Temor por la seguridad de un dirigente campesino

Al dirigente campesino Hernán Henry Díaz, que organizaba una marcha de protesta, no se le ha vuelto a ver desde el 18 de abril. Puede haber sido objeto de desaparición forzada en el departamento de Putumayo, sur de Colombia.


Hernán Henry Díaz, portavoz de la Mesa de Organizaciones Sociales del departamento de Putumayo y miembro de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO), fue visto por última vez el 18 de abril. Como dirigente campesino, estaba coordinando la participación de 200 delegados del municipio de Valle del Guamuez, departamento de Putumayo, en una marcha de protesta que tendría lugar en la capital, Bogotá, los días 21, 22 y 23 de abril. El 18 de abril escribió un mensaje de texto a su compañera en el que le decía que estaba en Puerto Vega y que iba a hacia su casa. No se ha sabido nada de él desde entonces.

Hace unos meses, Hernán Henry Díaz viajó a Bogotá para alertar a las autoridades sobre la crisis humanitaria y de derechos humanos en Putumayo. Habló con representantes gubernamentales y con miembros de la comunidad internacional, incluido personal de embajadas, y les planteó casos específicos de violaciones de derechos humanos. En el pasado, las personas que han organizado marchas de protesta han sufrido intimidación y amenazas y, en algunos casos, han sido víctimas de desaparición forzada o de homicidio. La preocupación se intensifica por el hecho de que algunos altos mandos de las fuerzas de seguridad han declarado que la guerrilla se ha infiltrado en la marcha.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

Durante el conflicto armado de Colombia, que ha durado más de cuatro décadas, las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares han calificado frecuentemente a las organizaciones de derechos humanos y a los sindicatos de colaboradores o simpatizantes de la guerrilla, y han amenazado, secuestrado o matado a sus miembros. Los grupos guerrilleros también han amenazado o matado a defensores y defensoras de los derechos humanos y a sindicalistas a los que consideran aliados del enemigo. En los últimos años, las personas que han organizado marchas de protesta para pedir respeto por los derechos humanos han sufrido graves violaciones de derechos humanos después de que altos cargos del Estado y del gobierno afirmaran que las marchas estaban relacionadas con la guerrilla.