Conmemoración en San Antonio, Cauca del asesinato de Hortensia Neyid Tunja y Manuel Antonio Tao

Por tercer año consecutivo, se encontraron en el caserío de San Antonio, municipio de Inzá, departamento del Cauca más de un centenar de personas de diferentes lugares del Cauca y de otros departamentos, organizaciones locales y la presencia de observadores internacionales quienes desde su sensibilidad se solidarizaron con los familiares de Hortensia Neyid Tunja, Manual Antonio Tao asesinados y William Cunacúe sobreviviente del fatídico suceso ocurrido el 8 de enero de 2006. Hortensia y Manuel fueron asesinados extrajudicialmente por miembros del batallón de infantería No 26, cacique Piguanza en el caserío de Belén cuando la comunidad departía en las tradicionales fiestas de reyes magos.


Igual que hace cuatro años cuando sucedieron estos hechos, desde el pasado sábado 3 de enero la población siente tensión y temor por la presencia de paramilitares en estas localidades, pues dicha presencia paramilitar se da en el marco de la política de seguridad del gobierno, con una fuerte militarización en la región y sin embargo, se han presentado ejecuciones extrajudiciales como la de Ángela Patricia Martínez, una joven de 20 años quien fue desaparecida y posteriormente asesinada en la vía Totoró – Gabriel López el 02 de diciembre de 2008 y la de Edwin Legarda esposo de la consejera mayor del CRIC Aída Quilcué a mediados del mes de diciembre, trayecto que se mantiene con presencia del Batallón José Hilario López.

Pero la tensión y el temor suscitados por la presencia paramilitar en estos días no fueron impedimento en la decisión de conmemorar y celebrar por tercera vez la vida de Hortensia y Manuel; la continuidad en la labor de recuperar y mantener viva la memoria de estos dos jóvenes y la memoria de otros y otras que ya no están físicamente como Yovanni Pillmué y Mateo Krammer. Así entonces con un recorrido por la gruta de la vida donde los familiares de las víctimas construyeron un hermoso monumento en el sitio exacto donde fueron asesinados Hortensia y Manuel, donde se honró la memoria de estos dos jóvenes y se dio el primer momento del acto conmemorativo.

A través de la palabra se expresó la solidaridad, la indignación, la esperanza, los sueños e ilusiones por hilar entre todos y todas un tejido solidario con las familiares de las victimas, para que sigan animando su caminar como proceso organizativo en la afirmación de sus derechos como pueblo y en la exigencia de verdad, justicia, reparación integral y las garantías de la no repetición de estos hechos.

La celebración eucarística como un ritual de fe católica congregó a los participantes en un momento de profunda meditación sobre el valor fundamental de la vida y el respeto a ella, aquí el segundo momento del acto conmemorativo.

En el “refugio del saber” como espacio sagrado de la memoria en la localidad de san Antonio se compartió el alimento preparado y ofrecido por mujeres y hombres del lugar como signo de servicio, colaboración y unidad. También se compartió en la palabra de cada participante las diferentes formas de dinamizar los procesos organizativos a los que representaban. Los niños, jóvenes, mujeres y adultos, recorrieron cada uno de los lugares de este espacio de la memoria orientados por los familiares de las víctimas y por el grupo de familias y jóvenes que se han organizado en torno al ejercicio de exhumación, recuperación y mantenimiento de la memoria; una memoria que camina, que se transmite, que danza, canta, declama, representa, que se mantiene viva y se divierte como en las jornadas comunitarias en las que Manuel y Hortensia así se expresaban.

Se pudo observar como los familiares de Hortensia, Manuel y William han ido interiorizando aspectos de reacomodo ante su nueva condición de vida, la de familiares de víctimas de crímenes de Estado. El proceso de elaboración del duelo, encontrarse con otras personas también víctimas, con otras organizaciones, romper las fronteras geográficas e ir a otros lugares del departamento, del país y el mundo les ha ofrecido elementos con los cuales dinamizan su proceso organizativo en algunos espacios como los son “familias sembradoras de paz” y para los jóvenes el grupo de “semillas del saber”, quienes dotan de nuevos contenidos el sentido de la memoria histórica como una manifestación colectiva. Allí en el refugio del saber se dio el tercer momento de la conmemoración con una presentación de lo que ha sido este proceso de organización, de búsqueda de verdad, justicia y reparación integral, de lucha contra la impunidad por parte de los familiares de las victimas…
En el refugio del saber se compartió los avances y las proyecciones de las familias y jóvenes que encarnan los sueños de Hortensia y Manuel, en la formación de los jóvenes, en lo ambiental, en el taller de screen, en las prácticas de medicina tradicional, en la recuperación de especies criollas, en la importancia de la producción diversificada y orgánica que permitan una posible autosostenibilidad; En la preocupación por la explotación de recursos mineros, del agua y otros recursos vitales en la vida de las personas de la región, por eso su firme propósito de organización por la defensa de la vida y del territorio.

El derroche de expresión artística como aspecto de resiliencia por parte de las madres, hermanas y jóvenes amigos de Hortensia, Manuel y Giovanni, pudieron determinar el otro momento en el que se encuentran las familias y parte de la comunidad de San Antonio, la alegría desbordante permite que en las intervenciones de las madres de estos jóvenes en sus rostros se puedan descolgar algunas lágrimas como una mixtura por el recuerdo y la emoción de sentirse acompañados quitando la mascara a ese Estado que corta los sueños y vidas, que margina y que excluye. Por eso se expresaron muchas cosas a través del teatro, la canción, la poesía, la danza del zigzag, que como la vida va y viene.
Así se encuentran las familias y amigos de la comunidad, en constante movilidad por la reivindicación de la vida.

En palabras de la madre de Hortensia y Manuel “nuestros hijos no están muertos, están con nosotros y nos sentimos animados por su presencia” .

COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ