Saqueo y robo de bienes de supervivencia, operación psicológica

INCURSIÓN MILITAR REGULAR AL LUGAR HUMANITARIO


En desarrollo de las actuaciones militares de la IV Brigada dentro de la política de Seguridad “Democrática” se presentaron actuaciones psicológicas de intimidación y hostigamiento y robo de bienes esenciales dentro de la Finca Comunitaria “El Paraíso”de propiedad de la comunidad de la Comunidad de Vida y de Trabajo de la Balsita, afectando a los 107 integrantes de la Comunidad que allí habitan y trabajan. La Finca de 99.2 hectáreas, ubicada a 12 minutos del casco urbano de Dabeiba, es un lugar perfectamente identificable como lugar de la población civil. Allí exclusivamente trabajan y viven los integrantes de la Comunidad de Vida. Sus integrantes afirman integralmente sus derechos sin el uso de la fuerza y sin su participación directa en el conflicto armado.

* Jueves 24 de julio hacia las 12:00 horas un grupo de más de cien hombres del ejército, portando armas largas y radios de comunicación, vestidos todos de camuflado, algunos con botas militares, otros con botas de caucho, portando algunos pañuelos de color rojo y negro, incursionaron a la Finca Comunitaria, territorio de la Comunidad de Vida y Trabajo La Balsita.
Los militares se ubicaron en diferentes lugares de la finca de la comunidad, entre ellos el cultivo de cacao cercano a las viviendas, recorrieron las casas de habitación solicitando a los campesinos vender los alimentos (gallinas, cerdos, yuca, maíz), quiénes se negaron actuando en conformidad con sus principios como población civil.

Hacia las 16:30 miembros de la comunidad acompañados por acompañantes solicitaron hablar con el mando del operativo militar exigiéndole abandonar el Territorio de Vida de la población.

Un militar que se identificó verbalmente con el cargo de teniente, armado vestido con camiseta y pantalón camuflado, sin distintivo alguno, ante la exigencia de abandonar la Finca Comunitaria pues era un lugar de la población civil y que su presencia colocaría en riesgo sus vidas como campesinos y se infringían normas del derecho humanitario, expresó que estaban de paso y se irían pronto.

Hacia las 20:00 horas los militares dispararon al aire en tres ocasiones desde el cultivo de cacao y el trapiche de la comunidad, muy cerca de las viviendas
A las 23:00 horas, aproximadamente, sonaron once nuevos disparos desde los mismos lugares. Mientras los militares disparaban se escuchaban muchas risas.

Minutos más tarde abandonaron la Finca Comunitaria.
* Viernes 25 de julio en horas de la mañana, los campesinos encontraron además de casquillos de balas, orificios de balas en paredes de las casas del proyecto de vivienda financiado por la RSS, se comprobó el robo de maíz y yuca de los cultivos comunitarios, y un marrano.

Desde el 25 de diciembre de 2001 a raíz de la incursión militar encubierta se ha mantenido, en el casco urbano de Dabeiba la presencia de “civiles” armados, al mando del jefe paramilitar HERMOGENES MAZA, en los ingresos a las zonas rurales del municipio, en la carretera que conduce a Medellín y a Turbo, cobran impuestos a los transportadores.

Hasta hoy los armados dentro de la estrategia de tipo paramilitar, continúan transitando en todo el casco urbano del municipio permanentemente patrullado por tropas de la IV Brigada del Ejército y la Policía. Se movilizan a pie, en motocicletas y camionetas, vestidos de civil con armas cortas y radios de comunicación.

A quince minutos, en la salida de Dabeiba hacia Medellín permanece un retén paramilitar en el que se cobra “impuesto de circulación” a los vehículos que por allí transitan. En ocasiones vestidos de civil y con arma corta, la mayoría de las veces con uniformes camuflados y brazaletes donde se lee ACCU. Los armados permanecen a la orilla de la carretera, a la vista de quienes por allí circulan.

En la salida de Dabeiba hacia la Finca “El Paraíso” especialmente en fines de semana y festivos, se instala un retén que en los últimos cuatro meses ha estado bajo control de las tropas de la IV Brigada, el cual estuvo precedido en su control por los paramilitares de las ACCU. En este retén las tropas oficiales ejercen control sobre población, vehículos y carga.

Desde enero del 2002 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, resolvió la adopción de medidas cautelares para proteger la vida e integridad personal de los integrantes de la Comunidad de Vida con una actuación perimetral del lugar humanitario; esclarecer y sancionar a los responsables de la incursión a Dabeiba y a la Finca Comunitaria; dotar de un medio de comunicación que active la alerta temprana, la respuesta Estatal y gubernamental ha sido nula en materia de protección y de justicia; presencia de la Defensoría del Pueblo y Procuraduría General.

Hoy como desde 1997, las estructuras armadas encubiertas conviven con estructuras regulares, lo que evidencia la responsabilidad Estatal en el mantenimiento del paramilitarismo en la región. La ausencia de justicia ha posibilitado la repetición de las actuaciones de intimidación y hostigamiento de la población. No existe ninguna respuesta estatal profunda y convincente frente a los más de 200 crímenes cometidos entre 1.997 y 1.998, y los sucedidos desde 1999 hasta el 2001.

Ahora en el marco de la llamada Seguridad “Democrática” las actuaciones de control y de restricción de los derechos de los pobladores por parte de la Fuerza Pública se han intensificado, como ocurre desde el retén ubicado a pocos minutos de la Finca “El Paraíso”.

A pesar de los Acuerdos suscritos entre la Comunidad de Vida y el Gobierno, el 15 de febrero del 2000 y ratificados en noviembre de ese mismo año, en materia de la propiedad comunitaria, la Alcaldía de Dabeiba se comprometió a aportar el 10% del valor de la finca entregada para la Reubicación Temporal de los habitante de La Balsita. Hasta el momento este compromiso no se ha cumplido y, al contrario, el Incora ha planteado a la Comunidad que si la Alcaldía no cumple, serán los miembros de la Comunidad de Vida quienes deberán responder por este 10%, lo que genera un nuevo factor de inseguridad.


Bogotá, D.C. julio 27 del 2003
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ