Desde la Injusta Prisión Libertad a Mauricio Avilez

Ya han pasado más de 110 días. Dia a día desde el 10 de junio ha sido manifiesta, sin escrúpulo alguno, la detención arbitraria e ilegal del Defensor de Derechos Humanos y Cristiano, MAURICIO AVILEZ, integrante de la Corporación CEDHERNOS en Barranquilla.


De España, de Italia, de Francia, de Estados Unidos, de México, de Argentina, de Chile llegan cartas. Es la exigencia de justicia ante la injusticia del aparato investigativo en Colombia.

Hoy, ante la actitud persistente de la Fiscal Especializada de Barranquilla, que se niega de facto a asumir el principio de celeridad y a responder el conjunto de actuaciones requeridas por la defensa, las cartas, las comunicaciones escritas se están convirtiendo en una Constancia y Censura Moral ante la injusticia.

Mientras se niegan por inacción y por dilatación, los recursos interpuestos por la Defensa, las intimidaciones, los hostigamientos persisten sobre quiénes ejercen el derecho. En un contexto de asesinatos selectivos como el del Profesor Alfredo Correa, luego de haber sido acusado y detenido arbitrariamente sindicado de ser rebelde; de la continuación de detenciones como la ocurrida con personas vinculadas a la cultura, bajo el pretexto de persecución a la guerrilla; del control paramilitar de instituciones y las actuaciones de control de las comunidades desplazadas en Barranquilla, la detención ilegal y arbitraria del joven defensor de Derechos Humanos, MAURICIO AVILEZ, es un signo de la erosión del Estado de Derecho.

La ausencia de garantías judiciales y de debido proceso, lo incoherente y lo falaz de las acusaciones, y las pruebas insustentadas contra MAURICIO AVILEZ reflejan a todas luces, la técnica del montaje judicial como mecanismo de persecución a los defensores de derechos humanos, a los pensadores y animadores de la paz con dignidad.

Desde la injusta prisión, nuevamente MAURICIO AVILEZ escribe, narra, en medio de une contexto de paramilitarización de las instituciones, del sicariato “de la seguridad democrática”, son importantes las comunicaciones dirigidas al Fiscal General de la Nación, LUIS CAMILO OSORIO y a YOLANDA SARMIENTO, Directora de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Fiscalía General de la Nación exigiendo un debido proceso, la sana crítica y la respuesta pronta a las pruebas y a las solicitudes presentadas por la Defensa.

Al mismo tiempo, se solicite al Fiscal General de la Nación, remitir copia de las comunicaciones dirigidas a la Fiscal Especializada en Barranquilla responsable del caso.

Adjunto el cuento El Vocero de MAURICIO AVILEZ, escrito hace unos días desde la cárcel de Barranquilla.


EL VOCERO

Por Mauricio Avilez

 ?Oído? -grita fuerte una voz, el silencio seguido rompe el estruendo, luego que el eco del grito que anuncia, llegue elevándose hasta cada una de las celdas de los cuatro pisos que conforman los dos edificios separados y unidos
solamente por un corredor central, el cual esta dividido por cuatro reja en los cien metros que son su trayecto; el grito llega hasta la ultima celda así tenga que golpear la puerta para entrar o colarse por las rendijas, y de manera veloz baja para internarse entre los presos que están siempre hacinados en el patio principal y ahí se queda dando vueltas.

Todos en ese instante pierden la concentración de lo que están haciendo, así se estén jugando la vida en una riña a cuchillo, incluso los que en el exceso del ocio no hacen nada.
Nuevamente, de forma fuerte grita la voz, dice un nombre

 oyee.. (y mienta al ?tales?)

Los dos edificios y el patio principal, por segundos, retornan a la explosión de estruendo y todos repiten en ese instante lo dicho por la voz:

 oyee..(y nombran al ?tales?)

 
Acto seguido el silencio vuelve a apoderarse de todo otra vez, pero en esta ocasión se siente mas agudo, y la ansiedad para muchos ha pasado, no fue su nombre, mientras que toda esa tensión, toda esa impotencia, todo ese silencio, toda esa concentración, toda esa ansiedad, se centra en el encierro
de un solo hombre Y ahora, la voz grita la parte tercera y final de la tragedia:

 ?Libertad!-.

Bogotá, D.C Octubre 1 de 2004

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ