Padre Sergio Restrepo Jaramillo, S.J.

“Lo clavaron con balas en una cruz,lo llamaron bandido, como a Jesus.” Victor Jara

El Padre Sergio, nació en la ciudad de Medellín, departamento de Antioquia, el 19 de Julio de 1939. Su fe religiosa inició antes de terminar el bachillerato, ingresando al noviciado de la Compañía Jesús el 12 de diciembre de 1957, se ordenó como sacerdote jesuita el 7 de diciembre de 1970.

El Padre Sergio Restrepo siempre fue conocido por ser un hombre sencillo, que ayudaba sin ningún problema a las personas que lo necesitaban. Fue amante del arte y la creatividad, su labor principal fue la comunicación popular. Su trabajo más destacado fue junto al padre Hernando Muñoz, en Tierralta, departamento de Córdoba, trabajo que se prolongó por 10 años y dejó entre sus frutos una biblioteca, llevando educación y la promoción de maestros en todas las veredas de este municipio.

Era un hombre que constantemente acompañaba y visitaba a las comunidades campesinas e indígenas de la zona, fue también amante de la botánica, los habitantes recuerdan que el padre Sergio, gustaba de recoger orquídeas en sus caminatas por la selva, y que tenía gran variedad de plantas en su lugar de residencia.

Tierralta es un municipio de mas 5000 km2, en medio de una zona golpeada profundamente por el conflicto armado, donde, para entonces cuando llegó el padre Sergio se disputaba un control territorial entre el EPL y el bloque dominante de paramilitares comandados por los hermanos Castaño en alianza con el Ejército colombiano. Por su parte, los habitantes del municipio eran frecuentemente hostigados y en ocasiones señalados por supuestamente colaborar con la guerrilla.

El padre Sergio, consciente de la situación del municipio, emprendió la remodelación de la Iglesia de Tierralta, donde fue bastante relevante el diseño de un mural, que representaba por un lado la fe religiosa, y por el otro la violencia haciendo semejanza a los asesinatos y torturas del municipio, denunciando especialmente el crimen realizado contra el ex sacerdote Bernardo Betancourt quien fue asesinado en Tierralta el 3 de  noviembre de 1988.

Para la base militar de la zona, comandada por el Capitán Cesar Augusto Valencia Moreno, la denuncia del padre Sergio, se interpretó como una ofensa, por lo cual, exigieron en varias ocasiones a los sacerdotes de la iglesia, que modificaran el mural.

Finalmente, luego de que los sacerdotes de la parroquia se negaran valientemente a tapar la verdad, el Padre Sergio fue amenazado. En la mañana del 1 de junio de 1989, dos sicarios que portaban placas del B-2 (Servicio de Inteligencia del Ejército) acabaron con la vida del padre Sergio a plena luz del día y en complicidad del Comando de Policía del municipio. Este día los mismo hombres ya habían cobrado la vida de personas más en el municipio. El capitán Cesar Augusto Valencia se encontraba en la alcaldía en ese momento, y según los habitantes se veía muy nervioso, como esperando que sucediera algo.

En una de las declaraciones de un paramilitar ante el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) el 4 de abril de 1990, se dió testimonio de que los sicarios provenían de la Hacienda Las Tangas, propiedad del narcotraficante Fidel Antonio Castaño Gil, hermano de Carlos Castaño, antiguo jefe máximo del paramilitarismo. El declarante afirmó haber presenciado el asesinato. Sin embargo, en una entrevista con un medio de información, Fidel Castaño mintió sobre tener alguna relación con la muerte del padre Sergio.

Los jóvenes que prestaron el servicio militar de la región durante la época, afirmaron que recibían entrenamiento militar en la Hacienda las Tangas, y que los comandantes y oficiales entraban en la finca y luego salían con gaseosas, cigarrillos, licores para regalar a los soldados rasos.

La hacienda las Tangas, fue famosa por ser un centro de operaciones de grupos paramilitares, en ella se planeo las masacres de “Honduras” y la “Negra” (en el Urabá Antioqueño el 4 de Marzo de 1988) y la “de Mejor Esquina” (Buenavista, Córdoba, 3 de Abril de 1988).

El caso de la muerte del Padre Sergio es ejemplo de una modalidad de guerra en que la Fuerza Pública realiza operaciones conjuntas con el paramilitarismo, vale anotar que estas alianzas son aún vigentes y siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad.

En 1990, en su memoria se inauguró el museo arqueológico de Zenú y la biblioteca Casa Campesina con las que el padre Sergio siempre soñó y se creó el festival de la cultura “Sergio Restrepo” que se celebra cada año con danza, poesía y artesanías. Al igual que el Padre Sergio Restrepo Jaramillo, Camilo Torres Restrepo, o el Padre Domingo Laín Sáenz, son muestra del compromiso de vida al entregar su existir al pueblo Colombiano.

Padre Sergio Restrepo en la memoria.
Padre Sergio Restrepo Sin olvido.