Acción preventiva

“En la verdad, percibo la belleza: La descubro a través de la verdad. Todo lo que es verdad, no apenas las ideas exactas sino también los rostros francos, los retratos fieles y los cantos mas naturales son objetivos de belleza e inclusive de inmensa belleza a veces. Son pequeñísimos los que saben discernir la belleza que emana de la verdad. La verdad jamás daña a una causa justa”. M. Ghandi

ACTUACION DE TIPO PARAMILITAR

RESUMEN

Entre las 10:30 y las 11:15 durante tres ocasiones integrantes de las estructuras armadas encubiertas de tipo paramilitar dispararon en tres ocasiones de la margen derecha del río Jiguamiandó aguas abajo hacia la otra orilla en el punto conocido como El Sordo (10-02-04). Aproximadamente a las 9:30 hora local, del día de hoy, una embarcación pequeña de madera con dos pasajeros fue retenida por 7 armados cuando se dirigía del lugar humanitario en donde se encuentra la comunidad de Nueva Esperanza hasta el lugar humanitario en donde está la comunidad de Pueblo Nuevo. Los armados requisaron la embarcación, algunos bienes de supervivencia – alimentos – fueron hurtados, junto con 50 mil pesos (U.S $ 20). Minutos después, los hombres vestidos de camuflado, con armas cortas y largas dieron la orden de seguir. Los pobladores civiles se regresaron al lugar humanitario de Nueva Esperanza.

Las informaciones recibidas por nuestra Comisión de Justicia y Paz indican que hacia las 11:30 horas, la presencia en actuación de tipo paramilitar se mantiene en el lugar conocido como “El Sordo”, a ambos lados del río. Los hechos han sido informados a la oficina de la Vice Presidencia de la República y la Defensoría del Pueblo
(11-02-04)

Los integrantes del Consejo Comunitario del Jiguamiandó y las 9 comunidades del Curvaradó temen que se repitan nuevas incursiones como las del año anterior, en las que se produjeron daños irreparables a la vida, a la integridad personal y a la existencia colectiva.

DETALLES

º Martes 10 de febrero, a las 10:30 horas se escucharon seis tiros de fusil desde la margen izquierda del río Jiguamiandó, aguas arriba, en el lugar conocido como “El Sordo” o “La Zapotera”. Los tiros fueron dirigidos hacia una casa abandonada, ubicada a 20 minutos en casco de madera, desde el lugar humanitario de “Nueva Esperanza” y 15 minutos del lugar humanitario donde se encuentra la comunidad de Pueblo Nuevo.

Treinta minutos después, los armados vestidos de camuflado, con armas cortas y largas, volvieron a activar sus armas y dispararon nuevamente desde la orilla izquierda hacia la orilla derecha.

A las 11:15 horas nuevamente, los armados encubiertos activaron sus armas.

Desde esa hora se presume que se mantuvieron en el lugar.

º Miércoles 11 de febrero a las 9:35 horas, aproximadamente, una embarcación tipo casco con motor pequeño – junto con dos pasajeros – fue retenida en el lugar conocido como “El Sordo” o “La Zapotera”, por cerca de 7 hombres de la estrategia armada de tipo paramilitar, mientras tanto a las márgenes izquierda y derecha del río Jiguamiandó se observaron más armados. Los vestidos de camuflado preguntaron por la presencia de la guerrilla, mientras requisaron el casco y los bienes de los que se transportaban en él.

Los dos pobladores civiles decidieron entonces regresar a Nueva Esperanza.

Antes de las 11:00 horas un hombre vestido de camuflado con arma larga se ubicó en frente del desembarcadero del nuevo lugar humanitario donde se encuentra la comunidad de Nueva Esperanza. El armado al ser visibilizado por la población civil se ocultó. Hacia las 11:00 horas aproximadamente organismos humanitarios nacionales e internacionales se movilizaron desde Nueva Esperanza hacia Pueblo Nuevo sin volver a encontrarse con los armados.

A las 11:30 nuestra Comisión de Justicia y Paz recibió nuevamente la información de pobladores afrodescendientes de los Consejos Comunitarios en el punto conocido como “El Sordo” o “La Zapotera” se encuentran aún los hombres armados ocultos entre la maleza.

A las 17:36 se produjo un sobrevuelo de un helicóptero militar sobre el lugar donde se encuentra la comunidad de Nueva Esperanza, al parecer, en respuesta a la alerta temprana que se ha emitido desde horas de la mañana.

Los pobladores de las cuencas del Jiguamiandó y Curvaradó que se encuentran en los lugares humanitario Nueva Esperanza y Pueblo Nuevo temen una nueva agresión similar a las 17 vividas durante el año 2003 que generaron el desplazamiento forzoso, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, y asesinatos.

LINEAS DE INTERPRETACION

Nuevamente se desarrollan acciones militares dentro de la estrategia armada encubierta de tipo paramilitar dentro del Territorio Colectivo del Jiguamiandó en donde aún se encuentran afirmando sus derechos integrales a la Vida y al Territorio, los afrodescendientes de este río y 9 comunidades del Curvaradó que allí han encontrado refugio.

La estrategia contrainsurgente continúa afectando y dirigiéndose contra pobladores civiles en el territorio colectivo, lo que significa una infracción evidente al Derecho Humanitario y una violación a los derechos humanos por omisión de la Fuerza Pública.

Desde hace siete años el Estado Colombiano ha conocido el desarrollo, la extensión y consolidación de estructuras de tipo paramilitar amparadas por acción, por omisión, comisión por omisión de la Brigada XVII. Han conocido de la presencia de la guerrilla de las FARC EP en la región. Han sabido, han conocido de viva voz en escenarios nacionales e internacionales acerca de la iniciativa de los pobladores afrodescendientes del Jiguamiandó y las 9 comunidades desplazadas del Curbaradó, de sus exigencias en materia de prevención, de sus exigencias de defensa de la Vida y del Territorio sustentadas en la ley 70, en la Constitución del 91, en el Derecho internacional pero la respuesta ha sido ineficaz. El gobierno nacional ha conocido a través de la Resolución Defensorial (octubre 2002), la prensa internacional (septiembre 2003), de observadores de instituciones del Estado todos los hechos relacionados con el territorio. En la región del bajo Atrato y del eje bananero que limita con él, la compra y venta ilegal de tierras; las amenazas, las intimidaciones, el desplazamiento forzoso familiar por la posesión de las tierras a manos de estructuras armadas encubiertas de tipo paramilitar persiste, entre tanto, se habla de desmovilización y se discuten iniciativas de “alternatividad penal”, y se pretende imponer proyectos agroindustriales.

A pesar de la resolución de medidas provisionales por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en marzo del 2003, la alta vulnerabilidad de las comunidades afrodescendientes se mantiene, sustentadas en una impunidad de hecho por la dispersión de procesos judiciales, por la ausencia de pruebas técnicas más allá de los testimonios, por la respuesta inexistente frente a las iniciativas humanitarias y de derechos para la protección de la vida y las medidas administrativas y políticas que deben ser adoptadas frente a la implementación de proyectos agroindustriales como el de la palma aceitera.

Las visitas de gobierno y Estado al Jiguamiandó no se han complementado con actuaciones de fondo frente a estructras armadas clandestinas amparadas o enquistadas en aparatos o en agentes e instituciones estatales, que de suyo deslegitiman la identidad y los principios de un Estado de Derecho. Constatable el vacío de políticas en materia de derechos humanos que asuman integralmente las recomendaciones de la comunidad internacional pues difícilmente las de las poblaciones están siendo acogidas.

Bogotá, D.C 11 de febrero de 2004
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ