Embrujo autoritario: Derechos Humanos en la mira

El lunes 8 de septiembre, en la posesión del nuevo comandante de las Fuerza Aérea de Colombia, el Presidente Alvaro Uribe se refirió de un modo intolerante acerca de los Defensores de Derechos Humanos, de los organismos no gubernamentales, a raíz del libro: “Embrujo Autoritario”, suscrito por más de 80 organizaciones de derechos humanos de Colombia.


Sus palabras son una respuesta a los cuestionamientos que la comunidad de derechos humanos ha expresado respecto a la política de “Seguridad Democrática” y de “Estado comunitario”.

Las expresiones públicas del Presidente, en medio del unanimismo existente, son graves, son preocupantes no solo deslegitiman la defensa de los derechos humanos, al tiempo, son sintomáticas de la intolerancia existente al cuestionar sus políticas. Se teme que las mismas abran de par en par la puertas para nuevos abusos, nuevas restricciones a la posibilidad de promoción y defensa de los derechos humanos. Las expresiones del Presidente Uribe ponen en cuestionamiento la reserva moral y ética de la humanidad expresada en el legítimo derecho de intentar preservar los principios de un Estado Social de Derecho. Se hubiese esperado un diálogo …. ahora se percibe que la cacería de brujas se ampliará a las ONG, ya las voces de poder expresan no solamente su respaldo a Uribe sino que invitan a que seamos investigados, a hacer públicas las organizaciones de la sociedad civil, que son también terroristas, cómplices o paraguas del terrorismo.

En el unanimismo existente, si el Presidente lo expresó, todos tienen el aval para decir y para pensar lo mismo. Habrá que esperar los montajes para mostrar pruebas en que las ONG sean puestas en la picota pública como terroristas a través de procesos judiciales, carentes de cualquier asidero, y de cualquier principio sano de crítica, habrá que esperar como de no lograrse una desmovilización de los paramilitares con perdón y olvido, se desatará una nueva modalidad de guerra sucia … se acerca el tiempo de nuevas amenazas.

De ella tampoco están exentos los pocos periodista que disienten, cuestionan o critican, algunos ya en el exilio, pues el Presidente también se expresó contra ellos.

En sus manos, apartes del discurso presidencial tomado de la prensa nacional.

Bogotá, D.C. en el día aciago de los derechos humanos, 9 de septiembre de 2003
COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ