Asesinato de Juana Bautista Angulo Hinesteroza y el Desplazamiento del Bajo Naya.

13 de abril de 2001 al 29 de abril de 2001
con el asesinato de siete campesinos en Yurumanguí

5 años de impunidad!

Memoria y Justicia

El viernes santo, 13 de abril de 2001 en horas de la tarde, cerca de las 6:00 p.m llegaron más de 100 paramilitares al poblado de La Concepción, conocido también como La Concha en el bajo Naya.

Los armados saquearon las viviendas, robaron joyas y dinero, arrojaron decenas de pertenencias al río Naya, se embriagaron y pasaron todo la noche en fiesta, era la celebración por la misión cumplida, por la barbarie realizada en el Alto Naya, la masacre. Mientras tanto los afrodescendientes del bajo Naya presos del terror huían por el río Naya hacia las partes bajas. Atrás en las partes altas del Naya, los asesinados, los desparecidos, los torturados, los cercenados, muchos de ellos, aún sin nombre, otros reconocidos, cerca de 50.

Semana de muerte, sin signos de resurrección. Sábado 14 de abril, allí en La Concha los “civiles” armados de la estrategia militar descansaron, durmieron se posesionaron de las habitaciones de los afrodescendientes. Hicieron de los lugares de intimidad una cochera, cesaron a la orgía de sangre por unas horas. Tomaron fuerzas para seguir andando en la muerte injusta, en la muerte violenta, en la barbarie paramilitar.

Domingo 15 de abril, día de Resurrección, en horas de la mañana en La Concepción los 130 paramilitares violaron y asesinaron Juana Bautista Angulo Hinesteroza, ella no había logrado huir desde el viernes, padecía de problemas mentales. Terminó la semana de pasión.

Llegó la pascua, siguieron. Lunes 16 de abril, siguen andando se trasladaron a Dos quebradas, donde saquearon y destruyeron bienes de los habitantes siguiendo su camino hacia San Francisco. Allí durmieron en el templo de la iglesia católica e hicieron un recorrido casa por casa, golpeando fuertemente las puertas y revolcando las casas que se encontraban vacías; saquearon algunas viviendas, y ofrecieron a la venta algunas de las mercancías robadas a los pobladores de las comunidades vecinas.

Martes 17 de abril antes del medio día, dos afrodescendientes son violentadas sexualmente en Dos Quebradas.

Ocho días después del lunes de pascua, 23 de abril dos paramilitares obligaron a pobladores de la región a movilizarlos en embarcación desde el Cacao Dos Quebradas hacia Puerto Merizalde. A varios pobladores los paramilitares les manifestaron que iban a Buenaventura por los “familiares” – refiriéndose a los militares –

Y vinieron los simulacros, las falsas verdades. Viernes 27 de abril de acuerdo con los reportes de prensa se conoció de un operativo militar de la Armada en la parte del Medio y del Bajo Naya en el que se capturaron 15 paramilitares de las Autodefensas en el corregimiento de La Concepción, conocido como La Concha. De acuerdo con las mismas fuentes informativas de prensa, el lunes 30 de abril en el sitio conocido como San María fueron capturados 40 paramilitares luego de supuestos contactos armados entre estos y la Armada.

Y siguieron. Domingo 29 de abril de 2001, a la 1:00 a.m. los paramilitares llegaron en Lancha al poblado El Firme ubicado en las riberas del Río Yurumanguí, a 3 horas de Buenaventura. Este grupo perteneciente a las Autodefensas Unidas de Colombia AUC Bloque Calima, sacaron a los campesinos de sus casas y asesinaron a hachazos a 5 de ellos, cerca de la guardería del caserío; las víctimas fueron: Luis Tanny Valencia, Placido Quintero de 60 años,William Valencia, Juan Trimistico Caicedo, Mercedino Changas, Severo Caicedo y un campesino de nombre Ramón. Los cadáveres de las víctimas permanecieron en el lugar de los hechos hasta el día lunes 30 de abril, sin que ninguna autoridad judicial se hiciera presente, siendo sepultados por el párroco y la comunidad del lugar. Estos hechos ocasionaron el desplazamiento de 120 personas habitantes del lugar.

Los paramilitares portaban capas y uno de ellos llevaba uniforme de uso privativo de las Fuerzas Militares (camuflado), dejaron letreros pintados en las paredes de las viviendas en los que se lee “venimos del Naya y aquí nos quedamos”, “Muerte a Sapos”, “AUC presentes”, “Muerte a Guerrilla”. Los paramilitares que realizaron la masacre salieron de un barrio de Buenaventura cruzando por el puesto de control militar de la Infantería de Marina

De San Francisco los paramilitares salieron hacia Calle Larga el viernes 20 de abril a las 10:00 a.m. allí permanecieron hasta el domingo 22 de abril cuando, por trochas, se movieron hasta el poblado El Carmen y del Carmen a Santa María y la Sagrada Familia.

Viernes 5 de mayo, 6 integrantes de los grupos paramilitares fueron vistos desde las 14:00 horas y hasta las 18:00 horas en el retén del Cacao que los militares ubicaron en desarrollo de los operativos desplegados tardíamente. En el Cacao, los paramilitares fueron vistos departiendo con toda tranquilidad con las unidades militares allí acantonadas y se les distinguía porque todos ellos estaban en camisetas negras. Según testigos, estos 6 paramilitares forman parte de los más de 50 que se encuentran entre los caseríos de La Sagrada Familia, Santa María, El Carmen.

Pero nada de lo ocurrido podría extrañar a nadie. Sobrevivientes del Alto Naya atestiguaron como dentro de los uniformados vestidos de camuflado se encontraban varios con insignias del Batallón Pichincha, de la Brigada 3 del ejército. No era de extrañar que ante tal actuación criminal que atravesó las fronteras de la manipulación de los media, que traspaso las fronteras colombianas requería un mínimo de recato o de actuación oficial, los operativos militares de enfrentamiento fueron un simulacro.

Ha pasado el tiempo. Crímenes en impunidad. Desplazamiento en impunidad. No hay esclarecimiento. Falsas verdades. Ausencia de Justicia Integral. Ha pasado el tiempo territorios de indígenas, de mestizos y de afrodescendientes sin titular. Ha pasado el tiempo el saqueo de riquezas auríferas y forestales, la colonización de las tierras de afrodescendientes y las nuevas formas de despojo persisten, se cualifican y se estimulan. Ha pasado el tiempo. Todo en la impunidad. Ha pasado el tiempo y cinco anos después, en la tumba de Juana Bautista Angulo Hinesteroza, su familia y comunidad deja escritas voces en la memoria: “Queremos Juticia y Dignidad en el territorio del Naya”. Voces de resistencia, voces contra la impunidad.

naya_so50.jpg

Bogotá, D.C Abril 15 de 2006

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ