El drama de exilio debe ser reparado integralmente

Durante los días 1, 2, 3 de octubre en Paris, 8 de los 27 integrantes de la Comisión Ética de la Verdad, hemos participado en una sesión privada y en la primera Audiencia Internacional ciudadana en Memoria de la Víctimas, de los exiliados, asilados y refugiados con la presencia del Delegado Especial de la Defensoría del Pueblo de Colombia, Alonso Ojeda Awad.


En la sesión privada como integrantes de la Comisión Ética de la Verdad, recibimos testimonios y vivencias de 10 exiliados de Colombia que radican en distintos países de Europa y otra serie de pruebas que se encuentran bajo reserva.

En todas las situaciones se trato de testimonios de mujeres y hombres que hablaron desde la angustia y el dolor. En algunos casos son sobrevivientes de la violencia criminal estatal y paraestatal, ya que fueron prisioneros políticos de instancias oficiales, sometidos a torturas y vejaciones, sufrieron atentados o fueron objetivo de la accion paramilitar. Todos sufrieron persecución y fueron víctimas del terrorismo de Estado ejecutado por militares, policías, paramilitares y colaboradores civiles de otras instancias oficiales, durante sucesivos gobiernos, en su país de origen. Algunos testimonio antes fueron sometidos a desplazamientos forzosos y perdieron sus propiedades y bienes. En un caso concreto, un testimonio ante narró que siete miembros de su familia fueron detenidos desaparecidos y otros dos asesinados. 17 miembros de su familia salieron al exilio en Suecia.

Aunque todos agradecen la solidaridad y acogida en sus lugares de residencia actual, manifestaron que en el exilio viven el drama del aislamiento, la soledad y la incomunicación a causa del idioma y la falta de trabajo, lo que produce miedo, inseguridad, y depresión. En algunos casos se sienten discriminados, víctimas de xenofobia, o son sometidos a nuevas leyes restrictivas y a mecanismos de control sutiles en su lugar de refugio, con el riesgo de ser judicializados por su disidencia o criminalizados como sospechosos de subversión a instancias de la labor diplomática.
Asimismo, el terrorismo mediático que ejerce el gobierno de Álvaro Uribe a escala internacional afecta a personas de otras nacionalidades que desarrollan labores en defensa de los derechos humanos, que son acusadas de “colaboradoras” de la guerrilla.

Todos manifestaron haber sufrido una ruptura en su proyecto de vida (social, político, familiar, económico, cultural) y padecer una pérdida de identidad ya que son considerados apátridas. En algunos casos, producto del desarraigo sus familias se han desintegrado. En otros sufren delirio de persecución a causa de estrés post-traumático o padecen efectos psicosociales y trastornos que han dejado huellas en sus vidas. En su mayoría sienten impotencia ante la incapacidad para poder intervenir en sus propios procesos judiciales en Colombia, con la consiguiente impunidad de quienes provocaron su destierro forzoso. En algún caso se denunció la actuación del servicio diplomático colombiano, como una extensión de los cuerpos de inteligencia del régimen en el exterior.

También reclaman su derecho a participar en la vida política en libertad de opción, el reconocimiento público, por parte del Estado, de su responsabilidad sobre los actos de violencia criminal cometidos contra ellos y sus familiares, el derecho a la reparación integral del daño, y la calificación de la figura del exilio como un crimen de lesa humanidad.

París, 3 de octubre, 2008

Comisión Ética de la Verdad

Mirta Baravalle, Madre de la Plaza de Mayo Línea Fundadora,
Libertad Sanchez, Memoria Histórica,

Stephen Nathan Haymes, Profesor de la Universidad de De Paul en Chicago

Enrique Pastor, Hijas Hijos de Argentina,

Charity Ryerson, Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas, SOAW,

Elizabeth Deligio, Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas, SOAW,

Alberto Giraldez, Comunidad Cristiana Santo Tomas

Carlos Fazio, Profesor UNAM, Columnista de La Jornada