Endosos

Opinión ¿Cuántos de los que votaron contra Arias se irán a acompañarlo a la empresa electoral de Juan Manuel Santos? Eso está por verse


Si hay segunda vuelta -y todo indica que así será- los candidatos no clasificados tendrán que decidir a quién apoyan. Los más probables finalistas, Antanas Mockus y Juan Manuel Santos, contarán con tres semanas entre una elección y otra para recomponer sus fuerzas. En esos 21 días, los perdedores de mayo tendrán un papel protagónico porque sus decisiones y las de quienes los acompañan pueden inclinar la balanza.

Noemí Sanín hace unos días anunció que “se hará a un lado” en el momento de tomar esa decisión. La frase puede significar, al mismo tiempo, que acatará la determinación de los congresistas conservadores y que se marginará de cualquier campaña después del 30 de mayo. No es difícil anticipar que la bancada azul se inclinará por Santos, con quien Noemí Sanín no ha tenido buenas relaciones.

Lo que está por establecer es la capacidad de endoso de los conservadores. Noemí Sanín ganó estrechamente la consulta de ese partido, en buena medida por el rechazo de una parte de sus votantes a lo que representa su contendor. Esos votos de opinión no son endosables y muchos no son siquiera conservadores. ¿Cuántos de los que votaron contra Arias se irán a acompañarlo a la empresa electoral de Juan Manuel Santos? Es algo que está por verse.

El pronóstico, en este caso, es que la mayoría de los conservadores santistas votará por él (y no por Noemí) desde la primera vuelta y los que no lo son se dividirán entre Santos y Mockus, en proporciones similares, sin importar lo que decida la bancada.

El caso de Gustavo Petro es también complejo. Él adelantó una campaña destinada a presentarse como un hombre de centro, intentando borrar temores sobre su pasado y sobre la cercanía que tuvo en algún momento con Hugo Chávez. La idea sonaba bien, pero en la práctica no funcionó. Petro terminó desdibujado y buscando a un elector que no existe. Para buscar su lugar ha sostenido que no hay mayores diferencias entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus. El argumento le suena a la militancia dura del Polo, pero es incomprensible para los no polistas que siguen a Petro.

Sin embargo -ya viendo venir la avalancha del voto útil-, Petro se arropó en un eufemismo cromático invitando a los suyos a seguir amarillos en la primera y ser verdiamarillos en la segunda. Pronóstico: los polistas más recalcitrantes se abstendrán, la mayor parte de los petristas se irá con Mockus.

Rafael Pardo quizás logre una votación mayor a la que le auguran las encuestas, pero no suficiente para pasar a segunda vuelta. Ha sido serio en sus planteamientos de campaña y logró -a pesar de las adversidades- conservar una participación liberal importante en el Congreso. Ha mantenido unido su partido y conjuró rápidamente una rebelión de quemados que querían asegurarse su cuchara con Santos.

Es evidente que Pardo se siente más identificado con Mockus que con Santos. Lo mismo le sucede al elector liberal de base. Pronóstico: habrá acuerdo entre Pardo y Mockus para la segunda vuelta.

Por último Germán Vargas Lleras, un candidato sólido pero equivocado en esta campaña en una materia en la que era tenido por maestro: el cálculo político. Su más reciente error tuvo lugar hace unas semanas, cuando se apresuró a cantar su preferencia por Santos en caso de verse obligado a escoger entre él y cualquiera de sus rivales.

El anuncio, previo al cambio de tendencias en las encuestas, lo efectuó Vargas tal vez para darles tranquilidad a algunos miembros de su bancada y evitar que se fueran con Santos antes de tiempo. Lo logró y gracias a ello sacó un comunicado anunciando que Javier Cáceres seguía respaldándolo. Una decisión de coyuntura que le quitó juego para la semifinal de la elección presidencial.

Pronóstico: los votantes que le quedan a Vargas Lleras se irán con Juan Manuel Santos. Ni ellos ni los congresistas de Cambio Radical necesitan intermediarios para tomar esa decisión.

No obstante -y como la política está llena de paradojas-, entre los perdedores, es Germán Vargas Lleras quien queda con mayores posibilidades hacia el futuro.