los desaparecidos de la dictadura franquista.

“Por aquellos, que defendiendo a la ciudad de Mérida, frente a las tropas sublevadas, defendiendo esta ciudad frente a la entrada del fascismo. Un homenaje a aquellos que en los primeros momentos de la Represión, fueron asesinados, en las Tapias del Cementerio que se convertiría, posteriormente, en una gran tumba para tantos otros que siguieron sufriendo la represión hasta el año 1947. Nosotros recordamos el 11 de Agosto de 1936, como una fecha trágica que daría comienzo a los crímenes que después continuarían”.

Es también, hacer memoria de la resistencia de hombres y mujeres que defendieron la segunda república, su reforma agraria – “la tierra es de quién la trabaje” – la afirmación del derecho al voto de la mujer, de participar en cargos públicos, los sindicatos en todas las esferas de la vida… la segunda república era la expresión de resistencia al fascismo que surgía en Europa y desde 1936, con el golpe de Estado, a la república, en España… la persecución a lo distinto, a lo que se catalogaba “rojo”, a los resistentes, a los cabeza de hogar, las ejecuciones extrajudiciales, fusilamientos… marcando a sus mujeres, “toreándolas” en la vía pública, desnudas, embarazadas, les quitaban sus hijos… cadáveres rociados y prendiéndoles fuego, el olor a carne quemada en el viento… el mensaje de escarmiento público… la aplicación de la Ley de fuga… cerca de 4.000 en Mérida , más de 32 mil desaparecidos en España.

Hoy, afirmar la memoria es para algunos “abrir heridas”, es oler a “naftalina”… a pesar de una ley “para la recuperación de la memoria en España”, se niega el derecho a la memoria, a construir monumentos, a exhumar a los seres queridos, se niega el derecho al entierro… sobre todo se niega la verdad histórica, la responsabilidad del régimen de Franco en la comisión de crímenes de Lesa Humanidad.

La Red de Alternativas a la Impunidad y a la Globalización del Mercado, se SUMA a la afirmación de la memoria de los familiares de las víctimas del franquismo, expresada en la posibilidad de tener un lugar a dónde llevar una flor a sus difuntos, poder cerrar un ciclo del duelo, reivindicar los valores de la segunda república.

Adjuntamos textos leídos en la conmemoración en Mérida, por miembros de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida.

SUMATE a la recuperación y dignificación de la memoria de los vencidos

SUMATE a la memoria de las víctimas del Franquismo

SUMATE a la solidaridad con los familiares y sobrevivientes del fascismo

SUMATE a la afirmación del derecho a Exhumar y Enterrar a nuestros seres queridos

Su + (SUMAS)=
SUMATE Red de Alternativas
A la impunidad y a la globalización del mercado

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Nosotros pedimos es un lugar donde poder llevar flores a nuestros difuntos…

“Hoy día 11 de agosto, queremos recordar a nuestros difuntos, los olvidados de este País. Aquellos que pretendieron borrar de nuestra memoria.
Nos enseñaron que debemos respetar a nuestros muertos, porque ellos, aunque no estén de cuerpo presente, siempre están con nosotros.
Nos enseñaron que los muertos están en los cementerios, que siempre están en un lugar, para ser venerados y rendirles culto, para que no se les olvide, y para que no se nos olvidaran nuestras raíces, para recordar siempre de donde venimos.

Eso nos decían…. pero nunca nos dijeron que también hay muertos que no tienen casa, que no descansan porque nunca se les dio un lugar donde hacerlo.
¿Se les olvidó mostrarnos el camino para recordar a nuestros difuntos?
No, hubo gente que pretendió que nunca recordásemos los aquí presente, de donde venimos, que jamás volviésemos a rendir culto a nuestros difuntos.
Hay gente, que hoy nos niega el derecho a entregarles unas flores.
Hoy se nos niega ver inscrito en un monumento el nombre de nuestros familiares.

Aún hoy se nos priva de un derecho que social y culturalmente tenemos.
Ellos los que fueron arrancados del seno de sus familias, aquellos que perdieron su nombre bajo la cal viva, bajo la tierra desnuda que cubría unos cuerpos que jamás volverían a tener casa, hogares vacíos con viudas y niños, nacidos y por nacer….

Hombres y mujeres que se perdieron en las tinieblas del pasado, que lucharon por ser libres, pero siendo quienes eran, Joaquín, María, Antonio, Victoria,… Nombres y más nombres, cuyos cuerpos están sepultados en alguna cuneta, en alguna tapia de cementerio, que perdió su vida luchando por sobrevivir en algún campo de concentración, cerca de sus hogares, o en algún país lejano, en Castuera o en Alemania,… tal vez perdieron la esperanza de que alguien recordase alguna vez su nombre, o quizá murieron soñando, como JULIA, en que su nombre jamás se olvidase.

Nosotros, lejos de lo previsto, estamos aquí para rendir culto a estos que están bajo nuestros pies, sepultados, y a aquellos que nunca se sabrán donde están, para que sus nombres no se olviden.
Para que nunca se nos olvide de donde venimos.

Para rendir culto a nuestros, vuestros muertos, a aquellos que perdieron sus vidas a manos de unos asesinos que aún hoy parece que dignos tienen derecho a pasear por las calles y plazas de nuestro país sin que se les recrimine que mataron, señalaron y pretendieron jugar a ser Dios quitando las vidas de aquellos que se oponían a su forma de ver la vida. A aquellos que ni hoy, ni ayer creyeron en la democracia, en la libertad de expresión, a aquellos que aún hoy, se creen con derecho a decir cuándo se puede hablar y a instigar a aquellos que les recordamos que aunque mataron a nuestros padres, madres, abuelos, abuelas, hermanos, hermanas,… nosotros estamos aquí para recuperar y reivindicar el verdadero papel en la historia… ellos, los nuestros están aquí, bajo tierra, porque ellos los asesinaron.

Siempre nombramos y recordamos a aquellos cuyos nombres hemos conseguido rescatar del olvido, pero hoy, queremos recordarlos a todos, sin listas, recordar cada uno al nuestro, y que ninguno sienta que está olvidado por no encontrarse aún en ninguna lista, ni en ningún libro de texto, luchar por salvar sus nombres del olvido, es hacer que ninguno se sienta olvidado.
Hoy, queremos rendir homenaje y recuerdo, rescatar la memoria, sacarlos del olvido. Sin nombres, sólo saber que nunca les olvidaremos aunque sus nombres no estén en ningún papel, en ninguna lista, porque siempre estarán en nuestros corazones”.

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En las Tapias del Cementerio Emeritense
Palabras de Libertad Sánchez – ARMH
11 de agosto de 2006

“Saben, hay veces que pienso en lo que significa la muerte, ese hecho, ese momento de tránsito. ¿Cómo será cuando mi corazón deje de latir y mi sangre, como congelada se quede parada en mis venas? ¿Qué será lo último que veré cuando mis ojos se cristalicen?…
Pero rápidamente retomo la cordura, la muerte no es bella, es perder aquello que has tenido, todo aquello que éramos, es nuestro último suspiro, ese aire que se mezcla con el resto de partículas que nos rodean… la muerte nos provoca, nos produce un tránsito a la Memoria de aquellos que nos quieren o nos han querido….
Saben, deberíamos preguntarnos, si ellos y ellas, aquellos a los que constantemente rendimos homenaje, como si estuviéramos seguros de que en algún lugar, ellos saben que estamos aquí, y nosotros, dentro de nuestro más profundo sentir, sabemos que debemos hacerlo, que tenemos que conseguir cerrar este círculo de muerte injusta, porque si toda muerte es pérdida, esta lo fue más… porque como en los versos de Benedetti:
“el hecho es que llegaste
temprano al buen humor
al amor cantado
al amor decantado
al ron fraterno
a las revoluciones
pero sobre todo llegaste temprano
demasiado temprano
a una muerte que no era tuya
y que a esta altura no sabrá qué hacer
con
tanta
vida”
Qué hizo esta tierra desnuda acariciando sus cuerpos… arropándolos en el frío hielo del asesinato, al crujir de balas, que desgarraron sus últimos alientos….
No, la muerte no es bella.
Su muerte no es justa.
No es una limosna cubrir sus cuerpos de besos de memoria… es un acto de justicia social, el arrancar de los brazos de la tierra, aquellos cuerpos que dejaron de su aroma impregnada las raíces de estos árboles…
No, no me gusta la muerte. No me gusta que el tiempo se apresure a recordarme, que es un tránsito.
No quiero saber que la muerte te la pueden ocasionar de este modo. No quiero saber si hay vida tras la muerte; más allá de la memoria; del recuerdo; de las lágrimas de quienes han compartido conmigo ese tiempo fugaz…
A ellos les arrancaron parte de su tiempo, les arrancaron de las lágrimas de sus amigos, de los brazos cálidos de una muchacha.
A ellos se los llevaron pronto, a la frialdad, a la soledad de la muerte, al abandono de sus pensamientos.
Esos dedos, que ahora sin carne, no sabrán cómo sujetar esa alianza que le unió a la vida….
“… malditos sean,
Malditos, malditos los que con hacha y serpiente
Llegaron a tu arena terrenal, malditos los
Que esperaron este día para abrir la puerta
De la mansión al moro y al bandido:
¿Qué lograron? Traed, traed la lámpara,
Ved el suelo empapado, ved el huesito negro
comido por las llamas, , las vestiduras
de España fusilada.
Malditos los que un día
No miraron, malditos ciegos malditos,
Los que no adelantaron a la solemne patria
El pan si no las lágrimas, malditos
Uniformes manchados y sotanas
De agrios, hediondos perros de cueva y sepultura”
No, la muerte no es justa… lo sé.
He visto a muchas personas que gritan por qué… por qué el tiempo se los llevó tan pronto, por qué los conocieron tan tarde…
No soy valiente.
Me da miedo la muerte.
Que esa muerte me lleve antes de los brazos de la vida… pero hoy, hago mío sus gritos, sus lamentos, sus sueños, sus ideales, hoy lucho para que ellos no queden abrazados a la tierra… para que su nutriente más valioso, no impregne tan solo la tierra que cubre las calaveras desnudas, que antes arroparon sus cabellos, que sus ojos miraron tantas veces en los espejos de los ríos, que tantas veces acarició el sudor…
Hoy, ya es tarde para hacer nuestras las reivindicaciones que tiempo atrás tuvimos que gritar, pero hoy pedimos una justicia que es nuestra, que no es limosna, que no es una justa muerte.
“Ellos aquí trajeron los fusiles repletos
de pólvora, ellos mandaron el acerbo
exterminio,
ellos aquí encontraron un pueblo que
cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayó con su bandera,
y el joven sonriente rodó a su lado herido,
y el estupor del pueblo vio caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.

Por estos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.

Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.

Para el verdugo que mandó esta muerte,
pido castigo.

Para el traidor que ascendió sobre el crimen,
pido castigo.

Para el que dio la orden de agonía,
pido castigo.

Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.

No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
No los quiero de Embajadores,
tampoco en su casa tranquilos,
los quiero ver aquí juzgados,
en esta plaza, en este sitio.

Quiero Castigo. ”
Queremos enterrarlos.
Arrancarlos de la tierra que los abrazó y aún los abraza…
Porque si la muerte no es justa… nosotros, pedimos, por lo menos la justicia de la verdad, de la memoria, de la libertad que ellos nos legaron para decir lo que pensamos, esa palabra que muerde la conciencia de los que piensan que hay muertes necesarias, a estos que perdidos vagaran entre sepulturas, porque no sabrán morir, les digo:
“hay que darse un baño de tumba
Y desde la tierra cerrada
Mirar hacia arriba el orgullo.
Entonces se aprende a medir
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seamos tan locos,
Tal vez no seremos tan cuerdos
Aprenderemos a morir
A ser barro, a no tener ojos
A ser apellido olvidado”
Porque nosotros, hemos aprendido de ellos, de los que están aquí sepultados que la fuerza de la memoria, nos muestra el camino de la vida, y nos enseña a morir con dignidad.
Aprendimos que…
“Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.”
Nosotros, hacemos nuestro el grito de que la verdad es la justicia que nos queda a aquellos que tras la bandera del partido de la Memoria, reivindicamos que las muertes de nuestros familiares, salgan del silencio, gritos de Dignidad, una dignidad que ellos…nos legaron…
“Más que la cólera, más que el desprecio, más que el llanto,
Madres atravesadas por la angustia y la muerte,
Mirad el corazón del noble día que nace,
Y sabed que vuestros muertos sonríen desde la tierra
Levantando los puños sobre el trigo.”

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