“Sólo los gringos conocerán la verdad”

Freddy Rendón, el ‘Alemán’, habla de la cumbre de las AUC donde la cúpula de los paramilitares planearon la estrategia política en todo el país, de sus aliados en Urabá y Boyacá, y sobre su hermano Daniel, alias ‘Don Mario’.


SEMANA: Varios jefes paramilitares han hablado de una cumbre política de las autodefensas en la finca La 21. ¿De qué se trató esta reunión?

FREDDY RENDÓN: Fue un encuentro grandísimo de tres días que se hizo en noviembre de 2001 en la finca La 21, que era el centro de convenciones de Carlos Castaño, y a la que asistieron cerca de 300 personas entre miembros de las autodefensas y políticos. Castaño mismo la convocó porque todo el mundo estaba en campaña y se necesitaba una estrategia para todo el país. En esa reunión Ernesto Báez proponía una lista única al Congreso y ‘Jorge 40’, una estrategia regional. La mayoría se alineó con ‘Jorge 40’ y de ahí salimos a armar las listas regionales.

SEMANA: ¿Quiénes asistieron?

F.R.: Puedo decir que vi al ex gobernador de Cauca Juan José Chaux, como representante político del Bloque Calima. La Corte me preguntó que si él había ido allí bajo amenaza, pero yo dije que asistió como miembro de las autodefensas porque es cierto. No vi más gente porque sólo estuve cuatro horas allí. Pero sé que los políticos que llevó cada bloque pudieron presentar sus propuestas.

SEMANA: ¿Y quiénes eran sus candidatos?

F.R.: Nosotros ya teníamos un movimiento que se llamaba Urabá Grande, Unido y en Paz, pero nos había ido mal en 2000 con la candidatura de Jorge Pinzón Arango a la Asamblea. Después de la reunión en La 21 decidimos lanzar una lista a la Cámara de Representantes en la que estuvieron Manuel Darío Ávila, Jesús Enrique Doval, Estanislao Ortiz y César Andrade. Pero teníamos el problema del aval. Ellos se lo pidieron a Mario Uribe, pero este les dijo que ya tenía candidato. Posteriormente, Rubén Darío Quintero nos dio el aval. Se ganó la curul y cada uno de los cuatro estuvo un año en el Congreso.

SEMANA: ¿Él sabía que le estaba dando el aval al proyecto de las autodefensas?

F.R.: Sí, claro. Él sabía que iba a captar una cantidad de votos importante y seguramente un apoyo económico. (Aunque el ‘Alemán’ se negó a decir cuánto dinero le dio a Quintero, ante la Corte Suprema admitió que había dado más de 200 millones a esa campaña).

SEMANA: ¿Los avalaba a la Cámara y ustedes lo apoyaban a Senado?

F.R.: Exacto. Cuando él nos dio el aval es que lo conocí personalmente.

SEMANA: Pero usted menciona en su versión ante la Corte a otros políticos de Antioquia, Córdoba y Chocó.

F.R.: Hubo muchos acuerdos, pero yo sólo me reuní con Rubén Darío. A Óscar Suárez me lo encontré un día por la carretera de Necoclí, pero no hice compromisos con él. (En la Corte, el ‘Alemán’ entregó información sobre apoyo a varios congresistas como Antonio Valencia y Odín Sánchez, y se retractó sobre un acuerdo con Óscar Suárez).

SEMANA: ¿Por qué tenía usted un bloque en Boyacá?

F.R.: En 2001 Carlos Castaño me presentó a Yesid Nieto (asesinado en Guatemala en 2007) y me dijo que la gente de Boyacá quería que se hiciera un grupo contra la guerrilla. Al poco tiempo me reuní por ahí con 70 líderes de esa zona a nombre de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, y creamos el grupo. La financiación vino de un porcentaje a la esmeralda, que era del 5 por ciento.

SEMANA: ¿Víctor Carranza le dio la bendición a ese acuerdo?

F.R.: Claro, él dio la bendición y además aprobó el porcentaje, con la condición de que no nos metiéramos en Muzo. En una segunda reunión a la que asistí con Don Adolfo Paz, don Víctor manifestó algunas molestias porque, según él, Nieto le quería joder el poder de la zona esmeraldera. Por eso llamé al comandante ‘Águila’, que estaba cerca y le entregué el grupo. No quería terminar metido en una guerra de intereses personales.

SEMANA: ¿Qué papel cumplía Carranza en las autodefensas?

F.R.: Víctor Carranza era un mito dentro de las autodefensas porque había tenido grupos desde la época de Rodríguez Gacha y había sido el triunfador de las guerras internas de esmeralderos. Después lo de Mapiripán fue acordado con la gente de él. Los Carranceros -al mando de Guillermo Torres- y los Buitrago -de Martín Llanos- fueron los anfitriones del grupo y las armas que salieron de Urabá. Pero después sintieron que la llegada de las AUC afectaba sus intereses económicos. Don Víctor Carranza fue muchas veces a donde los Castaño a hablarles de eso.

SEMANA: Mancuso dijo que hubo muchas reuniones con Pedro Juan Moreno. ¿Usted lo conoció?

F.R.: Lo conocí cuando él era secretario de gobierno en el corregimiento de Cristales de San Roque, en una reunión con Carlos Castaño, Rodrigo ‘Doble Cero’, y yo. Ahí se habló de cómo iban las autodefensas y del avance de la guerrilla. Después lo vi nuevamente en Cristales. Estaba furioso con el comandante de la Policía antinarcóticos y Carlos intentó mediar entre ellos.

SEMANA: Se ha hablado también de la presencia del ex subdirector del DAS José Miguel Narváez en varias reuniones. ¿Usted lo vio alguna vez?

F.R.: Lo vi por primera vez durante una capacitación en la escuela de formación La 35, en el Tomate, San Pedro de Urabá. Eso debió ser en 1997 ó 1999. Carlos Castaño, Rodrigo ‘Doble Cero’ y Narváez dieron las charlas políticas. A muchos de nosotros nos sorprendió la suya porque considerábamos que estábamos en guerra contra la guerrilla, pero él disparaba contra todo el mundo y decía que era lícito combatir comunistas, sin importar dónde se encontraran. Nos dio una lista de 50 ONG que según él eran propiedad de la guerrilla. Después yo le dije a Carlos: Ese señor es un gran terrorista.

SEMANA: ¿Cómo fue su relación con Rito Alejo del Río?

F.R.: Las autodefensas tenían las mejores relaciones con la Policía y las autoridades, y en los 10 años que estuve en las autodefensas no recuerdo una persecución de ellos contra nosotros. Éramos un soldado más y trabajamos conjuntamente en varias operaciones.

SEMANA: ¿Qué papel jugaba Rodrigo Zapata, el hombre que hablaba con ‘Job’ en Urabá?

F.R.: Rodrigo Zapata fue la cabeza en la compra de tierras en esa zona para Vicente Castaño. Otros políticos de aquí de Medellín compraron unas 30.000 ó 40.000 hectáreas.

SEMANA: ¿’Don Mario’ sí tenía un grupo tan grande y poderoso, como se dice?

F.R.: Sí tiene mucha gente, pero no el número que dice el general Óscar Naranjo.

SEMANA: ¿Y qué pasa con ese grupo en este momento?

F.R.: Yo puedo ayudar a desarmar esa gente porque él no tiene esa posibilidad. Si de pronto el gobierno me da la oportunidad de acercarme a ellos para saber cuánta gente, armas y zonas tienen. Y que se sometan a la justicia.

SEMANA: Pero eso convierte el proceso en una puerta giratoria…

F.R.: ¿Qué proceso de paz en el mundo no ha arrojado porcentajes altos de rearme?

SEMANA: ¿Su propuesta es que ellos se sometan a Justicia y Paz, o simplemente a la justicia?

F.R.: No lo tengo claro. Incluso no sabemos si el gobierno ya rompió el proceso de negociación política que tenía con las autodefensas. El asunto es cómo buscamos que personas que quieran dejar la ilegalidad lo hagan, y que se les apliquen unas penas. El gobierno sólo les puede ofrecer bala o cárcel.

SEMANA: ¿Su oferta incluye que no extraditen a su hermano?

F.R.: No. Si tiene algún requerimiento en Estados Unidos, tiene que responder.

SEMANA: ¿Hay un pedido de extradición en su contra?

F.R.: Hasta hace un mes no había ninguno. Pero curiosamente, cuando en Justicia y Paz se llega a la etapa en que tenemos que hablar de sectores militares, empresariales y políticos, entonces se dice que hay un interés de Estados Unidos en pedir a Freddy Rendón por actividades del narcotráfico. Si se cristaliza ese pedido de extradición, la verdad quedará mocha y sólo la conocerán los gringos